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Año 10 - N° 485 - 2 de Octubre de 2016
JOSÉ PASSINI    
passinijose@yahoo.com.br 
   
Juiz de Fora, MG
(Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

José Passini

Análisis del libro
“El Abismo”

Obra focalizada: O Abismo

Autoria: Rafael Américo Ranieri

Editora: Eco

 

La obra Liberación (Libertação), de André Luiz, vino a traer más detalles sobre regiones purgatoriales o infernales que ya habían sido referidas en libros anteriores, como Nuestro Hogar y En el Mundo Mayor. En ella, el Autor describe, con claridad y concisión, el panorama donde se organizan fuerzas del mal, como actúan junto a encarnados y desencarnados. Es un trabajo de información y de alerta, pues revela la existencia de verdaderas organizaciones constituidas por inteligencias poderosas, infelizmente volcadas al mal. El lector, al final de la obra, tendrá una visión equilibrada del mundo espiritual inferior, en base de las enseñanzas nobles que atraviesan las descripciones y los relatos de situaciones negativas.

En el libro “El Abismo” tenemos una exaustiva exposición de cuadros y panoramas deprimentes, una descripción repetitiva de formas monstruosas adquiridas por criaturas que permanecen en el mal. No se ve, a lo largo de la narración, una señal de esperanza, una palabra de misericórdia. Sólo el mensaje mórbido, que parece tener más el objetivo de aterrorizar que de informar. Además de las descripciones aterrorizantes, la obra contiene verdaderos absurdos, fácilmente constatables:

Cap. 1 - “Mi pensamiento fue asaltado por vibraciones venidas del seno de la Tierra. Sentí como si un poderoso aparato detonador me alcanzara las fibras más íntimas y me precipitara en sintonía con la muerte. (...) Fuerzas desconocidas actuaban en mi subconsciente y me atraían para un peligroso abismo.”

¿Cómo puede un Espíritu que será llevado a regiones abismales – por un Benefactor – ser atraído de esa forma por fuerzas emanadas del mal?

“Mi ser crecía, crecía siempre como si yo me hubiese hecho un muñeco de goma porosa que se dilatase indefinidamente. (...) Buceé en el firmamento y subí, subí siempre. Allá debajo comenzó a quedar la Tierra, perdida en el océano del universo. No sabía a qué alturas habría de alcanzar, pero veía el mundo huir de mí como el niño que contempla su bolita de vidrio perderse en las aguas del mar.”

¿A qué distancia de la Tierra habría sido llevada esa criatura para verla de esa forma? André Luiz dice que, de Nuestro Hogar, contempla la luna. El Autor debería haber ido mucho más allá de nuestro satélite a fin de que pudiera ver la Tierra tan pequeña...

Cap. 2 - Al describir el Espíritu que sería su guía en esa jornada, lo hace de modo singular:

largos cabellos blancos, ligeramente enrrollados como si fueran cuerdas, le descendían por los hombros. Un rostro enorme, redondo “cuadrado” sobre un cuello taurino y pecho descomunal”.

Hemos aprendido que el Espíritu, a medida que se perfecciona, sus formas se vuelven cada vez más harmoniosas y bellas...

Miré la Tierra: aún estaba allá debajo, perdida en la enormidad del universo.” Después el guía lo esclarece diciendo que están “Entre las esferas del Sistema Solar, sin embargo a una distancia de 325.000 kilómetros de la Tierra”.

Se sabe que la distancia media entre la Tierra y la Luna es de 384.000 kilómetros... No habría sido más fácil decir que estaban entre la Luna y la Tierra, si estuvieran aún a esa distancia. Pero el guía le dijo que estaban entre las esferas del Sistema Solar...

Cap. 3 - “Contemplé la Tierra que se asemejaba realmente a una naranja de formato irregular y extraño. No era la forma redonda que nos es representada en las escuelas y gimnásios del orbe, sino un cuerpo repleto de prominencias (...)”

¿Cómo pudo ver el relieve de la Tierra, si la veía del tamaño de uma naranja? ¿Dónde está el sentido de la proporción?

Cap. 4 - De ese punto, partieron directamente para el interior de la Tierra “en demanda de las profundidades y de los abismos donde habitan los Genios de la sombra y del mal”.

El modo de transportarse en el espacio es inusitado, completamente diferente de los ejemplos presentados por André Luiz.

“Orcus me cogió fuertemente y comprendí que disminuía la velocidad como dos torpedos que llegaron al objetivo. Enseguida posamos en la punta de un peñasco.”

Véase en Volví como Bezerra de Menezes condujo un grupo de Espíritus a varias colonias espirituales; y como André Luiz describe, en varias obras, la manera lenta de desplazarse. En Los Mensajeros, conducido por el Benefactor Aniceto, usan un vehículo para alcanzar la superficiec terrestre. En toda la obra psicografada por F. C. Xavier no hay ejemplos de Espíritus desplazándose en el espacio como torpedos o cohetes...

Cap. 5 - “A nuestro frente, en una distancia indescriptible para el pensamiento humano, contemplé una criatura de grandeza excepcional y de una perfección asombrosa. Tan bello que producía en mi alma verdadero vértigo. Creí enloquecer. Posado en el peñasco más elevado y puntiagudo, con largas alas descendiéndole sobre los hombros centelleantes un Ángel de sublime belleza dominaba el abismo.

– Aquel es Gabriel, que asiste delante de Dios – declaró Orcus con acento cariñoso y profundo.”

Es de lamentar que esa obra, así como Sexo más allá de la Muerte, del mismo Autor, haya recibido no sólo acogida de lectores, sino también el apoyo de un escritor que escribió um artículo elogioso publicado en um periódico espírita. Según el Nuevo Testamento, Gabriel fue el Espíritu incumbido de anunciar a María que el niño que ella traía en el vientre era el esperado Mesías, y que, según Humberto de Campos, desempeñó también la noble tarea de protector de la pareja. Es asombroso que ahora se haya transformado en una especie de Cérbero, o carcelero de los abismos...

A fin de no perder tiempo, deberíamos parar la lectura por ahí, pero vamos un poco más adelante. Para no tener duda sobre la condición alada de Gabriel, tenemos aún la siguiente afirmación, luego adelante:

“Gabriel sobre el abismo parecía um amoroso pájaro de dimensiones indescriptibles alimentando el abismo como sol que de lo alto del firmamento alimenta la Tierra.”

Cap. 9 - Conviene observar, con cuidado, lo que el Autor habla sobre involución, eso sin contar la confusión absurda que hace al establecer paralelo entre desagregación intercelular y explosión atómica:

“– Realmente, querido, hay los que se precipitaron en las formas vegetales y viven ahora aprisionados en lo que se podría llamar inercia aparente... Son corazones afligidos y conciencias que fueron cayendo, cayendo, y alcanzando a inconsciencia comenzaron a recorrer para tras la escala de la evolución... Irán hasta el mineral y descenderán un poco más. En esa ocasión podrán sufrir una especie de explosión atómica que desagregará el propio ser. Decimos explosión atómica cómo quién usa una expresión ya inteligible en la Tierra. En realidad es una desagregación intercelular pero tan distante de una explosión atómica como la velocidad del sonido para la velocidad de la luz.” 

Cap. 11 - ¿Será que el Autor estuvo perturbado o simplemente está jugando, em uma obra que pretende sea uma revelación? :

 “¿Quiénes éramos nosotros? ¿Sería él o Alighieri o sería yo?

– ¿Eres tú Virgilio y soy yo el Dante o eres el Dante y soy Virgilio?

– Las palabras y el pensamiento de Dante fueron truncados, modificados, alterados, para satisfacer aquellos que venden la propia alma si preciso fuera. Volvemos al Abismo para restablecer la verdad. ¿Tienes miedo?”

Nótese que la 1ª y la 2ª partes de La Divina Comedia, o sea, el Infierno y el Purgatório, fueron publicadas cuando Dante aún estaba encarnado. Sólo la 3ª parte, el Paraíso, fue publicada tras su desencarnación. Luego, la afirmación sobre adulteración que habrían sufrido esas partes, que se refieren justamente a las zonas inferiores, no es verídica. El texto que se conoce hoy es el mismo que fue dado al público em el siglo XIV.

Cap. 14 – En este capítulo, se queda sabiendo que hay una ley en el Abismo y que su texto se encuentra escrito pergamino, que se encuentra concluído en una caja metálica. “Pero quien hace esa ley es el ser a quien llamamos Dragón y que la Iglesia denomina Lúcifer. En el momento, está prisionero, encadenado, en el centro de la plaza. Mire allá y vea bien en el centro mismo de esa plaza donde se observa una especie de fuente luminosa existe alguien encadenado. Si bien la fisionomia recordará la fisionomia de un hombre o de un espíritu de forma humana, estaba tan distanciado de nuestra especie como un dinosaurio de un hombre. Descomunal, piernas que recordaban columnas de un edificio, pies que medían muchos metros de altura, brazos belludos (...) rostro enorme de más de quince metros donde dos ojos malos lanzaban llamas.”

Realmente, es hasta difícil de comentar...

El Autor pregunta a su guía por qué aquel Dragón no rompía las cadenas que lo prendían, habiendo recibido la siguiente respuesta:

“– El Señor no lo permite. Pero le fue concedido por Dios cierto tiempo de libertad y en breve reinará libre de las amarras con permiso divino. Sí. Dios en su Misericórdia le dará oportunidad para redimirse. Según estamos informados tendrá concesión para subir en breve tiempo a la superficie de la Tierra y establecerá una lucha contra el Bien durante mil días. Después será vencido. Los hombres quedarán en esa época entregados a su libre albedrío, exclusivamente a él. Los que sean verdaderamente buenos subirán a regiones más altas de conciencia y los que solamente parezcan buenos rodarán en los abismos de la inconsciencia.”

¿Eso no es una réplica de la tentación por el Demonio, ahora con tiempo limitado? Sabemos que estamos siempre en posesión del libre albedrío, y no sólo en dicha época. Sabemos, también, que siempre tenemos la asistencia espiritual que merecemos, pero el Autor dice que no habrá ninguna interferencia de los Buenos Espíritus en ese periodo. ¿Por qué Dios iría a permitir al Dragón reinar libre de las amarras, significando con eso oportunidad de redimirse? ¿Cómo puede alguien redimirse trabajando en el mal? ¿Qué significa rodar en los abismos de la inconsciencia?

Aún hablando sobre el Dragón, el Guía dice:

“Su conciencia culpable tendrá oportunidad de aprovechar la experiencia humana así como recibirá de la Tierra vibraciones transformadoras que hace milenios el hombre lanza en la superficie. Los dragones también forman parte de la creación divina. La parte más embrutecida de la Tierra. Recuerdan los mamutes, los brontosaurios y los saurios. Son la naturaleza primitiva que retiene los elementos primarios y embrionarios en nuestro sistema.”

¿Finalmente qué son esos dragones? ¿Ya habrían sido humanos? Si no lo fueron, se trata de seres que, por no haber alcanzado la humanización, no tendrían condiciones de tentar a nadie, aún porque el Autor dice que ellos “Son la naturaleza primitiva que retiene los elementos primarios y embrionários en nuestro sistema”.

Más allá de eso, ¿si el hombre lanza vibraciones transformadoras capaces de transformar un dragón, haciéndolo bueno, por qué el hombre no las aprovecharía en su propio beneficio?

Cap. 21 – Aquí vemos un Espíritu que tomó la forma de un árbol, con sus raíces plantadas en el suelo. Tras rechazar la manifestación amorosa de un Espíritu Superior, dice: “¡Yo no reconozco ni acepto a Dios! – replicó el vegetal humano. ¡Él que me encarceló en la maldición de esta forma no puede esperar mi respeto ni mi amor! Y en un grito de terrible angustia el árbol desesperado se sacudió todo y se contrajo enrollándose como una serpiente”.

¡Sin comentários!

Cap. 26 - Se titula, este capítulo En la Gelatina. Además de las formas ya descritas de esa inmensa fauna y flora humana, ahora aparecen los peces imersos en gelatina, acerca de los cuales el Guía da la siguiente explicación: “Son seres que vuelven en la escala evolutiva. Esta es la fase que en la superficie podríamos considerar acuática. La centella mental ahí está casi petrificada (...) Últimamente se han recordado mucho de sus últimas experiencias en la Tierra”.

Después, el Guía dice que esos recuerdo datan de veinte mil años...

Cap. 29 – “¿Y la mente se desintegrará algún día?” – el Autor pregunta. A lo que responde el Guía: La destrucción del ser en su mayor intimidad que es la mente, mi hijo, reducto sagrado de la divinidad, también puede ocurrir pero eso sólo más tarde podremos comprender”.

Ahí, se pregunta: ¿Dónde queda la inmortalidad del alma?        

Cap. 31 – Un contrasentido más: “Recuerdan formas femininas de diafaneidad inconcebible”.

Esas criaturas tenían una tarea poco compatible con su elevación, cual sea: “Son nuestras hermanas designadas para vigilar uno de los desfiladeros del abismo, presentó alegremente Atafon”.

Más adelante, dice que esas hermanas, Temp y Tera, oriundas de Venus, pertenecen a turnos de ochocientos años y que serían sustituidas por dos hombres, Irus y Urus, ya escogidos, por el Consejo Venusiano, después de entendimiento con el Gobernador de la Tierra. La presencia de Espíritus Superiores, en el desempeño de esa tarea, se contrapone al argumento del Ministro Flácus (Liberación, cap. 1), cuando comenta el poder ejercido por Espíritus inferiores, a título precario, en las zonas de sufrimiento: “sería ilógico y absurdo designar un ángel para custodiar criminales”.

Cap. 34 - Gabriel nuevamente presentado como ángel alado: “Veíamos, ahora, a Gabriel perfectamente. Sobre uma grandiosa montaña, de alas esparcidas como un águila, manos abiertas vueltas para nosotros, irradiaba luz, fuerza y amor. Era de una belleza indescriptible y el rostro iluminado nos ofuscaba la mirada. Lo miré apenas un momento y escondí los ojos en las manos para no quedarme ciego”.

¿Cómo puede la luz de um Espíritu cegar a alguien?

Debe ser recordado que el Autor declara, tanto en esta obra, como en otra de su autoría, “Sexo Más Allá de la Muerte” - otra aberración doctrinaria - que ambas fueron escritas bajo la orientación de André Luiz.

Comentar todas las infantilidades, todos los absurdos, todas las afirmaciones antidoctrinarias contenidas en ese libro exigiria que se escribiese outro libro...

A partir de esa obra, ha llegado un verdadero torrente de producciones mediúmnicas, no sólo discutibles, sino altamente perniciosas a la aclaración del Espíritu Humano. Son los enemigos del Espiritismo que, cansados de combatirlo de fuera, ahora se inmiscuyen entre nobles trabajadores y, como “lobos con piel de ovejas”, atacan tenazmente.



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita