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Editorial Português   Inglês    
Año 6 278 – 16 de Septiembre de 2012


 

Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 

Ni toda comunicación
seria es verdadera


En el estudio d’ El Libro de los Médium publicado en esta misma edición una de las cuestiones propuestas para debate dice respecto al examen de las comunicaciones advenidas del mundo espiritual. ¿Ese examen debe ser hecho? “Sí; debemos someter todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, analizando el pensamiento y las expresiones como lo hacemos cuando se trata de juzgar una obra literaria, rechazando sin vacilar todo lo que peca en contra la lógica y el buen seso, todo lo que desmienta el carácter del Espíritu comunicante. De esa manera, desanimaremos los Espíritus engañadores, que acabarán por retirarse, una vez convencidos de que no pueden engañarnos. Repetimos que este medio es el único, pero es infalible, una vez que no existe una comunicación mala que resista a una crítica rigurosa.” (El Libro de los Médium, ítem 266).

Existen, como sabemos, razones para eso. Para comprenderlo, acordémonos que en la misma obra Kardec clasifica las comunicaciones mediúmnicas en cuatro grupos: groseras, frívolas, serias e instructivas.

Una comunicación es considerada grosera cuando concebida en términos que chocan el decoro, lo que demuestra claramente que ella proviene de Espíritus de baja condición espiritual, llenos de impurezas de la materia, y en nada difiere de las que provengan de hombres viciosos y groseros.

Las comunicaciones frívolas emanan de Espíritus livianos, burlones o bromistas, que ninguna importancia dan a lo que dicen. Como no encierran nada de indecoroso, esas comunicaciones agradan, a veces, a ciertas personas que con ellas se divierten, porque encuentran placer en las confabulaciones fútiles en que mucho se habla y nada se dice.

Las comunicaciones dichas serias son ponderadas cuanto al asunto y elevadas cuanto a la forma. Ocurre que ni todos los Espíritus son igualmente esclarecidos y hay cosas que el comunicante puede ignorar y sobre lo que puede engañarse de buena fe. En razón de eso, ni siempre una comunicación seria es verdadera, así que, a pesar de su seriedad, su contenido puede ser falso o equivocado.

Ese es el motivo por lo cual los Espíritus verdaderamente superiores recomiendan que sometamos todas las comunicaciones a la criba de la razón y de la más rigurosa lógica, porque solamente así sabremos si tales comunicaciones pueden encuadrarse en el concepto de comunicaciones instructivas, que son, por definición, verdaderas, una vez que no puede ser instructivo aquello que no sea verdadero.

Según vimos, por lo tanto, el examen de las comunicaciones debe ser escrupuloso y riguroso, con el claro objetivo de apartar toda y cualquier posibilidad de admitirse una información mentirosa, recomendación esa que fue considerablemente reforzada con esta celebre y conocida observación hecha por el instructor espiritual Erasto: “Más vale rechazar diez verdades que admitir una única mentira, una única teoría falsa”. (Obra citada, cap. 20, ítem 230).  

Si nos apartáramos de la directriz a que nos referimos, seremos juguetes fáciles de los listos del mundo espiritual y pasibles, por lo tanto, de mistificaciones groseras, lo que, infelizmente, ha sido averiguado en innúmeras obras dichas espiritas publicadas en los últimos años en nuestro medio.  



 


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