Entrevista

por Orson Peter Carrara

Cristo no necesita soldados para defender su casa

La frase de arriba es de nuestra entrevistada, Silvia Fernandes Gouveia (foto), nacida en Guará (SP), donde reside. Pedagoga y bióloga de formación y empresaria de profesión, es la actual presidenta del Centro Espírita Emanoel Ferreira, que mantiene la Casa da Sopa Prof. Eurípedes Barsanulfo, donde opera un equipo muy unido y trabajador, cuyo ambiente lleno de fraternidad nos inspiró para la presente entrevista.

¿Cómo conoció el Espiritismo?

Soy, como dicen, de cuna espírita. En la primera infancia vivíamos en São Paulo, la capital, y mis padres nos llevaron a la evangelización en la Casa Transitoria Fabiano de Cristo. Aunque nos quedamos allí sólo hasta mis cuatro años, recuerdo algunos flashes de esas clases. Después de eso, mis padres vinieron al interior. En la ciudad, la casa espírita era más pequeña y no tenía un trabajo estructurado de evangelización infantil. Mis padres siguieron trabajando con nosotros en el Evangelio del Hogar, que siempre hicimos, y luego comenzaron a estructurar la casa espírita. Hicieron un trabajo primoroso que marcó mi vida y la de mis hermanos.

Sin embargo, recuerdo, en mi adolescencia, haber sido cuestionado por un tío sobre nuestras convicciones religiosas. Él decía que ya no necesitábamos ser espíritas, porque ahora ya no éramos niños y podíamos asumir nuestros destinos. Recuerdo que respondí que no éramos espíritas obligados, sino que era realmente la forma en que creíamos que era la vida. Que nunca nos fue impuesta la fe, nos enseñaron a razonar y a leer la vida en la vida. Y por eso éramos espíritas. A partir de entonces, la Doctrina Espírita se fortaleció aún más en mí. ¡Mucho más!

La institución que preside vive un clima de unión y armonía. ¿A qué atribuye la conquista de estos parámetros?

Gracias por sus palabras. Tenemos un tipo de liderazgo que yo llamo gestión compartida. Todos quieren hacer lo mejor porque tienen libertad de acción en su frente de trabajo. Siempre tratamos de reforzar la idea de que el proyecto reencarnatorio trazado por cada uno de nosotros pasó por nuestro trabajo conjunto en la casa espírita. Incentivamos a cada uno de manera particular, de vez en cuando, a observarse a sí mismo, sus potencialidades y puntos frágiles, lo que pretende trabajar en sí mismo, en este año 2020, por ejemplo. Una vez hecho esto, invitamos a todos a reflexionar en las oraciones cuál frente de trabajo en la casa espírita podrá ayudar en este propósito personal de crecimiento. Este autoconocimiento y la percepción de que el trabajo en la casa espírita está a favor de nuestro trabajo íntimo marca toda la diferencia. Todos estamos haciendo lo mismo tal vez, pero cada uno haciendo cosas diferentes dentro de sí mismo. El mismo trabajo con diferentes trabajos íntimos. Con esta mentalidad nos reafirmamos cada uno de nosotros, y en todos nosotros, la valiosa oportunidad de tener los frentes del trabajo, para que tengamos a dónde ir y qué hacer. Cada uno nació para ser feliz y no hay camino sin autoconocimiento y mejoría íntima. La casa espírita es este hermoso espacio, maravilloso, terapéutico, pedagógico y restaurador.

Cristo no necesita soldados para defender su casa, necesita personas que lo amen, y amándose a sí mismos también, sean más capaces de amar al prójimo.

¿Cuál es la dirección principal de la institución?

Evangelización de todos nosotros. Nuestro mayor esfuerzo es en ese sentido. No hay ningún trabajo, ni siquiera asistencial, que no esté dedicado a la divulgación de los principios de la doctrina espírita. Incluso en la periferia, la evangelización es espírita, con las obras básicas y todos los conceptos que ellas aportan.

Háblenos sobre la pizza mensual.

La pizza ha sido una tradición de la casa desde hace más de 20 años. En ese momento, teníamos un orfanato en la misma sede del centro espírita, porque es muy amplio. Antes de eso funcionaba un albergue. Mantuvimos el orfanato durante muchos años, a la luz de la Doctrina Espirita. Y la campaña de la pizza fue fundamental para su mantenimiento.

La pizza mensual es como un club de la pizza, como un club del libro. Los compradores son básicamente fijos, pero también tenemos fluctuantes. Todos los últimos sábados del mes reciben una pizza hecha por nosotros los de la casa espírita. Junto con la pizza va un mensaje espírita fijado en la caja. Siempre el mensaje espírita presente.

Tenemos el equipo de ventas y control. Control de pedidos tanto de pizza haciendo la tabulación de todos los vendedores, separando los sabores, pedido de materiales basados en esta tabulación, control de distribución y entrega, mapa de entrega para que los repartidores tengan el máximo aprovechamiento en su recorrido, evitando la pérdida de tiempo y combustible.

Contamos con un equipo de fabricación, un equipo de cobranza y así seguimos adelante, con muchas oportunidades de trabajo para quien quiera conocerse mejor íntimamente.

¿Cómo va el movimiento espírita en la ciudad, la integración entre instituciones y también con la comunidad no espírita?

Le debemos mucho a la población de Guará. Ellos sostienen todo el trabajo asistencial; nosotros ideamos los frentes de trabajo y gestionamos los recursos y las personas, pero todos los recursos financieros provienen de las campañas de pizza y el bazar artesanal, donaciones que la gente de la ciudad hace.

El trabajo espírita es muy respetado aquí en la ciudad. Cualquier iniciativa espírita tiene muy buena respuesta, la gente colabora mucho. Para hacerse una idea, cuando hay Corpus Christi y los católicos decoran las calles con víveres no perecibles, donan después todos los víveres a nosotros, los espíritas. En el trabajo mismo de la pizza o incluso en la preparación de la sopa tenemos personas de otras religiones que ponen sus manos en la masa...

Creo que el trabajo que hicimos con el orfanato ayudó mucho en este movimiento de integración, de transparencia y de respeto que el espírita tiene dentro de la comunidad guaraense. Le debemos mucho a la población.

El trabajo con la artesanía también muestra la integración de la ciudad con la casa espírita e incluso entre las casas espíritas de aquí. Hacemos en el día la madre y a fin de año el Bazar de Artesanía Anita Rossato. Las piezas provienen de todo Guará, y una gran colaboración de casas espíritas en São Paulo, frecuentadas por familiares de los fundadores que mantienen un vínculo muy especial e importante con el centro espírita.

La Casa de la Sopa Prof. Eurípides Barsanulfo es nuestro brazo asistencial. Ofrecemos evangelización desde la guardería hasta las madres. Todos en salas separadas, incluyendo los adolescentes y sala de las madres. Siempre me impresiona ver a los adolescentes ir a media tarde del sábado a la institución, y muchos se bañan para ir... ¡Es emocionante porque definitivamente no es por la sopa!

Esta asistencia sólo es posible gracias a la participación de la ciudad. La distribución de cestas básicas y el mantenimiento de la casa como un todo, sin ningún tipo de subvención de entidades o convenios.

Cuéntenos sobre la integración con el movimiento espírita regional.

Nuestras ciudades están muy cerca. Tenemos buena interacción, buena amistad con toda. Tenemos trabajadores e incluso dirigentes que viven en ciudades vecinas de aquí. La distancia es muy pequeña.

¿Algo que te gustaría añadir para los lectores?

Nos gustaría invitar a las personas a que vengan a compartir sus estudios y reflexiones con nosotros. Es muy agradable recibir a la gente para conferencias, seminarios, intercambiar ideas. Todos son bienvenidos.

Sus palabras finales.

Gracias por la oportunidad. Así podemos decir un poco de nosotros y abrir nuestras puertas a todos. La imagen de Pablo de Tarso yendo de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de agrupación en agrupación nos encanta de corazón.  Este movimiento de caminar entre las personas, formando grupos entre los lugares donde iba. El propio Viaje de 1862 hecho por Kardec... Esos cuadros nos encantan el alma. Necesitamos alimentar nuestros corazones. Participamos en un movimiento hermoso, holístico, maravilloso. El Cristianismo nació en este movimiento de interacción... Podemos y sería maravilloso visitarnos siempre unos a otros así, en la cocina de las casas espíritas, para un buen café de Minas Gerais, como hacía Chico Xavier recibiendo amigos después del trabajo que realizaba.

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita