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Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 5 238 – 4 de Diciembre de 2011  

 
                                                            
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

La mentira no compensa

 

El final del año escolar se aproximaba y Daniel estaba atravesando dificultades en la escuela.

Perezoso, no tenía ganas de estudiar y, por eso, sus notas eran bajas. 

Cierto día Daniel abrió los ojos y, cuando recordó que necesitaría levantarse para ir a la escuela, se sintió desanimado. Había despertado más perezoso que de costumbre.  

En ese momento, la madre abrió la puerta del cuarto, alertando:

— ¡Buenos días, Daniel! ¡Despierta! ¡Es la hora de levantarse!...

En aquel instante, él pensó y decidió: ¡No voy a la escuela hoy! Pero, ¿qué hacer? Tendría que inventar una disculpa, y rápido.

Daniel sabía que la madre estaba en la cocina preparando el desayuno y, si él no aparecía inmediatamente, para tomar por lo menos un vaso de leche, ella volvería para saber lo que estaba ocurriendo. Entonces, se preparó inventando una disculpa.  

— ¡Ya sé! Voy a colocar el termómetro próximo a la lámpara del flexo, de la mesita de noche. Después, se la colocó en la axila y, con seguridad, mamá creerá que estoy con fiebre. ¡Genial!...    

Cuando la madre volvió para llamarlo por segunda vez, enfadada, y abrió la puerta del cuarto, se encontró con el chico acostado, con expresión de enfermo.

— ¿Qué pasó, hijo mío? ¿Por qué aún no te levantaste? ¡Vaya! ¿Y tú estás acostado bajo ese cobertor con el calor que está haciendo?...

Con cara triste, él explicó:

— ¡Ay, mamá! Creo que estoy enfermo. Sentí mucho frío durante la noche y, hace poco, creí que estaba con fiebre y me puse el termómetro. ¡Mira!

La madre le cogió las manos y se quedó asustada:

— ¡Dios mío! ¡Treinta y nueve grados! Tú tienes fiebre alta, Daniel.

Travieso, el chico dijo:

— ¡Ah, mamá, pero preciso ir a la escuela!

— No, nada de eso. ¿Tú tienes algún examen hoy? Porque, si lo tienes, avisaré a la escuela.
 

— No, no tengo nada, mamá.

— Entonces, no vas. Voy a traerte un antitérmico y tu desayuno. ¡Pobrecito de mi hijo!... — dijo ella con infinito cariño.    

La madre salió del cuarto e inmediatamente después volvió con el medicamento, y una bandeja con un vaso de café con leche y pan con manteca.

Daniel se sentó en la cama, fingiendo dificultad, y recibió la bandeja que la madre había traído. Ella esperó que él tomara el medicamento y después salió del cuarto, volviendo para ver los otros hijos, que estaban para salir a las aulas.

Feliz de la vida, Daniel tomó su café y después enlazó el sonido pensando:

— ¡Que día lindo! Engañé a mi madre y hoy voy a aprovechar el tiempo haciendo sólo lo que me gusta. ¡Nada de clases ni de cosas indeseables!

Algún tiempo después la madre volvió y vio que el hijo estaba sin fiebre.

— Que bueno, Daniel. Tu fiebre desapareció. Vamos a quedarnos atentos. Si ella vuelve es señal de que necesitamos ir al médico.  

— Creo que no va a volver, mamá. Estoy sintiéndome bien.

— ¡Bien! Entonces voy a trabajar y vuelvo más pronto. ¡Queda con Dios! Cualquier problema me llamas.

— Claro, mamá. Puedes irte tranquila.

Aquella mañana Daniel la pasó tranquilo. Vio una película, jugó con sus juegos y, cuando la madre volvió a la hora del almuerzo, lo encontró en el patio, andando de skate. Él estaba bueno, y la madre, menos preocupada al ver el hijo bien.

En la mañana siguiente, Daniel fue a la escuela y se enteró que la profesora había dado un trabajo en grupo para que los alumnos hicieran en sala de clases, que tendría nota, auxiliando a aquellos que anduvieran con dificultad para aprobar.  

La profesora lamentó la ausencia de Daniel, afirmando:

— Que pena no haber comparecido ayer, Daniel. Sería tu oportunidad de recuperar la nota y no quedar para recuperación.

El chico, sin embargo, explicó:

— Profesora, yo estaba enferma. Puede preguntar a mi madre. ¡Ella quería, inclusive, avisar a la escuela, pero yo dije que no había necesidad porque no tenía examen!     

La profesora telefoneó a la madre de Daniel para confirmar las palabras del hijo, a lo que ella dijo que iría hasta la escuela para hablar.

Al final de la clase, la madre de Daniel buscó a la profesora en la sala y, después que los alumnos salieron, sólo quedando Daniel, interpeló al hijo, muy seria:

— ¿Entonces, tú estabas enfermo ayer, Daniel?

— ¡Claro, mamá! Estaba con fiebre, ¿no te acuerdas? — replicó el chico.

— ¿Es así? Pues supe que tú me engañaste, para no venir a la escuela. Tú colocaste el termómetro en la luz para calentarlo, de modo que yo pensara que tú estabas con fiebre.  

El chico bajó la cabeza, avergonzado, delante de la reacción de la profesora y de la indignación de la madre.

Él abrió los ojos, espantado. ¿Cómo se enteró su madre?

— Tu hermanito me contó todo — esclareció ella.

Entonces, Daniel se acordó que, al verlo en casa, el hermano más pequeño le había extrañado y él había contado lo que había hecho. ¡Que pasada!...  

— Pido disculpas, tanto a mi madre como a la señora, profesora. Yo actué muy mal.

La profesora miró al alumno y dijo:

— Daniel, yo pretendía darte otra oportunidad. Sin embargo, delante de todo lo que acabé de oír, tú tendrás que hacer la recuperación. Y ese es su castigo: si ya no quería venir a la escuela, tendrá que frecuentar clases por tres semanas más. Después, será evaluado de nuevo. Es tu oportunidad de no perder el año...

— Está bien. Yo sé que lo merezco, profesora.

Daniel hizo todo correctamente y consiguió ser aprobado. Al final, sintió que no le fue tan pesado. Hasta le gustaba todo lo que había aprendido en aquel periodo.

Pero aquella lección quedaría grabada en su mente para el resto de la vida, mostrándole que la mentira no compensa, trayendo sólo vergüenza y descrédito, porque, como el sol, la verdad siempre aparece.

        

                                                                 MEIMEI

 

Mensagem recebida em 29/11/2010 em Rolândia-PR, por Célia X. de Camargo.



                                                         
                          



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