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Año 6 294 – 13 de Enero de 2013
EURÍPEDES KUHL
euripedes.kuhl@terra.com.br
Ribeirão Preto, SP (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 


Eurípedes Kühl

Pase en animales

Administrarlo a los animales enfermos caracteriza um acto benéfico, diferente de la atención médico-veterinario


 
¿Pase en animales?

¡Si!

Oigamos, de inicio, al Espíritu André Luiz, en “Conducta Espírita”, Ed. FEB, 1960, Cap. 33 – Ante los animales: “En el socorro a los animales enfermos, usar los recursos terapéuticos posibles, sin despreciar aún aquellos de naturaleza mediúmnica que aplique a su favor. La luz del bien debe brillar en todos los planos”.

Animales enfermos

Cierta vez, respondiendo a un cuestionario sobre animales, con preguntas formuladas por la revista espírita “Espiritismo & Ciencia”, me encontré con la siguiente pregunta, cuya respuesta transcribo a continuación:

P. — En su opinión, ¿habría tratamientos de cura para las enfermedades de animales que podrían ser fácilmente tratadas con el uso de la terapéutica espírita?

R. — ¡No! La existencia de la medicina terrena, tanto para hombres como para animales (la veterinaria) es una bendición de la Divina Providencia. Sus avances fluyen de los planos superiores, inspirando e intuyendo investigadores dedicados, que cada vez más van produciendo nuevos fármacos y perfeccionando procedimientos de cura. Sin embargo, cito que en cuanto a la terapéutica espírita, caracterizada por la caridad a los animales por la donación de nuestras energías anímicas, revitalizadoras o curativas (a través de oraciones o pases), en mi opinión no tiene ninguna contraindicación. Por el contrario: es altamente recomendable, he ahí que se trata de un acto de amor. ¡Y el amor es todo!

Kardec y los medios de cura

Precediendo a la oración nº 78, en “El Evangelio según el Espiritismo”, es el propio Kardec que recomienda al enfermo el deber de buscar los medios de cura (la fluidoterapia, denominada por él de “magnetismo”, y la Medicina). (Subrayé)

Recientemente, Divaldo Franco, preguntado sobre las curas espirituales, declaró que: para los males del Espíritu, el Centro Espírita, y para los males del cuerpo, el hospital...

Por las reflexiones arriba deduzco que en el caso de los animales enfermos (que también poseen alma, si bien inferior a la del hombre*), a sus dueños compite el deber caritativo de proporcionarles amparo veterinario, y, en su caso, dentro de sus convicciones, simultáneamente, apoyo por el pase.

(*) – En “El Libro de los Espíritus”, preguntas 597 a 600.

Fluido magnético

1 – “El Libro de los Médiums” – Cap. XXII – De la mediumnidad en los animales:

El Espíritu Erasto discurre largamente sobre la imposibilidad de la mediumnidad en los animales con miras a que no hay fluidos similares entre los hombres y los animales. A continuación, registra el caso en que: El Sr. T..., se dice, magnetizó a su perro. ¿A qué resultado llegó? Lo mató, por cuanto el infeliz animal murió, tras haber caído en una especie de atonía, de languidez, consecuentes a su magnetización. En efecto, saturándolo de un fluido absorbido en una esencia superior a la esencia especial de su naturaleza de perro, él lo liquidó, actuando sobre el animal, a semejanza de un rayó, aunque más lentamente.

2 - Lo Pase, de Jacob L. Mello, Ed. de la FEB, 1992, Cap. X, Ítem 18 - Pases en plantas y animales:

El autor distingue “magnetismo” de “pase espírita”, concluyendo que a las plantas y a los animales solamente el magnetismo puramente físico (dirigido a través del pase magnético) puede ser transmitido. Citando Kardec y otros estudiosos espíritas, opina:

– magnetismo = animismo humano;

– pase espírita = de periespíritu a periespíritu, por lo que, en el caso de los animales, su envoltorio fluídico no soportaría los fluidos espirituales de “esencia superior”.

Apoyado en Erasto, Jacob concluye que el pase espírita fulminaría al animal enfermo.

3 – Atravesando lo Invisible, Yvonne A. Pereira, Ed. FEB, 1963, Cap. VIII – Sutilezas de la Mediumnidad:

La inolvidable Yvonne A. Pereira (1900-1984), discurriendo sobre la psicometría (facultad mediúmnica de describir acontecimientos en torno a una criatura, en contacto directo con un objeto a ella perteneciente), narra que en desprendimiento parcial, cuando aún estaba encarnada, como Espíritu, “visitó” animales. Son sus palabras: Durante el desprendimiento parcial, hemos tenido ocasión de “visitar” animales como el buey, el caballo, el perro y el gato. Verificamos que el fluido magnético, el elemento etéreo en que se hallan ellos sumergidos, como seres vivos que son, son los mismos que penetran a los hombres, donde estos se agitan. De ahí esa correspondencia vibratoria, que hace al ser espiritual del hombre comprender al ser del animal, sentirlo, así como a los demás reinos de la Naturaleza... (...) La impresión que guardamos de las cuatro especies citadas fue profunda y enternecedora, como las semejantes nuestros. (Subrayé)

Fluido vital

Por oportuno, recuerdo la pregunta número 66 de El Libro de los Espíritus:

P: – ¿El principio vital es el mismo para todos los seres orgánicos?

R: – Sí, modificado según las especies.

Ahora, pregunto yo: — ¿Quién modifica el principio vital?

Reflejo, en respuesta, que en el caso de pases en animales (y en plantas...) es posible que la “donación socorrista” mediúmnica humana sea sometida, por Protectores Espirituales especializados, a procesos de compatibilización fluídica, para la debida asimilación del necesitado – animal o vegetal.

Conclusión

Por los ítems expuestos, la cuestión de los pases en animales presenta una aparente contradicción entre las reflexiones de arriba, de Erasto, André Luiz e Yvonne A. Pereira...

– Erasto afirma que el pase en el animal lo fulminaría, por la diferencia fluídica;

– Yvonne Pereira verificó la correspondencia vibratoria de hombres y animales, con miras al  fluido magnético – el elemento etéreo – que a ambos penetra;

– André Luiz proclama que los recursos terapéuticos y los de naturaleza mediúmnica para animales enfermos son un acto de amor.

Aún una vez sería prematuro radicalizar la cuestión, siendo plano que constituye una actitud cristiana socorrer plantas, animales o criaturas humanas, cuando son necesitados, con los recursos posibles – materiales y espirituales.

Delante de la encrucijada, me socorrió el añorado Prof. José Herculano Pires (1914-1979), dirimiendo la citada contradicción en su obra Mediumnidad – Vida y Comunicación, EDICEL, 6ª Ed., 1986, Cap. XI – Mediunidade Zoológica. Las reflexiones son cristalinas y por eso las registro abajo:

Nuestros días, contrabalanceando la necedad de la pretendida mediumnidad zoológica, comienza el amanecer en el campo mediúmnico un tipo de mediumnidad para el cual sólo algunos espíritas se vuelven esperanzados. El Prof. Humberto Mariotti, filósofo espírita argentino ya bastante conocido en Brasil por sus obras y sus conferencias, es un zoólfilo enamorado. En su último viaje a São Paulo intercambiamos ideas e informaciones acerca de lo que podemos llamar de Mediumnidad Veterinaria. No podemos elevar a los animales a la condición superior de médiums, pero podemos concederles los beneficios de la mediumnidad.

Mariotti poseía, como poseemos, episodios importantes de su vivencia personal en ese terreno. La asistencia mediúmnica a los animales es posible y grandemente provechosa. El animal enfermo puede ser socorrido por pases y oraciones e incluso con los recursos del agua fluidificada. Los médiums veterinarios, médiums que se especializaron en el tratamiento de animales, ayudarían a la Humanidad a librarse de las pesadas consecuencias de su voracidad carnívora. Kardec se refiere, en El Libro de los Médiums, a los intentos de magnetizadores, en Francia, de magnetizar animales y desaconseja esa práctica en vista de los motivos contra la mediumnidad animal. Entiende que la transmisión de fluidos vitales humanos para el animal es peligrosa, en virtud del gran desnivel evolutivo entre las dos especies. Pero en la Mediumnidad Veterinaria, la situación se modifica.

El reino animal es protegido y orientado por Espíritus humanos que fueron zoófilos en la Tierra, según numerosas informaciones mediúmnicas. El médium veterinario, como el médium humano, no transmite sus fluidos en el pase por su propia cuenta, sino sirviendo de medio de transmisión a los Espíritus protectores. La situación mediúmnica es así muy diferente de la situación magnética o hipnótica. Al socorrer al animal enfermo, el médium dirige su oración a los planos superiores, suplicando asistencia de los Espíritus protectores del reino animal y poniéndose a la disposición de estos. Aplica el pase con el pensamiento vuelto para Dios o para Jesús, el Creador y el responsable por la vida animal en la Tierra. Fluidifica el agua de la misma manera, confiado en la asistencia divina. No se trata de una teoría o técnica inventada por nosotros, sino naturalmente nacida del amor de los zoófilos y ya contando con numerosas experiencias en el medio espírita. (Subrayé)

A continuación, el autor narra conmovedores episodios de socorro humano mediúmnico-veterinario a animales gravemente enfermos o desahuciados, que con eso se recuperaron.

No incurriendo en omisión, registro que desde niño (nací en 1934...) conviví con animales domésticos y vi a espíritas bondadosos aplicar pases en animales enfermos, en la mayoría de los caos prosperando la recuperación “de los pacientes”.

Igualmente, de mi parte, también muchas veces he dispensado pases a animales enfermos y gracias a Dios ninguno de ellos vino por eso a fallecer fulminado. En esas ocasiones, imploro a los Espíritus Protectores la cura de la enfermedad y, cuando eso ocurre, no sabría, sinceramente, afirmar si fue sólo por animismo... En el 99,99% de los casos, imagino que no: ¡el mérito es de ellos!

Deduzco que cuando un médium, no necesariamente “veterinario”, aplica pase en animales necesitados, Amigos del Plano Mayor, zoófilos, se encargan de modificar el fluido humano en fluido apropiado con la especie animal atendida, añadiendo los de la Naturaleza, además de los de ellos mismos.

Por oportuno, concluyo recordando que San Francisco de Asís, considerado “Padrino de los Animales”, el siglo XII, ya concedía bendición a los animales, desde los principios de su elevadísima misión en aquella existencia terrena.

Como tradición, hasta hoy las Iglesias católicas devotas especialmente a aquel santo igualmente conceden bendiciones a los animales, el día 4 de Octubre de cada año.

Como espírita considero que tal procedimiento caracteriza un acto benéfico a los animales, diferente de la atención médica-veterinario. La bendición del padre, a mi ver, de alguna forma tiene la misma intención caritativa del pase administrado por médiums zoófilos en nuestros hermanos más pequeños, siempre que se deparen con uno de ellos en estado de necesidad.

 

Nota de la Redacción: 

Sobre el asunto lea también el libro ANIMALES, NUESTROS HERMANOS, de Eurípedes Kühl, 1ª Ed. 1995, Editora PETIT, SP/SP.
 



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita