Entrevista

por Almir Del Prette

Menos discursivo y más activo en solidaridad con los necesitados en general

Así es como el profesor André Ricardo de Souza (foto), nuestro entrevistado de hoy, quisiera ver la actuación del movimiento espírita en Brasil.

Licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad de São Paulo, máster y doctor en Sociología también por la USP, habiendo completado un post doctorado en la PUC-SP con el apoyo de FAPESP, es profesor adjunto del Departamento de Sociología de la Universidad Federal de São Carlos, donde coordina el Núcleo de Estudios de Religión, Economía y Política (NEREP).

En las lides espíritas su iniciación se produjo en el año 1999, cuando comenzó a frecuentar el Núcleo Espírita Apóstol Mateus (NEEAM), ubicado en Vila Nova Cachoeirinha, en la capital paulista, como él nos cuenta en la siguiente entrevista.

André, para comenzar, le pido que analice brevemente su inserción en la doctrina espírita y en el movimiento espírita.

Me interesé en el Espiritismo en 1998 debido a la influencia de mi esposa, Margareth, que en esa época era mi enamorada. Al año siguiente, comencé a frecuentar el Centro Espírita Apóstol Mateus (NEEAM), de Vila Nova Cachoeirinha, en la periferia del norte de São Paulo, algo que se acentuó debido a la enfermedad de mi difunto padre, Aníbal, acompañándolo en su tratamiento en el núcleo. En 2004, mientras cursaba un doctorado en sociología en la Universidad de São Paulo, fui seleccionado para hacer una pasantía académica entre septiembre y diciembre en la Escuela Superior Nacional (ENS) en París. Tuve una gran sorpresa y alegría al descubrir, después de ser seleccionado, que tendría lugar en la capital francesa, en la primera semana de octubre, el 4o Congreso Espírita Mundial, con motivo del bicentenario del nacimiento de Allan Kardec, en el que tuve la felicidad de participar. De regreso a Brasil, tomé el curso de educación mediúmnica y finalmente me convertí en un "trabajador" del NEEAM, casa de la que guardo buenos recuerdos. Mucho más tarde, en este año 2020, comencé a frecuentar el Núcleo Espírita Corazón de Jesús (NECJ), el Barrio do Limão, a sólo tres cuadras de mi casa. En cuanto a los eventos del movimiento espírita, sólo fui un simple participante en un congreso en la ciudad minera de Pedro Leopoldo y un seminario en São Paulo, por invitación de Antonio Cesar Perri de Carvalho, un amigo que, amablemente, ya ha publicado mis trabajos en el boletín del Grupo de Estudios Espíritas Chico Xavier (GEECX).

Nombre a algunos de los autores espíritas que más admira, especificando por qué.

Para mí, después de Kardec, el gran autor espírita es Emmanuel, con obras fundamentales psicografiadas por Chico Xavier. Además de las grandes novelas históricas y libros sobre pasajes del Nuevo Testamento, este autor tiene importantes contribuciones para entender el desarrollo histórico-científico de la Tierra. También oriundas de la mediumnidad del inolvidable Chico están algunas obras importantes de Humberto de Campos y André Luiz. Los dos presentan valiosos relatos para entender el mundo espiritual, la mediumnidad y los aspectos de la vida de Jesús y de los apóstoles. Y el otro autor, en mi opinión, con una contribución muy elevada es Léon Denis, con trabajos sobre el carácter cristiano del Espiritismo y el socialismo fraterno.

Resuma su formación académica y lo que le llevó a elegir la sociología.

Antes de mi doctorado, me gradué en ciencias sociales y una maestría en sociología, también en la USP. Durante todo el tiempo en esa universidad, tuve la orientación de uno de los principales sociólogos de religión del país, el profesor Reginaldo Prandi. Me interesé en la sociología debido a la naturaleza eminentemente crítica de esta ciencia social. También en la USP, llevado por las manos del recordado profesor de economía Paul Singer, comencé a investigar y acompañar iniciativas colectivistas de generación de trabajo e ingresos, llamadas economía solidaria.

¿Cómo ocurrió su inserción en la escuela de posgrado, teniendo a la religión como objeto de investigación?

Durante la graduación (1994-1999), me interesaron las cuestiones relacionadas con el trabajo en la economía informal y la religión. Reginaldo Prandi me invitó a ser su becario de iniciación científica en sociología de la religión, investigando el catolicismo. Me gustó esta área de la sociología y continué. El interés por el trabajo informal me llevó a las actividades relacionadas con la economía solidaria, contando con el gran aliciente de Paul Singer. En una investigación de post doctorado que hice en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), bajo la supervisión del profesor Luiz Eduardo Wanderley, tuve la oportunidad de combinar la sociología de la religión con el interés en la economía solidaria. Después de terminarla, en 2010, ingresé al Departamento de Sociología de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) como profesor donde permanezco.

Algunas de las tesis que usted orientó fueron publicadas, difundiendo la investigación a la sociedad. ¿Podría nombrar algunas de esas publicaciones?

Algunas tesis de la maestría en sociología de los jóvenes que fueron orientados por mí se están divulgando a través de Internet (haciendo la búsqueda en: www.repositorio.ufscar.br). Señalo aquí tres que no fueron publicadas como un libro (al menos todavía) y que abordan el Espiritismo, habiendo sido defendidas en la UFSCar entre 2019 y 2020. La primera, de Natalia Torres, trata de la difusión de los estudios bíblicos en el entorno espírita y lleva como título: 'Jesús la puerta, Kardec la llave': la apropiación del Nuevo Testamento por el segmento espírita". La segunda, de Fernando Guimarães, aborda la interpretación espírita de la homosexualidad y se titula: Cuerpo y espíritu: representaciones de la homosexualidad en el Espiritismo en dos ciudades de São Paulo.  Y finalmente la tercera, de Sérgio Ferreira, que aborda una práctica de curación sin incisiones y la construcción de un hospital de atención gratuita, teniendo como título: Las cirugías espirituales en el contexto espírita de São Paulo y la construcción hospitalaria del Instituto Medicina do Além. También tuve dos estudiantes de pregrado que hicieron trabajos de conclusión de curso sobre el Espiritismo.

Sus asesorados de investigación que eligen temas cercanos al Espiritismo, en general, ¿son espíritas?

Algunos, sí, otros no.

En su opinión, ¿cuál es la mayor motivación de un estudiante en la definición de su tema, sobre religión?

En algunos casos es su propia trayectoria de vida o la de algunos familiares, pero también hay puro interés intelectual, sin un componente religioso.

Su experiencia en París al participar en el Congreso Espírita Internacional debe haber sido un hito inolvidable. Creo que a los lectores les gustaría más detalles sobre este evento y cuánto lo influyó.

Realmente disfruté de haber participado en ese congreso, especialmente por el informe de un conferencista belga, centrado en la necesidad de una acogida espírita de las personas consideradas diferentes. Entre las contribuciones de los brasileños me llamó la atención el humilde y muy afectivo discurso (refiriéndose a Chico Xavier) de la difunta médica brasileña Marlene Nobre. Fue a partir de ese evento que decidí tener compromiso con un centro espírita.

Pido que, aunque brevemente, haga algunas consideraciones sobre el movimiento espírita en Brasil, teniendo en cuenta la polarización política ideológica, todavía actual.

Creo que el movimiento espírita se caracteriza por muchos discursos y también varios eventos grandes y medianos, parte de los cuales, lamentablemente, son inaccesibles para las personas de bajos ingresos (al menos este fue el escenario pre-pandemia del nuevo coronavirus). Siendo todavía un estudiante, en esa época, pedí y felizmente obtuve la exención de la (alta) cuota de inscripción en ese evento en París, organizada en gran parte por brasileños. Como Chico Xavier enfatizaba en su coherencia de vida, por los muchos relatos que he escuchado y leído, el Espiritismo necesita ser popular, hacerse verdaderamente más acogedor a las personas con menores ingresos y educación, los pobres de los que Jesús hablaba. Creo que es fundamental armonizar el trabajo asistencial realizado a las personas más necesitadas, muy silenciosamente discreto (como debe ser), con su respetuosa bienvenida a los centros espiritas, a través del discurso tan directo como simple y sensiblemente fraterno. Este gesto marcado por la humildad y la caridad, según el ejemplo del inolvidable Chico, en mi opinión, debe armonizarse con la perspectiva cristianamente crítica sobre cómo la sociedad es y debe ser promovida por los gobernantes. Esto implica inevitablemente el rechazo de posturas violentas, autoritarias y socialmente elitistas, a favor del discurso coherente con la práctica realmente dirigida a la paz, el desarme de la sociedad que busca la seguridad pública, la democracia profunda, la ayuda gubernamental para los vulnerables, el impuesto progresivo sobre los más ricos materialmente y la distribución civilizadora de los ingresos.

Es interesante la perspectiva que plantea en su análisis del movimiento espírita. Sin embargo, considerando la situación actual, especialmente con la pandemia, ésta podría ser un factor de aproximación entre los espíritas. Se espera que cada uno se esfuerce solidariamente uniéndose con los compañeros de sus núcleos e individualmente, en el trabajo de reducir el sufrimiento de la población necesitada. ¿No cree que esto podría "limar" un poco de asperezas y acercarnos, independientemente de las ideologías?

Sí, eso es exactamente. Preservando el sentido crítico, es realmente el momento de buscar la unión fraterna a pesar de las decisiones político-partidarias e ideologías; de practicar la solidaridad, en la medida de lo posible, en nuestras comunidades y más allá de ellas, con las personas más necesitadas, frente a esta pandemia que constituye una inmensa crisis, al mismo tiempo: sanitaria, económica y civilizadora. Frente a ello, todos somos seres humanos llamados a repensar la forma en que nos relacionamos entre nosotros y también con el planeta para preservarlo de verdad. Es hora tanto de cobrar políticas sociales, principalmente de la salud pública y una ayuda gubernamental eficaz a los trabajadores desempleados e informales, y de practicar y valorar la ayuda mutua y, especialmente, a las personas más vulnerables. De una manera muy dolorosa, esta profunda crisis nos está enseñando y mucho todavía nos enseñará en favor de la fraternidad entre todos nosotros.

Siéntase libre de enviar su mensaje final a los lectores de la revista.

Agradecido por la atención, hago votos para que el segmento espírita de Brasil se vuelva menos meramente discursivo y más activo en solidaridad con los pobres y necesitados en general, tal como lo vivenció Bezerra de Menezes, Chico Xavier y, actualmente, trabajadores espíritas anónimos. También hago votos para que los espiritas tengan una conciencia más crítica de las causas de la desigualdad social y de la necesidad evangélica de afrontarla, inclusive reivindicando sin políticas públicas coherentes como la renta básica de la ciudadanía, la reforma agraria (por la cual pasaron todos los países desarrollados), el presupuesto participativo municipal, los impuestos congruentes con las grandes herencias y fortunas. Espero que el movimiento espirita profundice en sus estudios del Evangelio basados, en gran medida, en las obras de Kardec y Emmanuel y, por supuesto, en los textos bíblicos del Nuevo Testamento. También me gustaría que el segmento espírita se abriera a las actividades fraternas del diálogo interreligioso, oponiéndose a las prácticas exclusivas e intolerantes. Tanto como podamos y con la humildad imprescindible, que seamos verdaderamente "la sal de la tierra" y "la luz del mundo"(Mateo 5:13,14).

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita