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Año 6 273 – 12 de Agosto de 2012
VINÍCIUS LOUSADA           
vlousada@hotmail.com   
Bento Gonçalves, RS (Brasil) 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 


Vinícius Lousada

El principio de la reencarnación
revisado

 

 “Por la ley de la pluralidad de las existencias, [el Espiritismo] abre un nuevo campo a la Filosofía; el hombre sabe de dónde viene, para dónde va, con qué objetivo está en la Tierra. Explica la causa de todas las miserias humanas, de todas las desigualdades sociales; da las propias leyes de la Naturaleza como base de los principios de solidaridad universal, de fraternidade, de igualdad y de libertad, que se asentaban sólo en la teoría. Finalmente, lanza luz sobre las cuestiones más árduas de la Metafísica, de la Psicología y de la Moral.1

 

Um saber espírita

Término acuñado por Allan Kardec y enseñanza suministrada por los Espíritus, como informadores de la investigación científica llevada a cabo por el maestro lionés, la reencarnación se refiere a la vuelta del Espíritu a la vida corporal.

En el Vocabulário Espírita el maestro esclarece que ese retorno del Espíritu a la vida corpórea puede darse en corto o largo tiempo tras la muerte, en la Tierra o en otras moradas planetárias, siempre en um cuerpo humano por el hecho del Espíritu no retroceder en su escalada evolutiva y tampoco retrogradar las fases infra-humanas. Nada no obstante, cada reencarnación el Espíritu puede evolucionar de modo más acelerado o lento, conforme el ritmo de su esfuerzo personal en el campo del desarrollo de su intelecto y en el de su moralidad, pudiendo incluso estacionarse temporalmente en cierto sentido.

De una experiencia corporal a la otra, el Espíritu puede alternar su condición social, étnica y cultural, con miras a su adelantamiento a través de los diferentes aprendizajes que pueden ser obtenidos en la diversidad de las circunstancias materiales que se le presentan, conforme a sus elecciones en la erraticidad que, por su parte, generan pruebas pertinentes al crecimiento que le cabe realizar, o aún, expiaciones que consisten em mecanismos educativos de cosecha de la siembra equivocada emprendida en el pasado.

Um psiquiatra y su descubrimiento de la reencarnación

El M.d. Brian Weiss, americano, lidiaba con sus pacientes mediante los métodos convencionais de la psicoterapia, siendo sorprendido por la intervención de los Espíritus en la vida corporal y la pluralidad de las existencias cuando Catherine, una de sus pacientes, espontáneamente, comenzó a recordar traumas de vidas pasadas que estarían conectados con los transtornos emocionales que enfrentaba en la vida presente. Pero, el escepticismo de Weiss fue desafiado por la mediumnidad de su paciente que, en trance, hizo narraciones del más allá de la vida acerca de hechos particulares de su terapeuta, en especial, sobre su padre e hijo, ambos desencarnados. Esa experiencia singular él la detalla com propiedad em su Best-seller “Muchas vidas, muchos maestros”.

Desde entonces la vida de Brian Weiss nunca más fue igual al que era. El médico, post-graduado en la Universidad de Columbia y Yale Medical School y presidente emérito del Mount Sinai Medical Center, en Miami, ha se dedicado a la cura de sus pacientes a través de la terapia de vidas pasadas, además de ocuparse en contribuir con la formación de otros profesionales y realizar seminários de ámbito nacional e internacional.

Contataciones em la terapia de vidas pasadas

A continuación, buscaré sintetizar al lector algunos aprendizajes indicados por Brian Weiss mediante la aplicación de la terapia de vidas pasadas en búsqueda de la cura de sus pacientes3 . Pero, es de buen sentido destacar que la técnica utilizada por Weiss para llevar a sus pacientes a la memoria de sus vidas anteriores es la hipnosis, de hecho, hija del magnetismo de Mesmer y aceptada académicamente desde el XIX, cuando fue difundida por el Sr. Broca4.

De igual manera, la meditación es un recurso utilizado por el médico para ayudar a sus pacientes en el acceso a la recuerdos de vidas pasadas, se trata de un medio para hacer tener la mente en foco y activar informaciones del subconsciente, con miras a la superación de conflictos que flagelam los que buscan esa terapia. Jamás fines pueriles orientan el quehacer de Brian Weiss. En ese proceso, el paciente no es adormecido y estando consciente hace uso de su capacidad de discernir, sin perder el autocontrol. Los recuerdos emergen bajo la conducción del terapeuta y se manifiestan a los pacientes como una película o fragmentos neurônicos.

Em cualquier momento el paciente puede ser despertado. Y, así, Brian Weiss (2009, p.) sintetiza la regresión:
 

La terapia de regressão es el acto mental de volver a un tiempo anterior, cualquiera que sea ese tiempo, a fin de rescatar recuerdos que pueden influir negativamente en la vida actual del paciente y que son probablemente la fuente de sus síntomas. (...)

En cuarenta por ciento de sus pacientes, Weiss identificó la regresión como la llave de la conquista de la cura completa. Em otros casos, no identificó esa necesidad. En trescientos de sus pacientes verificó que, con la regresión asociada a la hipnosis, es posible explorar de forma más profunda el inconsciente. Igualmente, alerta que la carga emocional que surge en la regresión demanda que la terapia sea realizada por profesionales con la debida formación en el área de la salud mental para ayudar debidamente al paciente a elaborar el aprovechamiento de la vivencia experimentada.

Weiss descubrió que las vivencias accedidas por sus pacientes se presentan en dos patrones: el clásico, con riqueza de detalles sobre aquella vida y los acontecimientos; y en flujo de momentos-clave, donde el subconsciente entrelaza recuerdos de momentos más importantes y relevantes de las experiencias pasadas que son capaces de aclarar el trauma oculto, favoreciendo la cura.

La hipótesis central de él consiste en la constatación de que el simple acto de rememorar o revivir un trauma del pasado lejano resulta en uma cura emocional, tal como ocurre en la terapia convencional. Entiende que hay una notoria posibilidad de que el agente de la cura esté en la conciencia de que el alma nunca muere y en la comprensión de las causas profundas de los conflictos psicológicos o de enfermedades.

Entre los saberes encontrados por Weiss, por la memoria que rebosa del inconsciente profundo de sus pacientes o por el diálogo con los Espíritus orientadores (que él nombra por maestros en su obra), encontramos la inmortalidad del alma, la reencarnación, la comunicabilidad entre los que partieron para el más allá con los que viven de este lado, de hecho, muy presente en experiencias espirituales vividas por pacientes terminales, aquellos que transitaron en el estado de casi-muerte, otros durante las sesiones con el terapeuta o, aún, de forma particular en momentos de visualización terapéutica o meditación.

La terapia de vidas pasadas demostró eficacia en casos de dolores crónicos, alergias, asma, éstres, ansiedad, depresión, deficiencias imunológicas, úlceras, gastritis, pudiendo mejorar lesiones o tumores cancerígenos, además de promover la tranquilidad, alegría y voluntad de vivir. Para el terapeuta, el elemento espiritual de la terapia de vidas pasadas – la seguridad de la inmortalidad – tiene un gran poder curativo al apartar al paciente del miedo y del sufrimiento.

Los lazos de familia son tejidos en razón de los encuentros que las vidas sucesivas fomentan, pues, según sus constataciones, renacemos varias veces en los mismos grupos y las simpatías o antipatias son originadas en esas convivencias sanas o no que se pierden en la estela del tiempo. El reconocimiento subconsciente de los encuentros familiares del pasado se da en la repulsa o atracción por el afecto de hoy, de forma espontánea.

El condicionamento del cárma es relativo, pues estamos sujetos a nuestras elecciones mediante el libre albedrío. No estamos determinados por factores genéticos y o cármicos, no obstante nuestras acciones condicionan de cierto modo nuestra evolución espiritual y, en ese caso, la terapia de vidas pasadas parece fortalecer la voluntad del paciente que sea juguete de sus propias tendencias.

Las dificultades y obstáculos superados cada reencarnación hacen al individuo progresar espiritualmente y las circunstancias más afligentes deben ser encaradas como “oportunidades de progreso, no de retraso.” (Weiss, 2009, p. 82)

Vale destacar que la terapia de vidas pasadas abre un camino para la espiritualidad, en el sentido más profundo, en el cuidado con el paciente y establece la posibilidad de un diálogo natural sobre la muerte y las enfermedades, psíquicas o físicas entre el médico, sus pacientes y familiares.

Otro saber pertinente a los hallazgos de Weiss está en la presencia de los guías espirituales, los Buenos Espíritus responsables por bien orientar a los sujetos en la presente reencarnación, cuyos lazos de afinidad pueden ser estructurados ya en vidas anteriores.  Igualmente, el guía puede manifestarse a través de médiums expertos o a él mismo, mediante el ejercicio de la meditación o visualización, prácticas espirituales que ayudan al paciente en la concentración mental.

Ciertamente el lector, si fuera espírita, está pensando que Brian Weiss no nos trae novedad alguna, pues recogemos esos saberes en los textos de Allan Kardec. Sin embargo, encontramos en la producción escrita de Weiss una expressiva convergéncia con el pensamiento kardecista, lo que acaba por reforzar no sólo la actualidad de la filosofia espírita, como también, la apertura – aunque tímida – de otros campos de saber a la dimensión espiritual del ser humano. Los profícuos descubrimientos de Weiss piden al investigador sensato y sin prejuicio un contacto más atento con fenómenos de ese orden y una curiosidad epistemológica que transcienda sus verdades pre-concebidas.

¿Y el olvido del pasado?

En su diálogo con el escéptico, en ¿Qué es el Espiritismo?, Allan Kardec aborda el problema del olvido del pasado que es materia de objección por el que inquiere al principio de la reencarnacción. Y, en ese sentido, esclarece el pensador de la Doctrina Espírita: “Si en cada una de sus existencias un velo esconde el pasado del Espíritu, con eso nada pierde el de sus adquisiciones, solo olvida el modo de como las conquistó.”5

Hay un olvido del pasado, para la conciencia actual del Espíritu, cuya finalidad es permitirle en su aprendizajes, a partir de los saberes y vivencias adquiridos grabados en su psiquismo sin estar prendido a esas experiencias, abriéndole los horizontes del intelecto y de la moralidad orientado por las inmensas posibilidades latentes en su virarse.

Reencarnado, el ser humano trae de forma intuitiva y en sus ideas inatas lo que adquirió en ciencia y en moralidad, pero detalles de las vivencias pasadas quedan ocultos en el inconsciente profundo para que el individuo no se prenda a ellos, con el riesgo de caminar en un círculo vicioso, desviándose del campo del aprendizaje que debe emprender. Em esse caso todas lãs personas se acordarían de todo, viviríamos un caos porque con nuestra limitada cosmovisión perpetuaríamos prejuicios, disputas inútiles, odios y, por descontado, exigiríamos en la vida presente respeto a las prerrogativas que nos fueron concedidas en el pasado, como clase social, valores étnicos y religiosos, enraizando aún más en nuestro ser las ilusiones que nos prendem al sufrimiento en las vidas sucesivas.

Sin embargo, al identificar el olvido del pasado como una herramienta de la solicitud de Dios en pro de sus hijos, el Espiritismo jamás hizo de él un dogma. Como doctrina progresista, en el no hay ninguna prescripción prohibitiba en ese sentido, por el contrario, porque tendiendo a absorber los progresos científicos de campos distinguidos del conocimiento, como pretendía Kardec, el Espiritismo es dialógico en relación a la contribuciones que son confirmadas por el más riguroso y actual método científico.

De hecho, el recuerdo de vidas pasadas es una posibilidad del ser humano porque llega a esas memorias extracerebrales y traídas para el consciente, se traducen en experiencia transpersonal que habla hondo al alma sobre su inmortalidad y progresividad espiritual. Ese emerger de recuerdos de vidas pasadas ha sido blanco de registros de diversos investigadores como Albert Rochas (1837-1914), Hernani G. Andrade (1913-2003), Prof. Hamendra Nath Banerjee (1929-1985) y Dr. Ian Stevenson (1917-2007).

Ese fenómeno merece estudio, sea de aquellos que se interesan por el tema, que desean hacer de el objeto de sus investigaciones o para los que perciben la fertilidade del diálogo de la Ciencia Espírita con las investigaciones contemporáneas sobre reencarnación. El recuerdo de las vidas pasadas, finalmente, es un hecho que colabora com la difusión del principio de la reencarnación y corrobora la terapéutica psicológica que de ella se sirve y que ha sido útil para el alivio del sufrimiento humano. Las contrapuso con las armas de la prohibición o discursos en pro de una cultura del miedo, que nada tienen que ver con el Espiritismo, es tan ingenuo como negarlas por desconocerlas. Aquí, como en otras cuestiones, el buen sentido es siempre bienvenido.

 

Notas:
 

  1. Revista Espírita, agosto de 1865. O que ensina o Espiritismo.
  2. Instruções Práticas sobre as Manifestações Espíritas. Vocabulário Espírita. REENCARNAÇÃO
  3. WEISS, Brian. A cura através da terapia de vidas passadas. Rio de Janeiro: Sextante, 2007.
  4. Vide Revista Espírita Revista Espírita de Janeiro de 1860 - O Magnetismo perante a Academia.
  5. KARDEC, Allan. O que é o Espiritismo. 55. Ed. Rio de Janeiro: FEB, 2007, p. 127.


 


 


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