Especial

por Altamirando Carneiro

El arte espírita y el hombre del futuro

En la época de las cavernas, el hombre usaba la música asociada a las danzas, como un agradecimiento a la abundancia de la caza, a la fertilidad de la tierra y a las victorias en la guerra.

Avanzando en el tiempo, David, segundo rey de los hebreos, mucho hizo por el cultivo de la música entre los hebreos. 

En Roma, en el tiempo de Augusto, el más procurado médico romano fue Cornélio Célio, que recetaba audiciones musicales como sedativo. (Augusto fue un título dado por el senado romano a Gaius Julius Caesar Octavianus, sobrino-nieto de Julio César, que él adoptó como hijo.)

En la Grecia antigua, la música era indicada como remedio para todos los males.

Los árabes creían en la eficacia de los sonidos en la prevención y combate a las dolencias. Creían que los sonidos producidos por las cuatro cuerdas del laúd tenían el don de curar. Decían que cada cuerda del laúd correspondía a uno de los elementos fundamentales: agua, fuego, tierra y aire. 

Schumann, compositor alemán (1810-1856), sentía Beethoven (1770-1827) – también alemán – a su lado, cuando componía sus composiciones. 

El médico y compositor brasileño Joubert de Carvalho, (1900-1977) autor de músicas como Maringá y Taí, de la misma forma que sentía hambre y sed, sentía la música y la poesía aproximándose, como manifestación universal.

Rosemary Brown (1916-2001), dueña de una casa inglesa que no poseía ningún conocimiento musical, recibió más de 400 partituras de Espíritus como Liszt (contacto más frecuente), Beethoven, Mozart, Bach, Grieg, Chopin, Schubert, Brahms, Schumann, Debussy, Berlioz, Rachmaninoff, de entre otros. Algunos hacían contacto frecuentemente, otros le aparecían pocas veces. Todo comenzó a los siete años, cuando Liszt prometió que, cuando ella fuese adulta, él le daría un regalo, por intermedio de la música. 

Es así que la mediumnidad nos da la oportunidad de continuar a admirar el arte de los grandes compositores, de los grandes escritores, de los grandes poetas, que no murieron – apenas cambiaron de plano – trayéndonos su arte, en el mismo estilo que tenían, cuando estaban encarnados. 

Este hecho intriga a los incrédulos y materialistas. Argumentan ellos que si los grandes compositores, los grandes escritores, los grandes poetas progresan, ¿por qué quedan apegados a sus viejos estilos, cuando podrían (en el caso de los poetas) pasar para la Tierra poesías en estilo moderno?

Si ellos quisieran, ellos lo harían, mas la intención de ellos es dictar a la Tierra composiciones, escritos o poesías en el mismo estilo que tenían en vida, para hablar mejor a aquellos que se identifican con ellos y veneran su memoria, a través de los trabajos que dejaron en la Tierra. 

Otro lado interesante en la poesía mediúmnica es el hecho de que un poeta desencarnado dictara poemas a través de varios médiums, de diferentes niveles culturales, conservando el mismo estilo, lo que no da para dudar de que se trata, realmente, de este determinado poeta. Ejemplo de eso son los poemas de Castro Alves (Espíritu), dictados a los médiums Francisco Cândido Xavier, Jorge Rizzini, Waldo Vieira y Dolores Bacelar. El mismo Espíritu, médiums diferentes, más el mismo estilo, inconfundible. 

Llegado a este punto, veamos que asunto interesante nos trae la Revista Espírita, de Allan Kardec, en la edición de diciembre de 1860, cuando presenta una interesante comunicación del Espíritu de Alfred de Musset, a través de la médium Srta. Eugenie. 

– ¿Cuál será la influencia de la poesía en el Espiritismo? 

– La poesía es el bálsamo que se aplica sobre las llagas. La poesía fue dada al hombre como el maná celeste. Todos los poetas son médiums que Dios envió a la Tierra para regenerar un poco su pueblo y no dejarlo embrutecerse enteramente. Pues qué hay de más bello, ¿qué más hable al alma que la poesía?

– La pintura, la escultura, la arquitectura, la poesía, fueron, una por una, influenciadas por las ideas paganas y cristiana. ¿Podeis decir, después de las artes paganas y cristianas, habrá un día el arte espírita?

– Hacéis una pergunta que se responde por sí misma: el gusano es el gusano; se vuelve bicho de la seda; después, mariposa. ¿Qué hay de más aéreo, de más gracioso, que una mariposa? ¡Entonces! el arte pagano es el gusano; el arte cristiano el capullo; el arte espírita será la mariposa.

Destacamos trechos de la explicación del número citado de la Revista Espírita sobre el tenor de esta comunicación.

"El arte cristiano tuvo que inspirarse en las terribles pruebas de los mártires y revestir la severidad de su origen materno; el arte espírita, representado por la mariposa, se inspiraría en los vaporosos y esplendidos cuadros de la existencia futura que se desvela; rejubilará el alma que el arte cristiano había tomado de admiración y de temor; será el canto de alegría después de la batalla.

Cuando decimos que el arte espírita será un día un arte nuevo, queremos decir que las ideas y las creencias espíritas darán a las producciones del genio un cuño particular, como ocurrió con las ideas y las creencias cristianas, y no que los asuntos cristianos caigan en descrédito; lejos de esto; mas cuando un campo está recogido, el segador va a coger en otro lugar, y cogerá abundantemente en el campo del Espiritismo. Y ya lo hace, sin duda, mas no de manera tan especial en cuanto lo hará más tarde, cuando fuera valiente y excitado por el asentimiento general. Cuando estas ideas estuvieran popularizadas, y que no puede tardar, pues los ciegos de la generación actual diariamente desaparecen de la escena, por fuerza de las cosas, la generación nueva tendrá menos preconceptos. La pintura más de una vez se inspiró en ideas de este género; la poesía, sobre todo, está llena de ellas; mas están aisladas, perdidas en la multitud. Tiempo vendrá en que ellas harán surgir obras magistrales, y el arte espírita tendrá su Rafael e su Miguel Ángel, como el arte pagano tuvo su Apeles y su Fídias".

El arte espírita, en su expresión mayor, estará altamente desenvuelta en el periodo de regeneración social, el último de los seis periodos porque pasó y pasará el Espiritismo, determinados por Allan Kardec (Revista Espírita de diciembre de 1863). Los períodos son: el de la curiosidad, con las mesas girantes; el filosófico, con El Libro de los Espíritus; el de la lucha, con el auto-de-fe de Barcelona: el religioso, el intermediario y el de la regeneración social. 

El periodo de la regeneración social ocurrirá cuando la Tierra pase de mundo de expiación y pruebas y alcance la categoría de mundo de regeneración. Y cuando la Humanidad que poblará la Tierra será compuesta por personas que solamente deseen el bien.

Es importante preparar la Tierra para ese periodo que un día vendrá.  Pues serán las personas que actualmente están volcadas a la práctica del bien, que tendrán la oportunidad de volver a la Tierra en una próxima reencarnación, para continuar a desenvolver el buen trabajo que desenvolvieron aquí, en pro del progreso de la propia Tierra. Cuanto de aquellos que, hoy, están barbarizando y esparciendo la violencia, la gran mayoría de ellos no podrán más volver para aquí, yendo a reencarnar en un mundo atrasado, que esté de acuerdo con la evolución que conseguirán alcanzar. No es que, en esos casos, el Espíritu retroceda. En su caminata, el jamás retrocede. En su caso, el Espíritu queda en el estado estacionario en que se encuentra, para de ahí seguir su camino, rumbo a su evolución.

En el llamado periodo de regeneración social predominarán los valores cristianos, basados en la caridad, en la humildad y en el amor al prójimo. Los hombres desplegarán solamente la bandera de la unión y de la solidariedad. Profundamente armonizado con la natureza y con las Leyes Divinas, el hombre será unido a la flora, a la ecología, al respeto por los animales. Encontrará que las instituciones son hechas para servir al hombre. Y será contra la institución rígida, inflexible, que no cambia nunca, que es la misma cosa hace milenios, o hace decenas de años; que no absorve la experiencia de nadie, que no quiere saber de la experiencia de otros. 

El hombre del futuro es un hombre que creció, es un hombre adulto. No precisa que nadie le diga: haz eso. Sabe exactamente lo que es esencial para él. Está  mucho más unido a las cosas espirituales. Sus héroes son personalidades como Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Teilhard de Chardin. 

El hombre del futuro es lo que presenta todas las características del hombre de bien, explícitas en El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, pregunta 918: el que practica la ley de justicia, de amor y de caridad en su más completa pureza; hace el bien por el bien; es bueno, humano y benevolente; considera los dones como depósitos, para ser usados para el bien; trata con bondad y benevolencia a todos; es indulgente para con las flaquezas de los otros; no es vengativo; respeta los derechos de los semejantes, como desearía que respetasen los suyos.

Son esos Espíritus que contribuirán para la regeneración de la Humanidad. Con todo, según La Génesis, esa regeneración no exige la renovación integral de los Espíritus, mas la modificarán en sus disposiciones morales, que se opera en todos los que esten dispuestos. 

Compuesta por Espíritus mejores o Espíritus antiguos que se mejorarán, dice La Génesis que "el resultado es siempre el mismo. Desde que traigán disposiciones mejores, hay siempre una renovación. Así, según sus disposiciones naturales, los Espíritus encarnados forman dos categorias: de un lado, los retardarios, que parten; de otro, los progresistas, que llegan. El estado de costumbres de la sociedad estará, por tanto, en el seno de un pueblo, de una raza, o del mundo entero, en relación con aquella de las dos categorias que preponderan".

El capítulo 18 del libro La Génesis, de Allan Kardec, ítem Señales de los Tiempos, dice que ”la generación que desaparece llevará consigo sus errores y prejuicios; la generación que surge, mejorada en fuente más pura, imbuida de ideas más sanas, imprimirá al mundo ascensional movimiento, en el sentido del progreso moral que asimilará la nueva fase de la evolución humana".

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita