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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 299 – 17 de Febrero de 2013

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Evangelio según el Espiritismo

Allan Kardec 

 (Parte 5)
 

Continuamos el estudio metódico de “El Evangelio según el Espiritismo”, de Allan Kardec, la tercera de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en abril de 1864. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al  final del texto.

Preguntas para debatir

 

A. ¿Por qué la ciencia y la religión no se han entendido hasta hoy?

B. ¿Cuál es el lazo de unión que ha de aliar la ciencia y la religión?

C. ¿Cuál es la gran finalidad de la moral evangélica cristiana?

D. ¿Cuál es el punto central de la enseñanza de Cristo?

Texto para la lectura

51. Moisés abrió el camino; Jesús continuó la obra; el Espiritismo la concluirá. (Cap. I, ítem 9, un Espíritu israelita)

52. Un día Dios, en su inagotable bondad, permitió que el hombre viese a la verdad atravesar las tinieblas. Ese día fue el advenimiento de Cristo. Pero después de la luz viva, volvieron las tinieblas. Entonces, a semejanza de los profetas del Antiguo Testamento, los Espíritus se dispusieron a hablar y a advertiros. El mundo está conmovido en sus cimientos; retumbará el trueno. ¡Sed firmes! El Espiritismo es de orden divino, pues se basa en las mismas leyes de la Naturaleza, y estad seguros de que todo lo que es de orden divino tiene un objetivo grande y útil. (Cap. I, ítem 10, Fénelon)

53. El reino de Cristo, ¡ah! transcurridos dieciocho siglos y a pesar de la sangre de tantos mártires, aún no ha venido. Cristianos, volved al Maestro, que os quiere salvar. Todo es fácil para aquél que cree y ama; el amor lo llena de inefable alegría. Sí, hijos míos, el mundo está conmocionado y la revolución que se prepara es más bien moral que material. A cada uno su misión, a cada uno su trabajo. (Cap. I, ítem 10, Fénelon)

54. Los judíos tenían ideas muy imprecisas acerca de la vida futura. Creían en los ángeles, pero no sabían que los hombres pueden algún día volverse ángeles también y compartir la felicidad de éstos. Ellos pensaban que la observancia de las leyes de Dios era recompensada con los bienes terrenos, con la supremacía de su nación, con la victoria sobre sus enemigos. Las calamidades públicas y sus derrotas eran el castigo de su desobediencia de aquellas leyes. Jesús les reveló, más tarde, que existe otro mundo, donde la justicia de Dios sigue su curso, y ese mundo es el que Él promete a los que cumplen los mandamientos de Dios y donde los buenos hallarán su recompensa. (Cap. II, ítem 3)

55. El Espiritismo vino a completar en este punto, como en muchos otros, la enseñanza de Cristo. Con el Espiritismo, la vida futura deja de ser un simple artículo de fe, una mera hipótesis; se vuelve una realidad material, que los hechos demuestran. (Cap. II, ítem 3)

56. Dios no condena los goces terrenos; condena sí el abuso de estos goces en detrimento de las cosas del alma. Contra tales abusos están prevenidos los que a sí mismos se aplican estas palabras de Jesús: “Mi reino no es de este mundo”. (Cap. II, ítem 6)

57. Habiendo sido reina entre los hombres, creí que entraría como reina en el reino de los cielos. ¡Que desilusión! ¡Que humillación cuando, en vez de ser recibida como soberana, vi sobre mí, pero muy por encima, a los hombres que yo creía insignificantes y a los cuales despreciaba por no tener sangre noble! ¡Entonces comprendí la esterilidad de los honores y de las grandezas que con tanta avidez se buscan en la Tierra! (Cap. II, ítem 8, una reina de Francia)

58. Para ganarse un lugar en este reino, son necesarias la abnegación, la humildad, la caridad en toda su celestial práctica y la benevolencia para con todos. No se os pregunta aquí lo que fuisteis en la Tierra, ni qué posición ocupasteis, sino cuánto bien hicisteis, cuántas lágrimas enjugasteis. Es necesario sufrir para llegar al cielo, y los escalones de un trono no acercan a nadie a él. Sólo los senderos más penosos de la vida conducen a él. Buscad, pues, el camino a través de las zarzas y los espinos, y no entre las flores. (Cap. II, ítem 8, una reina de Francia)

59. Los hombres corren para alcanzar los bienes terrestres, como si los fuesen a conservar para siempre. Pero aquí todas las ilusiones desaparecen y pronto perciben que sólo se aferraron a una sombra y despreciaron los únicos bienes reales y duraderos que les son de provecho en la morada terrestre. (Cap. II, ítem 8, una reina de Francia)

60. De la enseñanza dada por los Espíritus, se comprueba que muy diferentes las unas de las otras son las condiciones de los mundos, en cuanto al grado de adelanto o de inferioridad de sus habitantes. En los mundos inferiores, la existencia es completamente material, las pasiones reinan como soberanas y es casi nula la vida moral. En los mundos más adelantados, la vida, por así decirlo, es toda espiritual. (Cap. III, ítem 3) 

Respuestas a las preguntas propuestas

 

A. ¿Por qué la ciencia y la religión no se han entendido hasta hoy?

La ciencia y la  religión son las dos palancas de la inteligencia humana: una revela las leyes del mundo material y la otra, las del mundo moral. No obstante, al tener esas leyes el mismo principio, que es Dios, no pueden contradecirse. Sin embargo, hasta hoy, la ciencia y la religión no han podido entenderse porque encarando cada una las cosas desde su punto de vista exclusivo, se han rechazado recíprocamente. Hacía falta llenar el vacío que las separaba, un lazo de unión que las acercase. (El Evangelio según el Espiritismo, capítulo I, ítem 8.)

B. ¿Cuál es el lazo de unión que ha de aliar la ciencia y la religión?

Este lazo de unión está en el conocimiento de las leyes que rigen el mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corpóreo, leyes tan inmutables como las que rigen el movimiento de los astros y la existencia de los seres. Una vez comprobadas esas relaciones mediante la experiencia, se hizo una nueva luz: la fe se dirigió a la razón; ésta no encontró nada ilógico en la fe: fue vencido el materialismo. Pero en esto, como en todo, hay personas que se quedan rezagadas, hasta que sean arrastradas por el movimiento general, que las aplastará si intentan resistirlo en vez de acompañarlo. (Obra citada, capítulo I, ítem 8.

C. ¿Cuál es la gran finalidad de la moral evangélica cristiana?

La finalidad de la moral evangélica cristiana es renovar el mundo, acercar a los hombres y hacerlos hermanos, haciendo de esa manera brotar de todos los corazones la caridad, el amor al prójimo y una solidaridad común que volverá a la Tierra una morada para Espíritus superiores a los que hoy la habitan. (Obra citada, capítulo I, ítem 9.) 

D. ¿Cuál es el punto central de la enseñanza de Cristo?

La revelación acerca de la vida futura puede ser considerada como el eje de la enseñanza de Cristo, porque sólo ella – la vida futura – es capaz de justificar las anomalías de la vida terrena. Debido a esto, todas sus máximas se refieren a ese gran principio. En efecto, sin la vida futura, la mayor parte de sus preceptos morales no tendría ninguna razón de ser, de donde se deriva que los que no creen en la vida futura, pensando que Él sólo hablaba de la vida presente, no los comprenden o los consideran pueriles. (Obra citada, capítulo II, ítems 1 y 2.) 

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita