WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Especial Português Inglês    
Año 5 227 – 18 de Septiembre de 2011 

TÂNIA REGINA REATO      
taniareato@hotmail.com   
São João da Boa Vista, SP (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

Audio libros: un rescate del arte de la lectura


Por estos días, al releer en el libro El Evangelio según el Espiritismo un mensaje firmado por el Espíritu de Sansón, no pude dejar de pensar en aquellos que se encuentran privados de esas lecturas por estar sufriendo de la aflictiva condición de deficientes visuales.

No podría, tampoco, dejar de recordarme de la consoladora lección evangélica que nos esclarece acerca de las posibles razones de esas pruebas y expiaciones, experiencias que, si son vividas resignadamente, además de demostrar la total confianza en la justicia de Dios y en sus designios, ciertamente, llevarán el Espíritu a escalar con más seguridad la larga jornada evolutiva, sean tales experiencias decurrentes de “rescate”, “corrección” “drenaje de energías acumuladas”. La lección citada nos llama, sin embargo, la atención para el deber que el Padre nos atribuye de esforzarnos cuanto sea posible en no sólo que busquemos medios de sanar nuestras propias aflicciones, sino también, y con mayor vigor, sanar o aliviar las aflicciones de nuestros semejantes.

Podemos conferir ese consejo leyendo el mensaje de Sansón, recibido en la Sociedad Espírita de París en 1863, abajo parcialmente transcrita:

 “Amar, en el sentido profundo del término, es que el hombre sea leal, probo, consciente, para hacer a los otros lo que quiera que estos le hagan; es buscar en torno de sí el sentido íntimo de todos los dolores que mortifican a sus hermanos, para suavizarlas; es considerar cómo su gran familia humana, porque esa familia todos la encontraréis, dentro de cierto periodo, en mundos más adelantados; y los Espíritus que la componen son, como vosotros, hijos de Dios, destinados a elevarse al infinito. Así, no podéis rechazar a vuestros hermanos lo que Dios liberalmente os otorgó, por cuanto, de vuestro lado, mucho os alegraría que vuestros hermanos os dieran aquello de que necesitáis. Para todos los sufrimientos, tiende, pues, siempre una palabra de esperanza y de confort, a fin de que seáis enteramente amor y justicia.” (El Evangelio según el Espiritismo, cap. XI, ítem 10.)

Tratándose de deficientes visuales hablemos un tanto de los compañeros espíritas en pasaje por tales pruebas o expiaciones e intentemos colocarnos, un minuto aunque sea, en iguales condiciones. Pensemos en aquellos que un día usufructuaron el sentido de la visión y, amantes de la literatura espírita, hoy se encuentran imposibilitados de ejercerlo debido a una limitación total o parcial.

Podemos imaginar que ese hecho, para aquel que sufre de privaciones visuales, es como si una luz se borrara a finales del túnel y no se encontrara el interruptor para encenderla. Es como en un casa, aunque no faltara el pan a quién tiene hambre, ese pan se encontrara en un recipiente transparente guardado por un lacre inviolable…

Saulo de Tarso experimentó la condición de ceguera

Junto a estos pensamientos nos viene a la mente la escena de Saulo de Tarso “ciego en el suelo”, descrita por Emmanuel en su libro Pablo y Esteban, psicografiado por Francisco Cândido Xavier, cuyo relato merece la pena recordar:

“En un dado instante cuando mal despertara de las angustiosas meditaciones, se siente envuelto por luces diferentes de la tonalidad solar... Íntimamente, se considera presa de un inesperado vértigo después del esfuerzo mental, persistente y doloroso. Quiere volverse, pedir el socorro de los compañeros, pero no los ve, a pesar de la posibilidad de suplicar el auxilio.

—  ¡Jacob!... ¡Demetrio!... ¡Socórranme!... — grita desesperadamente.

Pero la confusión de los sentidos le quita la noción de equilibrio y cae del animal (...).

La visión, sin embargo, parece dilatarse al infinito. Otra luz le baña los ojos deslumbrados, y en el camino, que la atmósfera rasgada le desvela, ve surgir la figura de un hombre de mayestática belleza, dándole la impresión de que descendía del cielo a su encuentro. Su túnica era hecha de puntos luminosos, los cabellos tocaban en los hombros, a lo Nazareno, los ojos magnéticos, imanados de simpatía y de amor, iluminando la fisonomía grave y tierna, donde estacionaba una divina tristeza.

El doctor de Tarso lo contemplaba con espanto profundo, y fue cuando, en una inflexión de voz inolvidable, el desconocido se hizo oír:

¡Saulo!... ¡Saulo!... ¿por qué me persigues?”

La ceguera a las puertas de Damasco siguió, días después, el beneficio de la visión, gracias al magnetismo de Ananias, como narra Emmanuel en la misma obra:

“El tercer día de plegarias fervorosas, he ahí que el hotelero anuncia a alguien que lo busca. (...) Manda entrar. Un viejito de semblante tranquilo y afectuoso allí está, sin que el convertido pueda verle....

—   ¿Quién sois? — pregunta el invidente admirado.

—   Hermano Saulo, el Señor, que te apareció en el camino, me envió a esta casa para que vuelvas a ver y recibas la iluminación del Espíritu Santo.

—  ¿Vuestro nombre?

—  Ananias.

—  Jesus me mandó, justamente para que tuvieras, de nuevo, el don de la vista.

—  Ahora — dijo Ananias, imponiéndole las manos en los ojos apagados y en un gesto amoroso —, en nombre del Salvador, pido a Dios para que veas nuevamente.”

¡La preciosa ayuda de Ananias constituyó para Saulo una invitación a la renovación!

Los audios libros benefician no sólo a los deficientes visuales

Sería absurdamente pretensioso que intentemos ser los detentores de la luz que devolvería la visión a los compañeros de ideal cristiano, sin embargo se podría intentar, aunque no devolviéndoles la visión física, la elaboración de un medio de rescatarles la condición de usufructuar la vasta literatura espírita por medio de la audición, de modo a “ofrecerles los ojos” para que vean además de las estrellas...

Es conocido de todos el gran avance tecnológico de los electrónicos y nadie ignora también la existencia de audio libros sobre materias diversos disponibles para compraventas.

Tenemos ahí la herramienta ideal que atendería a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas, adultos y niños, que se presenten con deficiencias visuales. He ahí un recurso que no atendería tan solamente a ese género de deficiencia, sino igualmente a los deficientes inmovilizados por la parálisis en sus diversos grados de inmovilidad, a ejemplo de los hermanos que se encuentran en un lecho hospitalario o en su propia casa, muchas veces solitarios, y que podrían usufructuar de ese ocio instructivo, esclarecedor y, por encima de todo, consolador, pues los audio libros  pueden hacerlos “viajar” por los bellos caminos relatados en esas historias en que la misericordia divina inspira en todos confianza, valentía, resignación, esperanza y fe.

Espíritas que somos, convencidos de la existencia de la vida después de la muerte del cuerpo físico, aprendemos con la doctrina acerca de la población de desencarnados que habitan el orbe terrestre y que están presentes en todos los ambientes, todo el tiempo. Aprendemos, también, sobre los diferentes niveles evolutivos de esos espíritus. ¡Ahora, ¿cuántos de ellos no podrían acompañar las historias relatadas en esos audios y, así, beneficiarse con su contenido, de modo a instruirse y a esclarecerse, ampliando su visión espiritual y conquistando una mejor condición espiritual?!

Tenemos ya informaciones de iniciativas volcadas para estas cuestiones, como ya fue mostrado en ediciones anteriores por esta revista. Entre esas iniciativas, podemos citar la de la FEB en conjunto con la LBV, que dispone algunas obras de la psicografia del querido y añorado Chico Xavier. Los libros son leídos acompañados de efectos sonoros que recuerdan las antiguas novelas de radio, haciendo la audición bastante interesante y agradable.

Tenemos, además de esa experiencia, algunas webs que disponen la compraventa de CDs vía net, y varias obras de autores espíritas, como Kardec y León Denis, sin, con todo, los efectos sonoros, hecho que no altera en nada el placer de oírlas y/o estudiarlas.

La Audioteca Sal & Luz es un ejemplo de ese trabajo

Otra bella iniciativa que debe ser citada y ejemplo a ser seguido para el bien y la expansión de la divulgación de la doctrina espírita es el de la Audioteca Sal & Luz, situada en la ciudad de Rio de Janeiro, cuyo trabajo es dedicado para la atención de los deficientes visuales. La Sal & Luz cuenta actualmente con 2.800 asociados y una audioteca formada con libros literarios sobre los más variados temas. Vale resaltar a propósito de eso que, enfrentando grandes dificultades financieras, la Audioteca Sal & Luz ha buscado nuevas asociaciones para mantenerse activa.

En un primer momento, al tener noticias acerca de la Sal & Luz, imaginé como sería maravilloso tener en el movimiento espírita audio tecas constituidas de obras espíritas que pudieran atender a las necesidades de compañeros y simpatizantes del Espiritismo que enfrentan limitaciones visuales o la ceguera completa e irreversible.

Tenemos en el movimiento espírita gran número de ponentes que disponen sus ponencias y conferencias sobre los más diversos temas, las cuales pueden ser oídas, vistas y copiadas vía internet, gracias a incontables webs mantenidas por compañeros de la doctrina conscientes de la importancia de su divulgación para el avance espiritual de la humanidad. Trabajos dignos de nota, por el valor que ahí se concluye, y que suplen la dificultad que muchos encuentran en participar de todos los eventos que son realizados por Brasil exterior y por los que, por razones diversas, no pueden frecuentar como les gustaría las casas espíritas y sus grupos de estudios.

Aunque haya gran mérito en esos trabajos, ellos no pueden atender de forma satisfactoria a la necesidades de los deficientes visuales, pues estos no pueden ver y, por lo tanto, no pueden tener acceso a tales brillantes y consoladoras exposiciones disponibles en este vehículo bendito llamado ordenador. La excepción queda por cuenta de las grabaciones disponibles en el formato de CD.

Adentrando ese terreno, podemos identificar grupos que no se encuentran en condiciones monetarias que les propicien la compraventa de un ordenador o la financiación de la utilización de internet. En contrapartida, entre esos vamos a encontrar un gran número de personas que poseen aparatos de sonido que les permiten oír CDs, pudiendo así, con facilidad y placer, oír en esos aparatos toda la literatura espírita, no sólo charlas y conferencias, que estuvieran disponibles en el formato de audio, los llamados audio libros.

Ciertamente, esos compañeros, acompañados por sus amigos espirituales, se sentirían inmensamente gratos y solidarizados por los grupos de amigos espíritas interesados en la plena y completa divulgación de la doctrina, exenta de exclusión, pues todos tendrían acceso a ella.

La unión entre las Federaciones y las Editoras sería importante

Con la tecnología a nuestro favor, sumada a nuestra buena voluntad, es posible, pues, rescatar, aunque en parte, la alegría de esos compañeros, devolviéndoles el contacto con la doctrina a través de la literatura, sino por los ojos, por medio de la audición.

Al simple toque de un botón “play” podrán llegar a los oídos de esos hermanos las bellas narraciones de un romance como el ya citado Pablo y Esteban.

Libros antiguos en las fechas, pero actuales en el contenido; libros actuales, inspirados en los antiguos...  Sean ellos didácticos y volcados para los estudios; ¡sean novelas y volcado para el ejercicio de la sensibilidad; sean evangelizadores y dedicados para la edificación del alma! Todos instruyendo, todos consolando y, por encima de todo, todos balsamizando heridas, estén siendo oídos por encarnados o desencarnados.

Es comprensible que se considere el alto coste que se desprendería para tal proyecto por parte de aquellos que a el se adhirieran. Creo ser solamente este el motivo por qué un proyecto como ese no esté aún en funcionamiento. Pero creo también que la “unión hace la fuerza” y que, encontrándose compañeros conscientes, esa cuestión de los costes será superada.

Para tal emprendimiento debemos tener en cuenta cuestionamientos como este: “¿Qué podemos hacer, en relación a los deficientes visuales espíritas o no, para devolverles la bendita condición de, a través de la literatura espírita, revisen sus estudios junto a la obras doctrinarias y, aún, actualizarlos en cuanto a la nuevas obras con nuevas informaciones, directrices y enseñanzas traídas en la actualidad por Espíritus benevolentes preocupados en auxiliarlos a enfrentar ese delicado periodo  de transición planetaria?”

¡Que se unan las Federaciones, las Uniones regionales e intermunicipales, las Editoras espíritas y tantos más cuantos quieran y puedan trabajar encontrando mecanismos que favorezcan tal proyecto!

Cabe aquí, por señal, un paréntesis: Sería bastante interesante, para el asunto en cuestión, que las Editoras pasen a lanzar sus libros también en la versión de audio libros, firmando acuerdos con las empresas, sino ellas propias, que ya actúan en ese mercado.

Las Casas Espíritas podrían intermediar la compraventa de esos CDs junto a las empresas y/o editoras que los dispongan y, por su parte, estas podrían promover condiciones para que las mismas casas adquieran los audio libros con vistas a formar una audioteca, a fin de que sus frecuentadores o quién más interesase, portadores de deficiencias varias, acompañadas de carencias monetarias, se hagan asociados de esas audiotecas y pasen a usufructuar de ese recurso y, en la secuencia, adquirir el bien imperecedero del ¡CONOCIMIENTO!



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita