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Año 10 - N° 479 - 21 de Agosto de 2016
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 

 
Desobsesión


La desobsesión es un trabajo de amor conjugado con la humildad, con la lógica, con la sensatez y con el conocimiento. Es un intercambio entre tres almas que se unen para un entendimiento común: el médium, el comunicante y el médium esclarecedor, con la tutela de los mentores, que dirigen el trabajo. Y cada encuentro jamás es fortuito. Y no basta por sí mismo, pues todo depende de la adhesión del obsidiado. Si éste no cambiar su comportamiento, difícilmente se libertará.

La obsesión es, muchas veces, un proceso de simbiosis entre el obsesor y obsidiado, en lo cual ellos se quedan dependientes. Pero sea el proceso en sí, sea el trabajo desobsesivo, el primer paso es deshacer la hipnosis de la idea fija que es la responsable por la obsesión. De esta manera, la idea fija está también en la base de una serie de enfermedades mentales. Muchos obsidiados se encuentran en perturbación psíquica, lo que confunde los profesionales de salud, así como los responsables por la desobsesión. ¡Cuántos esquizofrénicos son confundidos con médium, así como cuantos médium son confundidos con esquizofrénicos!

André Luiz, en el libro Desobsesión, cap. 24, dice que en ciertos casos de desobsesión se debe estudiar si el tratamiento psiquiátrico debe ser indicado como terapia complementar. Pero muchos espíritas, mismo cuando conscientes de eso, tienen la costumbre de despreciar la psiquiatría, juzgando que todo se debe a la obsesión.

El esclarecedor debe percibir cual es la zona de interés inmediata del comunicante. Algunos espíritas, que participan de reuniones de desobsesión, encuentran raro como, en la mayoría de las veces, después de pocos minutos de charla, los comunicantes aceptan los argumentos y se dejan llevar amparados por los protectores. No hay mágica. Lo que ocurre es que los comunicantes estaban en mayor o menor tiempo siendo asistidos. Entonces reciben la oportunidad de participar de la reunión, directa o indirectamente, y encuentran el amparo y el cariño que tanto buscaban.

Ocurre también que el manifestante sea un portavoz de un grupo de personas que tienen la misma necesidad de él, y que responde por ellos, y todos así se benefician indirectamente. Ese tipo de atendimiento colectivo ocurre como si tratase del atendimiento a un único individuo, al menos que algún médium vidente corrobore el hecho, porque a menudo el comunicante no sabe nada al respecto de ser un portavoz.  

La autoridad del médium esclarecedor no está en su postura, ni en sus ideas, ni en su erudición, ni en su manera de hablar. Ella está toda en su comportamiento. Delante de eso, mismo los obsesores más violentos reconocen la autoridad moral del esclarecedor. Eso no impide que ellos tengan, en la reunión, actitudes con falta de respeto, pero saben que delante de la moral amparada en la conciencia tranquila ningún dominio puede ser por ellos engañado.

Existen algunos espíritas que practican la evocación con la finalidad o medio en sus trabajos mediúmnicos, alegando que era la práctica normal de Kardec y por él recomendada. No queremos discutir el fundamento de la cuestión, pero confiamos en las explicaciones de Emmanuel y André Luiz sobre la necesidad de la espontaneidad de las comunicaciones, porque sabemos que todo el trabajo está dirigido por el equipo espiritual y que ninguna comunicación es accidental.

Muy orgulloso sería quien creyese que su hablar en los atendimientos es fruto tan solamente de su iniciativa y autoría. Luego, los esclarecedores no ignoran la necesidad de estar atentos al campo intuitivo. Por eso, no es difícil percibir que no somos nosotros que hablamos, pues tenemos en esos momentos una lucidez y una elocuencia que raramente ocurren fuera del recinto de trabajo. Ése es uno de los motivos por qué André Luiz llama de médium esclarecedor al que, era llamado de doctrinador.




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita