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Entrevista Português Inglês    
Año 10 - N° 478 - 14 de Agosto de 2016
ORSON PETER CARRARA    
orsonpeter@yahoo.com.br     

Matão, São Paulo (Brasil)
 
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com
  

 
Aurélio Gonçalves Robles:

“Estamos en donde estamos por la oportunidad de trabajo y no para ponernos en evidencia”

El dirigente del Centro Espírita Patria do Evangelho, de la
ciudad paulista de Americana, nos habla sobre
su experiencia en la tarea espírita
 

Aurelio Gonçalves Robles  (foto),  natural de Votuporanga y residente en Americana, ambas ciudades ubicadas en el estado de São Paulo, es industrial jubilado y espírita desde la primera infancia. Actual presidente del Centro Espírita Patria do Evangelho, nos habla en la presente entrevista sobre el movimiento espírita y de su larga experiencia en las lides espíritas.


Como se
volvió espírita?

Yo tenía solo 4 años cuando mis padres comenzaron a participar en las reuniones mediúmnicas y estudios, y me llevaban, y yo tan pequeño ya aceptaba la Doctrina con toda naturalidad.

¿Cuáles son las repercusiones íntimas del conocimiento espírita?

En la Doctrina siempre me sentí con total naturalidad – nunca me pareció extraña -, aunque la lucha íntima con mi yo rebelde es un gran desafío. 

¿Cuáles son sus impresiones sobre el movimiento espírita actual? 

Deja mucho que desear. Son pocos los trabajadores que han despertado a las realidades y los objetivos de tan esclarecedora y consoladora Doctrina. No me gustaría entrar en muchos tópicos, eso demandaría tiempo y estudios meticulosos, condiciones para los cuales no tengo. Pero veo, con mucha alegría, la aparición de nuevos y valerosos estudiosos, nuevos conferencistas, nuevos investigadores y nuevos divulgadores, aunque no deja de preocuparme el surgimiento de los “dueños de los centros” y de casas que se forman alrededor de los llamados “médiums de curación”. Eso, según lo que aprendí en estos sesenta años de vivencia doctrinaria, desestructura e interrumpe el desarrollo de los conocimientos espíritas de los asistentes de esas Casas. 

¿Qué es lo que más le llama la atención en el Espiritismo? 

Todo en el Espiritismo es  tan claro, que me sería difícil destacar esto o aquello, pero la doctrina de la evolución (nuestra principal razón para existir), las necesidades urgentes de nuestras transformaciones morales y nuestros papeles como colaboradores en la Obra de la Creación Divina, para no dejar de citar algunas, son los aspectos doctrinarios que es necesario resaltar, aunque vea al Espiritismo como un todo. Como curiosidad, lo que me atrapó en la Doctrina desde niño no han sido los fenómenos mediúmnicos sino la certeza de la reencarnación. Esto respondió a una pregunta que, por cierto, traje a la presente existencia.  

De su experiencia con la institución en la que trabaja, ¿qué hecho sobresale?

Un compañero que, cerrando los ojos y cerrando los oídos a las reticencias, comenzó un trabajo con los que viven en la calle, pensando que las semillas lanzadas en favor de su recuperación darían frutos (y dieron), no que funcione a las mil maravillas, pero es un trabajo que compensa. 

¿Cómo siente el interés del público por el conocimiento espirita? 

Aún pequeño, pero creciendo. 

En cuanto a las conferencias a las que también usted se ha dedicado, ¿cuáles son sus impresiones? 

No es mi fuerte, pero trato dirigirme de acuerdo con el público a quien voy a hablar. No siempre, por mis limitaciones, logro alcanzar las metas propuestas, sólo parcialmente. 

Sus palabras finales.

Me gustaría pedirle a los trabajadores espíritas, de manera general, que huyan del individualismo, tanto individual como grupal, porque esos individualismos humillan a los de menores recursos e incitan el orgullo de los que ya los traen inscritos en la personalidad, redundando en un perjuicio para nuestra Doctrina: cambien el “yo” por el “nosotros”, por el “nuestro grupo”, cuando tengan que referirse a un trabajo hecho en el grupo en el que trabaja, por el nombre de la Institución a la que se refiere. Aunque las circunstancias los obliguen a usar los términos “mío” o “nuestro”, nunca nos carguen de mucho énfasis, sino con un tono de quien está ahí para cooperar y no exaltar nada. Estamos donde estamos por la oportunidad del trabajo y de la cooperación y no para ponernos en evidencia. 



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita

 

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