Entrevista

por Marcel Bataglia Gonçalves

El Espiritismo es religión en su esencia de practicar lo que predica

Nacido en São Paulo, la capital paulista, Juan Carlos Orozco (foto), graduado, con maestría, doctorado y postdoctorado en Ciencias Militares, vivió, debido a su profesión, en varias ciudades del país, estableciéndose definitivamente en 2014 en la Capital Federal, Brasilia. Además de ser conferencista en tres instituciones espíritas radicadas en el Distrito Federal, es escritor en los periódicos Brasilia EspíritaO Consolador y el periódico "O Inmortal".  En esta entrevista, nos habla de las buenas prácticas espíritas y de cuán importante es la doctrina espírita para la evolución de la humanidad y la transformación de los mundos:


¿En qué momento tuvo contacto con la Doctrina Espírita?

En 2014, en el antiguo Grupo Espírita Fraternidad de María (GEFRAMA), hoy Obras Sociales Fraternidad de María (OSFRAMA), en Brasilia/DF, durante una atención fraterna, una entidad espiritual me dijo que leyera El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec, lo que intenté, pero no entendí bien sus textos. Después de ese consejo, un amigo y trabajador de la Casa me invitó a dar una conferencia sobre un capítulo de la misma obra. El desafío fue grande, pero superarlo me brindó el inicio de la caminata doctrinaria. De esa experiencia, tomada por un inmenso deseo de leer todo el Evangelio, como queriendo recuperar el tiempo perdido, nunca más paré de leer, leer y leer.

¿Hubo algún acontecimiento especial que proporcionó este contacto inicial?

Dicen en nuestro medio que uno busca la Casa Espírita por amor o dolor. Yo fui por el dolor. Busqué el GEFRAMA para pedir la intercesión espiritual por un miembro de mi familia que necesitaba urgentemente ayuda del mundo espiritual. Este hecho me llevó a la Doctrina Espírita.

¿Cuál fue la reacción de su familia ante su adhesión a la Doctrina?

La adhesión a la Doctrina Espírita ocurrió progresivamente, conforme iba profundizando los estudios y las reflexiones sobre el Espiritismo, porque todo en la vida tiene su tiempo para: sembrar, desarrollar, crecer, madurar, preparar y servir. A pesar de la conversión al Espiritismo, no abandoné el origen católico, que me inició en la religiosidad cristiana. Por lo tanto, mi adhesión al Espiritismo no trajo ninguna reacción por parte de la familia, porque cada uno tiene su convicción y creencia. De hecho, hay respeto mutuo por parte de todos los miembros de la familia, incluidos los ateos.

De los tres aspectos del Espiritismo - científico, filosófico y religioso - ¿cuál es el que más le atrae?

El que más me atrae es el aspecto religioso del Espiritismo, que se ocupa de las consecuencias morales de la enseñanza científico-filosófica, buscando en la ética y la moral predicadas por Jesús los elementos que deben guiar la conducta del ser humano hacia el Creador. Aunque el Espiritismo no es una religión constituida, tradicional, estructurada en base a rituales, sacramentos, dogmas y clases sacerdotales, se preocupa por la actitud de vida y el proceder, buscando una identificación con Dios, a través de una vida recta, digna y fraterna, y no a través de actitudes exteriores, artificiales y mecanizadas. El Espíritu Emmanuel, en el libro "Verdad y amor", en la psicografía de Francisco Cândido Xavier, en el texto "Amor y verdad", sintetiza: "La verdad es Luz. Mientras que el Amor es la Vida misma."  En pocas palabras, Emmanuel resume nuestras tareas en la búsqueda de la perfección, teniendo al Maestro Jesús como modelo, guía y camino de vida en dirección al Padre. Este texto coloca la verdad y el amor uno al lado del otro, como esenciales y complementarios para emprender caminatas de aprendizaje sublime, servicios y progreso. La liberación por la verdad es un largo proceso por el trabajo incesante en la práctica del amor al prójimo como a uno mismo. Entonces, los aspectos científicos y filosóficos de la Doctrina Espírita son de suma importancia para iluminar nuestro interior con las verdades eternas para purificar nuestros corazones y conducirnos al camino del bien. Pero es el amor en acción, la ley del amor en su práctica, lo que realmente nos impulsará a la tan buscada evolución moral y espiritual, haciéndonos actuar de acuerdo con las enseñanzas y ejemplos del Maestro Jesús, teniéndolos como una guía de vida. Este aspecto religioso de la Doctrina Espírita es lo que impulsa la práctica del amor divino que Cristo nos enseñó.

¿Qué libros espíritas haya leído considera indispensables para los hermanos que comienzan su jornada?

Primero, recomendaría leer la Codificación Espírita de Allan Kardec, comenzando con "El Evangelio según el Espiritismo", luego "El Libro de los Espíritus". Otro libro que da una noción general de la Doctrina es "Qué es el Espiritismo". Estos libros son básicos e imprescindibles para servir de referencia a la hora de complementar la literatura. La Doctrina Espírita es dinámica y progresiva, porque no fue dictada completa, ni impuesta a la creencia ciega, porque se deduce, por el trabajo del hombre, de la observación de los hechos que los Espíritus ponen bajo los ojos y de las instrucciones que dan. Así, las revelaciones son incesantes, complementarias y acumulativas de conocimientos, siendo transmitidas por diversos medios y médiums. Por ello, el Espiritismo continúa siendo complementado por nuevas revelaciones, de acuerdo con nuestra evolución intelectual, moral y espiritual, que impulsarán la capacidad de asimilación de nuevos conocimientos que apoyarán el progreso adecuado rumbo a la perfección relativa a la que está destinada la humanidad. De esta manera, las diversas colecciones de literatura complementaria deben ser objeto de lectura por aquellos que están comenzando su caminata, especialmente las ya consagrados por las diversas instituciones y editoriales espíritas.

Las divergencias doctrinarias en nuestro entorno se reducen a unos pocos temas. Uno de ellos se refiere al Espiritismo laico. Para usted, ¿el Espiritismo es una religión?

Con toda certeza, el Espiritismo es religión, pero no en los moldes de otras creencias: es religión en su esencia de practicar lo que predica. Todo conocimiento sin la práctica es inútil, sería lo mismo que la fe sin obras. Allan Kardec, en ”El Libro de los Médiums”, Parte 1, Capítulo III, ítem 24, esclarece: "... El Espiritismo reposa sobre las bases fundamentales de la Religión y respeta todas las creencias; que uno de sus efectos es inculcar sentimientos religiosos en aquellos que no los tienen, fortaleciéndolos en aquellos que los tienen vacilantes".  Además Kardec, en la Revista Espírita, de diciembre de 1868, en el discurso de apertura, dijo: "En el sentido filosófico, el Espiritismo es una religión, y nos vanagloriamos de ello, porque es la Doctrina que funde los lazos de la fraternidad y la comunión de pensamientos, no sobre una simple convención, sino sobre bases más sólidas: las propias leyes de la naturaleza".

El Espíritu Emmanuel, en el libro "El Consolador", en "Definición", en la psicografía de Francisco Cândido Xavier, enseña: "Podemos tomar el Espiritismo, simbolizado (...) como un triángulo de fuerzas espirituales. La ciencia y la filosofía unen esta figura simbólica a la tierra, pero la religión es el ángulo divino que la une al cielo. En su aspecto científico y filosófico, la doctrina será siempre un campo noble de investigaciones humanas, como otros movimientos colectivos, de naturaleza intelectual dirigidos al perfeccionamiento de la humanidad. En el aspecto religioso, sin embargo, reside su grandeza divina, porque constituye la restauración del Evangelio de Jesucristo, estableciendo la renovación definitiva del hombre, para la grandeza de su inmenso futuro espiritual".  Por todo esto, el carácter religioso del Espiritismo es el amor en acción, el amor en la práctica, el amor que surge de la luz que ilumina el corazón, sin ritos, dogmas o prácticas formales.

¿Le agrada el movimiento espírita en nuestro país o le falta algo que favorezca una mejor divulgación de la Doctrina Espírita?

El Espiritismo nació en Francia, creando sus raíces en Brasil, la Patria del Evangelio, denominación dada por el Espíritu Humberto de Campos, considerando varios factores de formación de la nacionalidad brasileña que contribuyen a una mayor evangelización de su pueblo, que también favorecen la divulgación de la Doctrina Espírita. La expansión del Espiritismo en Brasil ha superado varios obstáculos y desafíos para acoger la nueva Doctrina y llegar a la etapa actual. Al igual que los primeros profetas y mensajeros divinos, todo fue con mucho sacrificio, perseverancia y determinación en los propósitos. No fue una tarea fácil, involucrando el esfuerzo de todos aquellos que aceptaron seguir los pasos del Maestro Jesús: ser la sal de la tierra y la luz del mundo para sus semejantes. En mi percepción, el movimiento espírita en Brasil está es expansión y siguiendo su camino trazado por el Mentor Espiritual Ismael. Sin embargo, como todo movimiento que crece, no se puede perder el control, sobre todo para mantenerse fiel a los preceptos que dieron origen al camino del bien y de la caridad, sin desviarse del camino de la verdad y de la vida en dirección al Padre, especialmente ante las circunstancias que pueden sacudir la ley mayor del amor y honrar su lema:  ¡Fuera de la caridad no hay salvación! En este contexto, lo más importante para favorecer una mejor divulgación de la Doctrina es dar el ejemplo, confiabilidad y autoridad a lo que predica y difunde. Si no hago lo que predico, difícilmente alguien creerá en su divulgación. El momento actual exige perseverancia y vigilancia por parte de los trabajadores espíritas. La rectitud de comportamientos, actitudes y procedimientos en el camino del bien y de la caridad tendrá un efecto aglutinador por la fe y la confianza, que vale más que mil palabras. Debido a la expansión del movimiento, crece la importancia de la vigilancia y la dedicación a los estudios, para obtener los verdaderos conocimientos doctrinarios espíritas, a través de la correcta asimilación de los principios del Espiritismo, estimulando la práctica de las verdades que liberan el alma.

La preparación del advenimiento del mundo de regeneración en nuestro planeta ya ha dado, como sabemos, sus primeros pasos. ¿En cuántos años cree que la Tierra dejará de ser un mundo de pruebas y expiaciones, pasando plenamente a la condición de un mundo de regeneración en el que, según San Agustín, la palabra amor estará escrita en todas las frentes y una equidad perfecta regulará las relaciones sociales?

El momento actual de transición planetaria ha comenzado, pero no hay forma de precisar cuándo se consolidará. No estamos hablando de día, hora, minutos y segundos, sino más bien de un período determinado por Dios. Cuando hice una conferencia sobre las señales de los tiempos, comenté que muchos se asustan con el Apocalipsis escrito por Juan el Evangelista a través de símbolos y  alegorías, relacionando esa revelación con el fin del mundo. El Apocalipsis, revelación de Jesucristo, que fue dada por Dios, en lugar de anunciar el fin del mundo narra el comienzo de una Nueva Era de la Humanidad. Otra pregunta que deja a muchos ansiosos y con miedo: ¿Hay una hora y fecha marcadas para que todo esto ocurra? Varios textos evangélicos responden a esta pregunta: "En cuanto al día y la hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre". (Mateo, 24: 36) "Vigilad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor." (Mateo, 24: 42) "Señor, Señor, ¡ábrenos la puerta! Pero él respondió: En verdad os digo que no os conozco. Por tanto, vigilad, porque no conocéis ni el día ni la hora". (Mateo, 25:13)

Por la parábola de las diez vírgenes (Mateo, 25:1-13), aquellos que no se preparen para estos tiempos se perderán el comienzo de las bodas, cuando se cierren las puertas de un momento a otro. De ahí la importancia de perseverar en la vigilancia necesaria, porque no se puede precisar el momento en que tendrá lugar la transición de la humanidad, por ello la alerta: "Por lo tanto, vigilad, porque no sabes ni el día ni la hora". Entonces, tengamos la debida cautela cuando nos presenten alguna fecha para que estas cosas ocurran. La transición planetaria trata del fin de un ciclo evolutivo de la humanidad, de los tiempos de un mundo viejo, con la desaparición de todo lo que es contrario a la moral, la justicia y la ley de Dios, con el surgimiento de un nuevo mundo bajo la égida de la verdad, del buen entendimiento, de la suavidad de carácter, de la equidad, del amor, la paz y la fraternidad universal. Debemos actuar con cuidado para no ser comprometidos y engañados por falsos profetas porque, sometidos al peso de las pruebas, estaremos más expuestos y debilitados. Así, surgirán especuladores que se alimentarán del sufrimiento en el Planeta, representados por Espíritus inescrupulosos y mentirosos, que nos presentarán ciertas fechas o determinados momentos para el tal "fin del mundo" o "fin de la transición planetaria".

Frente a los problemas que enfrenta la sociedad terrena, ¿cuál debe ser la máxima prioridad de quienes actualmente dirigen el movimiento espírita en Brasil y en el mundo?

Varios libros del Espíritu Manoel Philomeno de Miranda, en la psicografía de Divaldo Pereira Franco, traen alertas dirigidas a dirigentes y trabajadores espíritas. En las revelaciones de esos libros, una inescrupulosa colectividad de Espíritus del mal ha actuado astutamente, explotando la vulnerabilidad y debilidad de muchos trabajadores de última hora que no están vigilantes, socavando su conducta. Incluso se atreven a dar una nueva interpretación a las obras de la Codificación, que algunos simpatizantes creen como "verdad" y buscan difundir. Ante esta situación, voces del mundo de los espíritus llaman a los trabajadores del bien a la vigilancia y a la oración como una forma de neutralizar esas incursiones del mal. Por ejemplo, el libro "Perturbaciones Espirituales", en varios capítulos, describe ataques a los núcleos espíritas y a sus servidores, llevándonos a reflexiones de vigilancia, autocrítica, autoconocimiento, reforma íntima y a revisar nuestra conducta ética y moral para no caer en tentaciones que producen caídas severas. Las fuerzas del mal de otras épocas, verdaderos anticristos, se han unido en la batalla con enemigos comunes. En la imposibilidad de llegar a Cristo, trazaron un plan hábil para desviar a los nuevos cristianos de sus caminos de verdad y vida en dirección al Padre. Valiéndose del vampirismo y la obsesión, buscan dominar la Tierra como en los tiempos oscuros de las Cruzadas y la Inquisición. Permaneciendo en la Palabra y conociendo la verdad divina, en la búsqueda de la transformación moral liberadora, la perseverancia y la vigilancia emergen como preceptos esenciales de conducta en las luchas renovadoras, en las cuales somos convocados a tomar las decisiones correctas en favor de los sentimientos más elevados de fraternidad universal, a través de la práctica de la caridad hacia nosotros mismos y hacia nuestros semejantes. Por todo esto, veo como una prioridad para los dirigentes espíritas la observación de esas llamadas de alerta provenientes del mundo espiritual para que los trabajadores espíritas no caigan en la tentación y se desvíen del camino recto del amor, el bien y la caridad.

Sus palabras finales.

En nuestras jornadas, encontramos piedras en el camino representadas por dificultades de cualquier naturaleza, que pueden sofocar la fe, la confianza, los talentos que Dios nos ha dado y la esperanza en días mejores en la búsqueda de nuestras metas, ideales y perspectivas de servir. También pueden ser vistas como condicionamientos o reflejos dominantes de la personalidad que se expresan bajo la forma de intereses pasajeros, superficiales y que no ceden espacio a pensamientos más profundos. Podemos removerlas por el conocimiento de las verdades que liberan, aprovechándolas para construir la morada interior sobre cimientos celestiales. Del esclarecimiento y la conducta de cada uno de nosotros dependerá la felicidad o la desdicha. Tropezando, pisando, cayendo, removiendo o construyendo con las piedras del camino, tenemos valiosas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Los tropiezos vendrán, pero la diferencia está en cómo comprendemos las lecciones que podemos sacar de ellos. A menudo pensamos en las dificultades y esfuerzos que necesitamos para lograr algo en la vida, imaginando los grandes obstáculos que pueden surgir e impedir que continuemos en el camino previamente trazado. Sembramos la duda sobre la capacidad de perseguir nuestras metas y superar los desafíos de la vida, sintiéndonos inseguros e incrédulos, lo que dificulta la búsqueda de las cumbres más altas de la evolución espiritual. Las personas con estas piedras interiores, ante los obstáculos más pequeños que surgen en el ejercicio del bien, no pueden mantenerse fieles a las enseñanzas de Jesús, alejándose de Él. Visualizamos los grandes obstáculos, pero tropezamos con las pequeñas piedras del día a día. De hecho, las piedras más grandes que debemos remover están dentro de nosotros mismos, para que podamos alcanzar la tan buscada edificación del reino de Dios. Considerando las diferentes etapas evolutivas, cada cual, en su tiempo, el Espíritu tendrá que despertar la conciencia para empezar a comprender mejor los mecanismos que gobiernan el Universo y las verdaderas razones de ser de nuestra existencia. Esta transformación sólo tendrá lugar a través de una reforma íntima por el autodescubrimiento y el autoconocimiento, con trabajo, esfuerzo y mérito. Comprenderá que las piedras del camino son necesarias para las debidas enseñanzas, reflexiones y aprendizajes para seguir la trayectoria evolutiva en la búsqueda de la perfección relativa a la humanidad, con Jesús como modelo y guía, y sus enseñanzas y ejemplos como directrices de vida, porque nadie llega al Padre sino a través de Él. Entonces, las piedras en el camino pueden retrasar, estacionar o acelerar nuestro progreso, dependiendo de cómo las visualicemos y las usemos. Remueva las piedras de su camino y construya su futuro con ellas. 

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita