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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 283 – 21 de Octubre de 2012

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Médiums 

Allan Kardec 

 (Parte 33)
 

Continuamos con el estudio metódico de “El Libro de los Médiums”, de Allan Kardec, la segunda de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en 1861. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Cuál debe ser la posición del médium ante la crítica?

B. ¿Qué consejo da Kardec para los casos de antagonismo entre los grupos espíritas?

C. ¿Se puede evocar al Espíritu de un niño muerto a tierna edad?

D. ¿Cómo se transporta el pensamiento hacia los Espíritus?

Texto para la lectura

304. Algunas veces, es posible modificar las ideas de una persona en estado de vigilia, obrando sobre su Espíritu durante el sueño. Infelizmente, sucede con frecuencia que al despertar, la naturaleza corporal predomina y le hace olvidar las buenas resoluciones que haya tomado. (Ítem 284, pregunta 47)

305. No es posible evocar a un Espíritu cuyo cuerpo todavía se encuentra en el seno materno, porque en ese momento el Espíritu está en completa turbación. (Ítem 284, pregunta 51)

306. Un Espíritu mistificador puede tomar el lugar de una persona viviente que sea evocada, y eso ocurre con frecuencia, sobre todo cuando la intención del evocador no es pura. Sucede que la evocación de las personas vivientes sólo tiene interés como estudio sicológico, siendo conveniente abstenerse de ella siempre que no tenga un resultado instructivo. (Ítem 284, pregunta 52)

307. La evocación de una persona viviente no siempre está exenta de peligro, dependiendo esto de las condiciones en que se encuentre la persona, porque si estuviese enferma podría aumentar sus sufrimientos. (Ítem 284, pregunta 53)

308. Cuando en los momentos más inoportunos experimentamos un irresistible deseo de dormir, puede ser que estemos siendo evocados en algún lugar; sin embargo, la mayoría de las veces sólo se trata de un efecto físico, ya sea porque el cuerpo necesita descanso o bien porque el Espíritu necesita libertad. (Ítem 284, pregunta 57)

309. Evocándose recíprocamente, dos personas pueden transmitirse una a otra sus pensamientos y comunicarse. Esta telegrafía humana será algún día un medio universal de comunicación, pero para eso será necesario que los hombres se depuren, a fin de que sus Espíritus se desprendan de la materia con mayor facilidad. Hasta entonces, continuará circunscrita a las almas escogidas  y desmaterializadas, lo que rara vez se encuentra en este mundo. (Ítem 285)

310. Dos cosas deben considerarse en las preguntas que se dirigen a los Espíritus: la forma y el fondo. En relación a la forma, las preguntas deben ser formuladas con claridad y precisión, evitando las preguntas complejas. El fondo de la pregunta exige una atención aún más seria, porque muchas veces es la naturaleza de la pregunta lo que provoca una respuesta cierta o falsa. Hay preguntas que los Espíritus no pueden o no deben responder. Será, pues, inútil insistir.  (Ítem 286)

311. Los Espíritus serios responden siempre con placer a las preguntas que tienen por objetivo el bien y los medios de hacer progresar, pero no atienden a las fútiles. (Ítem 288, pregunta 1)

312. No es la pregunta la que aleja a los Espíritus ligeros; es el carácter de quien la formula. (Ítem 288, pregunta 2)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Cuál debe ser la posición del médium ante la crítica?

Uno de los grandes escollos de la mediumnidad es, como sabemos, la obsesión y la fascinación. Los médiums pueden entonces engañarse de buena fe sobre el mérito de las comunicaciones que obtienen, y los Espíritus mentirosos tienen amplia libertad cuando lidian sólo con ciegos. Por eso,  alejan al médium de todo control, haciendo que tengan aversión a quien pudiera esclarecerle. Después, con la ayuda de la fascinación y del aislamiento, conseguirán que él acepte todo lo que ellos quieran.

Este acto no es solamente un escollo, sino también un peligro; más aún, un verdadero peligro. El único medio de evitarlo es el control de personas desinteresadas y benévolas que, juzgando las comunicaciones con sangre fría e imparcialidad, pueden abrirle los ojos y hacerle percibir lo que él no puede ver por sí mismo. Ahora bien, todo médium que teme este juicio ya está en camino de la obsesión; aquél que cree que la luz se hace solamente para él está completamente bajo el yugo; si él se resiente con la crítica, si la rechaza, si se irrita por ella, no puede haber duda sobre la mala naturaleza del Espíritu que le asiste. Es por eso que, a falta de luces propias, el médium debe modestamente recurrir a la de los otros, según estos dos proverbios muy conocidos: “cuatro ojos ven más que dos” y “nunca se es buen juez en la propia causa”.

El médium bien orientado debe aceptar con gratitud y hasta solicitar el examen crítico de las comunicaciones que recibe, porque allí está la mejor garantía contra la influencia de los Espíritus mentirosos y el peligro de la fascinación. (El Libro de los Médiums, ítem 329.)

B. ¿Qué consejo da Kardec para los casos de antagonismo entre los grupos espíritas?

La envidia entre los diferentes grupos espíritas es una demostración de mezquina rivalidad, de amor propio. Los adeptos imbuidos de un verdadero deseo de difundir la verdad, cuyo fin es únicamente moral, deben ver con placer que se multipliquen las reuniones y, si existe competencia entre ellas, ésta debe ser sobre cuál hará el mayor bien. Aquellos que pretendan estar en posesión de la verdad, y excluyen a los otros grupos, deberían probarlo tomando por divisa “Amor y Caridad”, porque tal es la bandera de todo espírita verdadero. ¿Existen grupos que hacen alarde de la superioridad de los Espíritus que los asisten? Que lo prueben con la superioridad de las enseñanzas que reciben y con la aplicación que de ellas hacen a sí mismos; he ahí un criterio infalible para distinguir a los que están en el mejor camino. Todos los grupos y las reuniones espíritas deben, por lo tanto, concurrir al fin común, que es la búsqueda y la divulgación de la verdad, aún sea por medios diferentes; sus antagonismos, facilitando armas a los adversarios, sólo perjudicarán a la causa que ellos dicen defender. (Obra citada, ítems 348 y 349.)

C. ¿Se puede evocar al Espíritu de un niño muerto a tierna edad?

Sí, pero es necesario entender que, en este caso, el Espíritu todavía se halla envuelto en los lazos de la materia y conserva en su lenguaje trazos del carácter infantil. Una vez desprendido de la materia, goza de sus facultades de Espíritu, por cuanto los Espíritus no tienen edad. (Obra citada, ítem 282, pregunta 35.)

D. ¿Cómo se transporta el pensamiento hacia los Espíritus?

El vehículo del pensamiento es el fluido universal, que se encuentra esparcido por todo el Universo. Los Espíritus pueden leer nuestros pensamientos, y de cierto modo, ellos también lo oyen como en la Tierra oían nuestra voz. (Obra citada, ítem 282, pregunta 5.)

 

 


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