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Estudio de las Obras de Allan Kardec Português   Inglês

Año 10 - N° 486 - 9 de Octubre de 2016

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

Obras Póstumas

Allan Kardec

(Parte 32)

Continuamos en esta edición el estudio del libro Obras Póstumas, publicado después de la desencarnación de Allan Kardec, pero compuesto con textos de su autoría. El presente estudio se basa en la traducción hecha por el Dr. Guillon Ribeiro, publicada por la editorial de la Federación Espírita Brasileña.

Preguntas para debatir

186. ¿Algún otro mensaje sobre el Evangelio fue recibido por Kardec?

187. Sobre los momentos difíciles que atravesaba la Iglesia, ¿recibió Kardec alguna comunicación específica?

188. Sobre Renan y su libro La vida de Jesús, ¿qué dice Erasto?

189. Se sabe que, poco tiempo después de la guerra que involucraba entonces a Francia y Alemania, surgiría un conflicto de grandes proporciones que conocemos hoy con el nombre de  1ª Guerra Mundial
. ¿Kardec registró comunicaciones sobre ese asunto?

Respuestas a las preguntas propuestas

186. ¿Algún otro mensaje sobre el Evangelio fue recibido por Kardec?

Sí. En Setiembre de 1863, estando en Sainte-Adresse, Kardec recibió esta comunicación llegada de París: “Quiero hablarte desde París, aunque su utilidad no me parezca evidente, teniendo en cuenta que mis voces íntimas se hacen oír alrededor tuyo, y que tu cerebro percibe nuestras inspiraciones con una facilidad de la que tú mismo no desconfías. Nuestra acción, sobre todo la del Espíritu de Verdad, es constante alrededor tuyo, y tal que no puedes negarla. Es por eso que no entraré en detalles inútiles con respecto al plan de tu obra, según mis consejos ocultos, tan amplia y completamente modificada. Comprendes ahora por qué teníamos necesidad de tenerte en nuestras manos, libre de toda otra preocupación que no fuese la de la doctrina. Una obra como la que elaboramos juntos necesita recogimiento y  aislamiento sagrado. Sigo con vivo interés los progresos de tu trabajo, que son un paso considerable hacia adelante y abren, en fin, al Espiritismo el largo camino de las aplicaciones útiles para el bien de la sociedad. Con esta obra, el edificio comienza a liberarse de sus cimientos, y ya se puede vislumbrar su cúpula dibujada en el horizonte. Continúa, pues, tanto sin impaciencia como sin cansancio; el monumento estará concluido en la hora fijada. Ya nos entretuvimos con las cuestiones que inciden en este momento, es decir, con cuestiones religiosas. El Espíritu de Verdad te habló de las rebeliones que ocurren en este tiempo; esas hostilidades previstas son necesarias para mantener despierta la atención de los hombres, tan fáciles de dejarse desviar de un asunto serio. A los soldados que combaten por la causa se les unirán, incesantemente, nuevos combatientes cuyas palabras y cuyos escritos causarán sensación, y llevarán la perturbación y la confusión a las filas de nuestros adversarios. Adiós, querido compañero de otros tiempos, discípulo fiel de la verdad, que continúas a través de la vida la obra a la cual juramos otrora, en las manos del gran Espíritu que te ama y venera, consagrar nuestras fuerzas y nuestras existencias hasta que esté concluida. Te saludo.”

En nota colocada debajo, Kardec confirma que el plan de la obra había sido, en efecto, completamente modificado, lo que con seguridad el médium no podía saber, puesto que estaba en París y él en Sainte-Adresse; tampoco podía saber que el Espíritu de Verdad le había hablado con respecto a la rebelión del Obispo de Argel y otros. Todas esas circunstancias estaban bien hechas para confirmarle el papel que los Espíritus tenían en sus trabajos. (Obras Póstumas – Segunda Parte – El Evangelio según el Espiritismo.)

187. Sobre los momentos difíciles que atravesaba la Iglesia, ¿recibió Kardec alguna comunicación específica?

Sí, después que regresó a París, el 30 de setiembre de 1863. El autor espiritual del mensaje dijo entonces que había llegado la hora en que la Iglesia debía rendir cuentas del depósito que le fue confiado, de la manera en que practicó las enseñanzas de Cristo, del uso que hizo de su autoridad, en fin, del estado de incredulidad a que condujo a los espíritus; había llegado la hora en que ella debería dar al César lo que es del César y asumir la responsabilidad de todos sus actos. Dios la juzgó y la reconoció inadecuada, de ahí en adelante, para la misión de progreso que le incumbe a toda autoridad espiritual. Sólo podría vivir por medio de una transformación absoluta; pero ella, ¿se resignaría a esa transformación? No, porque entonces ya no sería la Iglesia. Para asimilar las verdades y los descubrimiento de la ciencia, sería necesario que renuncie a los dogmas que le servían de fundamento; para retornar a la práctica rigurosa de los preceptos del Evangelio, sería necesario que renuncie al poder, a la dominación, cambiar el fausto y la púrpura por la sencillez y la humildad apostólicas. Estaba entonces entre dos alternativas: si se transformaba, se suicidaría; si permanecía estacionaria, sucumbiría bajo la opresión del progreso. (Obras Póstumas – Segunda Parte – El Evangelio según el Espiritismo.)

188. Sobre Renan y su libro La vida de Jesús, ¿qué dice Erasto?

El mensaje de Erasto fue recibido en París, el 14 de octubre de 1863. Sobre el libro, dijo que su efecto sería grande, sobre todo en el clero, pero no se trataba de una obra irreprochable, lejos de eso, porque era el reflejo de una opinión exclusiva que circunscribe su visión al círculo estrecho de la vida material.

El Sr. Renan, según Erasto, era uno de esos ciegos inteligentes que explican a su manera lo que no pueden ver; que al no comprender el mecanismo de la visión a distancia, piensan que solo se puede conocer una cosa tocándola. Pero al lado de errores importantes, sobre todo en lo relativo a la espiritualidad, su libro contenía algunas observaciones muy sensatas que habían escapado hasta entonces a los comentaristas. Renan pertenecía a esa legión de Espíritus encarnados que se pueden llamar los demoledores del viejo mundo y tienen como misión nivelar el terreno sobre el cual se edificará un mundo nuevo, más racional. (Obras Póstumas – Segunda Parte – La vida de Jesús, por Renan.)

189. Se sabe que, poco tiempo después de la guerra que involucraba entonces a Francia y Alemania, surgiría un conflicto de grandes proporciones que conocemos hoy con el nombre de  1ª Guerra Mundial. ¿Kardec registró comunicaciones sobre ese asunto?

Sí, y es probable que no haya comprendido bien lo que los Espíritus le dijeron entonces. Eso ocurrió el 30 de enero de 1866 en un mensaje recibido en París, por el grupo del Sr. Golovine. El mensaje habla inicialmente sobre las persecuciones que los espíritas sufrirían y  que responder a esos ataques sería comenzar una polémica infructuosa. “Vuestro silencio prueba vuestra fuerza y, al no darles ocasión para la réplica, acabarán por callarse”, dijo el Espíritu, que al final se autonombró Inocencio y había sido en vida arzobispo de Táurida. En el mensaje, habla también sobre posibles cambios en la cúpula de la Iglesia y, finalmente, hace alusión a la tempestad que abatiría el planeta, provocando destrucción, invasiones, delimitación de fronteras que, a partir de Europa, abarcarían Asia y América, tal como ocurrió, de hecho, años después. (Obras Póstumas – Segunda Parte – Precursores de la Tempestad.) 

 
 

 


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