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Año 2 – Nº 68 10 de Agosto del 2008
WELLINGTON BALBO                                                    
wellington_plasvipel@terra.com.br                
Bauru, São Paulo (Brasil)
Traducción:
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org  
 

Christina Nunes: 

  “La raíz maestra del sufrimiento humano indiscutible es el desamor

La médium carioca habla sobre sus libros y analiza
diversos temas de interés del lector, como la
cuestión del aborto y la violencia

 

Nacida en Rio de Janeiro en una familia espírita, Christina Nunes, nuestra entrevistada de la semana, tiene formación en Lengua Portuguesa y Literatura y profesionalmente trabaja en el TRF de Rio de Janeiro. En la siembra espírita actúa como médium psicógrafa, hecho que le rindió varios libros romances espíritas, todos dictados por el mentor espiritual Caio Fábio Quinto. Christina es también articulista y corresponsal en Rio de Janeiro de la revista El Consolador. En vía de tener más libro de su cultivo mediúmnico publicado, “Entre Jesús y la Espada”,  ella  nos concedió  la  entrevista

que sigue:
 

El Consolador: ¿Usted siempre vivió en Rio de Janeiro?

 

Nací en Rio, en el barrio do Méier. Viví allá por veinte años, después mí familia se mudó para Tijuca. Ahora que ya resido aquí hace más tiempo me considero casi como tijucana de nacimiento. Es un barrio muy querido para mí, con sus calles arboladas y, el resto, ¡teniendo cerca el mayor bosque urbano del mundo!
 

El Consolador: ¿Cómo conoció el Espiritismo?

 

Toda mi familia es espírita. Como ya pude relatar, mi nostálgico abuelo materno, que considero uno de mis iniciadores en la Doctrina, durante el periodo de la juventud pasó mucho tiempo en un colegio interno católico y, curiosamente, salió de allí espírita convencido, ¡un estudioso profundo del tema! Al desencarnar, heredé su variada biblioteca, y fue de él que recibí como regalo el primer libro, alrededor de los diesiseis años, el romance mediúmnico bellísimo dictado por el espíritu Emmanuel por la psocografía de nuestro Chico Xavier, “Hace Dos Mil Años”, y su continuación, “Cincuenta Años Después”. Todavía, teniendo una madre kardecista, ya tomó contacto con la lectura espírita a través de sus libros, como “Nuestro Hogar”, también psicografiado por Chico y como autor espiritual André Luiz.

 

El Consolador: ¿Ya ejerció cargo en algún Centro Espírita?

 

No, y no porque me haya faltado la voluntad y disposición. Es que mi vida es especialmente absorbente. Con mí marido trabajador en el interior de San Pablo toda la semana, mi jornada doméstica, la mayor parte del tiempo, es doble como madre y padre, fuera con la tercera y cuarta jornadas profesionales en la Justicia y con la producción espírita literaria en varios sites, además de estar  actualmente en sociedad con la editora Lúmen en la publicación de nuestras obras psicográficas.

 

El Consolador: Usted está formada en Letras. ¿Cómo surgió el gusto por la literatura?

 

Pronto. Cursando la entonces llamada primaria aprendí a leer con bastante facilidad. A los ocho años ya escribía esbozos de historietas en cuadritos que yo misma creaba y que los amiguitos de infancia les gustaba de leer y oír. Es un placer nato, el de la lectura y el de la escritura, ¡puedo decir que un vicio saludable! Siempre escribí con desenvoltura, y los profesores apreciaban mis textos.

 

El Consolador: ¿Cómo descubrió tener facultades mediúmnicas?

 

Al inicio la mediumnidad vino de forma superficial, de modo un tanto desarticulado y fuera de control, porque ocurrían incorporaciones de hermanos perturbados, y hasta incluso parientes desencarnados. Mi mentor, en torno de esa época, llegó a manifestarse por incorporación, pero pocas veces. Lo que pasó a hacer con el trascurrir del tiempo fue orientar y entrenamiento con la psicografía, inicialmente a través de mensajes cortos y de los tradicionales garabatos, hasta alcanzar el punto de los mensajes más largos y de la producción de libros, varios años después. Cuando la facultad mediúmnica surgió de esa forma poco organizada, aun en la fase de la adolescencia, pasé a frecuentar con asiduidad la Sociedad Espírita Ramatis. Fue a través del tratamiento de la Casa que realicé, que al fin discipliné el don. Las manifestaciones de incorporación practicamente cesaron, dejando lugar sólo a los trabajos realizados bajo las directrices de mis mentores espirituales más directos. Recibí en determinada ocasión mensajes psicografiados de mi abuelo materno desencarnado en las cuales la caligrafía fue idéntica, así como su estilo de contenido y firma. Fuera de esos episodios, otros concurrían, en el ámbito de proyecyos. Los más interesantes ocurrieron cuando la visita de ese mismo abuelo, que me reveló cosas del ámbito familiar que después fueron confirmadas. También durante un episodio de desprendimiento visite lugares de Italia que en la época desconocía, y que más tarde pude reconocer, con gran susto, ¡delante de fotos que llegaron ocasionalmente al examen!

 

El Consolador: ¿Qué criterio adopta en la recepción de los mensajes? ¿Ellos son psicografíados en casa o en las reuniones del Centro Espírita?

 

Tuve que crear, bajo la orientación de los asistentes espirituales, criterios peculiares que viniesen a atender al trabajo mediúmnico literario. Como no me sobra tiempo hábil para frecuentar con regularidad las sesiones de la Sociedad Espírita debido a las otras obligaciones de orden profesional en la Justicia Federal (todos los días de actividades son durante la semana y en horario impracticable para mis necesidades), creé en casa una especie de rincon de trabajo mediúmnico, donde regularmente, en ciertos días, y siempre en el horario nocturno adelantado o matutino, pronto me recojo para la producción de los libros, artículos o mensajes en conjunto con mi mentor desencarnado, prioritariamente, y eventualmente con la participación de otros amigos espirituales. Además de eso es imprescindible la preparación constante y la manuntención de un patrón vibratorio armónico en el ambiente doméstico, de modo a aislar la intromisión de obsesores y de influencias espirituales indeseables o nocivas, por intermedio de la oración y de la lectura habitual de las obras básicas de la Codificación, con relevancia para el Evangelio según el Espiritismo.

 

El Consolador: ¿De qué forma su formación literaria auxilia en su trabajo de psicografía?

 

En la propia literatura espírita existen menciones de que los Espíritus comprometidos con la producción de obras escritas en la esfera material  prefieren intermediadores cuya preparación en ese sentido, de conjunto con los otros requisitos indespensables, les faciliten la tarea de la transmisión de los mensajes y de los libros de contenido espírita a los reencarnados. En el caso del médium desenvuelto en la escritura, del punto de vista tanto gramatical como en el vocabulario, tanto mejor. En el Libro de los Médiums, cap. XI, 2ª Parte, se resalta la inconveniencia de buscarse medios técnicos directos de comunicación con los Espíritus en detrimento de la participación de los médiums. Ya expliqué sobre esto también en artículos donde abordé la Transcomunicación Instrumental que, a mi ver, posee su importancia, pero jamás sobreponiéndose a la intermediación mediúmnica, que funciona como excelente salvaguarda contra el embuste de los obsesores inteligentes y hábiles en el intento de engañar a los incautos con palabras brillantes, aunque insidioso, cuanto no fútil. Es una comparación de valor que la máquina, por más avanzada, no posee, pues es destituída del avance y de la sensibilidad espiritual y psíquica propios del ser humano, para discernir con precisión los mensajes verdaderamente valerosos de los Espíritus comunicantes.

 

El Consolador: ¿Su trabajo de psicografía en la literatura espírita ya produjo cuántos libros?

 

En verdad, cinco listos, todos manuscritos ya de hace muchos años, otros en proyecto y caminando, todos de autoría espiritual de mi mentor desencarnado, Caio Fábio Quinto, que se da a conocer con el nombre de la época en que vivió en Italia, como un general en los ejércitos romanos de Julio César. Vivió numerosas veces en este país, y su misión, del punto de vista literario y, en parte, rescatar esas reminiscencias, transmitiéndolas a los lectores a fin de comunicar enseñanzas útiles del punto de vista evolutivo y cármino, ya que algunas de sus obras relatan más de una reencarnación de un mismo grupo de Espíritus que lo acompaña desde hace muchos milenios en el pasado. De esos, hay tres publicados: “El Pretoriano”, traducido al público por el Mundo Mayor Editora, “Bajo el poder del Águila” y “Elysium, Una Historia de Amor Entre Almas Gemelas”, estos dos son frutos de mi asociación con Lúmen Editorial. Este último, huyendo un poco a la sucesión de reencarnaciones en la esfera física, pasa todo en la Colonia Espiritual situada encima de una de las regiones italianas, y desmitifica bastante la temática que gira en torno de las almas gemelas, con todos sus malentendidos, viniendo a confirmar que, en verdad, lo que prevalece entre todos los hilos afectivos se pauta antes de todo por la legitimitad de sentimientos, por las leyes vigentes de las atracciones vía sintonía del estado evolutivo y vibratorio espiritual – y no por mitades incompletas que se buscan incesantemente toda la eternidaden estado perpétuo de no estar completos.

 

El Consolador: Usted es una médium psicógrafa bastante productiva. ¿Hay algún libro más listo para ser lanzado? ¿Es romance u otro género literario?

 

En el momento, en la editora, a ser lanzado probablente en este semestre, otro romance mediúmnico, estilo predominante en nuestras obras: “Entre Jesús y la Espada” relata las vivencias cotidianas de este mismo grupo espiritual afectuosos al autor, en los tiempos de Nerón. De contenido sencillo así como intenso, narra las sublimidad de las enseñanzas de Jesús en plena efervescencia en medio de las amarguras impuestas por el despotismo del gobierno imperial romano, la participación directa de los grupos militares y religiosos en el proceso de una cruel persecución a los cristianos y las lecciones evolutivas preciosas de eso trascurridas.

 

El Consolador: ¿Qué libros y cuáles autores espíritas aprecia usted más e indica a nuestros lectores?

 

Además de todo el cuerpo de las obras de la Codifcicación, la serie completa de libros del Espíritu André Luiz y de Emmanuel, de psicografía de Chico Xavier. Aprecio particularmente toda la colección de romances mediúmnicos del Espíritu de Rochester, a pesar de alguna polémica existente sobre los componentes fuertemente místicos y fantasiosos de sus obras. Obras paralelas tratando sobre espiritualidad como los libros de Osho, y los de autoría espiritual de Víctor Hugo, León Denis y Zilda Gama, leídos todos, Herculano Pires y Neale Donald Walsch. Hay todo un maravilloso universo literario espírita para el estudioso interesado, y lo que hago aquí apenas menciona algunas de las obras de mí predilección.

 

El Consolador: El ejercicio de la mediumnidad es un trabajo que requiere constante disciplina. ¿Usted cree que es ese el mayor desafío enfrentado por los médiums?

 

En los tiempos actuales, sin ninguna duda. Y no me atengo apenas a las exigencias que desgastan en la vida moderna. Hablo también del patrón energético reinante en el orbe, causante de llevar a sucumbir con facilidad a todo médium que no esté preparado y vigilante en la lucha con las falanges obsesoras incansables en los esfuerzos de comprometer nuestro trabajo en pro de la ascensión espiritual humana. En la Sociedad Espírita Ramatis, en la época en que asistía con entusiasmo a las conferencias del nostálgico presidente de la Casa, Antonio Plinio, él acostumbraba a referirse a esos obstáculos como “la cosa”. Avisaba reiteradamente que nos pusiésemos en vigilancia en cuanto a eso: imprevistos de modo a perjudicar - ¡pero no impedir! – nuestra puntualidad para con la agenda programada del tratamiento espiritual de la Casa; ataques intempestivos de parte muchas veces de personas próximas, de familiares, viniendo a comprobar nuestra capacidad de resisitir a los estados espirituales indeseables y del patrón vibratorio nocivo a la elevación de nuestros propósitos; contratiempos y dolencias, frecuentemente de la Casa espírita. Todo eso es obra de la “cosa”. Son las falanges de hermanos infelices empeñados en perjudicar los progresos de los que luchan por el avance consciente de las incontables multitudes de Espíritus reencarnados en un proceso lento de aprendizaje evolutivo, en medio de los engaños y asedios sobrevenidos del mundo.

 

El Consolador: Hablemos un poco sobre temas de la actualidad. La Comisión de Seguridad Social y Familia rechazó, por unanimidad, el proyecto de Ley 1135/91, que descrimina el aborto provocado por la propia gestante o con su consentimiento. ¿Usted, como espírita de qué forma ve esa noticia?

 

Veo como una voctoria digna de celebración por todos nosotros del movimiento. Particularmente hice por ofrecer mi contribución para ese resultado en la búsqueda por el cambio de ideas y por la enseñanza de reflexión por parte del lector, al publicar artículos sobre el asunto. Au  hay gran desconocimiento al respecto de las implicaciones más amplias que envuelven el aborto, ya que muchos rechazan o ignoran las realidades de la reencarnación. Las personas desconocen la real magnitud de todo el trabajo conjunto por detrás de un renacimiento en la base material del orbe. Desconocen, o se niegan a admitir, el serio compromiso de orden espiritual entre los espíritus reencarnantes y padres y de estos con los mentores y con muchas otras almas en espera en la maternidad; con arquitectos cármicos y toda una inmensa falanje encajada por amor, en el propósito de la evolución conjunta, y no de prepararse y cercar de especiales cuidados la oportunidad insospechadamente preciosa representada por aquel instante aparentemente simple y cotidiano de la reflexión. Principalmente, sin embargo, desconocen las consecuencias tristes y funestas, del punto de vista espiritual, de ese atentado contra la vida para sus víctimas y para quien lo practica. Hay relatos de mujeres que rozan la locura al verse cercadas, durante largo intervalo de tiempo, de los “puntos oscuros” que a ellas se adhieren, en un macabro ritual de venganza, y de procesos complejos de vampirismo de las energías espirituales y de honestidad, de parte de los así rechazados por el regazo materno e impedidos violentamente de acceder a la materia a fin de cumplir en conjunto los compromisos asumidos, importantísimos e inedulibles del punto de vista de la evolución de todos los envueltos.

 

El Consolador: Y la cuestión que envuelve la violencia urbana y el tráfico de drogas. ¿Cómo analizarlos a la luz del Espiritismo?

 

Cuando paro para reflexionar buscando inspiración sobre el asunto con los mentores, lo que me ocurre siempre es que presenciamos el resultado lamentable de la total inversión de valores vigente en el mundo. La humanidad se desconectó de Dios, y el resultado no podría ser otro. Vivimos en la era de las superficialidades y de los comodismos, resultado del avance científico y tecnológico considerable de los últimos siglos, ¿¡pero en que auxilió esto para la solución de los problemas milenarios que flagelan a la humanidad?! La raíz maestra del sufrimiento humano indiscutiblemente es el desamor, la lección máxima que aun hoy nos falta aprender, ¡incluso después de dos mil años del Cristo! En un pasaje de uno de mis libros aun no publicados constan, efectivamente, advertencias útiles de la espiritualidad en el sentido de que, efectivamente, los principales vicios flageladores de la humanidad son enraizados en los otros, en el ámbito del alma – ¡para sólo entonces materializarse en los lamentables desvíos de conducta responsables por tantas tragedias cotidianas presentes en todos los rincones del mundo! De hecho, las máquinas que volvieron al ser humano obsoleto, y la ganancia por el poder y por el dinero como objetivo último, transmuraron al hombre en algo descartable, que así busca, inconscientemente, por algún tipo de embriaguez falaz que le venga a llenar el inmenso vacío dejado por esta visión desvirtuada del verdadero sentido de la vida.
 

Avance material, tecnológico y cinetífico en descompensación con el moral, por tanto, en ninguna época nos llevará a nada diferente de la desesperación y de la angustia observables en la forma desorientada con que las personas se conducen, se engañan y se pierden, en esta era en que la suma monetaria y el acúmulo de bienes hablan alto de lo que la convivencia amorosa y más próxima con los hijos al final de un día de trabajo. Pero, así, que alcanzamos el punto crucial anunciado antes por videntes y por maestros espirituales de gran altitud evolutiva que ya nos visitaron en el trascurrir de los tiempos dejando sus mensajes a guisa de faroles resplandecientes en medio de las tinieblas compactas.


De los siglos actuales. Incontables falanges de espíritus apotan a la vida material en el instante de la monumental transición planetaria, que antecede al mundo apaciguado del futuro; nos resta, pues, escoger en el ejercicio sagrado del libre albedrío, los rumbos del mañana, cuyos enredos nos atraeran de cualquier forma, inevitablemente, por los efectos de la sintonía creada en las directrices que imprimimos a los hechos mínimos de nuestro día a día. 

 

El Consolador: Usted tiene dos hijos. ¿Cómo proceder para educarlos en las bases de la moral del Cristo?

 

¡Ah, amigo mío! ¡Sería tan simple si todos pensasen así ! Mas aun hoy y siempre lo que debe ser penetrado en las almitas bajo nuestra custodia transitoria es nada más y nada menos que el “no hagas al prójimo lo que no quieras para ti mismo” y el “valorar sobre todo los bienes que el oxido no corroe y el tiempo no desgasta”. No hay como transmitir efectos verdaderos de valores a los niños si ellos, en casa, no cuentan al menos con algún ejemplo en el sentido de colocarnos siempre en el lugar del otro a fin de examinar, ¡en sana conciencia, si venimos practicando lo que es mejor, justo y bueno! No hay modo de nutrir en ellos las nociones del valor del trabajo honesto y de la conciencia tranquila si no pautamos nuestras actitudes por el cumplimiento honrado de nuestros deberes, para no incurrir en perjuicio de otros, y si no prestamos relevancia a cuidar, con ellos, de un jardín en los fines de semana, o a levantarse con un amanecer a la vera del mar, o a reservar algunas horas para extender la mano en auxilio de los que necesitan – en vez de gastar horas seguidas en internet , explotando el mejor modelo de coche del año o asistiendo, en la TV a programas de contenido funesto a la información saludable de su carácter y mentalidades, ¡en la exhibición de aquellos festivales interminables y deplorables de perversión humana!

 

El Consolador: Su mensaje final a nuestros lectores.

 

A pesar del contexto inquietante de los tiempos que corren desfilando una historia larga de desafíos graves a cobrarnos la fuerza íntima, valor y perseverancia de convicciones en las actitudes, el mensaje es sobre todo de optimismo y de confianza en el futuro dorado para la humanidad. Hay un sin número de obreros de buena voluntad sustentando la siembra prodiga realizando iniciativas maravillosas como la de esta revista espírita, pugnando incansablemente por la diseminación en una larga escala de luz para las almas, en actuación cuyo alcance benéfico nos es imposible calcular, ¡teniendo en cuenta los recursos disponibles en esta época de información instantánea y globalizada! Una era en el orbe terreno, del punto de vista de la eternidad, significa apenas un minuto cósmico para la trayectoria infinita de nuestras almas. Ciertamente un día celebraremos, todos juntos, los frutos bendecidos de tales esfuerzos, con la armonización plena y definitiva entre los hombres y todos los seres y cosas de Dios, y hasta incluso los percances hoy tenidos como profundamente desoriéntadores, bendiciendo la lección indeleble  que nos dejan a pesar de todas las lágrimas. Pues es esta lección de significación sorprendentemente simple, como siempre fue, aunque bajo la forja infalible de las amarguras, cuando son soportadas con ardor y con fe: “¡fuera del amor no hay salvación!” Creo firmemente que este Amor es en cualquier tiempo la liga maestra de la unión indisoluble entre todos los componentes de esta humanidad, así como la claridad solar sobresale, victoriosa, por encima de la transitoriedad de todas las nubes sombrías.
 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita