Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada
 

 

Tema: Amistad, felicidad


El regalo

 

Un día, la mamá de Ivone llegó a casa con una caja y llamó a su hija diciendo que había traído un regalo para ella.
La niña,
contenta con la sorpresa inesperada, cogió la caja y vio que dentro había siete macetitas de flores. Las macetitas eran todas iguales, lindas, muy decoradas. Pero las flores eran diferentes. Cada una de un color, formando un bello conjunto.

 

Ivone adoró el regalo. Su mamá le enseñó cómo cuidar de las delicadas flores. Ellas escogieron colocar las macetitas junto a la ventana de la sala para que pudieran recibir bastante luz.

La niña regó cada macetita con cuidado y después se quedó observando las flores, mirando los colores de los pétalos y sintiendo su perfume.

Ivone tenía una amiga muy especial, Sofía. Estudiaban en la misma clase y vivían en la misma calle. Cuando se encontraron, Ivone le mostró la novedad y a Sofía también le parecieron encantadoras las flores.

- ¡Qué lindo! ¡Amé las flores! Son lindas, especialmente las rojas. Fue un gran regalo que tu mamá te dio – dijo Sofía, alegremente.

Los días que siguieron, Ivone continuó admirando y cuidando sus macetitas, que continuaban bonitas. Pero pronto Ivone se enteró que su amiga estaba enferma, con varicela, y por eso no podía salir de casa.

Ivone fue a casa de Sofía, pero la mamá le explicó que no podía entrar para no correr el riesgo de contagiarse de varicela también. Las amigas solo podían verse e intercambiar algunas palabras a través del vidrio de la ventana del cuarto de Sofía.

Ivone vio a Sofía muy abatida, con el rostro lleno de pequeños puntos. Además del malestar de la enfermedad, ella también parecía triste por no poder salir y jugar.

Caminando de regreso a casa, Ivone pensaba en alguna forma de alegrar a su amiga. Ella tuvo, entonces, una buena idea y al día siguiente llevó su macetita con flores rojas para regalárselas a Sofía.

A través de la ventana, Ivone pudo ver a Sofía sosteniendo la macetita con una gran sonrisa y saltando de alegría. Ivone también estaba muy feliz y se dio cuenta de que había logrado lo que quería: alegrar a su amiga y demostrarle lo mucho que se preocupaba por ella.

Cuando Ivone miraba sus seis macetitas en la ventana, recordaba la de flores rojas, que era tan hermosa y que ya no estaba allí. Pero eso no la entristecía, al contrario.

Recibir un regalo es muy bonito, pero poder hacer feliz a alguien es aún mejor.


(Adaptación de la historia “Las Flores de la Alegría”.)


Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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