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Año 11 - N° 512 - 16 de Abril de 2017
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 

La importancia y actualidad
de la frase “Conócete
a ti mismo”
 

“A mí me parece que el autoconocimiento es la principal necesidad del ser en la vida, el medio práctico para la verdadera reforma íntima, tan incentivada en la Doctrina Espírita y, sin duda, el principal objetivo de la reencarnación.”(Carlos Roberto da Silva Júnior, el entrevistado  de esta edición.)

Al lado de la caridad, el autoconocimiento es muy importante para el crecimiento espiritual, al identificar nuestros impulsos e imperfecciones.

Al tornar visibles nuestras imperfecciones, traemos los contenidos inconscientes a la luz de la conciencia, lo que hace posible combatir el mal. Ese método de traer a la conciencia los contenidos, usado por las llamadas psicologías profundas, liberta el ser de sus imperfecciones. “Conoceréis la verdad y la verdad os libertará” (Juan 8:32) se realiza en el mecanismo del análisis de los contenidos hechos conscientes.

“Me doy cuenta también que hay una resistencia en el movimiento espírita a ese tema [del conocimiento de las imperfecciones], pues alegan que existe mucho énfasis en el trato de las imperfecciones humanas. No obstante, esos críticos ignoran que fue justamente eso que los espíritus recomendaron a Kardec que hiciésemos, en la cuestión nº 14 de El Libro de los Espíritus: ‘(…) Estudiad vuestras propias imperfecciones, a fin de que os libréis de ellas’.” (Carlos Roberto da Silva Júnior, en la entrevista mencionada.)  

Estudiar las propias imperfecciones, no las de los otros, - a no ser que sea terapeuta, profesional o lego, pleno de confianza.

 Es siempre bueno tener alguien en quien confiar, para, en el ejercicio de la palabra, consolarse, fortalecerse y auxiliarse mutuamente. “Confesad vuestros pecados unos a los otros y orad unos por los otros, para que os salvéis. Mucho puede la oración del justo.” (Santiago 5:16.)  

“Aún es el orgullo, acompañado del egoísmo y del miedo los mayores obstáculos para que sean superados por el ser humano encarnado en la Tierra.” (Carlos Roberto da Silva Júnior.)

El orgullo nos ciega ante las verdades a nuestro respeto. Por lo tanto, cuando estamos ciegos de orgullo, no admitimos nada que contraria nuestra “dignidad”, nuestra “honra”, aunque estemos listos y bien lúcidos para que identifiquemos los defectos ajenos. Es hecho conocido que, cuando estamos delante de un comportamiento que nos escandaliza, podemos tener la certeza de que el mismo defecto se encuentra en nosotros. 

“Mencioné el orgullo en primer lugar, pues la mayoría que busca cualquier religión no desea descubrir en sí mismo el mal que reclama existir en el mundo sin volver los ojos y atención para sí mismo y encontrar no solamente sus propias imperfecciones, pero, principalmente, buscar entender el motivo de ellas existieren de forma específica en nuestra historia de vida, para entonces poder superarlas.” (Carlos Roberto da Silva Júnior.)

El proceso de liberación que secunda o hace consciente una imperfección es un proceso, es decir, de cura a través de la expurgación. Esa depuración de las ideas, concomitante a la cura, es consecuente de la desvinculación de las defensas que mantienen reprimidos los contenidos inconscientes e impiden que veamos nuestras propias inhibiciones y limitaciones.

La libertad consecuente del conocimiento de la verdad, como enseña Jesús, puede ser así desarrollada: el conocimiento de la verdad a nuestro respeto produce un conocimiento capaz de curar, y con eso nos libertamos de nuestras inhibiciones y limitaciones, tornándonos libres y conscientes de lo que tenemos de más importante a rectificar.

Por cierto, es siempre bueno recordar lo que, a propósito del asunto, Allan Kardec, consignó en aquella que es considerada la principal obra espírita: 

-¿Cuál el medio práctico más eficaz que tiene el hombre de mejorarse en esta vida y de resistir a la atracción del mal? “Un sabio de la antigüedad te lo ha dicho: Conócete a ti mismo.” (El Libro de los Espíritus, 919.)



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita