WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Año 10 - N° 472 - 3 de Julio de 2016
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Alrededor del dolor


“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias, Dios de toda consolación, que nos conforta en todas nuestra tribulaciones, para que, por la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios, podamos consolar los que están en cualquier angustia.” (2 Cor 1, 3-5)

Dios consola los humildes. No que prefiera unos en detrimento de otros. Ya dice la sabiduría del evangelio: Dios no hace distinción de personas. Es que solamente los humildes consiguen percibir el consuelo.

Así, Dios transmite la consolación para todos los seres, con la misma fuerza, con la misma “cantidad”, con el mismo amor, pero pocos son los que la comprenden.

Según Emmanuel, si aprendemos a comprender, y ejercitarnos esa virtud, estaremos, ya, amando. La comprensión es un paso para la conquista de la indulgencia, característica de los protectores.

Paráclito es designación del Espíritu Santo. Paráclito, etimológicamente, significa: “aquél que permanece al lado”, entonces puede ser interpretado como “Consolador”, como muchas biblias más antiguas interpretaron. Sin embargo, ese término griego, con el tiempo, pasó a designar “abogado”, como gran parte de las biblias más modernas interpretan.

La Vulgata, traducción latina del texto griego, contorna el problema no traduciendo el término, satisfaciéndose con la similitud entre Paráclito y Espíritu Santo. Según Emmanuel, la designación Espíritu Santo significa una pléyade de Espíritus redimidos que trabajan en nombre de Jesús.

Toda adquisición debe tornarse útil para nuestros hermanos. Nuestra experiencia con el dolor debe ser compartida. Si por casualidad nuestra experiencia sea de consolación, estaremos en condiciones de comunicar el consuelo recibido. Paulo deja bien claro que todo sufrimiento debe ser valorado por la confianza. El sufrimiento del cristiano es un privilegio. “…porque a vosotros os es dado no solamente creer en Cristo, pero aún por él sufrir.” (Fl 1, 29)

Solamente quien sufre con confianza, resignación y paciencia, sufre por Jesús. Es necesaria la empatía con el corazón que sufre para comunicar algún consuelo. Y solamente es capaz de  empatía quien entiende el dolor del otro por el propio dolor. Entonces la importancia de los grupos de apoyo.

“Fundamentalmente considerado, el dolor es una ley de equilibrio y educación.” Y “el dolor sigue todos nuestros pasos: nos acecha en todas las vueltas del camino. Y, delante de esa esfinge que lo mira con su mirada extraña, el hombre hace la eterna pregunta: ¿Por qué existe el dolor?” (El problema del ser, del destino y del dolor,  de Léon Denis, cap. 26.)

Los cristianos son acusados de hacer apología del dolor. La propia gloria de Jesús fue conquistada con el sacrificio de la propia vida. Lo que valoramos, no obstante, no es el dolor en sí, y sí la experiencia edificante que él posibilita.

Si bien vivenciado, el dolor nos enriquece con virtudes, en especial la humildad. Ella es importante por ser un medio de reparación de actos equivocados y fuente de esperanza.




 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita