Especial
por Jorge Hessen    

Año 11 – Nº 522 – 25 de Junio de 2017

Fe y oración como apertura terapéutica de los psiquiátricos

Las implicaciones de la espiritualidad en la salud vienen siendo, científicamente, evaluadas y documentadas en centenares de artículos académicos, demostrando su relación con varios aspectos de las saludes física y mental, probablemente positivos y posiblemente causales. A rigor, asociaciones entre la espiritualidad (religiosidad) y actividad inmunológica, salud mental, neoplasias, enfermedades cardiovasculares y mortalidad, además de aspectos de intervención con uso de plegaria intercesoria, han sido consubstanciadas en los ambientes hospitalares.

Hay creciente acúmulo de evidencias sobre la relación entre espiritualidad (religiosidad) y salud física. Pero, por esas evidencias aún no ser adecuadamente robustas, este sólo se constituye en prometedor campo de investigación. Es, a buen seguro, un campo de investigación con enorme potencial. Hasta porque, investigaciones sistemáticas demuestran que enfermos espiritualizados lidian mejor con los estrés de la vida, se recuperan más rápidamente de depresión y presentan menos ansiedad que aquellos que lidian con emociones negativas, no creyentes y materialistas.

Se identifica, en esta modalidad de asistencia, que hay un concepto de salud como algo, fruto del equilibrio entre el hombre y el mundo, entre lo imanente y el transcendente, que se aproxima al que se denomina holismo y visión sistémica de la vida. La prensa ha informado que médicos e instituciones hospitalarias del mundo contemporáneo ya incluyen en sus rutinas, de manera sistemática y definitiva, la práctica de estimular a los pacientes en cuanto a fortalecer la esperanza, el optimismo, el buen humor y la espiritualidad (religiosidad), como recursos imprescindibles en el combate a las enfermedades. Esos procedimientos funcionan como medicamentos para el alma, obviamente, con repercusiones benéficas para el cuerpo físico. Eso ha sido observado, sobre todo, en centros de tratamiento de enfermedades graves, como cáncer y patologías que exigen del enfermo una fuerza sobre-humana.

La terapia de la esperanza – Actualmente, muchos médicos perciben que los enfermos, apoyados en algún tipo de fe y que mantienen la esperanza en la recuperación de hecho, presentan mejores pronósticos. Esa práctica aparece asociada a la reducción de la ansiedad, de la depresión y a la disminución del dolor, entre otras repercusiones. Está probado que el mantenimiento de un estado de espíritu más seguro y esperanzado desencadena, en el organismo, una capilaridad de reacciones que sólo traen el bien.

Investigadores de la Universidad de Alabama, en los Estados Unidos, han aplicado un tratamiento nominado como terapia "de la esperanza". El proceso consiste en ayudar a los pacientes a construir y a mantener la esperanza delante de la enfermedad, conforme la máxima de que es preciso dar fuerza al espíritu para que el cuerpo se recupere. El Instituto Nacional del Cáncer, americano, creó una especie de guía para orientar a médicos, enfermeros y psicólogos sobre cómo usar la espiritualidad (religiosidad) del paciente en beneficio propio. Su aplicación se extiende, también, a pacientes psicóticos, adultos y niños; portadores de deficiencias otras, así como suicidas y drogadictos (persona viciadas com las drogas).

En la medida en que el paciente hace una introspección para potenciar la fe, se posibilita el reconocimiento de su identidad y la reconstrucción de su autoestima, que lo lleva a recuperar la esperanza y la confianza en sus propios recursos adaptativos. Se construye, así, una intervención que enfatiza la importancia de la elaboración de un nuevo proyecto de vida para sí mismo. Los estímulos de la espiritualidad (religiosidad) curan al paciente al imponer orden sobre la experiencia caótica que en él se desarrolló.

El Espiritismo explica que es a través de un proceso de desarrollo personal que el enfermo gana fuerzas para neutralizar la enfermedad. El Espiritismo busca persuadir al enfermo a reorientar su comportamiento mental por la fe inteligente, razonada, sugiriendo una ética de caridad, de la cual debe resultar un modo particular de motivación para una vida engrandecida y de solaparse a los llamamientos del mundo físico.

La importancia de la plegaria en los hospitales – La espiritualidad (religiosidad) en consonancia con la salud son metas a ser conquistadas por aquellos que desean, realmente, autovencerse.

La enfermedad permanece como entidad de impacto amplio sobre aspectos de abordaje, desde la fisiopatologia básica, hasta su compleja relación social, psíquica y económica. Es fundamental reconocer que esos diversos aspectos están correlacionados en múltiple interacción. En la medida en que los estudios, en el área de la espiritualidad y de la salud, se intensifican, una vez observados los benéficos resultados en el restablecimiento de la energía de los pacientes debilitados, comenzarán a surgir las primeras tesis (aunque heterodoxas), para perfeccionar conclusiones y obtener resultados más sólidos sobre el tema.

Independientemente de los agentes causantes de la enfermedad, la estimulación de los valores espirituales se coloca en una posición bastante conveniente: no sólo demuestra dividir responsabilidades con la medicina moderna, sino señaliza intervenir donde esta se revela impotente. En ese sentido, reflexionemos sobre la importância del estímulo de la oración en los hospitales.

La oración es una práctica milenaria de diversas y distinguidas religiones, tradicionalmente asociada al bienestar, promoción de salud, introspección y espiritualidad. A propósito, por la religiosidad, se practica mejor el ejercicio de la plegaria. Es obvio que "la espiritualidad no viene a suplantar la medicina y los médicos; viene a probar simplemente que hay cosas que ellos no saben y los invita para estudiarlas; que la naturaleza tiene recursos que ellos ignoran; que el elemento espiritual que ellos desconocen, no es una quimera, y que, cuando lo tengan en cuenta, abrirán nuevos horizontes a la ciencia y tendrán más éxitos que el de ahora”.1

La mente como fuente de energía – La plegaria actúa sobre los individuos, influenciando el sistema imunológico, según un estudio pionero realizado el año de 1988, en el Hospital General de San Francisco, en California. En ese hospital "fue posible comprobar que los pacientes que recibieron plegarias presetaron significativas mejoras, necesitando inclusive de más pequeña cantidad de medicamentos".(2) Para nosotros, espíritas, ella se reviste de características especiales, pues "al corriente de la medicação ordinaria, elaborada por la Ciencia, el magnetismo nos da a conocer el poder de la acción fluídica y el Espiritismo nos revela otra fuerza poderosa en la mediumnidad curadora y la influencia de la plegaria".(3)  Allan Kardec, al emitir sus comentarios en la Pregunta 662, en El Libro de los Espíritus, afirma que "el pensamiento y la voluntad representan en nosotros un poder de acción que alcanza mucho más allá de los límites de nuestra esfera corporal".(4) A rigor "la electricidad es energía dinámica; el magnetismo es energía estática; el pensamiento es fuerza eletromagnética".(5) Pero una cosa es clara, la plegaria no puede cambiar la naturaleza de las pruebas por las cuales el hombre tiene que pasar, o, incluso, desviarle su curso, y esto, porque ellas están en las manos de Dios. Hay pruebas que el Hombre debe soportar hasta el fin de sus días, pero Dios tiene siempre en cuenta la resignación. Aunque las plegarias que hacemos no irán a desviarnos de nuestros problemas y desilusiones, ellas son un bálsamo reconfortante para nuestra alma enfermiza, pues nos hace penetrar en estados de suave sosiego y gozos que solamente aquel que ora es capaz de descifrar. Tiene, así, la plegaria, el inefable don de darnos fuerzas para soportar luchas y problemas, internos y externos, de colocarnos en posición de vencer obstáculos que, antes, parecían instransponibles.

El pensamiento es una dínamo conductor de la vida física para la vida espiritual, que nos permite establecer un relacionamiento positivo con los espíritus que participan de las actividades curadoras. Al tiempo que nos permite todo eso, él también podrá conectarnos a espíritus cuya presencia será perjudicial al acto de curar. Toda moneda tiene dos lados y las leyes de la naturaleza son caminhos de mano doble. La mente es fuente de energía curativa o de energía destructora. 

 

Referências bibliográficas:

(1) KARDEC, Allan. Revista Espírita, novembro de 1866.

(2) Fonte disponível no site<>acesso em 18/09/08.

(3) KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2004, Cap28, item77.

(4) KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2000, questão 662.

(5) XAVIER, Francisco Cândido. Pensamento e Vida, 9ª ed. Rio de Janeiro: FEB, 1991. P.16.

 

Traducción:
Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com

 

 

     
     

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