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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 5 238 – 4 de Diciembre de 2011 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

(Parte 30)

Continuamos con el Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano, que focalizará las cinco principales obras de la Doctrina Espírita, en el orden en que fueron inicialmente publicadas por Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo.

Las respuestas a las preguntas presentadas, fundamentadas en la 76ª edición publicada por la FEB, basadas en la traducción de Guillon Ribeiro, se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Era el hombre más feliz cuando la vida era menos atribulada?

B. ¿Cuál de los dos se da primero: el progreso moral o el progreso intelectual de la Humanidad?

C. ¿Cuál es el mayor obstáculo del progreso?

D. La Historia nos muestra que muchos pueblos, después de alcanzar determinada etapa evolutiva, recaen en la barbarie. ¿No es esto un retroceso? En ese caso, ¿cuál es la explicación espírita?

E. Al ser el progreso el objetivo final de todos los pueblos de la Tierra, ¿llegará el día en que éstos se reúnan, formando una sola nación?

Texto para la lectura

446. No podemos confundir el estado natural con la ley natural. El estado natural es el estado primitivo, la infancia de la Humanidad. La civilización es incompatible con ese estado, mientras que la ley natural contribuye al progreso de la Humanidad. (L.E., 776 y 777)

447. El hombre no puede retroceder al estado natural; el hombre debe progresar constantemente y no puede volver al estado de infancia de la Humanidad. Dios así lo quiere. (L.E., 778)

448. El hombre progresa por sí mismo, naturalmente; pero no todos progresan al mismo tiempo y de igual manera. Entonces, sucede que los más adelantados ayudan al progreso de los otros por medio del contacto social.  (L.E., 779)

449. El hombre no tiene el poder de paralizar la marcha del progreso, pero puede a veces obstaculizarla. Los que intenten detener la marcha del progreso serán arrastrados por el torrente que tratan de detener. (L.E., 781 y 782)

450. Existen razas rebeldes al progreso, que se van aniquilando corporalmente todos los días. Como todas, las almas que animan esas razas llegarán a la perfección pasando por otras existencias. Dios no deshereda a nadie. (L.E., 787 y 787-a)

451. Los hombres más civilizados fueron un día salvajes y antropófagos. (L.E., 787-b)

452. La Humanidad progresa por medio de los individuos que poco a poco mejoran y se instruyen. Cuando éstos son mayores en número, toman la delantera y arrastran a los demás. De tiempo en tiempo, surgen en su seno hombres de genio que le dan un impulso; vienen después, como instrumentos de Dios, los que tienen autoridad y en pocos años la hacen adelantar muchos siglos.  (L.E., 789, comentario de Kardec)

453. Según la Doctrina de los Espíritus, los progresos ulteriores benefician igualmente a las generaciones pasadas, que vuelven para vivir en mejores condiciones y pueden así perfeccionarse en el seno de la civilización. (L.E., 789, comentario de Kardec)

454. La civilización constituye un progreso aún incompleto. El hombre no pasa súbitamente de la infancia a la madurez. Algún día, cuando lo moral esté tan desarrollado como la inteligencia, la civilización quedará libre de los males que haya producido. El fruto no puede aparecer antes de la flor.  (L.E., 790 y 791)

455. La civilización no produce inmediatamente todo el bien que podría producir porque, en primer lugar, los hombres no están todavía aptos ni dispuestos a ello; en segundo lugar, porque todas las facultades del Espíritu no progresan simultáneamente. Es necesario un tiempo para todo. De una civilización incompleta no se pueden esperar frutos perfectos. (L.E., 792 y 792-a)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Era el hombre más feliz cuando la vida era menos atribulada?

Muchas personas piensan que sí. Realmente, al tener el hombre menos necesidades en el estado natural, se encuentra exento de las tribulaciones que se crea él mismo en un estado de mayor adelanto. Por eso, muchos consideran a aquel estado como el de la más perfecta felicidad en la Tierra. Pero se trata de la felicidad de los brutos. Hay quien no comprende otra. Es ser feliz a la manera de los animales. Los niños también son más felices que los hombres adultos. (El Libro de los Espíritus, preguntas 776 y 777).

B. ¿Cuál de los dos se da primero: el progreso moral o el progreso intelectual de la Humanidad?

El progreso moral acompaña al progreso intelectual y deriva de éste, aunque no siempre lo sigue inmediatamente. Según el Espiritismo el objetivo es el progreso completo que los pueblos, así como las personas, alcanzan sólo paso a paso. Mientras no se haya desarrollado en ellos el sentido moral, puede suceder que utilicen la inteligencia para hacer el mal. La moral y la inteligencia son dos fuerzas que sólo con el tiempo llegan a equilibrarse. (Obra citada, preguntas 780 y 783.)

C. ¿Cuál es el mayor obstáculo del progreso?

El orgullo y el egoísmo, he ahí los grandes obstáculos del progreso moral. En cuanto al progreso intelectual, éste se realiza siempre y, a primera vista, parece que aumenta la actividad del orgullo y del egoísmo, desarrollando la ambición y el gusto por las riquezas. (Obra citada, preguntas 783 a 785.)

D. La Historia nos muestra que muchos pueblos, después de alcanzar determinada etapa evolutiva, recaen en la barbarie. ¿No es esto un retroceso? En ese caso, ¿cuál es la explicación espírita?

Cuando una casa amenaza con caerse, mandamos a demolerla y construimos otra más sólida y más cómoda. Pero hasta que no esté terminada, hay perturbación y confusión en nuestra morada. Los Espíritus encarnan en diferentes lugares. Aquellos que encarnaron en el pueblo ahora degenerado no son los mismos que lo constituyeron en el tiempo de su esplendor. Éstos viven en otros países, mientras que los Espíritus menos adelantados tomaron el lugar que quedó vacante y que también, en su momento, tendrán que dejar un día. Los pueblos son individualidades colectivas que, como los individuos, pasan por la infancia, por la edad de la madurez y por la decrepitud. Los que sólo viven la vida del cuerpo, aquellos cuya grandeza únicamente se basa en la fuerza y la extensión territorial, nacen, crecen y mueren, porque la fuerza de un pueblo se agota como la de un hombre. Aquellos cuyas leyes egoístas impiden el progreso de las luces y de la caridad, mueren, porque la luz mata las tinieblas y la caridad mata el egoísmo. Pero para los pueblos, como para los individuos, existe la vida del alma. Aquellos cuyas leyes armonizan con las leyes eternas del Creador, vivirán y servirán de faro a los demás pueblos. (Obra citada, preguntas 786 y 788.)

E. Al ser el progreso el objetivo final de todos los pueblos de la Tierra, ¿llegará el día en que éstos se reúnan, formando una sola nación?

Una nación única, no; sería imposible puesto que de la diversidad de los climas se originan costumbres y necesidades diferentes, que constituyen las nacionalidades, volviendo siempre indispensables leyes apropiadas a tales costumbres y necesidades. Pero la caridad no conoce latitudes y no distingue el color de los hombres. Cuando en todas partes la ley de Dios sirva de base a la ley humana, los pueblos practicarán entre sí la ley de la caridad, como los individuos. Entonces, vivirán felices y en paz, porque nadie tratará de causar daño a su vecino, ni de vivir a sus expensas. (Obra citada, pregunta 789).

 

 


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