Entrevista

por André Ribeiro Ferreira

Creci y aprendí mucho en
las relaciones espirituales
e interpersonales

El testimonio contenido en la frase de arriba es de nuestro entrevistado, Ruy Barbosa Meireles (foto), oriundo de Luziânia, Goiás, donde reside. Licenciado en Derecho por el antiguo CEUB, está jubilado como Registrador, después de desempeñar este cargo durante 44 años. Espírita desde mayo de 1990, ha trabajado desde entonces en numerosas actividades: conferencias, atención fraterna, psicografía, psicofonía, aplicador de pases, recepcionista, dialogador en grupo mediúmnico, coordinador del grupo de irradiación.

En el movimiento espirita de Goiás fue durante 20 años coordinador regional de la 10ª  Región de la Federación de Goiana, integrada por las ciudades de Luziânia, Cristalina, Cidade Ocidental, Valparaíso de Goiás y Novo Gama, y actualmente es director de Unificación de la Federación Espírita del Estado de Goiás, además de participar en el Centro Espírita Paz, Amor y Caridad, de Luziânia, del que fue presidente durante 20 años y, actualmente, 3º vicepresidente.

En la entrevista que nos concedió, nos cuenta, entre otros temas, sobre su iniciación al Espiritismo.

Cuéntanos sobre su vida y sobre Luziânia, su ciudad natal.

Nací el 28/8/1950.  Mi infancia y juventud fueron muy limitadas en todos los aspectos porque Luziânia es una ciudad pequeña y distante de grandes ciudades, hasta la construcción de Brasilia.  En 1977, fui a la escuela secundaria en Goiânia, capital del estado de Goiás.  Al concluir la escuela secundaria, regresé a Luziânia y tomé el curso de Derecho en el CEUB.  Luziânia siempre fue una ciudad de tradición católica y, como no podía dejar de ser, toda mi familia era católica practicante, sobre todo porque aquí prácticamente solo había Catolicismo. Actualmente la ciudad mantiene su tradición católica, pero compartiendo espacio religioso con el Espiritismo y las Iglesias evangélicas. Luziânia es una ciudad bicentenaria, cumplió 274 años el pasado 13/12. 

¿Cómo conoció la Doctrina Espirita?

Conocí la Doctrina Espírita por invitación de un amigo. En ese momento, ya estaba alejado de la Iglesia Católica, después de coordinar durante 10 años la Juventud Católica de Luziânia. Mi alejamiento se debió a mis cuestionamientos sobre varios puntos doctrinarios con los que no estaba de acuerdo. Sabía que no era la forma en que el sacerdote estaba hablando, pero no sabía cómo era.  En la Doctrina Espiritista encontré la forma en que las cosas son verdaderamente (preguntas sobre el Cielo y del Infierno, que la vida termina, que no volvemos aquí - reencarnación - que Dios y Jesús son una sola persona, etc.). Estas preguntas me hicieron buscar el Espiritismo, a pesar de que en esa época tenía mucho miedo de él debido, por supuesto, a mi falta de conocimiento.

¿Qué más lo atrajo y le gustó de la Doctrina Espirita?

Algunas cosas fueron básicas para que sea espírita: la reencarnación, porque justificaba nuestras diferencias en todos los sentidos; yo soy artífice de mi felicidad; Dios es un Padre bueno, justo y verdaderamente misericordioso; las conexiones espirituales del pasado que me esclarecieron varias preguntas, especialmente los familiares; la pureza doctrinaria y evangélica.

Cuéntenos sobre la experiencia de ser presidente del Centro Espírita Paz Amor y Caridad - CEPAC.

La Presidencia del Centro fue una experiencia enriquecedora que me trajo grandes conocimientos y enseñanzas. Tratar con las personas y situaciones tan importantes y trascendentales es de mucha responsabilidad, porque el Centro Espírita no es una institución cualquiera y requiere una actitud de coherencia entre lo que se habla y lo que se hace. También se trata de la parte espiritual de las personas y del propio Centro. Tuve que lidiar con las diferencias para que no se convirtieran en divergencias dentro del Centro.  Crecí y aprendí mucho en las relaciones espirituales e interpersonales.

Según su percepción, ¿cuál es el papel principal de una Casa Espírita?

Para mí, todos los papeles que desempeña una Casa Espírita son de importancia fundamental: la recepción/acogida, la atención fraterna a los encarnados y desencarnados, la conferencia pública, los pases, la evangelización del niño, de los jóvenes y de los adultos, los estudios sistematizados de Doctrina. Pero si tuviera que destacar uno, aunque todos son importantes, diría que es el trabajo de recepción y acogida, porque abre las puertas del Centro Espírita para todas las personas que recurren a él.

¿Cómo y cuándo empezó su actividad de conferencista espírita?

Mi actividad como conferencista espírita comenzó en octubre de 1992, dos años después de llegar a la Casa Espírita, por invitación del entonces presidente del CEPAC. Hasta momento, he ofrecido 995 conferencias en Centros Espiritas del Distrito Federal y en Goiás, Minas Gerais, Mato Grosso, São Paulo, Bahía, en un total de 61 Centros Espíritas, además de haber participado en diversos talleres y encuentros espíritas.

¿Cuál es el mejor camino para convertirse en un buen conferencista espírita?

El primer camino es el estudio constante del Evangelio y de las obras espíritas. Después, el amor al trabajo, la dedicación, la disposición, la disponibilidad. Tomar un curso de oratoria, si esto es posible; leer sobre el tema para mejorar progresivamente; escuchar las conferencias que hice; escuchar otras conferencias y conferencistas; ser humilde, entendiendo que aprendemos más de lo que enseñamos, porque somos aprendices y no maestros.

¿Cómo ve la interacción de la mediumnidad con la conferencia pública?

La conferencia es también, hasta cierto punto, una actividad mediúmnica, porque el conferencista recibe las intuiciones, las inspiraciones de los mentores espirituales. Entonces, desarrollar la mediumnidad, mejorándola, ayuda en este intercambio que sucede durante una conferencia. Innumerables veces, después de una conferencia mía, una persona viene y me dice: eso, y menciona lo que dije, fue muy importante para mí. Y entonces me quedo pensando: pero yo no hablé de ese tema... Fue una inspiración del mentor o del espíritu protector de esa persona, para ayudarla.

Cuéntenos algún caso relacionado con sus conferencias que también se han transformado en una lección de vida.

Al llegar a un Centro Espírita para dar una conferencia, conversando con el dirigente, él me dijo: - Ruy, el público está ansioso por oírte hablar sobre el tema de la noche. Le dije: el tema de hoy es muy importante, y le dije el tema de la conferencia. Entonces me dijo: es no es el tema; el tema es tal.  Pensé, ¿y ahora qué? El público está esperando el tema que mencionó el dirigente, por lo tanto, tengo que hacerlo, porque no puedo decepcionar al público. Después de la conferencia, varias personas vinieron a decirme que esa era una de las mejores conferencias que hice en esa Casa. El aprendizaje es que el conferencista siempre debe estar preparado para cualquier exposición. Y esa preparación se adquiere con el estudio permanente, constante e ininterrumpido de Doctrina.   

Según su parecer, ¿qué es necesario y se puede mejorar en la formación de nuevos trabajadores espíritas?

En primer lugar, es necesario que estos nuevos trabajadores se comprometan con el trabajo. Desafortunadamente, al principio todos se ponen a disposición para el trabajo. Pero lo que vemos en la práctica es que después de unos meses en el trabajo, comienzan a producirse ausencias, que en su mayoría son injustificables. Otra cosa, después del compromiso con el trabajo: la formación debe ocurrir de una manera práctica, atractiva y ligera. Muchas veces, la formación exige tanto a los nuevos trabajadores que puede ocasionar su alejamiento precoz. Una cosa es real: si el nuevo trabajador no se involucra, no quiere, no responsabiliza del compromiso asumido, no hay formación que  dé resultado. ¡Es lamentable!

En ese contexto, ¿cuál es el papel de los dirigentes espíritas?

El dirigente debe tener sensibilidad para detectar, a priori, a los verdaderos interesadas en el trabajo. Muchas veces, hay emoción, entusiasmo de la persona, que pronto se enfría con el tiempo. Creo que tiene que haber una entrevista con esta persona, tratar de entender las verdaderas razones que la llevan a buscar el trabajo, su potencial para entender la tarea, la responsabilidad, el trabajo conjunto (físico y espiritual). Mostrarle a esa persona que la decisión es suya, pero que asume una carga espiritual en la deserción. La concientización del futuro trabajador es muy importante.  

Sus palabras finales a nuestros lectores, en este momento en que la humanidad pasa por la pandemia del coronavirus.

Quiero dejar aquí mi agradecimiento por esta oportunidad y decir a todos que el momento presente, como tantos otros momentos, nos está exigiendo acciones de paz, armonía, comprensión, solidaridad, fraternidad y compromiso con la salud de todos. Este momento no es un castigo de Dios a sus hijos, sino una consecuencia de nuestros actos a lo largo de los milenios, los cuales han infestado el aura de nuestro planeta de vibraciones deletéreas, que causan momentos tan delicados como el presente. Que podamos, y tenemos las condiciones para esto, contribuir a la salud de nuestra Orbe, pensando y actuando en el bien, en  el amor. ¡Paz a nuestros corazones!
 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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