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Año 5 246 – 5 de Febrero de 2012 
JORGE HESSEN
jorgehessen@gmail.com
Brasília, Distrito Federal (Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 


Jorge Hessen

Las molestias mentales y la terapéutica espírita 

Años atrás, la medicina creó espacios de enclaustramiento (aislamiento) como supuesto tratamiento para los portadores de enfermedad mental. Sin embargo, el movimiento de la reforma psiquiátrica fue construyendo críticas a ese medievo modelo, revelando formas substitutivas de trabajo. A mediados del siglo pasado, la intensa “psiquiatrización” de los tratamientos fue reforzada con la aparición de los primeros neurolépticos (drogas liposolubles y, con eso, con facilitada absorción y penetración en el sistema nervioso central), caracterizada por su uso abusivo e indiscriminado, haciendo la enfermedad mental crónica e incapacitante.

Paulatinamente, algunas transformaciones fueron componiendo el escenario de la lucha a favor de la salud mental en otros espacios de ambulatorios, en detrimento de las medidas estrictamente de manicomios. La reformulación de las prácticas para tratamiento psiquiátrico trajo - y aún trae- cambios en la percepción e intervención de los profesionales de la salud en relación a la enfermedad y al enfermo mental. “Nuevos procedimientos, con base en la rehabilitación psico-social de la persona con sufrimiento mental, proponen prácticas más humanizadas, buscando la reintegración de ese individuo a la sociedad. Hoy, se aplican, por ejemplo, la arte-terapia y otras técnicas expresivas, todas “consideradas intervenciones importantes dentro de ese nuevo enfoque más humano.” (1)

Las prácticas en el área de la salud mental están en conformidad con los talleres terapéuticos, una de las formas de tratamiento en el contexto de la reforma psiquiátrica. Son operadas de diversas maneras, inclusive a través de la música y del teatro. Las artes recreativas (o “jugar”) fueron identificadas como posibilidades de comunicación para personas con trastornos psicóticos, con base en el psicoanálisis y en los trabajos de diversos especialistas. De esta forma, “la psicología clínica fue enriquecida por el tratamiento psicodramático, con una comprensión de la enfermedad a partir de un colectivo y no sólo individual”. (2)

A rigor, el tormento mental es más un dato en la historia del individuo, de tal forma que “se hace necesario tener en consideración toda una historia de vida que esa persona ya construyó. El sufrimiento mental tiene que ser adaptado a esa historia, que está compuesta de relaciones sociales de entre las otras situaciones.” (3) La concentración de la atención en el otro o percibir al otro es difícil para quien está en un cuadro de alteración de la percepción y del pensamiento, capturado por los delirios y alucinaciones. Según se observa, actualmente, “a través del ejercicio de actividades artísticas, es posible estimular la concentración equilibrada en sí mismo y en el otro de forma lúdica y placentera.” (4) Tanto los adultos como los jóvenes y niños, que cargan el peso de conflictos, lutos, abandonos, y problemas que van del trastorno bipolar, depresión y hiperactividad hasta la esquizofrenia, están en tratamiento en el Instituto de Psiquiatría del Hospital de las Clínicas (HC), en São Paulo. Los resultados son prometedores, sobre todo, para los niños, en que son utilizados recursos terapéuticos que advienen de los libros de cuentos de hada, por ejemplo. Literatura esa que puede reproducir los conflictos de los enfermos. De la fábula, en que el personaje se hace huérfano, a la historia de la princesa rechazada, está todo incluido en los libros y escenificaciones para la propuesta terapéutica. Muy interesantes son los resultados, sobre todo, con la mejora en el comportamiento social, en la creatividad, en la coordinación motora y en el habla de los pacientes.

Actividades artísticas como terapia para la salud mental

En medio a las actividades artísticas, el paciente puede encontrar alternativas para un posicionamiento más saludable, en la medida en que la actividad posibilita separar la imagen formada por los propios deseos y temores, de aquello que realmente es. En varios juegos de representación teatral, el “hace de cuenta” abre espacio para eso. En el teatro terapéutico, “la realidad es probada a través de la ilusión (...) por intermedio de un proceso de bien humorada autorreflexión”. (5) En ese sentido, destacamos la iniciativa para tratamiento psiquiátrico llevado a cabo por la Asociación Viva y Deje Vivir, una entidad dedicada a reclutar y entrenar contadores de historias para niños y adolescentes hospitalizados. La Asociación, fundada en 1997, está obteniendo buenos resultados en sus primeras experiencias con pacientes de un hospital psiquiátrico. La filosofía del grupo es la utilización de las posibilidades terapéuticas que el “hace de cuenta” puede traer. Con las actividades artísticas, las más variadas, ahora propuestas por las terapeutas, ahora por los participantes del grupo, es que fue posible el ejercicio de la espontaneidad, surgiendo contenidos y emociones variadas en los enfermos, tales como miedo, rabia, alegría, celos, delirios conectados a la sexualidad, ideas de muerte, soledad, miedo de la vida, la crisis, el sentido de la crisis, los ingresos, los sueños, política, familia. Todo eso forma parte de la vida, sabemos nosotros. Sólo que en la vida se es sorprendido por esas cosas que ocurren a la rebeldía de cada uno. En el “hace de cuenta” es posible acecharlas, dominarlas, acomodarlas y gritar en el momento exacto de lo absurdo, del delirio y del malestar.

Hay varios grupos de expresión, viabilizados por actividades conectadas a la música y al teatro, trabajando la ampliación de la comunicación con el mundo interno y externo. La técnica, mientras es manifestación creativa del ser humano en su lucha interior, ha sido rescatada mientras práctica terapéutica en la asistencia en salud mental y se destina tanto los trastornos neuróticos como psicóticos. Por lo tanto, las propuestas son desarrolladas por medio de contribuciones prácticas sobre el arte como posibilidad terapéutica.

Procesos obsesivos que desencadenan enfermedades psicofísicas

Por otro lado, viendo las propuestas terapéuticas por otro foco, los especialistas, en todas las épocas, intentan ayudar a esos hermanos enfermos, inclusive en la fase inicial de sus estudios. Específicamente, en el campo de la psiquiatría, algunos estudiosos más osados ya relacionaban algunas enfermedades de orígenes nerviosos y mentales, siendo inducidas por la influencia de los Espíritus; sin embargo, los prejuicios de la época impidieron que las investigaciones avanzaran. A pesar de pocos informes científicos, hay muchas evidencias de que el proceso obsesivo (caracterizado por manipulaciones e interposiciones de fluidos tóxicos) ejerce un papel importante en la fisiopatogenia de las enfermedades en el cuerpo físico y espiritual, y, a veces, evolucionando con cuadros gravísimos. “La obsesión, bajo cualquier modalidad que se presente, es enfermedad de largo curso, exigiendo terapia especializada, de segura aplicación y de resultados que no se hacen sentir apresuradamente.” (6) “La acción fluídica del obsesor sobre el cerebro, si no fuera removida a tiempo, dará, necesariamente, en resultado, el sufrimiento orgánico de aquella víscera, tanto más profundo cuanto más tiempo estuviera bajo la influencia deletérea de aquellos fluidos.” (7)

En todas las épocas de la historia de las civilizaciones, existieron psicópatas que sufrían influencias nefastas de obsesores, y, en algunos casos, envolviendo personajes que se hicieron célebres por sus actos. Nabucodonosor II, rey de los Caldeos, sufrió una licantropía y pastaba en el jardín del palacio, como un animal. Tibério, envuelto por muchos Espíritus cobradores, cometió muchos deslices, con mucha malignidad. Calígula y Gengis-Khan marcaron presencia, en función de sus aberraciones psicóticas. Domício Nerón, en función de grandes desequilibrios psíquicos, entre tantos equívocos, mandó asesinar a la madre y a su esposa y, después, las reencontraba en desdoblamientos. Dostoiévski sufría de ataques epilépticos. Nietzsche deambuló por los asilos de alienados. Van Gogh se cortó la oreja en un momento de locura y la envió de regalo para su musa inspiradora, finalizando, posteriormente, la vida, con un tiro. Schumann, notable compositor, se tiró al Reno, siendo salvado por los amigos e ingresado en un hospicio, donde concluyó la carrera. Edgar Allan Poe sucumbió arrasado por el alcohol y teniendo visiones infernales.

Tratamiento en base de la enfermedad psico-física

Para los tratamientos de orden psíquico y mental corroboramos con la formula quimioterápica – sedativos, antidepresivos y medicamentos de acción central. Consideramos la importancia de los eletroschok – aunque muy raramente, sólo en los casos de difícil remisión (casos catatônicos) o de extrema resistencia a la quimioterapia; la psicoterapia – según las técnicas usuales, de elección del terapeuta (aliada, siempre que es posible, a la noción de reencarnación); el psicoanálisis profundo – (basada, siempre que es posible, en la pluralidad de las existencias); y, como vimos arriba, la terapia ocupacional – manteniendo el paciente ocupado en trabajo que lo atraiga y de su interés, de modo a mantenerlo alejado de sus pensamientos enfermos; la ludoterapia – diversiones sanas y cultivo de deportes (gimnasia, natación, y otros tipos de ejercicios); la musicoterapia – el sentido musical tal vez sea el último hilo que el enfermo mental pierde y debe ser cultivado con cariño; la reeducación – a través de contactos frecuentes con asistentes sociales y charlas educativas. Aún, bajo el punto de vista de las alternativas médicas, resaltamos la importancia de la homeopatía, acupuntura y todos los esfuerzos en el sentido de llevar al individuo a una búsqueda objetiva delante de la vida, sin culpas, sin cobros, valorando su autoestima, el pensamiento positivo y la fuerza de voluntad.

De esta forma, urge que la casa espírita respete las orientaciones de los profesionales del área de salud, evitando equívocos como hacer diagnósticos, intercambiar y/o suspender medicamentos y, a veces, hacer el cuadro de los pacientes más graves de lo que verdaderamente lo son. Compete a la medicina, el tratar a sus pacientes, admitiendo la hipótesis de obsesión, aunque no comprobada, académicamente, pedir ayuda a la casas espíritas que ejercen sus actividades con objetivos serios, siguiendo los postulados de Cristo y los preceptos de la Doctrina Espírita. Considerando que no siempre los resultados son inmediatos, no debemos olvidarnos de la importancia de un diálogo franco y abierto con la familia, principalmente, teniendo el cuidado de no inducir falsas esperanzas y curas milagrosas, y, sí, dirigir orientaciones específicas, apuntando todas las dificultades que el caso pueda presentar. Para que haya más éxito en el tratamiento del proceso obsesivo, el primer paso es que se haga un buen diagnóstico, bajo todos los aspectos. A pesar de todos los esfuerzos, a veces, es difícil hacer un diagnóstico diferencial especifico, considerando que las señales y síntomas son idénticos, tanto en la locura propiamente dicha, con lesiones cerebrales, como en los procesos obsesivos, donde existe gran perturbación en la transmisión del pensamiento.

Para tratamiento de las enfermedades, de una forma general, es fundamental que se considere la existencia del periespíritu. “Es por su intermedio que el Espíritu encarnado se halla en relación continua con los desencarnados. El periespíritu es el órgano sensitivo del Espíritu, por medio del cual este percibe cosas espirituales que escapan a los sentidos corpóreos.” (8) “La cura se opera mediante la sustitución de una molécula malsana por una molécula sana. El poder curativo estará, pues, en la razón directa de la pureza de la sustancia inoculada; pero depende, también, de la energía, de la voluntad que, cuanto mayor sea, tanto más abundante emisión fluídica provocará y tanto mayor fuerza de penetración dará al fluido.” (9) Urge, una vez más, dejar bien claro que el tratamiento espiritual, ofrecido en la Casa Espírita, no dispensa el tratamiento médico. El pronóstico, de modo general, podrá ser bueno o malo, considerando todos los factores envueltos, especialmente el interés del obsesado en profundas transformaciones íntimas y la buena voluntad de la familia en darle toda la asistencia posible bajo todos los aspectos. “La Doctrina Espírita, aliada a las Ciencias Médicas, podrá entenderse no contradiciéndose, pero de manos cogidas, caminando juntas, buscando todos los recursos disponibles en el sentido de ablandar el sufrimiento del enfermo.” (10) De lo contrario, “la ciencia nadará en un océano de incertidumbres, mientras cree que la locura depende, exclusivamente, del cerebro. La ciencia necesita distinguir las causas físicas de las causas morales, para poder aplicar a las molestias los meros correlativos”. (11)

Terapia en base del desorden obsesivo

Actualmente, una excelente propuesta para tratamiento de los portadores de enfermedades psíquicas son las reuniones de desobsesión, que tienen por objetivo atender a los enfermos envueltos en el conflicto obsesivo. En el caso del obsesado, ellas tienen por finalidad el análisis de las parasitosis (12) mentales y del cuerpo físico. En el caso del obsesor, él tendrá la oportunidad de comparecer a la reunión, donde deberá ser recibido con mucho amor, buscando a la adoctrinación, para que pueda comprender los errores del hermano y así encontrar fuerzas para perdonar. Recordamos que el pase magnético, a buen seguro, es de mucha importancia en el tratamiento de esos hermanos, considerando la oportunidad de polarización de fluidos, disipando fluidos tóxicos e interponiendo fluidos benéficos. Los pases podrán ser espirituales, en función del magnetismo de hermanos desencarnados que participan de los procesos, y humanos, a través del magnetismo animal del propio pasista encarnado. Sugerimos, en el contexto, el valor indiscutible del agua magnetizada (fluidificada) – que es de gran importancia, también, en el reequilibrio del enfermo, considerando que en ella son introducidos fluidos potencializados por las emanaciones de energías provenidas de las irradiaciones de minerales, vegetales y animales. Indispensable, igualmente, es el Culto del Evangelio en el Hogar, considerando la oportunidad de lectura del Evangelio y la reflexión sobre su contenido, además de las plegarias que podrán ser proferidas, permitiendo crecimiento interior, el ejercicio de la fe, generando transformaciones al nivel de renuncias de vicios y pasiones inferiores, permitiendo la vigilancia del ser en sus pensamientos, palabras y actos y muchos otros beneficios que, poco a poco, va perfeccionando el Espíritu.

 

Referencias bibliográficas: 

 (1) Valladares, A. C. A. (Org.) (2004). Arteterapia no novo paradigma de atenção em saúde mental. São Paulo: Vetor, p. 209

 (2) Aguiar, M. O psicodramatista fala sobre teatro espontâneo e explica por que acredita que o modelo clínico está superado. Jornal do CRP, v.16, n.106, p.3-5, 1997

 (3) A. C. A. (Org.) (2004). Arteterapia no novo paradigma de atenção em saúde mental. São Paulo: Vetor, p. 209

 (4) Fromm, E. A arte de amar. Belo Horizonte: Ed. Itatiaia, 1958

 (5) Moreno, J. L. O teatro da espontaneidade. São Paulo: Summus, 1984. p. 133-142

 (6) Franco, Divaldo Pereira. Nos Bastidores da Obsessão, Ditado pelo Espírito Manoel Philomeno de Miranda, RJ: Ed. Feb , 1995, 7a edição.

 (7) Menezes, Adolfo Bezerra de Menezes – A Loucura sob um Novo Prisma, 2ª edição, 1987, FEB-RJ

 (8) Kardec, Allan. A Gênese, RJ: Ed. Feb, 29ª edição, 1986, cap. XIV

 (9) idem

 (10) Kardec, Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, 117ª edição, 1990, Instituto de Difusão Espírita - IDE, 117ª ed., cap. I, item 8

 (11) Adolfo Bezerra de Menezes – A Loucura sob um Novo Prisma, 2ª edição, 1987, FEB-RJ

 (12) Para Suely C. Schubert , “Assim, os Espíritos que se encontram muito apegados às sensações materiais prosseguem, após o túmulo, a buscar sofregamente os gozos em que se compraziam. Para usufruí-los, vinculam-se aos encarnados que vibram em faixa idêntica, instalando-se então o comércio das emoções doentias. Por outro lado, os obsessores, por vingança e ódio, ligam-se às suas vítimas com o intuito de absorver-lhes a vitalidade, enfraquecendo-as e exaurindo-as, para conseguirem maior domínio. Idêntico procedimento têm os desencarnados que se imantam aos seres que ficaram na Terra e que são os parceiros de paixões desequilibrantes. Ressalte-se que existem aqueles que, já libertos do corpo físico, ligam-se, inconscientemente, aos seres amados que permanecem na crosta terrestre, mas sem o desejo de fazer o mal. E, mesmo entre os encarnados, pessoas existem que vivem permanentemente sugando as forças de outros seres humanos, que se deixam passivamente dominar. Essa dominação não fica apenas adstrita à esfera física, mas (...) intensifica-se durante as horas de sono. Quando mais profunda for esta sintonia maior será a vampirização. Em qualquer dos casos configura-se perfeitamente a parasitose espiritual (...) Também aqueles que se aproveitam do trabalho alheio - em regime de quase escravidão - pagando a essas criaturas salários de fome, que as colocam em condições subumanas, exercem, de certa forma, a parasitose”.
 


 


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