Especial

por Wellington Balbo

Trabajo, progreso y salud mental de los trabajadores espíritas

En las leyes naturales, la Ley del Trabajo precede a la del Progreso. Indudablemente el hombre progresa al trabajar. Y no se puede, con todo, olvidar el significado de trabajo para los Espíritus definido como toda ocupación útil.

O sea, al ocupar su tiempo de manera útil el hombre trabaja y el progreso viene de valde. Por tanto, no hay cualquier pase de mágia. Trabajo, después progreso. Plantar, después cosechar.

A lo largo del tiempo, de otro modo, el trabajo del hombre se vino  transformando. Antes, en eras primitivas, el trabajo servía para mantener la vida, buscar alimentos, protegerse de las intempéries naturales. Nada, por tanto, muy sofisticado. À medida, con todo, que el hombre fue trabajando y progresando, creó nuevos paradigmas, necesidades y atribuciones para sí.

La incesante búsqueda por vivir en un mundo mejor llevó al homem a desenvolver la inteligencia, perfeccionar su intelecto, consecuentemente construir tecnologías y eso abrió nuevos horizontes que, a su vez, ampliaron aun más la visión del hombre, sin embargo no sin un efecto colateral, o aparentemente colateral, que creó un desafío a ser superado: hacer con que trabajo, progreso y salud mental esten juntos.

Ya añadimos, entonces, el componente de la salud mental a la reflexión sobre el trabajo y el progreso.

Tenemos, en suma, un circuito de alimentación y retroalimentación, el hombre trabaja, progresa, crea necesidades, trabaja más para sanar esas necesidades y sigue en ese circuito casi permanente de trabajo y progreso, teniendo, aun, en el medio de ese camino que pensar en cómo mantener su sald mental en día. 

Mucha gente sucumbe mentalmente al evaluar de forma superficial trabajo y progreso. La llave que abre las puertas del equilibrio puede estar en la definición de los Espíritus sobre el trabajo y que cambia toda la configuración. Además, debo repetir el concepto de trabajo ofrecido por los Espíritus: trabajo es toda ocupación útil, de modo que se abre un campo más vasto para lo que es trabajo, siendo algo mucho más allá de la actividad profesional que garantice el sustento del cuerpo físico.

He ahí los desafios a vencer y la responsabilidad es de el propio hombre crear medios en que trabajo, progreso y salud mental estén juntos.

Hay otra anotación de los Espíritus que debemos tener en consideración para mantenernos en día nuestra salud mental: el límite del trabajo. ¿Cuál es, por tanto, el límite del trabajo? Y responden los Espíritus que es el límite de las fuerzas, sean ellas físicas o psíquicas. ¿Qué significa isto? Significa que precisamos, en un ejercicio de autoconocimiento, entender el límite de nuestras fuerzas para no “estirar demás la cuerda” y acabar comprometiendo nuestra sald física y mental.

Si quisieramos, además, podemos hasta llamar al reposo como trabajo, ya que, si el reposo es una ocupación útil, pues que reanima las fuerzas orgánicas y del  alma, estamos, en un sentido amplio, trabajando al reposar, volviéndonos, así, más aptos para poder tener una vida con mucho más calidad.

He visto, a lo largo de las muchas visitas que hago en los centros espíritas, personas protestando del cansancio físico y mental, al mismo tiempo en que los dirigentes reclaman de la falta de voluntarios y trabajadores en general.

Perciban que las ideas hacen una conexión. Al mismo tiempo que las personas protestan de cansancio los dirigentes informan estar perdiendo colaboradores, principalmente después del evento de la pandemia causada por el Covid 19.

Algunos dicen que el advenimiento de la pandemia apartó a los trabajadores porque los centros espíritas cerraron las puertas. Tengo allá mis dudas en cuanto a eso. Tal vez la pandemia haya sido apenas el punto de partida para una reflexión más profunda de los trabajadores espíritas en lo que se refiere a las actividades que ellos desenvuelven en las casas y el sentido de todo eso.

Es preciso hacer sentido para que se prosiga en una actividad. El tiempo de aislamiento propició un distanciamiento y, naturalmente, produjo la reflexión: - ¿Este trabalho que me está proporcionando en términos de crecimiento?

Claro que hay casos y casos, pero intento, aquí, levantar algunas hipótesis para nuestras reflexiones.

El cansancio de los trabajadores no puede ser despreciado, pues que el cansancio señala un límite de las fuerzas, así como no se puede despreciar la importancia de los trabajadores en los procesos y en las actividades de la casa espírita.

¿Cómo conciliar esas cuestiones entre el cansancio de los trabajadores y las actividades del centro espírita?

En conversación con diversos trabajadores, estos dicen que la vida por sí sola trae una carga inmensa de presión. Actividad profesional, tiempo con la familia, necesidades físicas, nuevos tiempos, mobilidad urbana, seguridad, oportunidad de las actividades on-line y tantos otros puntos colaboran para el aislamiento de los trabajadores de las actividades de la casa espírita.

¿Ahora, cómo hablar que los trabajadores están errados, delante de los argumentos expuestos, claro que existen otros, pero delante de los argumentos, cómo hablar que están errados?

¿Cómo traerlos de vuelta para las actividades presenciales en la casa espírita?

Algunos colegas, dirigentes espíritas, apuestan en el viejo miedo con frases del tipo:

“La espiritualidad está viendo su negligencia en cuanto al trabalho.”

“Usted debe trabajar, hermano mío, pues el Cristo cuenta contigo.”

Podríamos citar varias frases dichas por los dirigentes espíritas para hacer con que los trabajadores prosigan en las actividades presenciales.

Con todo, seamos sinceros: este tipo de argumento ya no funciona pero, tanto no funciona que, en la pausa de la pandemia, muchos trabajadores dejaron de frecuentar las casas espíritas y no volver más.

A los amigos dirigentes pido que no me entiendan mal, por favor, yo comprendo perfectamente su lado, las actividades que precisan mantenerse y necesitan de trabajadores, pero convengamos que es preciso cambiar el abordaje con los trabajadores.

Yo ya vi, por ejemplo, un trabajador espírita informar que puede comparecer a una actividad quincenalmente y ser colocado en la pared por el dirigente que dice: “Quincenalmente no es posible, o usted viene semanalmente o no precisa  comparecer más”.

Claro que sé de la importancia de la disciplina y de los principios de constancia que algunas actividades requieren. No obstante, pensemos en lo que dicen los Espíritus: el límite del trabajo es el de las fuerzas. Luego, en cuanto unos pueden dedicar 1 hora quincenalmente otros pueden dedicar 2 horas semanalmente, y así, con las manos que tenemos disponibles y de buena voluntad, vamos adaptándonos a nuestra realidad, diseñando nuestras tareas y construyendo un trabajo bueno, de calidad, pero con ligereza y principalmente constancia, base de las buenas instituciones.

Es un tema vasto, inmenso incluso para que podamos reflexionar. No pretendo agotar el asunto, si no levantar el velo para que podamos, juntos, pensar en las razones por las cuales los trabajadores se apartaron de las actividades presenciales en la casa espírita. Pienso que pasaremos, necesariamente, por la cuestión que envuelve la salud mental de los trabajadores.

¿Qué tal pensamos juntos?


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita