Especial

por Rogério Miguez

La obsesión espiritual

Visitando el compendio de las palabras - el diccionario -, obsesion significa: (1) 1. Impertinencia, persecución, vejación. 2. Fig. Preocupación con determinada idea, que domina enfermiza el espíritu, y resultante o no de sentimientos enfernizos; idea fija; mania.

Esta es la visión bien resumida del punto de vista académico, materialista, que puede contemplar la existencia de la conducta obsesiva a través de dos procesos: originada entre dos o más personas, que se persiguen, mutuamente o no, u oriunda apenas del propio individuo, sobre sí mismo. En cualquiera de los dos casos teniendo siempre por causa las mentes en temporal desaliño de los envueltos, sea por el motivo que fuera.

En principio, bajo este enfoque, no hay cualquier interferencia espiritual en el proceso, pudiendo ser vista como una auto-obsesión, caso el obsesado se imponga este cuadro a través de sus manias o extrañezas, o por una obsesión entre individuos.

Como ejemplos de un caso envolviendo a más de una persona se puede citar la situación del amor enfermo existente por el obsesor por otra persona, generando celos excesivo sin ninguna razón, provocando el control por parte del obsesor de la vida del otro – por medio de uniones o mensajes recurrentes -, además de eso, el sentimiento de miedo o tensión puede surgir en función del distanciamiento de la persona obsesada. Hay también la obsesión provocada por la persecución en el ambiente de trabajo, o incluso familiar.

Entre tanto, considerando el enfoque espiritualista, particularmente espírita, este concepto es considerablemente más ampliamente, pues admite, y demuestra, la posibilidad de actuación de entidades desencarnadas en estos procesos patológicos.

Estos asedios espirituales siempre existirán, no son novedades, con todo, fueron desvelados y presentados claramente a la Humanidad cuando hubo la divulgación de la Doctrina Espírita en el siglo XIX. Tal vez el primer intento de conceptuación del significado de la obsesión espiritual, esté registrado en esta cita: (2)

Uno de los mayores escollos de la mediumnidad es la obsesión, esto es, el dominio que ciertos Espíritus pueden ejercer sobre los médiuns, imponiéndoseles bajo nombres apócrifos e impidiendo que se comuniquen con otros Espíritus.

Por esta definición, Allan Kardec restringió el proceso apenas en relación a los médiuns que se relacionan, naturalmente, con los desencarnados, pues en esta obra, estaba discurriendo sobre las dificultades en el ejercicio de la mediumnidad. Resaltamos que los Espíritus obran de forma impositiva, y, como se sabe, ahora presentandose a pesar de la voluntad del médium, ahora intentando engañar por medio de identidades falsas. En este último caso, podríamos hacer una analogía con conocidas conductas criminales y decir que sería una especie de estelionato espiritual.

Una significação mas detallada del fenómeno obsesión está contenida en la segunda obra básica del Espiritismo: (3)

[...] dominio que algunos Espíritus logran adquirir sobre ciertas personas. Nunca es praticada sino por los Espíritus inferiores, que procuran dominar. Los buenos Espíritus ningún obstáculo infringen. Aconsejan, combaten la influencia de los malos y, si no los oyen, se retiran. Los malos, al contrario, se agarran a aquellos de quien pueden hacer sus presas. Si llegan a dominar a alguno, se identifican con el Espíritu de este y lo conducen como si fuera verdadera criatura.

En relación a este segundo significado, se destaca la posibilidad del proceso obsesivo aun refiriendose a los médiuns, pues este capítulo trata de los escollos en la práctica del Espiritismo, contenido en El Libro de los Médiuns.

Más allá de eso, precisamos siempre tener en mente que, el buen Espíritu es aquel que ya posee un razonable entendimiento de las Leyes de Dios, obtenido, evidentemente, a costa de sus propios esfuerzos en aprenderlas. Pasa a viver y aplicar tales principios en sus jornadas evolutivas, concediéndole un buen estado de educación moral. No fue creado bueno por Dios, jamás, al contrario, adquirió esta condición por sus continuadas conquistas morales y éticas realizadas a lo largo de sus muchas existencias.

Por otro lado, el Espíritu inferior es aquel que no adquirió, hasta el momento, este grado de evolución moral y ético, rigiendo su vida, en consecuencia, bajo los postulados que considera justos según su aun mezquino y limitado punto de vista. Esos son Espíritus aun relativamente ignorantes, con todo, también llegarán, según su propio empeño, a un estado espiritual más elevado, cuando, entonces, serán también llamados como buenos Espíritus. Todavía, por ahora, o sea, temporalmente, son vistos como Espíritus malos. Cabe recordar aun sobre la posibilidad de los malos Espíritus sean muy inteligentes, preparados, perspicazes y astutos, por cuanto, el avance moral, que aun no conquistaron, no siempre acompaña inmediatamente el progreso intelectual que ya pueden haber realizado.

Hay también, al final, la sorprendente información sobre la posibilidad del médium obsesado sea literalmente comandado en sus actos y pensamientos.

Ya en la tercera obra fundamental se tiene: (4)

La obsesión es la acción persistente que un Espíritu malo ejerce sobre un individuo. Presenta caracteres muy diversos, desde la simple influencia moral, sin perceptibles señales exteriores, hasta la perturbación completa del organismo y de sus facultades mentales.

Ahora el Codificador resalta la posibilidad de la obsesión presentarse continuamente, alcanzando al obsesado por un tiempo más largo, alcanzándolo profundamente, y como consecuencia, tanto el cuerpo físico, como la capacidad de juicio de la víctima.

En otra obra básica, la última, Allan Kardec así definió el mecanismo: (5)

Se llama obsesión a la acción persistente que un Espíritu malo ejerce sobre un individuo. Presenta caracteres muy diferentes, que van desde la simple influencia moral, sin perceptibles señales exteriores, hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales. Ella anular todas las facultades mediúmnicas.

Observese en esta otra concepcción del Padre del Espiritismo kardecista, el destaque al perjuicio para el buen ejercicio de la facultad mediúmnica, y, consecuentemente, para las actividades mediúmnicas que no podrán desenvolverse adecuadamente en cuanto sus portadores intentan ejercer prisioneros de algún proceso obsesivo.

Ya en Obras Póstumas, hay también este significado bien conciso: (6)

La obsesión consiste en el dominio que los malos Espíritus asumen sobre ciertas personas, con el objetivo de esclavizarlas y someterla a la voluntad de ellos, por el placer que experimentan en hacer el mal.

En esta otra, el maestro de Lyon apunta una nueva motivación de actuación de los posibles obsesores: la simple satisfacción en la prática del mal. Nada que extrañar, pues el Espíritu al desencarnar, se fue malo durante su caminata en una existencia material, permanecerá mal en el otro lado de la vida, buscando los medios de satisfacer su mala índole.

Es interesante enfatizar que, aunque estas definiciones espíritas destaquen el acontecimiento de la obsesión relacionada a la práctica de la mediumnidad, ella no se aplica apenas a los médiuns, sino a cualquier ser humano. Se puede verificar este entendimiento más amplio en los escritos del propio Codificador cuando afirma que el fenómeno obsesión puede ocurrir en cualquiera: (7)

Un hecho importante a considerar es que la obsesión, cualquiera que sea su naturaleza, es independiente de la mediumnidad, y que ella se encuentra, en todos los grados, principalmente del último, en gran número de personas que nunca oyeron hablar de Espiritismo.

Cuando Allan Kardec se refiere al último grado de la obsesión, significa la subyugación y, más allá de esta, hay también la obsesión simple, la fascinación y la posesión, siendo estas las principales variedades.

Por último, pero no que esta sea la última definición, pues se puede encontrar, eventualmente, otra en las obras doctrinarias, tenemos: (8)

La obsesión es la acción casi permanente de un Espíritu extraño, que hace que la víctima sea inducida, por una necesidad incesante, a obrar en ese o en aquel sentido, a hacer tal o cual cosa.

El concepto de obsesión, según el Espiritismo, está razonablemente alineado con la noción trivial que tenemos sobre este fenómeno, con la diferencia fundamental de que el Espiritismo dilata este entendimiento, volviéndolo oceánico, al apuntar la posibilidad de la obsesión ser practicada por los llamados muertos, junto a los aun vivos, y vice-versa, desvelando un escenario mucho más amplio y profundo en el trato de la cuestión, en relación a las restrictas propuestas que no admiten la continuidad de la vida, mucho menos la inmortalidad del alma.

Aunque no se pueda concluir directamente por las definiciones citadas, hay también la intrigante auto-obsesión, contemplada en los significados del diccionario por el sentido figurado del proceso. Esta sólo puede ser superada, caso el acometido por este mal, aprenda a conducirse conforme los principios divinos, dejando de lado las prácticas sustentadas por su monoideísmo, que pueden llevar al incauto fácilmente a las rayas de la locura.

De lo expuesto, se percibe que la problemática de la obsesión es un asunto importante y, algunas veces, complejo, con gran literatura espírita sobre el tema.

Por ahora, vista todas estas ligeras observaciones deben servir apenas para llamarnos la atención para las múltiples facetas del proceso, con posibilidad de alcanzarnos siempre que estuviéramos invigilantes y descuidados con nuestra vida mental y moral, además de eso, cuando dejamos que la vanidad y el orgullo guien nuestras acciones.

Que estamos en un mundo de pruebas y expiaciones, no hay escudo absoluto contra los obsesores, excepto aquel construido por la vida recta y sin manchas, sin deslices y, principalmente, sin ofensas al prójimo, de modo a evitar venganzas futuras. Tarea difícil de ser alcanzada, pero no imposible. Intentemos al menos, y, si el fracaso nos alcanzara, levantemos las rodillas desensablados y sigamos al frente, jamás desanimarnos.

Siempre es tiempo de comenzar a leer los relatos ofrecidos por la espiritualidad sobre este palpitante tema.

No más, es vivir y aprender, experimentar y crecer, todo bajo la égide de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Referências:

1 HOLANDA, A. Buarque de. Novo Dicionário Aurélio da Língua Portuguesa. Revista e aumentada. 2. ed. Rio de Janeiro: Editora Nova Fronteira,1986.

2 _________. O que é o Espiritismo. Tradução da Redação de Reformador em 1884. 56. ed. 1. imp. Brasília: FEB, 2013. Escolhos da mediunidade. cap. II. it. 70.

3 _________. O Livro dos médiuns. Trad. de Guillon Ribeiro. 54 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1987. Da Obsessão. cap. 23. it. 237.

4 _________. O Evangelho segundo o Espiritismo. Trad. Guillon Ribeiro. 131. ed. 6. imp. Brasília: FEB, 2015. cap. 28, item 81.

5 _________. A Gênese. Trad. de Guillon Ribeiro. 53 ed. 1 imp. [Edição Histórica]. Brasília: FEB, 2013. Obsessões e possessões. cap. 14, item 45.

6_________. Obras póstumas. Trad. Guillon Ribeiro. 22 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1987. Primeira parte, VII. Da obsessão e da possessão. it. 56.

7 _________. O que é o Espiritismo. Tradução da Redação de Reformador em 1884. 56. ed. 1. imp. Brasília: FEB, 2013. Escolhos da mediunidade. cap. II. it. 76.

8 _________. Revista Espírita: jornal de estudos psicológicos. ano 1. n. 10.  out. 1858. Obsidiados e subjugados. Trad. Evandro Noleto Bezerra. 4. ed. 1. imp. Brasília: FEB, 2019.


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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