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Año 9 - N° 431 - 13 de Septiembre de 2015 
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

El planeta donde vivimos:
una casa en reforma


En el cuadro general del tiempo, el pasado, el presente y el futuro expresan momentos importantes en la vida de las personas y de los pueblos.

Definido como el momento donde se dio determinado acontecimiento, es en el pasado que vamos a encontrar las razones y las causas de las peripecias de los días que vivenciamos.

Comprendido entre el pasado y el futuro, el presente es el tiempo actual, es el momento en que es posible hacer de manera diferente lo que no logramos en el pasado.

Cuanto al futuro, definido como el tiempo que hay de venir, he aquí para muchos el objetivo, la meta, la razón que nos impele a corregir los errores que cometimos a lo largo de la vida, una vez que, como nos es enseñado en la doctrina espírita, nuestras múltiples existencias están interconectadas.

En testimonio transcrito en esta misma revista, el conocido orador José Raul Teixeira, hablando acerca de las consecuencias de la esclavitud que vigoró en Brasil por tres siglos y medio, declaró: 

“No podemos olvidar que múltiples señores y señoras de esclavos, además de tantos que sacaron provecho de esta práctica cruel, se encuentran reencarnados de nuevo sobre el suelo de Brasil, a fin de quitar, por medios diversos, las penosas obligaciones de lesa fraternidad y de la lesa humanidad de los periodos de esclavitud de nuestro País.”(Raul Teixeira responde, edición 124.) He aquí el enlace que remite a la materia:  http://www.oconsolador.com.br/ano3/124/raulteixeiraresponde.html

Un importante escritor espírita dijo cierta vez – hablando al respecto del futuro – que, si las dificultades que deparamos en el presente tienen raíces en el pasado, es bueno tener en mente que el nuestro futuro dependerá del momento que ahora vivenciamos – y ese será entonces el nuestro pasado.

¿Deseamos una mejor condición mañana?

¡Hagamos desde ahora por merecerla!

¿Erramos mucho en las existencias pasadas?

¡Busquemos corregir esos errores, haciendo lo mejor que esté ahora al nuestro alcance!

En un planeta como el nuestro – “una casa en reforma”, según conocida expresión de Emmanuel – no nos debe sorprender lo que la prensa nos tiene enseñado a cada momento.

Crisis políticas, crisis económicas, corrupción generalizada, conflictos armados, acciones terroristas, multitudes de personas huyendo de la miseria y de la violencia, adultos y hasta niños victimados en esa lucha por la busca de mejores condiciones de vida, he aquí un triste cuadro de difícil comprensión y de solución compleja, que compone el escenario de un planeta que tendría todo para ser feliz y, no obstante, no lo es.

Estos desafíos nos invitan a todos para que, en conjunto, busquemos resolverlos.

Como propone Claudia Gelernter en su artículo Superación, según Jesús,uno de los relieves de la presente edición, seamos humildes delante de las propuestas de la vida y fuertes delante de los problemas, superando, a través del amor y de la confianza en Dios, todos los obstáculos que impiden que nuestro mundo progrese y pueda, de hecho, ascender a una nueva condición en que la vida en la Tierra sea la expresión de la paz y de la felicidad.

¿Tal objetivo es posible?

Sí, claro obvio que es posible y, más de que posible, fue predicho por el propio Jesús, a saber:

“Y oiréis de guerras y de rumores de guerras; mirad, no os asustéis, porque es necesario que eso todo ocurra, pero aún no es el fin. Sin embargo, se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá hambres y pestes, y terremotos, en varios lugares. Pero todas estas cosas son el principio de dolores.

Entonces os han de entregar para que sean atormentados, y los matarán; y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. En ese tiempo muchos serán escandalizados, y se traicionarán unos a los otros, y unos a los otros se odiarán. Y surgirán muchos falsos profetas, y engañarán a muchos. Y, por multiplicarse la iniquidad, el amor de muchos enfriará. Pero aquél que perseverar hasta el fin, ése será salvo. Y este evangelio del reino será pregonado en todo el mundo, en testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:6-14.)



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita