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Editorial Português   Inglês    
Año 6 297 – 3 de Febrero de 2013
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 

La religión y los trastornos mentales


En el ítem VII de la Conclusión d´El Libro de los Espíritus, obra que lanzó los fundamentos de la doctrina espirita, Kardec alude a los efectos que se averiguan en la vida de las personas que comprenden el Espiritismo filosófico y en él ven otra cosa que no apenas fenómenos más o menos curiosos.

La resignación con relación a las vicisitudes de la vida sería, según Kardec, uno de esos efectos. Se entienda, sin embargo, que en la visión espirita resignación no quiere decir pasividad, pero aceptación de las cosas que no podemos cambiar, aunque luchemos para que el cambio ocurra. 

“El Espiritismo – observó Kardec – da para ver las cosas de tan alto, que, perdiendo la vida terrena tres cuartas partes de su importancia, el hombre no se aflige tanto con las tribulaciones que la acompañan. Por eso, más coraje en las aflicciones, más moderación en los deseos. De ahí, también, la expulsión de la idea de abreviar los días de la existencia, por eso que la ciencia espirita enseña que, por el suicidio, siempre se pierde lo que se quería ganar.”

La certeza cuanto al futuro, que podemos realmente tornar feliz, y la posibilidad de establecer relaciones con los entes queridos ofrecen al espirita suprema consolación.

“El horizonte se le dilata al infinito, gracias al espectáculo, a que asiste incesantemente, de la vida del mucho más allá de la tumba, cuyas misteriosas honduras le es facultado sondar”, agregó el Codificador del Espiritismo.

Otro efecto, siempre de acuerdo con las palabras de Kardec, es lo de estimular en el hombre la indulgencia para con los defectos ajenos, aunque el principio egoísta y todo que de él ocurre sean lo que hay de más tenaz en el hombre y, por consiguiente, lo más difícil de desarraigar. “Toda gente – escribió el Codificador – hace voluntariamente sacrificios, desde que nada cuesten y de nada priven. Para la mayoría de los hombres, el dinero tiene aún irresistible atractivo y bien pocos comprenden la palabra superfluo, cuando de sus personas se trata. Por eso mismo, la abnegación de la personalidad constituye señal de grandísimo progreso. 

Enfoquemos ahora el efecto que Kardec enumeró como siendo el primero y el más general, el cual consiste en desarrollar el sentimiento religioso en las personas que entran en contacto con la doctrina espirita, mismo en aquellas que, sin que sean materialistas, miran con absoluta indiferencia las cuestiones espirituales.

Si en la época de Kardec, con el desprestigio que ya afectaba las religiones dominantes, sería discutible ver importancia en alguien desarrollar el sentimiento religioso, un efecto que el Codificador expresamente destacó en la obra mencionada, creemos que en los días actuales, aunque el desprestigio de las religiones tenga hasta se acentuado, tal duda perdió grandemente su fuerza.

Decimos eso porque estudios varios, publicados en los últimos años, comprobaron la importancia de la fe, hasta mismo en las cuestiones de salud, porque es ella que mantiene encendida la llama de la esperanza, tan importante en la superación de los conflictos y de las probaciones de la vida.

En favor de este pensamiento, fue divulgado semanas atrás el resultado de un estudio hecho por la University College London y publicado en el “British Journal of Psychiatry”, en lo cual fueron entrevistados 7.400 individuos, de los cuales 35% seguían una religión y 46% se declararon ateos y agnósticos.

Una de las conclusiones del trabajo es que la falta de la práctica de una religión aumenta el riesgo de trastornos mentales y acentúa la tendencia de buscarse el uso de drogas.

Los autores de la investigación, que fue coordinada por el profesor Michael King, reconocen que son necesarios otros estudios para explicar realmente la relación existente entre los no religiosos y los trastornos mentales, pero entienden que el trabajo publicado sugiere una explicación, aunque parcial, para el fenómeno, a saber: la falta de estructura de una religión formal en la busca espiritual puede dejar los creyentes más vulnerables a los problemas mentales.



 


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