Entrevista

por Orson Peter Carrara

Una visión trans-histórica y transcultural del Espiritismo

Nacido en Recife (PE), y residente en Brasilia (DF), Denizard Lopes Augusto de Souza (foto) es licenciado en Ciencias Sociales, máster en sociología por la Universidad Federal de Pernambuco y licenciado también en psicología por la Universidad Católica de Brasilia. En el área profesional, trabaja en docencia superior y se desempeña como psicólogo clínico. En las lides Espíritas, participa en la Comunión Espírita de Brasilia, donde colabora en las exposiciones doctrinarias. En esta entrevista, nos cuenta sus experiencias y reflexiones:


Siendo un espírita desde la infancia, con su nombre en homenaje al codificador Allan Kardec, ¿cómo fue esta asimilación espírita a lo largo de la vida? 

Mi abuelo, João Augusto de Souza, se hizo espírita en 1925 y su historia es relatada en el Anuario Espírita 1990 del Instituto de Difusión Espírita. Mi abuelo era comerciante. Un día, pasando frente a la Federación Espírita de Pernambuco, escuchó una voz que le decía: "Entra". Entró y estaba en la tribuna el gran orador espírita profesor Djalma Farias. Desde ese día comenzó a estudiar la obra Kardeciana y se convirtió en conferencista espírita, habiendo fundado varias Casas Espíritas en Pernambuco. De ahí es que le puso el nombre de mi padre: Rivail, en homenaje al sistematizador del Espiritismo, Hippolyte Leon Denizard Rivail. Mi padre, siendo espírita, también decidió honrar a Kardec y me puso como nombre, Denizard, y el nombre de mi hermano mayor, Rivail. En cuanto a la asimilación espírita, se la debo a dos factores: primero al ejemplo único de carácter intachable y elevada formación moral de mi padre (de nostálgico recuerdo, desencarnado en el año 2000) y luego por la vasta "biblioteca espírita", que mi abuelo dejó, como importante patrimonio cultural y espiritual para mi padre, quien supo estimular la lectura y el estudio de esta preciosa colección de libros espíritas.

En las actividades involucrdesarrolladas, ¿qué es lo que más le llamó la atención, ahora maduro y mirando el tiempo que ha pasado?

La lectura y estudio de los clásicos del Espiritismo: Kardec, Léon Denis, Gustav Geley, Richet, William Crookes, Ernesto Bozzano, Johann Karl Friedrich Zöllner, Conan Doyle, entre otros, fueron un descubrimiento o "redescubrimiento" intelectual, científico y espiritual. Todo esto estaba, por así decirlo, al alcance la mano, en la casa de mi padre. Entonces, pasé mi infancia y adolescencia con muchos y diversos libros espíritas, una vasta bibliografía espírita. La Casa Espírita en la que participé activamente hasta 1994 y fue frecuentada por toda mi familia (paterna/materna) fue el Grupo Espírita Regeneración (Recife-PE). En esta institución realicé mi primera conferencia espírita, a la edad de dieciséis años, y desde ese período a la actualidad, son 37 años de actividad en la tribuna espírita. Hasta diciembre de 1994 visité casi todas las instituciones espíritas de Pernambuco, siempre en la tarea de las conferencias y ofreciendo seminarios. Después de mudarme a Brasilia, permanecí en esta tarea de la tribuna espírita y en la promoción de eventos regionales y nacionales y un mundo de diálogo entre espiritualidad y ciencia. Publiqué tres libros académicos y dos libros psicográficos (espíritas, en sentido estricto). También debo destacar que fue muy importante para mí, me refiero a los aspectos personales, de aprendizaje, salud física y mental, y espiritual, el trabajo mediúmnico que realizo desde muy joven en los campos de la psicografía y la psicofonía. Debo decir también que hay una dimensión del trabajo colectivo de los espíritas en Brasil, que representa lo que más me llama la atención: ¡la construcción de una extensa red social de asistencia y solidaridad espírita! Probablemente uno de los más grandes de Brasil y quizás del mundo. En cuanto a mi experiencia personal, creo que la Doctrina de los Espíritus es un puente permanente de acceso a la sabiduría, al autoconocimiento y, sobre todo, al contacto con experiencias numinosas: individuales y grupales, en lo que en esencia somos, ¡luz divina!

En cuanto al trabajo específico del codificador, ¿cómo lo siente a favor de la cultura general en favor de la humanidad, considerando la cantidad de personas que no lo conocen e incluso entre los espíritas, que no lo estudian?

¡Kardec fue un pensador de síntesis, enciclopedista! Logró dialogar con los espíritus sabios, pero nunca ignoró la condición humana de estos mismos espíritus. "Los espíritus para mí nunca fueron reveladores predestinados, sino medios para obtener información" (Obras póstumas – Segunda Parte – Las Primeras Obras – Allan Kardec). Por lo tanto, ¡Kardec es método! Sabía que los espíritus superiores sabían mucho, pero no lo sabían todo. ¡Los principios básicos de la codificación han sido conocidos por la humanidad durante milenios! La reencarnación, la inmortalidad del alma, la vida después de la muerte, el mundo de los espíritus, el cuerpo espiritual, la comunicabilidad de los espíritus, la pluralidad de los mundos habitados son conocimientos ancestrales. Sin embargo, la racionalización científica, filosófica y espiritual, que Kardec imprimió en la revelación espírita, es genuina y original. ¡Tal racionalización de la información traída por los espíritus es la marca Kardeciana! En este sentido, la "razón Kardeciana" no se limita a la racionalidad moderna (ilustrada y positivista), sino que va más allá y dialoga con otras civilizaciones: griega, egipcia, judeocristiana, india, entre otras. El Libro de los Espíritus pasa por la cosmogonía griega, las leyes de la historia (Ilustración), la vida espiritual inmersa en la vida corporal y viceversa, las doctrinas ancestrales de la reencarnación de origen Veda (budista e hinduista), el evolucionismo de la materia, los planetas, la vida y el espíritu. Pero... "El Espiritismo sigue siendo el gran desconocido de los espíritas", ya nos lo enseñaba José Herculano Pires, según Chico Xavier el "Mejor metro que midió a Kardec". En este sentido, y sólo en esto, como fuente inagotable de conocimiento y revelaciones, la Doctrina de los Espíritus, a través de la mediumnidad, puede ayudar al desarrollo social, humano y espiritual de todos.

Desde el punto de vista didáctico de la obra, ¿cómo sitúa El Libro de los Espíritus en sus 4 libros?

De hecho, El libro de los espíritus consta de cuatro tomos o "cuatro libros", y según José Herculano Pires, cada uno de estos "libros" fue desplegado por Kardec en la codificación: la primera parte del libro, "De las Causas Primarias", es ampliada por el codificador en la obra La Génesis. Donde se profundizan las cuestiones de los orígenes del universo, de la materia y del mundo espiritual, de la formación del sistema solar y de la tierra, de los mundos habitados y otras cuestiones de la cosmogonía espírita, a partir de la información fundamental contenida en la primera parte del Libro de los Espíritus. La segunda parte, "De El Mundo Espírita o de los Espíritus", Kardec desarrolla en la obra El Libro de los Médiums, es decir, las cuestiones relacionadas con la mediumnidad, el funcionamiento del mundo espiritual, sus relaciones con el mundo físico, la comunicación constante de los espíritus con los hombres, el sueño y los sueños, los procesos de obsesión espiritual, las formas apropiadas de practicar la mediumnidad, entre otras cuestiones. En la tercera parte del fructífero diálogo de Kardec con los espíritus sabios, se dedica a las "Leyes Morales": Ley del Trabajo, Reproducción, Conservación, Destrucción, de Sociedad, del Progreso, de Igualdad, Libertad, entre otras. Esta es la cara de la Iluminación de El Libro de los Espíritus, ya que tales leyes fueron estudiadas y analizadas por los Iluministas, desde la perspectiva de las "Leyes de la Historia" y el "Devenir Humano". Kardec vuelve a abordar el tema de las "Leyes Morales", iluminándolas por el diálogo establecido con el cristianismo, en la obra El Evangelio según el Espiritismo. En la cuarta parte de El libro de los Espíritus, "De las esperanzas y los consuelos", Kardec está dedicado a las cuestiones del "futuro" de la humanidad, la vida después de la muerte y las consecuencias de la existencia humana en la vida espiritual. Esta parte de la obra encuentra un lugar de desbordamiento en la obra Cielo e Infierno o Justicia Divina según el Espiritismo. En este libro Kardec revisa las doctrinas teológicas del "Cielo" y del "Infierno", de los "Ángeles y Demonios" y del "Porvenir" y la "Nada", tanto en el pensamiento materialista que niega la vida después de la muerte como en las doctrinas tradicionales de las "Penas Eternas".

En una reciente entrevista virtual, usted situó la obra como "trans-histórica y "transcultural". Comente estas dos calificaciones.

¡Así es! ¡El Libro de los Espíritus es una obra de síntesis transcultural y trans histórica! Aunque los espíritus no estuvieran, como por regla general no están, fuera de Cronos, del tiempo histórico, aun así, su visión, con acceso a sus recuerdos de existencias pasadas en civilizaciones o culturas diversas y sus conocimientos como sujeto colectivo, permitió traer a Kardec revelaciones de naturaleza trans histórica y transcultural. Es decir, conocimientos de diversas civilizaciones y culturas:  griega, egipcia, judía, cristiana, hindú, moderna, entre otras. En este sentido, leer El Libro de los Espíritus es revisitar el pasado en lo que tiene de sabiduría universal, pero también superarlo en lo que ha sido superado por la evolución sociocultural de la humanidad.  El Libro de los Espíritus trasciende su época y contexto histórico (segunda mitad del siglo XIX, Francia, revolución industrial, racionalismo y modernidad); va más allá, se refiere al conocimiento futuro: "Pluralidad de mundos habitados", "Materia quintaesenciada" (La mecánica cuántica se elaboró en las primeras décadas del siglo XX), dimensiones y planos de la realidad, etc. Por lo tanto, revisita el diálogo socrático y su dialéctica espiritual de "conocer para ser y ser para conocer",  investiga el mundo espiritual de una manera experimental y científica (modernidad) y proyecta las semillas del futuro...

En el sentido de orientación doctrinaria para efectos del funcionamiento de las actividades espíritas, ¿cómo deben valerse los espíritas las obras de la Codificación?

Como una base fundamental que, si se utiliza adecuadamente, puede orientar las actividades espíritas hacia la gran meta del Espiritismo que es el esclarecimiento humano sobre la vida espiritual, como algo absolutamente natural, diariamente en contacto con el mundo físico y lo más importante: que nadie abandona la condición humana porque desencarna. Si los espíritas estudiamos el Espiritismo como una ciencia natural y social, sin preocuparnos por dogmatizar el pensamiento espírita, ni por elegir "mitos" para seguir o hacer de la mediumnidad algo con un "aura" sobrenatural o sobrehumana, es decir, si estudiamos las obras de Kardec en la perspectiva del diálogo contemporáneo con todas las áreas del conocimiento humano,  esto probablemente evitará las formas de estudio y prácticas del Espiritismo que lo aíslan, dogmatizan, fosilizan y reglamentan en exceso las prácticas espíritas. En otras palabras, necesitamos una práctica espírita más comprometida con las necesidades humanas contemporáneas: psicológicas, sociales, de aprendizaje y espirituales, que centrada en las formas de control y reglamentación del comportamiento humano.   

En las demás obras que siguieron después de El Libro de los Espíritus, ¿qué le gustaría destacar?

El primer capítulo del libro La Génesis, con el título "Carácter de la Revelación Espírita", representa un auténtico tratado de epistemología espírita. En este capítulo, Kardec discute la naturaleza del conocimiento espírita, explicándolo en su carácter progresivo y comprometido con los avances y nuevas revelaciones científicas. El carácter de la revelación espírita es definido así por el codificador: "El Espiritismo es la nueva ciencia que vino a revelar la existencia del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corporal, demuestra este mundo espiritual, ya no bajo lo maravilloso y lo sobrenatural, sino a través de leyes estrictamente naturales". En este sentido, el mundo espiritual es presentado por el Espiritismo sobre bases naturalistas, es decir, una realidad paralela al mundo corporal, pero no por ello fuera de las leyes naturales, que rigen la "Física Trascendental", la "Biología del factor reencarnatorio", la "Sociología de las comunidades espirituales" y la "Psicología del alma", sin corporeidad física. De esta manera, añade Kardec: "El Espiritismo y la ciencia se complementan, la ciencia es impotente para explicar todos los fenómenos sólo por las leyes de la materia; El Espiritismo, sin ciencia, carece de apoyo y comprobación". En suma, destaco este importante capítulo de la obra La Génesis, en el que Kardec delimita el objeto de estudio del Espiritismo: "el mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corporal", pero busca definirlo con un lenguaje y metodología rigurosamente científicos.

¿Y cómo ve El Evangelio según el Espiritismo?

Kardec en la introducción de esta obra distinguió los temas que componían el Evangelio, a saber: "Los actos comunes de la vida de Cristo, las palabras que se tomaron para el fundamento de los dogmas de la iglesia, los milagros, las predicciones y la enseñanza moral". A partir de esto, Kardec declara que tales asuntos son objeto de "controversias teológicas" y disputas religiosas interminables, pero que la "enseñanza moral" del Evangelio era un "estandarte" bajo el cual todos podían reunirse sin divisiones, conflictos o discordias. Es decir, la enseñanza moral de Jesús fue elegida por el sistematizador del Espiritismo como tema central de El Evangelio según el Espiritismo porque esta enseñanza "no era causa de controversia" y, por lo tanto, sería el tema central de la obra. Kardec siempre quiso que el Espiritismo fuera una doctrina universalista, y para ello debía basarse en una Ética también universal: las enseñanzas de Jesús. De esta manera, de manera didáctica, y sin preocuparse por los aspectos controvertidos del cristianismo (dogmas cristianos y debate teológico), Kardec organizó una secuencia de Parábolas y enseñanzas de Jesús, comentadas por él y por los espíritus sabios que guiaron e inspiraron la obra Kardecista. Su objetivo con El Evangelio según el Espiritismo es claro: "Demostrar que la doctrina espírita está enraizada en las enseñanzas de Jesús" y que el Espiritismo completa el Evangelio de Jesús. Por lo tanto, Kardec ve una afinidad electiva entre las enseñanzas de Jesús (no teológicas y no dogmáticas) y las enseñanzas de los Espíritus Sabios, y algunos de estos mensajes fueron firmados en el libro mismo: Juana de Arco, Fénelon, Emmanuel, Juan Evangelista, el cura d'Ars, Paulo de Tarso, entre otros. Termina con un texto del Advenimiento del Espíritu de la Verdad en la obra en referencia: "Vengo como ayer a los hijos equivocados de Israel, para traeros la verdad y disipar las tinieblas. Escúchenme, el Espiritismo, como en el pasado mi palabra, ha venido a recordar a los incrédulos al Dios bueno y al Dios grande, que hace subir las olas. ¡Revelé la doctrina divina, revelé el Espiritismo! ¡Pero los hombres ingratos que son se han desviado del camino recto y largo que conduce al reino de mi padre! ¡Él no quiere aniquilar a la raza humana, quiere que ayudándose unos a otros, vivos y muertos, os socorráis mutuamente! Porque la muerte es la resurrección y la vida es la oportunidad buscada en la que las virtudes que conservasteis se desarrollarán como el cedro". ¿Quién vino como "ayer a los descarriados hijos de Israel"? Fue, ¡Jesús mismo! ¿Quién podría haber sabido que el cedro, también mencionado en el texto, es un árbol típico de Palestina y abundante en la época de Jesús? Finalmente, El Evangelio según el Espiritismo es la reconexión con el cristianismo primitivo.

En general, muchos grupos mediúmnicos no observan las observaciones claras de El Libro de los Médiums, facilitando tergiversaciones de todo tipo, inclusive daños psicológicos a los médiums.  ¿A qué podemos atribuir eso?

Los médiums, en nuestra opinión, enfrentan tres grandes desafíos, todos muy importantes: metodológicos, éticos y espirituales. La metodología se refiere a la forma en que lidiamos con la mediumnidad, es decir, tanto en nuestra vida cotidiana como en el trabajo mediúmnico propiamente dicho. Los médiums auténticos lo son las 24 horas del día, en sus rutinas y relaciones cotidianas, siguen siendo médiums, enfrentando el reto de tratar con personas y ambientes que les afectarán y también serán afectados por médiums. Los médiums que traen a la reencarnación el desbordamiento periespiritual espontáneo, la base de cualquier fenómeno mediúmnico, están todo el tiempo capturando los "bastidores psíquicos" de los ambientes y de las personas, volviéndose personas ultrasensibles. De ahí el primer aspecto del desafío metodológico: tendrán que aprender a lidiar con la mediumnidad, como una facultad psi espontánea y natural, para protegerse del acceso a las energías "indeseables" tanto de encarnados como de desencarnados. Esto implica método y disciplina mental, también recogimiento emocional y espiritual. Los médiums auténticos interactúan con personas encarnadas y desencarnadas, sin la mediación del lenguaje consciente, sin la manifestación del lenguaje. De manera, "semiconsciente", porque es de mente a mente o de alma a alma. Esto requiere mucha disciplina para no interactuar de forma inapropiada con personas, ambientes y situaciones. Por supuesto, la oración, la meditación, el silencio interior, los pases y la búsqueda del equilibrio espiritual y emocional son esenciales para el buen cumplimiento de este desafío cotidiano. En las reuniones mediúmnicas, el desafío metodológico continúa: los grupos necesitan ante todo tener una gran sintonía, auténticos lazos de amistad y fraternidad, afecto puro de unos a otros, ausencia de deseos de competencia y dominación y mucho espíritu de servicio. Imaginemos lo que representa para un grupo mediúmnico, que cumple todos los "ritos" (aquí en el sentido social del término), las normas externas: horario, lecturas, oraciones, etc., ¿pero no se entienden y desarrollan “antagonismos personales”. ¡Todo lo demás está comprometido! Entonces, es importante lo metodológico, las normas básicas de mediumnidad: puntualidad, asistencia, alimentación frugal, conducta de evitar el alcohol, etc. Pero la esencia del buen desarrollo del trabajo mediúmnico es la armonía de sentimientos y la afinidad electiva entre los miembros de los grupos. Esta armonía del grupo presupone un objetivo común, una tarea abrazada por todos como grupo. Percibo en el funcionamiento de los grupos mediúmnicos e incluso de las Casas Espíritas mucha preocupación por la "reglamentación" del comportamiento colectivo, pero mucho menos enfoque en las relaciones humanas y sus vicisitudes. Por lo tanto, estudiemos el método Kardecista en la lectura mediúmnica, bien expuesto en El Libro de los Médiums. Pero, al lado del aspecto metodológico de la conducción del trabajo mediúmnico, nunca nos apartemos de la esencia de la Ética Espírita: el respeto incondicional por la condición del otro, en su etapa de desarrollo personal, emocional y espiritual. En esto está contenida la Ley del Amor revelada por Jesús y reafirmada en El Evangelio según el Espiritismo.

¿Algo más que quisiera añadir?

Dejo aquí una advertencia basada en ejemplos históricos: diversas doctrinas a lo largo de la historia de la humanidad se han desarrollado y adaptado a las instituciones, a los intereses económicos, ideológicos y políticos. Resultando este proceso de adaptación institucional, como fue el caso histórico del cristianismo, en profundas modificaciones en los valores y objetivos establecidos en el Evangelio. Así, los espíritas brasileños, que participamos de la mayor comunidad espírita del planeta, tenemos la tarea histórica de mantener el Espiritismo a la altura de Kardec y de los principios establecidos por el sistematizador de la Doctrina de los Espíritus: carácter progresivo y racionalista de la enseñanza de los espíritus, diálogo constante del Espiritismo con la ciencia de cada período histórico ("Fe Inquebrantable es sólo la que enfrenta la razón cara a cara en todos las épocas de la humanidad"),  "Tolerancia, Trabajo y Solidaridad", "Universalidad de la enseñanza de los espíritus", "Pluralidad de fuentes mediúmnicas", entre otros fundamentos irrenunciables de la metodología Kardeciana. ¡No hay Espiritismo sin Kardec y su método! Por lo tanto, que la obra Kardeciana sea nuestro "Norte" y nuestra brújula, y todo lo demás sea subsidiario y cuando sea posible complementario y dialógico con la codificación Kardeciana.

Sus palabras finales.

Creo que el Espiritismo tiene una gran contribución que ofrecer a la civilización occidental moderna, la única civilización que se ha hecho universal y ha dado forma a todas las culturas del planeta Tierra. De las doctrinas espirituales existentes en el mundo, el Espiritismo es precisamente la que más y mejor propone, desde sus orígenes Kardecianos hasta la contemporaneidad, el diálogo con el conocimiento de esta civilización moderna, especialmente con la ciencia y la filosofía modernas. Por lo tanto, si nosotros los espíritas sabemos poner el Espiritismo en un régimen de diálogo y sintonía con los conocimientos necesarios para la civilización que se ha globalizado en el planeta, podemos ofrecer una contribución relevante a la humanidad.

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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