Especial
por Eurípedes Kühl

Año 11 – Nº 524 – 9 de Julio de 2017

La psicosfera terrestre y las esferas espirituales (Parte 1)

Envolviendo el planeta Tierra y proyectándose para distancias inmensas existen capas de corrientes mentales, producto de lo que piensan, cómo viven y actúan los hombres, encarnados y desencarnados: ¡esa es la psicosfera terrestre!

En un planeta donde el mal supera el bien, como el nuestro, tales capas, formadas por los remolinos de pensamientos buenos o malos que se entrecruzan — ahora con sintonía, ahora con repulsión —, obviamente, están contaminadas de vibraciones mayoritariamente deletéreas, las cuales tienden a influenciar, sino toda, gran parte de la humanidade.

Ocurre que extrapolando la silueta física todos los seres vivos poseen un aura radiante. En los humanos, en particular, la intensidad vibratória y características cromáticas son consecuentes con su evolución moral y su comportamiento.

En el aura humana, de acción protectora cual “túnica electromagnética”, (...) “halo energético” (...) “coraza vibratória, especie de caparazón fluídico” (...) “a la manera de campo ovoide”, en las expresiones seguras del Espíritu André Luiz1, que se localizan las aberturas de los centros vitales de fuerza (chacras), que ahora captan, ahora consumen energias, incesantemente.

Nada impide considerar que la citada aura es la psicosfera de cada ser humano, “a través de la cual” (aún según André Luiz) “somos vistos y examinados por las Inteligencias Superiores, sentidos y reconocidos por nuestros afines”.

De esa forma, resta verdadero que la influencia externa, si es negativa, sólo ocurrirá si hubiera desalojo psíquico, es decir, invigilancia moral, de que nuestra aura dará identificación infalsificable.

La Ley Divina contempla solidamente que “a cada uno según sus obras”...

La suma de todas las auras, con sus proyecciones radiantes entrecruzándose, fruto de los incesantes pensamientos de las criaturas humanas (encarnadas y desencarnadas) formará la psicosfera del mundo en que viven, sumergidas y sosteniéndose mentalmente en ese mar de vibraciones y ondas — corrientes eletromagnéticas, finalmente. En nuestro caso, la Tierra.

Cada pensamento o acción tiene reflejos en la psicoesfera terrestre, muy sin embargo imperceptible, individualmente, más expresivos, en el conjunto.

Algo así como el llamado “efecto mariposa”, referente a las condiciones iniciales dentro de la teoría del caos, que según la cultura popular, hace que el batir de alas de una simple mariposa influya el curso natural de las cosas y, así, tal vez provocar um tifón del otro lado del mundo.

Una exageración, ciertamente, pero probable en cuanto a la psicosfera.

La psicoesfera terrestre es la dirección sideral para donde van todos los hombres cuando desencarnan, lo que significa decir que, pasamos mucho tiempo allí...

Exhaustivamente los Espíritus en superior adelantamiento moral informan que, aunque sin fronteras bordeadas, en las regiones espirituales que componen la psicosfera terrestre, en cada una de ellas sólo habitan Espíritus cuyo grado evolutivo para tanto allí los habilita. Y eso es válido en todos los niveles de plataforma moral.

De ahí en el espacio sideral hay incluso muchas capas espirituales, o como enseñó el Maestro Jesús: “hay muchas moradas en la casa de mi Padre”.

No me impide reflexionar que el Cristo así se expresaba, refiriéndose ya a partir de nuestra bendecida casa planetária.

*

No hay aqui opinión personal, además, de todo, siempre dispensadas...

Para que los propios lectores analicen, reflexionen y concluyan observaciones expuse, esto sí, pronunciamentos de varios Espíritus, estudiosos del Espiritismo, todos tratando de ese instigante asunto: las esferas espirituales.

En la lectura atenta de esos registros se percibe que así como el planeta se halla envuelto por capas atmosféricas, que la ciencia ya definió bien, igualmente lo circundan, en su parte astral, regiones espirituales.

Esas regiones tienen vida intensa y en cada una habitan Espíritus — tal vez millones de ellos —, asignados por las Leyes Divinas, invariablemente en la razón directa del merecimento individual, es decir, los habitantes de cada región guardan en sí mismos sintonía y nivel evolutivo similar.

Así, como la Gran Ley contiene el libre albedrío, existen moradas felices e infelices, todas construídas y mantenidas por sus moradores.

Otro detalle que capté: muchas son las denominaciones para esos parajes astrais, pero todas convergiendo para las mismas características: capas espirituales, regiones astrais, esferas espirituales, grados espirituales, moradas de luz, etc., son algunas de las denominaciones observadas. Sobre ese detalle me permito resaltar esas expresiones, destacando así el enunciado. 

A seguir, resumidamente, algunos detalles que reuní de las informaciones existentes en la literatura espírita sobre esferas espirituales:

Comienzo, obviamente, por:

1.    Allan Kardec

“El Cielo y el Infierno”, 32ª Ed., 1984, FEB, RJ/RJ

- En la 1ª Parte, cap. IV, ítems 1,5,7, comentando sobre El “Infierno”, registra que en la Antigüedad el hombre creyó, por intuición, que la vida futura (tras la muerte) sería feliz o infeliz, conforme el bien o el mal practicado en este mundo.

Tanto los antiguos como los cristianos localizaron el reino de la felicidad en las regiones superiores; en las regiones inferiores (cavidades sombrías, terribles, en el centro de la Tierra) estarían los condenados a los suplícios eternos.

Por analogia, se verifica que el infierno de los paganos tenía, de un lado, los Campos Elíseos, y del otro, el Tártaro; em el Olimpo, situado en las regiones superiores, se localizaba la morada de los dioses y de los hombres divinizados.

En el Evangelio está escrito que Jesús descendió a los infiernos, es decir, a los lugares bajos para de ellos coger las almas de los justos que le aguardaban la venida.

La morada de los Ángeles, así como el Olimpo, era en los lugares elevados, que ellos colocaron para más allá del cielo estelar, entonces considerado limitado.

- En la 1ªParte, cap. IX, nº 13: está registrado que los Ángeles proscritos, en legiones, viven en las capas inferiores de nuestra atmósfera y recorren todas las partes del globo.

“La Génesis”, cap. XIV, 35ª Ed., 1992, FEB, RJ/RJ

- En el ítem 9 Kardec refleja sobre la naturaleza del envoltorio fluídico (periespíritu) del Espíritu, que está siempre en relación con su grado de adelantamiento moral. Los Espíritus inferiores no pueden cambiarlo a su voluntad. Por eso, muchos Espíritus groseros se creen aún encarnados y por esa razón permanecen em la superfície de la Tierra.

- En el ítem 10 se ve: (...) “La capa de fluidos espirituales que cerca la Tierra se puede comparar a las capas inferiores de la atmósfera, más pesadas, más compactas, menos puras, que las capas superiores”.

La constitución íntima del periespíritu no es idéntica en todos los Espíritus encarnados o desencarnados que pueblan la Tierra o el espacio circundante.

2.   Léon Denis

“En lo Invisible”, 1ª Parte, 16ªEd., 1995, FEB RJ/RJ

- En el Ítem III, p. 51, relata sobre el grado de pureza de las almas: las etéreas, radiantes y de sublimes armonías se elevan a las “esferas divinas”; ya las almas opacas, tenebrosas, se precipitan en las regiones inferiores, escenario de lucha y sufrimiento.

“Después de la muerte”, 12ª Ed., 1ª Parte, 1983, FEB, RJ/RJ

- Ítem 3, “En Egipto”: Las almas inferiores y malas quedan presas a la Tierra por múltiples renacimientos, sin embargo las almas virtuosas suben volando para las esferas superiores, donde recobran la vista de las cosas divinas. Se impregnan con la lucidez de la conciencia esclarecida por el dolor, con la energía de la voluntad adquirida por la lucha. Se hacen luminosas, porque poseen lo divino en sí mismas y se irradían el en sus actos. Reanima, pues, tu corazón, oh Hermes, y tranquiliza tu espíritu oscurecido por la contemplación de esos vuelos de almas subiendo la escala de las esferas que conduce al Padre, donde todo se acaba, donde todo comienza eternamente. Y las siete esferas dijeron juntas: ¡Sabiduría! ¡Amor! ¡Justicia! ¡Belleza! ¡Esplendor! ¡Ciencia! ¡Inmortalidad!

(Subrallados mios)

- Ítem 33: “La Vida en el Espacio”: Las almas se colocan y se agrupan en el espacio según el grado de pureza de su respectivo envoltorio; la condición del Espíritu está en relación directa con su constitución fluídica, que es la propia obra, la resultante de su pasado y de todos sus trabajos. Determinando su propia situación, hallan, después, la recompensa que merecen. Mientras el alma purificada recorre la vasta y reluciente amplitud, reposa a voluntad sobre los mundos y casi no ve límites a su vuelo, el Espíritu impuro no puede alejarse de la vecindad de los globos materiales.

3. André Luiz

“Evolución en dos mundos”

- cap. 13: Muchos comunicantes de la Vida Espiritual han afirmado, en diversos países, que el plano inmediato a la residencia de los hombres yace subdividido en varias esferas. Así es en efecto, no del punto de vista del espacio, más sí bajo el prisma de condiciones.

“Liberación”, André/F.C. Xavier, 6ª Ed., 1974, FEB, RJ/RJ

- cap. IV, p.52-53 y 62 y cap. V, p. 93: Equipo socorrista hace travesia en las regiones espiritualesen descendida”. Allí: un vasto dominio de las sombras; vuelo imposible; vegetación siniestra y angustiosa; llamamientos cortantes venidos de los charcos; equipos de Espíritus armados, en trajes bisoños, no registran presencia amiga. Después del planalto que se quebraba en un abrupto despeñadero, en distancia de decenas de kilómetros, se sucedían cavernas y abismos, donde se amontonaban miles de criaturas que abusaron de sagrados dones de la vida.

“Nuestro Hogar”, 48ª Ed., 1998, FEB, RJ/RJ

- cap. 12, p. 69-71, cap. 16, p. 90-91: el umbral es zona oscura, comienza en la superficie terrestre. Allí hay concentración de legiones compactas de almas ignorantes, ni perversas (para ser encaminadas a las colonias de reparación más dolorosas), ni nobles: para merecer planos de elevación.

El Espíritu André Luiz nos dice que su madre reside en una “esfera elevada” y que su padre habita “zona de tinieblas compactas”; sus hermanas se hallan en el umbral, agarradas a la superficie terrestre.

Obs.: En el libro “Ciudad en el Más Allá”, de F. C. Xavier, Heigorina Cuña y los Espíritus André Luiz y Lúcius, 24ªEd., 1983, IDE, Ararás/SP, hay figuras explicativas, con esbozos puramente pedagógicos: se ve el planeta Tierra y las esferas espirituales (capas) adyacentes. Informaciones de los autores del libro dan cuenta de que la ciudad Nuestro Hogar, señalada con una estrella, está localizada en la 3ª esfera por encima de la Superficie, sobre una extensa región del Estado de Rio de Janeiro (entre las ciudades de Rio de Janeiro y Campos / Itaperuna), en faja que puede ser definida como la periferia del Umbral).

4.0 Espíritu Camilo

“Memorias de un suicida”, Autor espiritual “C.C. Botelho”, psicografia de Yvonne. A. Pereira, 5ª Ed., 1975, FEB, RJ/RJ

- cap. I, p. 15-16: tratando de las regiones del mundo invisible describe el panorama desolador de la región donde se vio el (“valle de los suicidas”), aprisionado después de cometer el suicidio: valles profundos, cavernas siniestras, sólo sombras, gargantas sinuosas; aullidos de escorias de demonios enfurecidos; aire pesadíssimo, asfixiante, helado, anocheciendo; jamás habrá paz allí, Consuelo, esperanza... (Este artículo será concluído en la próxima edición.)

 

[1] In “Evolución em Dos Mundos”, A. Luiz/F. C. Xavier-W. Vieira, 1ª Parte, cap. XVII, “Aura Humana”, 11ª Ed., 1989, FEB, RJ/RJ.

[2] Teoría del Caos: para la física y la matemática es la hipótesis que explica el funcionamiento de sistemas complejos y dinámicos. Un ejemplo: en la naturaleza, donde esos sistemas son comunes, la formación de una nube en el cielo puede ser desencadenada y desenvolverse con base en centenas de factores que pueden ser el calor, frío, la evaporación del agua, los vientos, el clima, etc.

 

Traducción:
Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com

 

 

     
     

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