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Editorial Português   Inglês    
Año 5 220 – 31 de Julio de 2011 


 

Traducción
Elza F. Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 


Es necesario explicar a las personas lo que es muerte encefálica


En los últimos diez años 26% de los potenciales donantes brasileños de órganos para fines de trasplante se quedaron excluidos del sistema por decisión de sus familiares. En un total,  14 mil familias a eso se recusaron y nos referimos solamente a los casos en que se constató la muerte encefálica, un fenómeno que muchas personas de nuestro país aún no comprendieron. Los datos fueron divulgados en el último día 20 por la Asociación Brasileña de Trasplante de Órganos (ABTO).

Como se sabe, de acuerdo con la legislación brasileña, sólo la familia puede autorizar la donación, y el diagnóstico de muerte encefálica es indispensable para transformar alguien en potencial donante. Ocurre que, según el neurocirujano Adriano Maeda, responsable por el abordaje de familias de potenciales donantes en el Hospital Cajuru, de Curitiba, muchos no entienden como una persona puede estar muerta si el corazón aún late y hay respiración. “Y, en la duda, dicen no a la donación.”

Años atrás, cuando vigoraba en Brasil la ley que estableciera la donación presumida, ocurrió un fenómeno parecido con el actual, pero por motivo bien distinto. Parte de las familias católicas se recusaban a autorizar la retirada de los órganos vitales indispensables al trasplante porque creían que en el día del juicio final, al verificarse la resurrección de los cuerpos, los órganos retirados pudiesen hacer falta. Aunque sea difícil creer en tal noticia, el hecho llegó al conocimiento de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, que esclareció a sus fieles que la propalada resurrección no se hará con el cuerpo material, que el tiempo y los gusanos consumen, pero sí con el cuerpo espiritual, a que Paulo de Tarso se refiere en una de sus epístolas.  

Las dificultades de ahora resultan simplemente de la falta de conocimiento de lo que sea muerte encefálica, algo que podría ser perfectamente sanado si las autoridades brasileñas       a eso se dedicasen. Bastaría un décimo de lo que se gasta con las campañas pertinentes al uso de preservativos para que, en poco tiempo, el Brasil entero viniese a comprender por qué no existe daño alguno en la retirada de órganos de una persona cuya muerte encefálica ha sido, de manera incontestable, comprobada.

Descrita por primera vez en Francia en la década de 1950, la muerte encefálica significa que las estructuras vitales del encéfalo, necesarias para mantener la conciencia y la vida vegetativa, se encuentran lesionadas irreversiblemente. En palabras sencillas, el tronco cerebral no funciona, no existe más la actividad cerebral y el electroencefalograma enseñará el silencio eléctrico cerebral.

No debemos confundirla con el estado vegetativo, pues en este una parte del cerebro aún funciona, visto que la lesión habrá atingido parte de las células neurológicas, pero no las estructuras del encéfalo.

Hace 20 años que el Consejo Federal de Medicina estableció, por medio de la Resolución número 1.346, de 1991, que la muerte encefálica corresponde a un estado definitivo e irreversible de muerte, pudiendo ser utilizada, sin duda ninguna, para la retirada de órganos para trasplantes, una providencia que es necesario tomar en cuanto el corazón late e irriga determinados órganos – como el corazón, los riñones, el páncreas y el hígado – que muchas personas en este País aguardan con ansiedad para que puedan vivir un poco más y cumplir la tarea para la cual vinieron a este mundo.

Refiriéndose al papel del corazón en la vida humana, los Espíritus Superiores ya habían enseñado – 154 años atrás – que la vida orgánica se mantiene, en cuanto el corazón hace circular en las arterias la sangre, “para lo que no necesita del alma”, agregando que en algunos casos, como en la agonía, el alma ya dejó el cuerpo y, sin embargo, el corazón aún late. (El Libro de los Espíritus, ítem 156.)

 

Nota:

Acerca de la importancia de la donación de órganos, sugerimos a los interesados la lectura del editorial publicado en la edición 156, bastando para eso pulsar en http://  www.oconsolador.com.br/ano4/156/editorial.htm/ 



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita