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Año 10 - N° 466 - 22 de Mayo de 2016
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

La microcefalia vista
desde otro ángulo


La Humanidad pasa a veces por momentos más delicados de lo que naturalmente ya vive, una vez que hay muchos pasos a dar en las infinitas jornadas que la llevarán a la perfección.

Epidemias ocurren en determinados continentes, países, provincias, municipios desde tiempos muy antiguos y una reciente se instaló en Brasil, la del  Zika virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que ha sido relacionada a la alarmante incidencia de los casos de microcefalia. El mosquito también es, como se sabe, responsable por la transmisión de la dengue y de la chikungunya.

Acontecimientos así traen enorme repercusión y obligan las personas a cambiar algunos hábitos y a mejorar la vida de una manera general.

El ser humano, en su mayoría, necesita de estímulos, o mejor, de imposiciones directas o no, para que pueda moverse y buscar adecuados caminos para su caminata.

Con la ocurrencia de esta nueva epidemia, hubo muchos cambios para las personas envueltas y que percibieron como actuar valiéndose de los ejemplos y de las orientaciones que en ese sentido todos recibimos.

Se puede abordar una primera cuestión relacionada a la responsabilidad básica que todo individuo debería tener: la higiene. Infelizmente esa falta de concientización con el medio ambiente, negligente con el debido destino de la basura y el enorme descuido con los propios patios llevan al sufrimiento de muchas personas con enfermedades variadas y tristes epidemias. Es fácil, pues, deducir que en el futuro cuando los Espíritus que habitan este planeta, en su mayoría, desarrollándose, perfeccionándose, también los peldaños que deberán ser subidos serán otros, una vez que los obstáculos de acuerdo con la necesidad de sus desbravadores.     

Mientras eso, en medio a discusiones, investigaciones, programas de concientización, Espíritus llegan al plan donde vivimos en cuerpos pequeños y débiles, necesitando de extremo cuidado.

Delante del hecho, algunas familias se unen y otras se deterioran. No se sabe al cierto cuales los más carentes en tal coyuntura: si el propio Espíritu que llega o los Espíritus de sus padres, que lo reciben.

Obviamente, no es para cualquiera de nosotros juzgar o saber la realidad de determinada situación: lo que es, y siempre será, es la necesidad de prestar amparo a los envueltos. Acontecimientos así ocurren en nuestra vida con un propósito siempre positivo, pero ni siempre son vivenciados como deberían, ya que muchas veces el tesoro nos llega a la puerta y lo tiramos fuera o no lo dejamos entrar.

Principalmente los lazos más próximos tienen un objetivo mayor a ser alcanzado y con el amor presente, el confort a los Espíritus y el estrechamiento entre esos corazones, eso ciertamente se realizará. Ciertamente, los familiares que los reciben con cariño y dedicación verán en los ojos del peque que llega una linda bendición enviada por Dios.  

Como los días nacen, nuevas oportunidades de reflexión también surgen; no es, sin embargo, necesario vivenciar directamente difíciles situaciones para que sólo así conquistemos el aprendizaje. Y las ocurrencias de microcefalia en Brasil se presentan como una excelente ocasión para quien desea mucho aprender tanto en relación al requisito de responsabilidad social humana cuanto al eterno requisito espiritual, en los cuales el perfeccionamiento moral se hace enteramente presente.

Como estamos en continuo desarrollo y bajo la mirada y la protección de un Padre amoroso y justo, que podamos comprender como cada encarnación es imprescindible y, así, valorarla para que, en tiempos no muy remotos, nuestro planeta esté en mejores condiciones y en un nivel, por lo menos, un poquito más elevado.

La vida constantemente nos presenta dádivas para días más claros y conciencia más suave y feliz. La bondad divina es tan inmensurable que, delante de tantos desequilibrios, por nosotros cometidos en existencias sucesivas, el Padre nos ampara de mil maneras diferentes, a fin de que podamos construir paisajes más bonitos con campos de diversas flores coloreando nuestra carretera rumbo a la eternidad.

En ese escenario, los pequeños de hoy con microcefalia son, con certeza, tesoros que serán pulidos o que han de pulir muchos de nosotros.      




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita