Entrevista

por José Lucas

Nadie escapa a su propia conciencia, porque en ella está inscrita la ley de Dios

El pensamiento de arriba es del compañero Antonio Lledó Flor (foto), nuestro entrevistado de esta semana.Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Alicante, Ejecutivo del Área de Finanzas desde hace 25 años, es escritor y conferencista. Miembro de la Asociación Espírita del “Grupo Villena” (Villena-España) desde su fundación, fue su presidente durante doce años. Ex secretario de la Federación Espírita Española, actualmente es editor de la revista Amor, Paz y Caridad.

En sus actividades espíritas, ha participado en numerosos programas de radio y televisión y ha dictado conferencias durante 40 años en Seminarios, Eventos, Congresos Nacionales e Internacionales en Europa y América, como ocurrió con motivo del último Congreso Mundial de Espiritismo realizado en Lisboa.

A continuación, la entrevista que gentilmente nos concedió.

¿Cómo entró el Espiritismo en su vida?

Debido a mi formación filosófica, las desigualdades humanas y la justicia divina fueron los impulsos que me llevaron al conocimiento de la Reencarnación, y a través de la última, comprendiendo las Leyes de Causa y Efecto y la Justicia Divina, llegué al Espiritismo.

¿El Espiritismo cambió su vida?

Por supuesto, por el agnosticismo derivado de la falta de respuestas lógicas y coherentes que la religión católica no ofrecía, cuando estudié los libros de Kardec, estaba pasando por un proceso cognitivo reducido a una única frase en mi mente: "No sé cómo, pero esto yo lo sé, es verdad, pero todavía hay mucho más por descubrir”. Entonces comencé a entender la grandeza de Dios y sus leyes, el propósito de la vida, así como la inmortalidad del alma.

¿Como podríamos divulgar más y mejor la Doctrina Espírita?

El ejemplo es la mejor revelación. Sin embargo, no es suficiente en estos tiempos. Es necesario "dar testimonio de nuestro compromiso con la Doctrina Espírita" porque somos fieles a los principios básicos de la codificación, respetando las diferentes formas de divulgación en todas las partes del mundo y apostando por la homogeneidad y no por la uniformidad como Kardec nos pone. Con respeto mutuo y sin juzgar el trabajo de nuestros colegas, debemos permanecer firmes solo bajo el principio kardecista de "Control Universal de la Enseñanza de los Espíritus", que consiste en aplicar la razón y el principio de concordancia al intentar elucidar las controversias en cuanto a los postulados fundamentales del Espiritismo en el mundo.

En el lugar donde vive, ¿cómo se podría reducir el número de suicidios y abortos, concretamente, con la ayuda del Espiritismo?

Es suficiente para ello una mayor divulgación a la sociedad de los principios básicos de la doctrina, especialmente de la inmortalidad del alma, con el fin de neutralizar el pensamiento suicida que no contempla la vida después de la muerte que el Espiritismo confirma y prueba a través de la mediumnidad.

¿Hay algún caso que haya vivenciado y le haya demostrado la inmortalidad del Espíritu?

Muchos. Pero la experiencia personal y subjetiva es siempre la más importante. Casi todas las personas pueden relacionar sus propios eventos, familiares o amigos, conocidos que han tenido experiencias paranormales, espirituales o mediúmnicas.

Desde su punto de vista, ¿por qué la Doctrina Espírita y Allan Kardec son prácticamente ignorados en Francia y en Europa en general?

La respuesta radica en la enorme influencia que el pensamiento materialista ha tenido en Europa desde el siglo XIX. Este pensamiento fue asumido por la propia ciencia positivista, confrontando a las religiones y a las creencias espirituales como ideas que pertenecen al pasado y a la inocencia e ingenuidad del hombre. Esta influencia es tan fuerte que, incluso en las academias e instituciones científicas, se asume como un punto de partida para todo tipo de investigación, impidiendo un mayor avance de la investigación científica en torno al hombre integral, todo lo que tiene que ver con su naturaleza trascendente (espíritu). Sin embargo, el paradigma materialista está declinando desde mediados del siglo XX, cuando disciplinas como la Física y la Biología cuestionaron el concepto de mecanicista ("sin alma ni Dios") del Universo y del hombre. Además, el orgullo, la arrogancia humana y los prejuicios impiden que muchos investigadores reconozcan que no tienen nada más que aprender, lo que cierra sus mentes hacia nuevas investigaciones sobre la realidad.

¿Cómo se podría revertir esa situación?

La ciencia en si misma lo está haciendo por nosotros. Hoy en día, muchas disciplinas como la Física, la Psicología transpersonal, la Genética, la Biología, la Neurología y la Medicina con estudios sobre trastornos, emociones y plasticidad cerebral han presentado un imparable avance en dirección a la verificación de la consciencia inmaterial que representa el espíritu del hombre como director de la auténtica experiencia humana inmortal. Y también el pensamiento holístico abre un camino en la investigación científica, cambiando la visión de las partes por el todo, y explicando que el universo está interconectado, desde las partículas elementales (microcosmos) hasta las constelaciones y galaxias (macrocosmos). Un reflejo de este pensamiento holístico en el psicoanálisis es el estudio del inconsciente colectivo iniciado por Carl Gustav Jung. Otro camino en la biogenética son los campos morfogenéticos del Dr. Rupert Sheldrake. Y otro en física se da por los estudios de Erwin Schrödinger, Fritjof Capra o David Bohm, que afirman que todo en el universo está relacionado e interconectado bajo un orden implícito que afecta a todos los seres vivos.

¿Qué le diría a los gobernantes del mundo si les pudiera hablar del Espiritismo?

Simplemente que nadie escapa de su propia conciencia, porque en ella está esculpida la ley de Dios, confirmando que ellos son inmortales y que responderán por lo que hacen bien o mal.

Un mensaje final.

Estamos en tiempos de definición. La transición planetaria está en marcha y la oportunidad que se nos fue concedida para rescatar deudas pasadas a través del trabajo y el servicio abnegado a nuestro prójimo, es única. Si no aprovechamos los talentos que la Divina Providencia nos ha concedido al  conocer la Doctrina Espírita, habremos perdido una oportunidad única de progreso para nuestra propia redención espiritual. 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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