Especial

por Maria de Lurdes Duarte

Jesús, según Joanna de Ângelis

¿Quien es Jesús para nosotros? ¿Cómo vemos a ese hombre tan especial, cuyas enseñanzas se transformaron en una doctrina capaz de propagarse  por el mundo y cambiar el pensamiento humano? Cómo lo sentimos en nuestras vidas? ¿Un maestro? ¿Un mesías? ¿Un modelo? ¿Un ser espiritual angélico? ¿Un dios hecho hombre? ¿Un profeta? ¿Solo un hombre bueno, portador de enorme empatia, capaz de arrastar multitudes y hacer prevalecer sus ideas? ¿Un milagrero? ¿Un mito?

Si saliésemos por ahí preguntando a quien pasa si cree en Jesús y cómo lo ve, muchas y variadísimas respuestas iríamos a obtener. Incluso entre aquellos que se consideran creyentes verdaderos en el Cristianismo, la forma como encaran al personaje central de sus creencias es, en la mayoría de las veces, bastante poco concreta y poco fundamentada.

Fuimos habituados a lo largo de los siglos, en que las religiones más tradicionales dominaron, a ver a Jesús como la segunda persona de una trinidad divina (Padre, Hijo y Espíritu Santo), cuyo sentido no conseguimos entender, y que siempre nos dijeron ser un misterio que no nos es dado cuestionar. Dogma de fé que el creyente no debe poner en duda, simplemente aceptar. No obstante, a medida del progreso de la mente humana, va siendo cada vez más difícil aceptar dogmas de fe; nos vamos haciendo más exigentes. Para todo nos vamos habituando a raciocinar, a procurar entender y a solo aceptar lo que la razón alcanza y entiende como correcto. Es normal y justo que así sea. Por ese factor es que la evolución intelectual siempre se hace más rápida que la evolución moral. Los avances del intelecto son un recurso valioso para prendernos a discernir entre el bien y el mal, entre lo cierto y lo errado, entre lo verdadero a la luz de la razón y lo mitológico.

Importa entonces desmistificar la idea de un Jesús-dios. Siempre Él se refirió a Dios como el Padre. Jamás se presentó como una pareja De él, sea allá lo que eso pueda significar. El Espiritismo, al surgir presentándose como el Consolador Prometido por Jesús, nos surge fundamentado en dos aspectos esenciales y profundamente interligados: la revelación de los Espíritus y el discernimiento conseguido por el raciocinio. Estos dos fundamentos están de tal modo interligados que los Espíritus no se cansaron de insistir en la importancia de solo aceptar lo que la razón consiga entender como verdadero. Es siempre apelando a la razón que Kardec, a lo largo de la Codificación, nos va haciendo, paso a paso, llegar a las verdades espirituales. La Doctrina Espírita, en suma, es la Doctrina de la fe raciocinada.

Como tal, El Espiritismo nos viene dar a conocer un Jesús bastante diferente de aquel a que estábamos habituados. Al demonstrar, a la luz de la razón y de la revelación, que Dios creó a todos sus hijos simples e ignorantes, sujetos a la Ley de Progreso, que funciona para todos dentro de los mismos parámetros y en los mismos moldes, al hacernos percibir que todos se destinan a la misma perfección relativa, que se va consiguiendo paulatinamente, a la medida de nuestros esfuerzos en moralizarnos y creciendo en sabiduría, que eso solo se consigue a costa de numerosas reencarnaciones, en los diferentes mundos de la Creación, que nos permite los reajustes necesarios, a costa de pruebas y expiaciones, en fin, al demostrar que las reglas son las mismas para todos los hijos de Dios, deja completamente de lado que haya hijos especiales, ya creados perfectos, y otros que tengan que luchar, a costa del dolor, por la deseada perfección.

Pasamos a ver y comprender a Jesús como uno de nosotros, alguien que fue creado como nosotros y que alcanzó la perfección a lo largo de los tiempos, a costa de sacrificios, de renuncias, a través de reencarnaciones que lo fueron impulsando al progreso espiritual. Es solo alguien que nació mucho antes que nosotros, y que, cuando nosotros mismos fuimos creados, ya Él había alcanzado el estado de Espírito Puro, volviéndose co-creador con el Padre. Como Él mismo dice: “Cuando este mundo fue creado ya Yo estaba a la derecha del Padre”, o sea, como acostumbramos decir, ya Él era Su mano derecha, ya trabajaba en el equipo divino, presidiendo los destinos de este nuestro planeta, en la altura, en inicio de creación.

Es en este sentido que consideramos vale la pena inclinarnos un poco sobre la forma como el Espíritu Joanna de Ângelis nos presenta a Jesús. Joanna de Ângelis es la Mentora Espiritual del médium Divaldo Pereira Franco, a través de quien se manifesta, como autora espiritual de un número considerable de obras de alto valor. Especialmente, las integradas en la denominada Serie Psicológica, en que establece conexiones entre la Psicología Espírita y la Psicología Analítica de Carl Jung.

Recorriendo a la visión y análisis de esa venerada entidad, que en una de sus reencarnaciones llegó a conocer a Jesús y a tomar contacto con Sus enseñanza, volviéndose cristiana y testimoniando su Fe por el martirio, vamos encontrar a un Jesús-hombre, entre los hombres, destacándose por el alto grado de moralización, mas manteniendo sus características humanas, ofreciéndose como modelo de comportamiento capaz de ser motor de cambio y progreso. Quedemos, para nuestra reflexión, con algunas de sus consideraciones sobre el Maestro Amado que procuramos seguir, y sobre Su mensaje que, más que nunca, tendremos que aprender a admirar y, principalmente, seguir:

          “Jesús es el más notable Ser de la Historia de la Humanidad.”

“Viviendo en una época en que predominaba la ignorancia en forma de sombra individual y colectiva, cual ocurre también en estos días, aunque en menor escala, Jesús separó el lado oscuro de la sociedad de las criaturas, iluminando las conciencias con la propuesta de liberación por el conocimiento de la Verdad e integración en los postulados soberanos del amor.”

“El Evangelio es el más bello poema de esperanzas y consuelos de que se tiene noticia. Concomitantemente, es precioso tratado de psicoterapia contemporánea para los incontables males que afligen a la criatura y la Humanidad.”

“Superior a las coyunturas que enfrentaba por el camino e indemne a las tentaciones del conductor humano, por haberlas superado anteriormente, se apegó sin disminuir la propia grandeza, mezclándose al populacho, y destacándose de el por los grandiosos atributos de Su Realidad espiritual.”

“Él es todo armonía que cautiva y arrebata las multitudes.”

Jesús, el Hombre excelente, llegó a la Tierra y enfrentó la ignorancia en predominio, trayendo el mensaje de amor que jamás fue presentado antes en la formulación de que Él se hacía portador.”

”Todos los objetivos de la Buena-nueva que Él trajo centrándose en el futuro del Espíritu, en su emancipación total, en su incesante busca de Dios.”

“Solo el amor, conforme enseñó y vivió el Cristo – manjar divino y preciosa linfa – resolverá los magnos y angustiantes tormentos humanos.”

“Jesús no fue el biotipo de legislador convencional. Él no vino a someter a la Humanidad ni someterse a las leyes vigentes. Era portador de una revolución que tiene por base el amor en su esencialidad más excelente y sutil, y adaptado transforma los cimientos morales del individuo y de la sociedad.”

“En razón de ese límite de entendimiento (el nuestro)el Hombre-Jesús evitó profundizar las lecciones liberadoras, ofreciendo aquella que es esencial y está sintetizada en el amor bajo todos los puntos de vista considerado, preparando el advenimiento de una futura Nueva Era, que se presentaría a través de la expansión de los fenómenos mediúmnicos, con el advenimiento de la Psicología Espírita derivada de la Doctrina codificada por Allan Kardec.”

“El rumbo que Él nos apunta continua indicando libertad. Las amarras fueron construidas por cada cual, para la propia esclavitud espiritual. Delante de tales consideraciones, en el bárbaro de los tormentosos días, conviene consultar a Jesús, sin cesar. Y, si tuvieras oídos capaces de escuchar discerniendo, lo percibirás repetir: Yo soy el Camino: “¡Venid a mí!.”

Ya va algo extensa la lista de referencias. Mas muchas más podríamos presentar, de igual importancia y valor para el análisis que pretendemos. No vamos añadir nuestras consideraciones o interpretaciones personales, para que no haya obstáculo a las reflexiones que deseamos que cada uno haga, teniendo como base la visión de la venerada Mentora. Apenas nos gustaría de añadir, como recuerdo final, que, tal como Joanna nos asevera, “Nuestro guía seguro continua siendo Jesús.”

Haz todo el sentido que nuestra conclusión sea también ella una cita de Joanna de Ângelis, haciendo nuestro su deseo:

“Esperando que la contribución, que ahora presentamos al querido lector, pueda despertar estudiosos de la Psicología Profunda para actualización de las enseñanzas de Jesús, y profundización de las cuestiones por Él abordadas, le rogamos, en la condición de nuestro Amigo Inconfundible y Terapeuta Excelente que es, que nos inspire y guarde en la incesante búsqueda del autoperfeccionamiento y de la autoiluminación, que nos son necesarios.”

 

Bibliografia:

Celeiro de Bênçãos, de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco; Livraria Espírita “Alvorada” Editora, 1983.

Jesus e o Evangelho à Luz da Psicologia Profunda, de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco; FEP, 2014.

Após a Tempestade, de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco;  FEP, 2016.

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita