Nosotros es que estamos en la tiniebla; ella no, ella está en el alba

La frase arriba compone el discurso que el notable poeta y romancista Victor Hugo, padre de la novela francesa moderna, hizo en el funeral del cuerpo de la joven Emily de Putron; la frase se refiere a la fallecida. Allan Kardec lo transcribió en la Revista Espírita de febrero de 1865. El fallecimiento de Emily ocurrió de repente en medio a las alegrías de la familia, cuya hermana se había casado días antes. Era una joven feliz, a quien uno de los hijos del gran poeta, Sr. François Hugo, había dedicado el decimocuarto volumen de su traducción de Shakespeare. Pero ella murió en la víspera del lanzamiento. La materia es uno de los relieves de esta edición.

Otro realce es la entrevista que la educadora y psicopedagoga Ilza Castilho Esteves Godinho, de Florianópolis (SC), concedió a Orson Peter Carrara, del equipo de redacción de esta revista. Nacida en familia espírita, ella participa de las actividades del Centro Espírita Luz y Caridad, de su ciudad, en el cual, además de actuar como conferenciante, auxilia en la coordinación de grupos de estudios, en el grupo de gestantes, en las sesiones mediúmnicas y en los pases.

¿El funeral es para quién se queda o para quién se fue? Éste es el título y también el tema del Especial escrito por nuestra colaboradora Lillian Rosendo, del equipo de articulistas de esta revista. Como ella propia dice, se trata de más un artículo sobre el desencarne, incómodo y fatal experiencia que nos aguarda, el cual puede ocurrir en un día muy distante, pero que puede estar también muy cerca. El artículo es uno de los relieves de este número.