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Año 10 - N° 479 - 21 de Agosto de 2016
ALEXANDRE FONTES DA FONSECA   
a.f.fonseca@bol.com.br   
Campinas, SP (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Alexandre Fontes da Fonseca

Fascinación y el respeto a la Ciencia en la actualidad


Introducción

El capítulo XXIII del Libro de los Médiums (LM) [1] trata de un tema importante para el movimiento espírita, que es la obsesión. Definida por Kardec, en el ítem 237 del capítulo arriba, como “el dominio que algunos Espíritus logran adquirir sobre ciertas personas”, la obsesión es analizada desde su forma más simple (llamada obsesión simple) hasta la situación más grave en que la voluntad de aquel que sufre esa influencia se hace demasiado débil para evitarla. La obsesión nunca es practicada por un buen Espíritu, y cuando los malos Espíritus dominan un individuo, “se identifican con el Espíritu de este y lo conducen como si fuera um verdadero niño.” Por esa razón, Kardec considera que la obsesión es el más difícil escollo de la práctica del Espiritismo. Si de un lado la obsesión es algo con lo cual debemos preocuparnos, de otro, las soluciones para evitarla son bien simples como la que fue presentada por los buenos Espíritus en el ítem 252 del LM, al cual remitimos al Lector interesado.

No es nuestro propósito aquí repetir el contenido del referido capítulo del LM acerca de la obsesión. Nuestro objetivo es hacer una importante observación al relacionar la forma de obsesión llamada fascinación, a un comportamiento que viene surgiendo en el medio espírita, cual sea el de negar o rechazar el conocimiento científico ortodoxo y actual en nombre de defender ciertas ideas, teorías o prácticas espíritas que no son respaldadas por la Ciencia. Veremos, adelante, que Kardec no estuvo ajeno a ese tipo de problema y que él aún hace diversas recomendaciones de cómo proceder ante novedades que surgen en el medio espírita que parecen deslumbrar por la apariencia científica, pero que no tienen, de hecho, respaldo de la Ciencia.

¿Qué es fascinación?

Primero, recordemos el concepto de fascinación. Diferente de la obsesión simple, la fascinación “Es una ilusión producida por la acción directa del Espíritu sobre el pensamiento del médium y que, de cierta manera, le paraliza el raciocínio, relativamente a las comunicaciones.” (Kardec, ítem 239, LM [1]). Como explica Kardec, el problema con la fascinación es que el médium no cree que sufre esa influencia perniciosa, y que “el Espíritu tiene el arte de inspirarle confianza ciega, que le impide ver el embuste y de comprender el absurdo de lo que escribe, aún cuando ese absurdo salte a los ojos de toda gente. La ilusión puede aún ir hasta el punto del hacer creer sublime el lenguaje más ridículo.” (ídem). Un factor que nos interesa aquí es el comentario de Kardec de que de esa influencia “no se hallan exentos ni los hombres de más espíritu, los más instruidos y los más inteligentes bajo otros aspectos,...”  (ídem, negrita mías).

Kardec considera muy graves las consecuencias de la fascinación porque pueden llevar a la persona a “aceptar las doctrinas más extrañas, las teorías más falsas, como si fueran la única expresión de la verdad. Aún más, puede llevarlo a situaciones ridículas, comprometedoras y hasta peligrosas.” (ídem).

La táctica de los Espíritus que se prestan a la fascinação consiste de hacerse parecer un buen Espíritu al usar hayamos cómo “caridad, humildad, amor de Dios” que, como dice Kardec, “le sirven como que de carta de crédito, sin embargo, a través de todo eso, deja pasar señales de inferioridade, que sólo el fascinado es incapaz de percibir.” (ídem, grifo del original). Por temer las personas que tiene conocimiento un poco más profundizado, esos Espíritus inspiran “a su intérprete el alejamiento de quienquiera que le pueda abrir los ojos.” (ídem). Ese último aspecto también es de nuestro mayor interés en el tema de este artículo.

Perfil del Espíritu fascinador

En el ítem 246 del capítulo XXIII del LM, Kardec describe el perfil de un tipo de Espíritu obsesor que dominado por el orgullo, tiene la pretensión de transmitir un falso saber. Ese tipo de perfil es justamente lo que genera la fascinación: además de no tener escrúpulos en la utilización de nombres respetables, “Buscan deslumbrar por medio de un lenguaje pomposo, más pretensioso que profundo, erizado de términos técnicos y relleno de las retumbantes palabras –– caridad y moral.” (Kardec, ítem 246, LM [1], grifos míos). Y más: “La moral, sin embargo, para esos Espíritus es simple pasaporte, es lo que menos los preocupa. Lo que quieren, por encima de todo, es imponer sus ideas por más disparatadas que sean.” (ídem, negritas mías).

Vemos arriba que en la fascinación, en medio de conceptos y términos buenos, el Espíritu engañador hace la sugerencia de ideas “disparatadas” a través de la utilización de “términos técnicos”. Usan de términos respetados como “caridad y moral” para hacernos pensar que él, el Espíritu comunicante, es bueno y que los términos técnicos o las ideas disparatadas que ellos divulgan serían avances en el conocimiento. La importancia, por lo tanto, de hacerse pasar toda comunicación mediúmnica bajo el crivo de la razón fue presentada de modo bien claro por Kardec en el ítem 248 del LM.

Es en el ítem 250 del LM que encontramos un comentario de Kardec que indica la relación entre la fascinación y el respeto a la Ciencia. En este ítem, para ayudar al médium fascinado, Kardec propone la aclaración de los errores contenidos en las ideas del Espíritu obsesor. Él dice: “La única cosa a hacerse con la víctima es convencerla de que está siendo embaucada y reducirle la obsesión al caso de la obsesión simple.” (ítem 250, LM [1]

Dificultad en lidiar con el médium fascinado

Kardec reconoce la dificultad de conseguir liberar a un médium fascinado hasta tal punto que él, muchas veces, se hace “sordo a toda suerte de raciocínio, pudiendo llegar hasta, cuando el Espíritu comete alguna gruesa herejia científica, a ponerlo en duda sobre si no es la ciencia que se halla en error.” (ídem, negritas mías). ¡Aquí está el hilo entre la fascinación o respeto que debemos tener por el conocimiento formal de la Ciencia! Cuando, en nombre de creer en una idea, llegamos al punto de negar el conocimiento bien establecido de la Ciencia, estamos corriendo el riesgo de estar fascinados por la idea o su autor.

Aunque el análisis de Kardec, arriba, diga respecto a la influencia perniciosa de Espíritus desencarnados, observamos que la situación es idéntica si la fascinación proveniese de un encarnado. Cuando, en nuestro medio espírita, abrimos mano del ejercicio de la fe razonada en nombre de defender ideas sólo porque ellas son oriundas de compañeros que respetamos, abrimos una brecha a la fascinación. Eso ocurre principalmente con conceptos, teorías y prácticas que se dicen científicas y que son propuestas al movimiento espírita. A continuación, exponemos algunas recomendaciones importantes de Kardec.

En la biografía de Kardec incluida en la edición de la Federación Espírita Brasileña de la obra  Que Es el Espiritismo [2] (QE), en um discurso a los espíritas lioneses, Kardec hace una importante recomendación acerca de Espíritus fascinadores en el sentido descrito en el LM, es decir, de los que usan palabras como caridad, fraternidad y humildad, para hacer pasar “los más groseros absurdos”.

La recomendación hecha por Kardec

Kardec dijo: “Es preciso, pues, evitar lo dejarse seduzca por las apariencias, tanto de la parte de los Espíritus, como de la de los hombres; ahora, yo lo confieso, ahí está una de las mayores dificultades; (...). Para escapar a la cilada, es preciso, antes de todo, huir al entusiasmo que ciega, al orgullo que lleva a ciertos médiums a creerse los únicos intérpretes de la verdad; es preciso que todo sea fríamente examinado, maduramente pesado, confrontado, y, si desconfiamos del propio juicio, lo que es muchas veces más prudente, es preciso recurrir a otras personas, (...).” (cursivas en negrita y subrayado, míos). Es decir, Kardec recomienda un examen muy criterioso de todas las ideas y novedades, sean ellas oriundas de Espíritus desencarnados, “como la de los hombres” como subrayamos arriba, es decir, sean ellas oriundas de hermanos nuestros encarnados.

En la Revista Espírita (RE) de Julio de 1868 [3], Kardec recomienda: “Por el hecho del Espiritismo asimilar todas las ideas progresistas, no se sigue que se haga campeón ciego de todas las concepciones nuevas, por más seductoras que sean a la primera vista, con el riesgo de recibir, más tarde, un desmentido de la experiencia y de exponerse al ridículo de haber patrocinado una obra inviable.” (cursivas en negrito, míos). Aquí vemos el cuidado de Kardec con relación a las novedades, y que no es porque el Espiritismo es una doctrina progresista, que aceptará, sin criterio, cualquier idea nueva, cualquier idea o teoría que sólo parece tener sentido. Kardec se preocupó con la exposición del Espiritismo y del movimiento espírita al ridículo de divulgar ideas que parecen buenas, “seductoras a la primera vista” como él dijo, pero que no tiene base científica.

En eso, cuando una idea nueva basada en conceptos de la Ciencia surge en el medio espírita, además del bueno sentido, el criterio de validez de las respectivas áreas de la Ciencia deben ser adoptadas en el análisis de la idea. Si no sabemos analizar esas ideas con conocimiento profundo de esas ciencias, es bueno que consultemos a más de un especialista. Eso significa que “todo sea fríamente examinado, maduramente pesado, confrontado” como dijo Kardec en QE.

Es preciso cuidado com las novedades

Evitar dar publicidad a una novedad en nombre del Espiritismo es una forma de cuidar para que el Espiritismo no corra el riesgo de “exponerse al ridículo” de haber incentivado una idea inviable. En eso, el rigor científico tiene un papel fundamental para evaluar la idea nueva que use conceptos científicos, y ella sólo debe ser divulgada en nombre del Espiritismo cuando la Ciencia, de hecho, la aprobara y comprobara. Eso es exactamente lo que Kardec dice en la referencia de la RE de Julio de 1868: “He ahí por qué no acepta inmediatamente las ideas nuevas, aún las que le parezcan justas, sino bajo mucha reserva, y de manera definitiva sólo cuando llegaran al estado de verdades reconocidas.” (cursivas en negrita mías).

He ahí la recomendación sabia y prudente de Kardec com relación a las novedades, especialmente aquellas que envuelven conceptos de la Ciencia.

Hay en el movimiento espírita, un poco de entusiasmo en la adopción de teorías, prácticas e ideas que parecen ser científicas, pero no lo son de hecho. Reconocemos públicamente la buena intención de aquellos que proponen esas ideas, teorías y prácticas, pero la recomendación de Kardec es bien clara: que busquemos analizar de modo que “todo sea fríamente examinado, maduramente pesado, confrontado”. Ejemplos de análisis de algunas teorías antiguas y recientes son dados en las referencias [4, 5, 6, 7]. Se incluyen aquí temas que aunque sean serios y de interés científico, no son de la esencia del Espiritismo como, por ejemplo, prácticas alternativas de medicina, tratamiento y cura; el estudio de objetos voladores no identificados; y doctrinas otras que utilizan conceptos científicos como los de la Física Quántica.

La prudencia es siempre loable

Así, invitamos el Lector a observar como ha observado las objeciones científicas que pueden ser hechas con relación a ideas espiritualistas que “parecen justas” pero que no son capaces de “encarar la razón cara a cara” de la Ciencia en la actualidad. ¿Será que estamos actuando como el médium fascinado que pone “en duda sobre si no es la ciencia que se encuentra em error”  (ítem 250, LM [1]?

No nos consideramos dueños de la Verdad, pero es por eso mismo que la Doctrina Espírita nos invita al ejercicio de la fe razonada. Vivimos en un momento de avance científico y tecnológico, donde la calidad en la divulgación del Espiritismo no puede sufrir con un tipo de “celo más ardiente que reflexionado” (Kardec, Revista Espírita, Julio 1860 [8]). Un celo ardiente es aquel que piensa estar ayudando por entusiasmo, pero que por no ser reflexionado, puede engañarse y comprometer el ideal que se desea defender y divulgar.

Para quien piensa que, tal vez, eso sea un exceso, y que esa postura cuidadosa sea prejudicial al progreso del Espiritismo, veamos nuevamente el pensamiento de Kardec con relación la divulgación de novedades: “El exceso en todo es prejudicial, pero, en semejante si, vale más pecar por exceso de prudencia que por exceso de confianza.” (Capítulo “Impresiones Generales”, Viaje Espírita en 1862 [9], grifos en negrito, míos). Por fin, esa postura refleja simplemente una de las más sabias recomendaciones del Evangelio Según el Espiritismo (ESE): “Fe inquebrantable sólo es la que puede encarar de frente la razón, en todas las épocas de la Humanidad” (Kardec, ítem 7 del cap. XIX de ESE [10]).

 

Referências bibliográficas:

[1] A. Kardec, O Livro dos Médiuns, Editora FEB, 71a edição, Rio de Janeiro (2003).

[2] A. Kardec, O Que É o Espiritismo, Editora FEB, 56a ed. Brasília (2013).

[3] A. Kardec, “A Geração Espontânea e A Gênese”, Revista Espírita, Jornal de Estudos Psicológicos, Julho, p. 285 (1868) Editora FEB.

[4] A. F. da Fonseca, “Análise da Teoria Corpuscular do Espírito”. Publicados nos links seguintes: http://eradoespirito.blogspot.com.br/2012/12/13-analise-de-teoria-corpuscular-do.html  http://eradoespirito.blogspot.com.br/2012/12/23-analise-de-teoria-corpuscular-do.html  http://eradoespirito.blogspot.com.br/2013/01/33-analise-de-teoria-corpuscular-do.html

[5]
A. F. da Fonseca, “Análise Científica da Teoria da Apometria”, FidelidadESPÍRITA 118, p. 9 (2013). Link para obter uma cópia autorizada deste exemplar da revista: http://nossolarcampinas.org.br/site/wp-content/uploads/2015/02/Apometria.pdf

[6] A. F. da Fonseca, “O que a física quântica tem a ver com o espiritismo? (versão ampliada)”, Correio Fraterno, link: http://correiofraterno.com.br/index.php?option=com_content&view=article&id=1279:o-que-a-fisica-quantica-tem-a-ver-com-o-espiritismo-versao-ampliada&catid=14:entrevista&Itemid=2

[7] A. F. da Fonseca, “Uma análise científica de algumas afirmações de A Grande Síntese”, Jornal de Estudos Espíritas 2, 010203 (2014). Acesso gratuito através do link: https://sites.google.com/site/jeespiritas/volumes/volume-2---2014/resumo---art-n-010203 

[8] A. Kardec, “Observação Geral, após Exame Crítico das várias Comunicações Espontâneas do Espírito Charlet, na Sociedade de Paris”, Revista Espírita, Jornal de Estudos Psicológicos, Julho, p. 325 (1860) Editora FEB.

[9] A. Kardec, Viagem Espírita em 1862, Editora O Clarim, 2a edição, Matão (1968).

[10] A. Kardec, O Evangelho segundo o Espiritismo, Editora FEB, 120a edição, Rio de Janeiro (2002).



 


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