Entrevista

por Orson Peter Carrara

El arte teatral tiene mucho que aportar a la difusión de las enseñanzas espíritas

Andrea Moraes (foto), nacida en Río de Janeiro (RJ), donde reside, integra del equipo de trabajo del Taller de Estudios de Arte Espírita y también participa como evangelizadora y profesora de teatro. Con formación en Marketing, trabaja profesionalmente como consultora comercial. En la entrevista que sigue nos habla, entre otros temas, sobre la importancia del arte teatral en la sensibilización humana.

¿Cómo y cuándo conociste al espiritismo?

Desde la adolescencia conviví con muchos episodios de manifestación mediúmnica sin entender lo que me estaba sucediendo, hasta que, a la edad de 27 años, una amiga de mi familia me invitó a conocer una casa espírita, la Casa de Jesús, donde empecé a estudiar el ESDE, luego en un grupo de estudio mediúmnico y participar en la evangelización.

¿Cómo surgió su interés por el teatro?

El teatro es parte de mi vida desde una edad temprana, desde los días escolares. En la escuela secundaria estudié en el Colégio Estadual Visconde de Cairu, en Méier, barrio Río de Janeiro, donde había un grupo de teatro muy bueno, Imagem. Luego, al tomar el curso de teatro de Oswaldo Montenegro, me gustó más, pero no actué durante mucho tiempo y terminé yendo a la producción y me interesé más en capacitarme para dar clases. Empecé con un proyecto en instituciones para delincuentes infantiles y luego en la Casa de Jesús, con el Grupo Cativar. Entonces, el teatro en mi vida ha estado más dentro de la doctrina espírita. En el Taller de Estudio de Arte Espírita doy clases desde hace más de 10 años. Hicimos el musical Entre el cielo y el infierno, que está disponible en el canal de YouTube del Taller y estamos empezando a preparar uno nuevo.

¿Cómo considera la interacción entre el teatro y el Espiritismo?

Considero que uno alimenta al otro de una manera que el resultado puede ser muy interesante, ya sea en la experiencia estética o en la espiritual. El teatro proporciona al Espiritismo la técnica y la teoría de la interpretación, con diversas metodologías. Corresponde entonces al grupo estudiar, conocer y ver la que se adapta mejor a su propuesta. En el Taller elegimos tener a Stanislavski como base y usamos otras referencias para complementar.

El Espiritismo le da al teatro la mirada que trasciende la materia, todo un conjunto de conocimientos, lo que hace que quienes trabajan con el teatro tengan otra mirada de su trabajo artístico. Empezando por la propuesta de autoconocimiento que nos proporciona la doctrina, lo que para el artista es realmente una inmersión en sí mismo. Luego está el conocimiento de la interacción con el plano espiritual, ya sea en la intuición en el momento de la creación, o en la comprensión de que el público está compuesto no sólo de encarnados, además del conocimiento del periespíritu y sus propiedades en la práctica. Cuando estamos en el escenario la mirada del artista espírita se expande, él sabe que es un ser con una capacidad vibratoria, que esa vibración entrará en contacto con la vibración de aquellos que están en la escena con él y con el público.

¿Qué es más lo difícil en la interpretación teatral?  

Vivir otra vida, con una personalidad distinta a la tuya, con verdad, aún más si es muy diferente de tu realidad. Esto requiere renunciar a tu personalidad momentáneamente. Es decir, la interpretación debe ser profunda y verdadera, porque tiene que ser creíble para aquellos que te miran. Para ello, aquellos que van a interpretar tienen que estudiar, observar, crear voz, adaptar su cuerpo, sentir cómo vibra el personaje. Todo esto requiere disponibilidad de tiempo y de espacio emocional, disciplina y ser dócil a lo que el personaje pide. Es un trabajo de empatía, de una entrega muy grande. No basta con decorar el texto, de hecho, el texto llega en un segundo momento, es necesario construir esta personalidad, para que luego cobre vida y tenga algo que decir. Por supuesto que siempre tendrá elementos, sentimientos del artista, no es posible vivir un personaje verdaderamente sin algo de quien lo está interpretando. Es como la mediumnidad, la comunicación es medianímica.

¿Qué es más desafiante en el montaje de la secuencia de escenas, el guión e incluso el contenido teórico?

Para un montaje escénico, considero que uno de los mayores desafíos es tener a alguien que escriba un guión que sea rico en elementos para los actores y que escape del didacticismo. Para que el teatro no sea una clase de Espiritismo ni proselitista. En términos de contenido teórico, tenemos mucho, entonces no lo veo como un desafío sino como la elección del qué y cómo representarlo.

¿Considera que es muy desafiante sensibilizar al público?  

Creo que todos los que asisten a un espectáculo se van a permitir verse afectados tanto como sea posible. Nuestro objetivo al montar un espectáculo es sensibilizarnos nosotros primero, contar una historia que reverbere en nuestra alma, porque así, naturalmente, ella llegará de manera sensible a quienes la vean. Reforzando que cada uno absorberá el mensaje y la vibración de la pieza de acuerdo con su momento de vida.

Considerando su participación como profesora de teatro, ¿qué experiencia significativa nos puede relatar?

Hubo muchas experiencias, pero dos me marcaron profundamente. Una en el Proyecto con los menores, porque al llegar allí no se dejaban tocar unos a otros, eran muy ariscos, no hacían las actividades propuestas por completo. Pero con el paso del tiempo, ellos fueron aceptándose y se acercaron unos a otros, incluso con abrazos. Y otra sucedió en el Taller, donde estábamos trabajando escenas donde abordábamos el sentimiento del perdón y teníamos a una madre y su hijo en el grupo. Ellos hicieron una escena en pareja y al final de la actividad se abrazaron e intercambiaron tantas palabras de amor, de reconciliación, que fue muy gratificante para todos nosotros, poder estar allí en ese momento, siendo parte de su historia y comprobar que el arte transforma emociones, relaciones y vidas.

Háblennos sobre los efectos del teatro en la evangelización infanto-juvenil. 

Eurípides Barsanulfo nos trae la Educación del contraste como una forma de sensibilizar al espíritu. En el teatro esto es posible de una manera natural y habitual, porque si el niño o joven estuviera muy agitado, puedo proponer una actividad en la que experimentará vivenciar un personaje calmado, tranquilo, para que entre en contacto con esa vibración, la conozca, se acostumbre y pueda empezar a vivenciarla en su propia vida. Y así para tantas otras características personales, con el propósito de auto conocerse y reflexionar. Entonces, cuando hablamos de estas posibilidades de educación del ser a través del teatro, este deja de ser un apéndice de evangelización, que se utiliza sólo para festividades y entretenimiento. Pasa a ser una parte importante como recurso para la construcción de conocimiento y de autoconocimiento, además de ser un espacio para vivir la generosidad, la ayuda mutua, estimular la proactividad, el protagonismo, entre otras posibilidades.

¿Algo más que quisiera añadir?

Me gustaría agradecer y decir que el teatro espírita tiene la posibilidad de ayudarnos a redimirnos y evolucionar a través de la belleza, lo sensible, es una inmersión muy rica en nuestras almas, además de la posibilidad de llevar esperanza al mundo, de dar oportunidad a que las personas ajenas al movimiento espírita también entren en contacto con el Consolador. ¡Sin la pretensión de convertir a nadie, sólo para llevar amor y esperanza a los corazones!

Sus palabras finales.

Gratitud por la oportunidad de intercambio, que nos fortalece, anima y da esperanza. ¡Muchas gracias!
 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita