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Año 10 - N° 505 - 26 de Febrero de 2017
RICARDO DI BERNARDI 
rhdb11@gmail.com
Florianópolis, SC (Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Ricardo Di Bernardi

Microcefalia y aborto: la unión del Espíritu

Parte 1


Antes de abordar la cuestión espiritual conectada a la condición de la microcefalia, hagamos algunas consideraciones generales básicas para poder introducir, adecuadamente, las explicaciones espíritas. Concepto de Microcefalia: Microcefalia es una condición neurológica en que la cabeza y el cerebro del niño son más pequeños que los de otros de la misma edad y sexo. El cerebro no crece lo suficiente durante la gestación o después del nacimiento. Dependiendo de la gravedad de la malformación, pueden surgir complicaciones como déficit cognitivo grave, presión visual, auditivo y del habla, hiperactividad, bajo peso y estatura (nanismo) y convulsiones (epilepsia).

La microcefalia puede tener como causa factores genéticos y ambientales. Puede ser congénita, es decir, por factores que actuaron vía placentária, porexposición a substancias nocivas en el transcurrir del embarazo o seradquirida los primeros años de vida por diversos factores. Sean como sean los factores, sabemos que en este bebé está presente un Espíritu que vuelve al mundo físico necesitando de amor y amparo, independientemente de los orígenes espirituales del problema.

 

La microcefalia hereditária puede ser causada por diversos síndromes genéticos, conocida como microcefalia verdadera, real o primaria, para manifestar el trastorno, el niño necesita heredar una copia del gen defectuoso del padre y otro de la madre, que no manifestaban la enfermedad (genes recesivos).    

 

Como espíritas, sabemos que los genes estaban contenidos en células reprodutoras, pero fueron atraídos por el campo vibratorio de las matrices periespirituales enfermas del Espíritu reencarnante. Este está volviendo al mundo físico para drenar al cuerpo biológico una desarmonia, buscando a la resolución de la misma.    


Existe, también, la microcefalia asociada a causas secundarias, que determinan el cierre prematuro de las moleiras (fontanelas) y de las suturas entre las placas óseas del cráneo, lo que impide el crecimiento normal del cerebro.  Esta condición se denomina craniosinestosis, que puede afectar al feto dentro del útero, o tras el parto, cuando el cerebro aún está en acelerado proceso de formación. El Espíritu reencarnante siempre modela, inconscientemente, el cuerpo físico por el periespíritu, por lo tanto, la anomalia deriva de desestructuración energética del cuerpo astral que puede venir de traumas graves no bien asimilados por el psiquismo del Espíritu o actitudes que generarán lesiones en sí o en otros y ahora constituyen campos periespirituales modeladores de la forma en desequilibrio.  

 

Otras causas secundarias de la microcefalia son: durante el embarazo, consumo de tabaco, alcohol y otras drogas o de algunos medicamentos, enfermedades infecciosas como rubéola, toxoplasmosis, citomegalovírus, herpes zoster, entre otras. Hay aún la posibilidad de adquirir la microcefalia por intoxicación por mercúrio, fenilcetonúria materna no controlada, exposición a la radiación, desnutrición materna, malformación de la placenta, traumatismo craneoencefálico e hipóxia grave (falta de oxigenación en los tejido y en la sangre).      

 

Actualmente, esta malformación está siendo más comúnmente resultado de la infección por el zika vírus, transmitido por el Aedes aegypti, el mosquito que también transmite el dengue y la fiebre chikungunya.

 

El conocimiento de la ciencia y filosofía espírita nos permite saber que sólo renace en un organismo en esas condiciones y presentará esa malformación, aquel Espíritu que tiene sintonía con la anomalia, o sea, es magnéticamente atraído por su patrón vibratório. No hay acaso biológico, ni proceso punitivo, hay la Ley de causa y efecto, buscando el aprendizaje, buscando la cura o drenaje de la dimensión astral para la dimensión física. El proceso expiatório es un mecanismo de liberación del problema. Sólo reencarnará en un organismo que será lesionado por infección, droga y otros factores, un Espíritu que tenga en su cuerpo espiritual predisposiciones para esta lesión.

 

Bebé microcéfalo: el momento de la reencarnación

Recordamos que, si el óvulo, generalmente, es un solitário a la búsqueda de un compañero ideal, los pretendientes a su posesión definitiva y a la unión completa son muchos espermatozoides. Exactamente aquel óvulo, con aquel conjunto de genes, fue el liberado en la ovulación por la influencia de las energías del Espíritu. En el caso de microcefalia primaria o verdadera, el campo magnético del periespíritu determina la liberación de un óvulo con el gen del problema. El Ser reencarnante, aún inconsciente y la distancia, ya estaba, por los mentores especializados, unido a la psicoesfera materna, en función de una larga historia del pasado...

Más de doscientos millones de espermatozoides; una población igual a la de muchos países sumados se hacen camino a la búsqueda desenfreada de un sólo trofeo. Consideran algunos biólogos que el más apto vence la carrera y fecunda el óvulo. ¿Pero cómo el más apto? ¿Por qué, a veces, un espermatozoide portador de las más profundas anomalias supera a todos los demás? Estudiando la ciencia espírita, encontramos la respuesta satisfatória para este aparente “capricho del acaso”.

Genes y Magnetismo

Cada espermatozoide trae en su interior los cromosomas que contienen los genes para todas las características físicas del nuevo cuerpo a ser formado. Los genes, moléculas de ADN, son partículas de altísima complejidad.

Los espermatozoides, conforme los genes que transportan, tienen una vibración energética peculiar. Conforme el patrón genético que llevan, emiten una frecuencia de onda correspondiente. Decimos, entonces, que cada espermatozoide posee una aura energética peculiar al conjunto de genes que carga. En el caso que estudiamos, hay entre esos espermatozoides los que cargan genes causadores de síndromes genéticos donde la microcefalia se manifestará.

El óvulo, como toda célula viva, posee un campo de fluido vital a su alrededor. Este fluido vital, o energía vital, es el campo de fuerza que atrae las energías de la entidad reencarnante. Este Espíritu o entidad reencarnante se conecta o se prende al óvulo, pasando, entonces, a irradiar sus vibraciones, cada vez más intensamente, en dirección al fluido vital del óvulo. El óvulo, al irradiar las vibraciones del Espíritu, pasa a atraer, automáticamente, por sintonía de ondas, a aquel espermatozoide que contiene los genes que sintoniza, o sea, que él necesita y expresa su realidad periespiritual, los genes de la microcefalia que necesita para su reequilíbrio y desarrollo espiritual.

Conforme el carma de la entidad espiritual, expresado por sus matrices periespirituales y reflejadas en el óvulo, son atraídos los genes que sintonizam con el mensaje o código, transmitido inconscientemente por las unidades energéticas del periespíritu, y recibidas por las moléculas de ADN (ácido desoxirribonucleico) del espermatozoide correspondiente.

Son casi 300 millones de opciones diferentes para un nuevo organismo biológico, opciones presentadas por los espermatozoides, razón de por qué, somos todos tan especiales, diferentes unos de los otros. Este aparente desperdício de espermatozoides es la sabia ley de la naturaleza suministrando múltiples opciones para que la justicia divina, dando oportunidad a la evolución, se cumpla a través de las leyes biológicas.

Herencia Cármica

Inconscientemente, he ahí que el Espíritu reencarnante, que sembró libremente en las vidas pasadas (y grabó los registros de esta siembra en su periespíritu), ahora impregna el óvulo materno por las vibraciones de sus méritos y deméritos.

El gameta masculino, adecuado a sus necesidades cármicas, por sintonía magnética, es rápidamente como que “empujado” para el óvulo y ocurre la fecundación o concepción. No es, pues, el “acaso biológico” que determina que un espermatozoide fecunde el óvulo, sino la ley del retorno, de la cosecha obligatoria, ley de acción y reacción, siempre buscando la cura espiritual.

El espermatozoide más apto, por lo tanto, es aquel que mejor sintoniza con las vibraciones de la entidad reencarnante, previamente imantada al óvulo. Sin embargo, hasta este momento, no hubo la reencarnación propiamente dicha. La unión del espíritu reencarnante directamente con la materia, conectado a las moléculas físicas, se da en el instante en que ocurre el gran choque biológico: el espermatozoide penetra en el interior del óvulo.

En el momento de la fecundación, millones de átomos y moléculas de las dos células entran en ferviente actividad.  Esa gran actividad, verdadera explosión de fenómenos, ocurre en una maravillosa orquesta regida por la sabiduría universal. En el instante de la concepción, las moléculas del cuerpo espiritual (periespíritu) del reencarnante entran, por así decir, en la intimidad de la célula-huevo. Se inicia ahora, en este instante, la reencarnación propiamente dicha, en términos físicos.

Cuando el espermatozoide fecunda el óvulo, ocurre como que una gran “explosión” de reacciones entre los componentes de estas células reproductoras y la interacción entre los dos campos áuricos es que propician la apertura energética para la fijación de los fluidos periespirituales a las moléculas orgánicas. Fue necesario un momento energético específico para que la otra dimensión interpenetrase la materia.

Microcefalia y aborto provocado mentalmente por la madre

Nuestro Espíritu irradia ondas mentales que se expresan como ondas ultracortas, cortas, medias, y largas conforme el tipo de pensamiento que emitimos. Ya es sobradamente conocido el inmenso potencial energético que nosotros, seres humanos, poseemos. Además de eso, cada uno de nosotros posee un magnetismo propio y mayor o más pequeña capacidad de irradiar e influenciar magnéticamente a su alrededor.  La influencia de la fuerza del pensamiento es ejercida sobre las energías a nuestro alrededor, sobre las plantas, animales y sobre otras personas, en especial, embriones y fetos. Fetos diagnosticados como microcéfalos pueden estar más sujetos a las energías del padre y de la madre, por el susto de la información.

La más fácil evidencia de la fuerza mental sobre la materia puede ser observada con experiencias con el agua. Chevalier y Hardy, dos eminentes investigadores franceses, utilizaron un aparato llamado “goteador psicocinético” que comprobó, en laboratorio, la acción mental sobre las moléculas del agua. Se trata de un aparato donde una fuente gotea sobre una cuchilla, dividiendo la gota de tal forma que los dos compartimentos abajo se llenan de agua en tiempos rigurosamente iguales. Por lo tanto, un aparato de precisión física.

Se verificó que “sensitivos” o “sujets” - para utilizar el lenguaje de los eminentes investigadores - al concentrarse mentalmente desviaban la gota, haciendo que el compartimento a la derecha o a la izquierda conforme era solicitado, creciera más en volumen de agua. Esa experiencia fue muy estudiada, también, por el psicobiofísico brasileiro, Prof. Henrique Rodrigues, también conferenciante espírita.

El potencial psicocinético, que es capaz de mover objetos próximos o a distancia por la fuerza de nuestros pensamientos, actúa también sobre las energías sútiles que unen el embrión a la textura energética del psiquismo fetal, en otras palabras, que unen el Espíritu al cuerpo en formación.

Las acciones mentales de una gestante también poseen propiedades psicocinéticas y pueden tener profunda repercusión sobre las conexiones energéticas del Espíritu reencarnante con su embrión. El embrión por ser constituido en gran medida por agua, por estar buceando en una bolsa de agua, es fácilmente alcanzado por las energías mentales de la madre, que continuamente lo envuelven. La molécula de agua es una gran conductora de energía mental.

Hay madres que, al recibir la noticia de estar albergando en su nido uterino unhijo microcéfalo, pueden ser tomadas de pánico, pavor, desesperación y hasta rechazar fuertemente el hecho de estar embarazadas. Sea por las circunstancias dolorosas que motivaron el embarazo, sea por la dificultad de relación con el esposo sin preparar e inmaduro que rechaza la gestación de un microcéfalo, o aún por la situación de penúria económica en que se sitúan, entreven una agravación de la situación inesperada en que se encuentran. Sobre todo, la ausencia del conocimiento espiritual, o sea, desconocer que el hijo microcéfalo es alguien que ella tiene conexión secular, y ahora estarían padre y madre teniendo la oportunidad de amar, rescatando vínculos anteriores finalmente, la falta de conocimiento espírita puede llevarla a rechazar la gestación.

Sea cuál sea el motivo, desde los más complejos y respetables hasta de más simple vanidad, el hecho es que, la situación puede existir, con relativa frecuencia. Las experiencias de regresión de memoria efectuadas en las “Terapias de Vivencias Pasadas” – TRVP, o por otros mecanismos, tienen en los dato valiosos subsídios en el estudio de la influencia mental de la gestante sobre el feto.

Además de abortos, la postura monoideísta (idea fija) materna puede determinar repercusiones psicológicas diversas sobre el ser en vías de renacimiento. Sentimiento de abandono y carencia afectiva son comunes en niños, jóvenes y hasta en adultos que sufrieron este tipo de influencia materna.

Muchos renacimientos tienen origen en la necesidad de armonización de desafectos pasados. La oportunidad del vínculo familiar, y del velo del olvido del pasado es un recurso que los amigos espirituales utilizan para la reaproximación de las criaturas.

El intercambio energético materno-fetal será cada vez más valorado por la ciencia médica que (exceptuando algunos raros profesionales) no cree que un “Ser” en formación, sin cerebro desarrollado, tenga capacidad de registrar las emociones maternas. Sea en un microcéfalo o anencéfalo, los registros son efectuados en las estructuras espirituales, por lo tanto, impresos en el inconsciente. Queda aquí la recomendación de envolver al feto con sentimientos de amor, protección, confianza y acogimiento, pues son ondas cortas y ultracortas que envolverían al feto amenizando las dificultades naturales de una reencarnación en organismo microcéfalo. Sólo el conocimiento de la existencia del Espíritu abrirá las puertas para la comprensión de un problema de tal magnitud.

Trabajemos...

Microcefalia y Asistencia Espiritual en la Gestación

Todos los estudiosos de la doctrina espírita tienen conocimiento, a través de incontables obras psicografiadas, de la existencia del “Ministerio de la Reencarnación” en las colonias espirituales conectadas a la esfera terrestre. Equipos especializados en el retorno al mundo físico estudian, intensamente, y trabajan, buscando propiciar la situación más adecuada a las necesidades evolutivas de los hermanos que necesitan volver al planeta.

Al contrario de lo que se piensa, no son los mentores espirituales que determinan los defectos físicos o anomalias congénitas de un feto. NO ES CORRECTO imaginar que Seres de Luz, Amor y Sabiduría determinen: “usted va a renacer con microcefalia”, pero observan que la ley Universal de Causa y Efecto es inexorable. El “modus vivendi” del Espíritu, los traumas que sufrió, o hechos vividos en el pasado generaron campos de fuerza, circuitos vibratorios, en su cuerpo espiritual, y esos, sí, es que determinan, ahora, campos modeladores en las matrices periespirituales.

Los mentores especializados, profundos conocedores de la dinámica de las energías, saben que son inexorable la consecuencia y pueden informar, al Espíritu o aún a sus seres amados, de la anomalia orgánica que surgirá en su nuevo cuerpo físico, sea por vía congénita o genética. Un Espíritu que renace con microcefalia está aún con dolorosas marcas en su cuerpo astral que necesitan ser drenadas, expiadas para un cuerpo físico, buscando su cura. Hay también, raras situaciones, de Espíritus superiores que se ofrecieron para renacer así, con objetivos de auxiliar a los envueltos y también adquieran una gran experiencia en este área. Son excepciones, pero existen.

Las obras psicografiadas por Francisco Cândido Xavier describen con detalles esa asistencia. Entre otras obras, citaríamos el libro “Misioneros de la Luz”, obra que detalla la reencarnación del Espíritu de Segismundo, mostrando la participación de los dos planes en el proceso.

Una vez habiendo sido escogidos los padres, por el criterio considerado más adecuado a la situación evolutiva del Espíritu, y el merecimento de los padres, se inicia una laboriosa asistencia espiritual a las personas más envueltas en la reencarnación. Habitualmente: padre, madre e hijo. Nadie tiene un hijo microcéfalo por mera casualidad, por azar del destino. Son historias seculares o hasta milenarias que unen los envueltos en reencuentros constructivos y necesarios para el desarrollo espiritual y superación de antiguas dificultades.

El trabajo de asistencia espiritual, a veces, necesita extenderse a otros miembros de la familia, cuya interferencia en la gestación se hacía de forma negativa cómo, por ejemplo, mecanismo de presión induciendo al aborto, u otras formas de interferencia que perjudicarían la planificación superior. A través de la sensibilidad espiritual de las criaturas, como sensibilidad paranormal o mediúmnica, los mentores espirituales buscarán constantemente intuir para que sean tomadas las decisiones más equilibradas y saludables, las cuales reflejarán en el ser que se prepara para volver a la convivencia de los encarnados. En el caso del microcéfalo, un ser que necesita mucho de cariño y amparo en todos los niveles.

Cuando la resistencia de los asistidos (padre y madre principalmente) es muy fuerte, en el sentido de acatar las ideas que le son sugeridas, la espiritualidad pasa a buscar formas indirectas para llevar el mensaje armonizador. Son enviadas sugerencias mentales a parientes, vecinos o profesionales, que podrán influir constructivamente en el proceso de la aceptación del hijo microcéfalo, o amparo, con relación a esta entidad reencarnante.

Durante el sueño, habitualmente, sucede el desdoblamiento o proyección astral de los encarnados. En esta oportunidad, son suministradas aclaraciones o informaciones preciosas a los padres. Comúnmente, es hecha la presentación del Espíritu reencarnante a los futuros padres y, si existe un desafecto importante por parte de alguno de ellos, con relación al futuro hijo, pasa a ser ejecutado un intenso trabajo de adoctrinación buscando amenizar las dificultades mutuas. La proyección astral consciente e inconsciente de los padres tiene un papel de relieve en este trabajo de amparo amoroso de los mentores espirituales.

La asistencia recibida por la constelación familiar ocurre antes aún de la fecundación, ya en las fases de aproximación de la entidad. En los hogares donde reina el equilibrio psíquico, en el amparo de los Espíritus Superiores, es posible preservarse la intimidad de la pareja en el momento íntimo que determinará y fecundará. (Este artículo será concluído en la próxima edición.)



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita