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Año 10 - N° 470 - 19 de Junio de 2016
GEBALDO JOSÉ DE SOUSA         
gebaldojose@uol.com.br      
Goiânia, Goiás (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Gebaldo José de Sousa

Promoción social espírita

 

“(...) Pero dotó, una limosna      libra así, nos de la limosna

 a un hombre que es sano;        y en el fin de esta estación,

  o le mata de verguenza,          le pagamos hasta los intereses,

 o vicia al ciudadano!... (...)       sin gastar nuestro coraje.”

              (“Vozes da seca”, de Zé Dantas e Luiz Gonzaga.)


La poesia popular expressa, con simplicidade, verdades incontestables.

La asistencia al necesitado, en el primer momento, es fundamental. Pero, acciones que lo promuevan socialmente deben ser idealizadas, pues sólo ella restablece la dignidad del ser humano, librándolo de la situación de penuria en que se encuentre, humillante también para la sociedad que lo acoge y que se conserva indiferente a su sufrimiento.

En esa línea, Pestalozzi1 sabiamente nos afirma:

“La filantropia hace al hombre dependiente y débil y le hurta el respeto a sí mismo (...). La educación es la única filantropia efectiva, el primero de todos los derechos humanos.”

Cárita2, Espíritu, refiriéndose a la Caridad, señala:

“Hay várias maneras de hacer la caridad, que muchos de entre vosotros confunden con la limosna. Sin embargo, existe gran diferencia de una para la otra. La limosna, mis amigos, algunas veces es útil, porque da alivio a los pobres; pero, es casi siempre humilhante, tanto para el que da, como para el que la recibe. ¡La caridad, al contrário, une al benefactor al beneficiado y se disfraza de tantas maneras!”

Leemos en El Libro de los Espíritus3:

Q. 674. (...) “El trabajo es una Ley de la Naturaleza, y por eso aún es una necesidad. La civilización obliga al hombre a trabajar más, porque aumenta sus necesidades y placeres.”

Q. 676. ¿Por qué el trabajo es impuesto al hombre?

“Por ser una consecuencia de su naturaleza corpórea. Es una expiación y, a la vez, un medio de perfeccionar su inteligencia. Sin el trabajo, el hombre permanecería en la infancia intelectual. (...)”

De la obra-prima de Emmanuel4 (Espíritu), cogemos diálogos de Pablo con Sadoc:

 “– (...) me alegro en saber que tu padre va mejorando, progresivamente, las condiciones financieras. Y decirse que fue tejedor humilde...

– Por eso mismo (...) me enseñó la profesión, cuando niño, para que nunca me olvidara de que el progreso de un hombre depende de su propio esfuerzo.”

Es necesario educar al niño para el trabajo

En ese mismo libro5, Pablo conversa con su maestro Gamaliel:

“– Que aprendiste en la infancia (...)?

– Conforme las costumbres de nuestra raza, mi padre me mandó aprender el ofício de tejedor (...)

No podías recibir de las manos paternas dádivas más generosa (...); tu padre fue previsor (...) buscando aficionar tus manos al trabajo (...) El trabajo es el movimiento sagrado de la vida.”

Los Espíritus enfatizan la necesidad de educar al niño para el trabajo:

“(...) el mayor embajador del Cielo para la Tierra fue igualmente niño.

Vivió en un hogar humilde y pobre, tanto como ocurre a millones de niños, pero no pasó la infancia despreocupadamente (...) Era visto diariamente trabajando en una carpinteria modesta. Vivía con disciplina. Tenía deberes para con el serrucho, el martillo y los libros (...)

He por qué el joven mantenido liberado, sin obligaciones de servir, atender y respetar, permanece em gran peligro.

Hijo de padres ricos o pobres, el niño desocupado es invariablemente um vagabundo. Y el vagabundo aspira al título de malhechor, em todas las circunstancias:”6

“En la caridad está, para las riquezas, el empleo que más place a Dios. No nos referimos, es claro, a esa caridad fría y egoísta, que consiste en la criatura esparcir a su derredor lo superfluo de una existencia dorada. Nos referimos a la caridad plena de amor, que busca la desgracia y la yergue, sin humillar (...) da con sabiduría. No repelas al que se queja, con recelo de que te engañe; ve a los orígenes del mal. Alivia, primero; enseguida, te informas y ve si el trabajo, los consejos, aún el afecto no serán más eficaces que tu limosna. Difunde en torno a ti, con los socorros materiales, el amor de Dios, el amor del trabajo, el amor del prójimo.”  7

Algunas formas de promover a la criatura humana:­ ­

- Aliar evangelización y trabajo;

- Alfabetización de adultos;

- Formación de hortalizas;

- Construcción de barracones, a través de iniciativas comunitárias;

- Construcción de Talleres-Escuelas (panaderias, mercerias, zapaterias etc.);

- Trabajos Manuales: bordado; croché; corte y costura; pintura de tejido (panos de plato);

La Evangelización y la promoción humana

Evangelización es la más completa forma de promover al ser humano:

“Es imperioso se reconozca en la evangelización de las almas tarea de la más alta expresión en la actualidad de la Doctrina Espírita. Bien por encima de las nobles realizaciones de la asistencia social, su acción preventiva evitará derrumbamientos en el error, nuevos desastres morales, responsables por mayores pruebas y sufrimientos futuros, en los panoramas de dolor y lágrima que compungen la sociedad, persiguiendo los emolumentos de la asistencia o del servicio social, públicos y privados.” 8

Es indispensable generar recursos para edificarlas y para mantenerlas.

Resumen de orientaciones del Manual de Administración de las Instituciones Espíritas – 1995 (p. 161/2), editado por la USEERJ, y aprobado por el Consejo Federativo Nacional, de la FEB:

Las Instituciones Espíritas deben observar medios coherentes con los principios doctrinarios, preservando el respeto que la actividad espírita conquistó ante la opinión pública;

Que la obtención de auxilios, donaciones, contribuciones y subvenciones, o convenios, preservad la independencia administrativa y el carácter Espírita de la Institución, de sus actividades doctrinarias y asistenciales. No depender de recursos públicos; pero, siempre que sea posible, utilizarlos. Firmar convenios con Entidades privadas o públicas, que no interfieran em su autonomia.

Que eventos (tés y almuerzos beneficos; bazar y ferias comunitarias) para atraer recursos ensayados a sus frequentadores oportunidades de trabajo y confraternización. Esas ocasiones posibilitan divulgar y comercializar productos, fabricados o no, en la Institución, tales como: trabajos manuales; artesanías; ropas; plantas, flores; libros y otros objetos. Jamás vender cigarrillos o bebidas alcohólicas, por motivos obvios. Usar medios lícitos, para alcanzar fines lícitos.

Otra forma adecuada es elaborar listas para obtener donativos – eventuales o permanentes – y distribuirlas a socios y a amigos de la Casa. Listar los nombres de los encargados, para la competente prestación de cuentas.

La promoción de espectáculos artísticos espiritualizados es doblemente benéfica, por ensayar la divulgación de la Doctrina Espírita. No realizar esos eventos en las Sedes de los Centros Espíritas y nunca en los locales de tratamiento espiritual.

Jamás atraer recursos financieros en las reuniones de Asistencia Espiritual o Doctrinarias (Reuniones Públicas), “(...) ya que tales expedientes pueden ser tomados a la cuenta de pago por benefício”. Muchos están allí por primera vez y pueden no comprender actitudes de esa naturaleza.

Buscar autosuficiencia económica para las Entidades que tengan carácter permanente, o minimizar su dependencia de otras fuentes.

Aplicar correctamente los recursos, controlándolos y registrándolos, para la prestación de cuentas a la comunidad, a través de balances mensuales.

En todas las actividades, observar las exigencias legales Municipales, Provinciales y Federales.

Obrar sin inquietude, recordando siempre que “¡El tesorero vive em la Espiritualidad!” 9

Em el decir del Espíritu Batuíra10:

“(...) las propias casas de beneficencia, en el porvenir, se mantendrán por sí mismas a  costa del esfuerzo y de la colaboración de los que se benefician de ellas y de aquellos que las dirigen con alma y corazón.”

Trabajar es deber eterno del Espíritu

Sobre el tema, hay el siguiente passaje em el libro Ave, Cristo11:

“Corvino, sin embargo, objeto, firme:

– Sí, tenemos el derecho de mendigar. Ese, com todo, es también el derecho del mendigo. No nos cabe, según nos parece, olvidar la producción de beneficios para el mundo. Tenemos tierra disponible, bajo la responsabilidad de vários hermanos. El arado no miente. Los granos responden con fidelidad a nuestro esfuerzo. Podemos trabajar. No debemos recurrir al concurso ajeno, sino en circunstancias especiales. No sería aconsejable mantener la comunidad improdutiva (...)”.

Es imperioso planear, para realizar tareas compatibles con las posibilidades del grupo (económicas; administrativas; disponibilidad de tiempo). No actuar sólo por el entusiasmo. Conviene madurar las ideas y conocer otras experiencias, positivas o fracasadas. Comenzar modestamente y, a medida que la experiencia lo permita, ampliar el trabajo.

Construir en las escuelas la conciencia del valor del trabajo por el mismo, además de enseñar el desenvolvimiento de la inteligencia y la manuntención propia.

Inocularles la conciencia del trabajo como instrumento de progreso, de evolución, de desarrollo intelectual; de intercambio; además de generador de bienestar para todos los hombres. Es nuestro deber retribuir, con aquello que producimos, los beneficios que recibimos de la comunidad, como fruto del trabajo de los demás.

El trabajo genera no sólo riquezas. Promueve al hombre socialmente; lo lleva a conquistar dignidade; a ejercitar fraternidade y a comprender la importância de la cooperación.

Es deber primordial de las Casas Espíritas despertar a las criaturas, sobre todo a los jóvenes, para esas verdades incuestionables.

Educar al niño para amar y valorar el trabajo, por ver en él instrumento para librarle de la miseria material, he ahí el bello deber. Pero podemos dignificar esa tarea aún más, evangelizándola, para librarla de la miseria moral. Con esa doble educación, realizamos la efectiva Promoción Social Espírita.

De los cristianos primitivos al Evangelio; de la palabra de los Espíritus Superiores al cancionero popular, vemos que el trabajo es ley de la vida, aquí y en los Universos más allá. Trabajar es deber eterno del Espíritu. Incuestionable su importancia para la evolución de la Humanidad.

Es deber de los que desarrollan trabajos de esa naturaleza describirlos en artículos, divulgando los principios adoptados, las experiencias victoriosas y las fracasadas, para orientar y estimular a los que se proponen a abrazar esta necesaria e indispensable misión.

“Trabajo será siempre el prodígio de la vida, creando bienestar y progreso, alegría y renovación.”12

 

Referências:

1. Pestalozzi, citado pelo Prof. Ney Lobo. Filosofia Espírita da Educação. FEB: Rio de Janeiro, 1990. p. 145, vol. IV;

2. KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. Trad. Evandro Noleto Bezerra. FEB: Rio de Janeiro, 2010. Cap. XIII, item 14, p. 273/4;

3. KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos. Trad. Evandro Noleto Bezerra. 2ª ed. 1. reimp. FEB: Rio de Janeiro, 2011. p. 429/30;

4. XAVIER, Francisco C. Paulo e Estêvão. Pelo Espírito Emmanuel. 23ª ed. FEB: Rio de Janeiro, 1987. p. 73;

5. XAVIER, Francisco C. Paulo e Estêvão. Pelo Espírito Emmanuel. 23ª ed. FEB: Rio, 1987. p. 240;

6. XAVIER, Francisco C. Alvorada Cristã. Pelo Espírito Neio Lúcio. 10ª ed. FEB: Rio de Janeiro, 1991. p. 196-197: Cap. 49;

7. KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. Trad. Guillon Ribeiro. 107ª ed. FEB: Rio de Janeiro, 1993, p. 263, Cap. XVI, it. 11;

8. RIBEIRO, Júlio C. G. Ribeiro. Pelo Espírito Guillon Ribeiro. Reformador out/82, p. 315. Mensagem recebida em 1963);

9. HALFELD, Kleber. Retalhos do Cotidiano, in Reformador, nov/88, p. 326;

10. XAVIER, Francisco C. Mais Luz. Espírito Batuíra. 5ª ed. GEEM: São Paulo, 1980. p. 109-110: Cap. 84;

11. Emmanuel/Francisco C. Xavier. Ave, Cristo! 5ª ed. FEB: Rio de Janeiro, 1975. p. 101:  Cap. V;

12. XAVIER, F. Cândido. Coragem. Pelo Espírito Emmanuel. 21ª ed. CEC: Uberaba, 1993, p. 63.
 



 


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