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Estudio de las Obras de Allan Kardec Português   Inglês

Año 10 - N° 492 - 20 de Noviembre de 2016

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

Obras Póstumas

Allan Kardec

(Parte 38)
 

Continuamos en esta edición el estudio del libro Obras Póstumas, publicado después de la desencarnación de Allan Kardec, pero compuesto con textos de su autoría. El presente estudio se basa en la traducción hecha por el Dr. Guillon Ribeiro, publicada por la editorial de la Federación Espírita Brasileña.

Preguntas para debatir 

210.  Con respecto a los cismas, ¿qué más escribió Kardec?

211. ¿Cómo surgió, en el pensamiento de Kardec, la idea de otorgar la dirección del Espiritismo a un Comité Central?

212. Según el texto, ¿qué atribuciones serían de la competencia del Comité Central?

213. Según la propuesta, el Comité Central, ¿sería complementado por otras instituciones auxiliares?

Respuestas a las preguntas propuestas

210.  Con respecto a los cismas, ¿qué más escribió Kardec?

Primero, él afirmo que es indispensable una condición para garantizar la unidad en el futuro: que todas las partes del conjunto de la Doctrina estén establecidas con precisión y claridad, sin dejar nada ambiguo. Es necesario para ello que los textos – como él buscó hacer con sus escritos – no den lugar a ninguna interpretación contradictoria. Cuando se haya dicho con firmeza y sin ambigüedad que dos más dos son cuatro, nadie podrá pretender que se quiso decir que dos y dos hacen cinco.

Podrán, pues, formarse al lado de la Doctrina sectas que no adopten sus principios, o todos los principios, pero no dentro de la Doctrina, por la interpretación de los textos, como tantas sectas se formaron sobre el sentido de las palabras del Evangelio. Allí está un primer punto de importancia capital. Por lo tanto, si se formara una secta a su lado, fundada o no sobre los principios del Espiritismo, ocurrirá una de dos opciones: esa secta estará con la verdad o no lo estará; si no lo está, caerá por sí misma bajo el ascendiente de la razón y del sentido común, como ya tantas otras cayeron hace siglos. Si sus ideas fueran justas, aunque sea sobre un único punto, la Doctrina, que busca el bien y la verdad por dondequiera que se encuentren, las asimilará, de manera que en lugar de ser absorbida, será ella la que absorberá.

Si algunos de sus miembros llegara a separarse, es porque creen que pueden hacer algo mejor; si hacen realmente algo mejor, ella los imitará; si lo hacen mejor aún, ella se esforzará para hacerlo igualmente, y hasta más, si eso fuera posible. Si lo hacen mal, ella los dejará hacer, segura de que tarde o temprano el bien dominará sobre el mal, y lo verdadero sobre lo falso. Esta es, entonces, la única lucha que se establecerá. (Obras Póstumas – Segunda Parte – Constitución del Espiritismo.)

211. ¿Cómo surgió, en el pensamiento de Kardec, la idea de otorgar la dirección del Espiritismo a un Comité Central?

Según Kardec, durante el período de su elaboración, la dirección del Espiritismo tuvo que ser individual; era necesario que todos los elementos constitutivos de la Doctrina, salidos en estado embrionario de una multitud de focos, desembocasen en un centro común para que allí fuesen controlados y examinados, y que un único pensamiento presidiese su coordinación para establecer la unidad en el conjunto y la armonía entre todas las partes. Si hubiese sido de otro modo, la Doctrina se hubiera parecido a un mecanismo cuyas piezas no  encajarían con precisión unas con otras. Con el pasar de los años, el panorama se modificó y se hizo necesario que la dirección se volviese colectiva. Primero, porque llega un momento en que su peso excede las fuerzas de un hombre y, en segundo lugar, porque hay más garantía de estabilidad en un conjunto de individuos, de los cuales cada uno tiene sólo su voz y nada pueden sin el concurso los unos de los otros, mientras que uno solo puede abusar de su autoridad y querer hacer prevalecer sus ideas personales.

En lugar de un jefe único, la dirección sería entregada, por lo tanto, a un Comité Central permanente, cuya organización y atribuciones serían definidas de manera que no permitan arbitrariedades. Ese Comité debería estar compuesto por doce miembros titulares como máximo que, para ese efecto, deberían reunir ciertas condiciones requeridas, y de un número igual de consejeros. Una disposición especial fijaría el modo de nominación de los doce primeros y el proceso de su renovación.

El Comité Central sería pues, la cabeza, el verdadero jefe del Espiritismo, jefe colectivo, que no podría hacer nada sin el consentimiento de la mayoría. (Obras Póstumas – Segunda Parte – Constitución del Espiritismo.)

212. Según el texto, ¿qué atribuciones serían de la competencia del Comité Central?

Esto es lo que, en la concepción de Kardec, deberían ser las atribuciones del Comité Central:

1ª - El cuidado de los intereses de la Doctrina y su propagación; el mantenimiento de su utilidad mediante la conservación de la integridad de los principios reconocidos; el desarrollo de sus consecuencias.

2ª - El estudio de los principios nuevos, susceptibles de ingresar en el cuerpo de la Doctrina.

3ª - La concentración de todos los documentos e informaciones que pueden interesar al Espiritismo.

4ª - La correspondencia.

5ª – El mantenimiento, la consolidación y la extensión de los lazos de fraternidad entre los adeptos y las sociedades particulares de diversos países.

6ª - La dirección de la Revista, que será el periódico oficial del Espiritismo, y a la cual se podrá agregar otra publicación periódica.

7ª - El análisis y la apreciación de las obras, artículos de periódicos, y todos los escritos de interés para la Doctrina. La refutación de los ataques, si se diera el caso.

8ª - La publicación de las obras fundamentales de la Doctrina, en las condiciones más propicias para su divulgación. El estímulo a las publicaciones que podrán ser útiles a la causa.

9ª - La fundación y la conservación de la biblioteca, los archivos y del museo.

10ª - La administración de la caja de asistencia, del dispensario y del asilo.

11ª - La administración de los negocios materiales.

12ª - La dirección de las sesiones de la Sociedad.

13ª – La enseñanza oral.

14ª - Las visitas e instrucciones a las sociedades particulares que se hayan colocado bajo su patrocinio.

15ª – La convocatoria de los congresos y las asambleas generales. (Obras Póstumas – Segunda Parte – Constitución del Espiritismo.)

213. Según la propuesta, el Comité Central, ¿sería complementado por otras instituciones auxiliares?

Sí. Varias instituciones complementarias al Comité Central serían anexadas como dependencias locales, en la medida que las circunstancias lo permitiesen, a saber:

1º Una biblioteca, donde se encontrarán reunidas todas las obras que interesen al Espiritismo, y que podrán ser consultadas en el mismo local o prestadas para su lectura;

2º Un museo, donde serán reunidas las primeras obras del arte espírita, los trabajos mediúmnicos más notables, los retratos de los adeptos que tuvieron mucho mérito debido a su dedicación, los de los hombres a los que el Espiritismo rinde homenaje, aunque sean ajenos a la Doctrina, por ser benefactores de la Humanidad, grandes genios misioneros del progreso, etc.

3º Un dispensario destinado a consultas médicas gratuitas, y al tratamiento de ciertas afecciones, bajo la dirección de un médico con licencia;

4º Una caja de asistencia y de previsión, en condiciones prácticas;

5º Un asilo;

6º Una sociedad de adeptos, con la realización de sesiones regulares.

Refiriéndose específicamente al proyecto de un asilo, Kardec recuerda que éste no podría ser realizado en un inicio, debido al capital que una fundación como esa exigiría y, además, porque es necesario dejar a la administración el tiempo para establecerse y caminar con regularidad, antes de pensar en complicar sus atribuciones con emprendimientos en los que podría fracasar. Abrazar muchas cosas antes de estar seguro de los medios de ejecución sería una imprudencia. Eso se comprenderá fácilmente, pensando en todos los detalles que los establecimientos de ese tipo suponen. Es bueno, sin duda, tener buenas intenciones, pero ante todo, es necesario poder realizarlas. (Obras Póstumas – Segunda Parte – Constitución del Espiritismo.) 

 


 

 


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