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Año 5 219 – 24 de Julio de 2011  

NUBOR ORLANDO FACURE         
lfacure@uol.com.br    
Campinas, SP ( Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

Ciencia Espírita – reflexiones filosóficas

La Religión – milagros, profecías, prodigios y dogmas irracionales.

En la condena de Galileo él fue obligado a refugiarse en su propia casa y renunciar a los principios científicos que divulgaba. La Iglesia de la época estaba dando el recado de que no soportaría la perversión de los fundamentos aristotélicos que ella adoptaba. El sistema del mundo creado por Dios correspondía al que Aristóteles y Ptolomeo habían descifrado: “Dios, como Ser supremo y omnipotente, creó y puso el mundo en movimiento y, desde entonces, todo funciona con perfección y armonía, con o sin su presencia.” “Él estableció el orden para el Universo y nada puede cambiarlo.” “Las estrellas que están fijadas e inmóviles en las bóvedas del firmamento son formadas de una sustancia divina diferente de la que existe en el mundo sublunar.” “La Tierra ocupa el centro del Universo y el Sol, que va de un extremo al otro del horizonte, sirve de lámpara que ilumina el cielo.” “Todo lo que es perfecto y escapa a la comprensión humana es obra de Dios.” “El círculo es tenido como la figura perfecta, sometiendo los planetas a una órbita circular en sus trayectorias en vuelta del Sol.” “No hay ninguna conexión entre la vida del hombre y la de los animales, ellos forman parte de la creación sólo para poblar el mundo.” “El Hombre conocido en la época era el hombre blanco, originado de una pareja creada en el paraíso, de donde fue expulsado por ceder a la tentación del sexo.” “Condenado a vivir en la Tierra, tendrá que seguir los mandamientos de la Ley de Dios, que sólo la Iglesia es competente para revelar, pudiendo ser salvo o condenado a penas eternas conforme su sumisión.”

Como doctrina que esclarece el inicio y el fin del Hombre, la Religión de la época era un sistema acabado, listo, y que no admitiría cambios innecesarios. Su contenido era completo y suficiente para consolar y aliviar nuestros dolores, enseñar la tolerancia a nuestros sufrimientos, justificar la incoherencia aparente de la Justicia divina y garantizar la salvación para los fieles sumisos a sus sacerdotes. Las desigualdades también ocurren por obra y voluntad de Dios y no nos compite desafiarlo en sus designios.

Consiguiendo “explicar” los misterios del mundo y de la vida, las concepciones religiosas desempeñaban un papel superior al de la ciencia iniciante que Galileo inauguraba en la época. La religión con ese formato suministra seguridad, conforta en el sufrimiento, alivia nuestros miedos, hace cambio con nuestros “pecados” y asegura la esperanza en una vida futura, donde conseguiremos obtener lo que la Tierra no nos privilegió.

La Ciencia – el estatuto del conocimiento verdadero, racionalidad, indeterminación, pensamiento libre para crear su verdad.

Galileo creó un nuevo sistema de comprensión del mundo, de ahí el peligro que él representaba para la Iglesia. Usa el razonamiento matemático para comprobar las tesis de Copérnico, desplazando el Sol para el centro y colocando la Tierra en el cortejo de los planetas a su alrededor. En un mundo tenido cómo regular y perfecto él descubre las irregularidades de la superficie lunar donde vio sus cráteres. En un sistema tenido cómo inmutable él añadió lunas acompañando al planeta Júpiter, que no fueron descritas por Aristóteles.

A la vez, el cimiento de la Iglesia se veía sacudido por nuevos descubrimientos que se sucedieron rápidos. Ticho Brahe testificó por dos meses el pasaje de una estrella nueva en el firmamento, que la Iglesia suponía fijo e invariable. Johanes Kepler comprobó matemáticamente que las órbitas de los planetas son elípticas y no círculos perfectos como se suponía. René Descartes construyó un sistema filosófico que permitiría separar el cuerpo del alma, y André Vessálius inauguró el estudio de la anatomía humana en un cuerpo que le parecía comportarse como una máquina, capaz de moverse con músculos sin la ayuda del Espíritu.

Más tarde, Isaac Newton, identificó la “fuerza atrayente” que mantiene los astros en sus órbitas, que mueve las aguas de los océanos, en el sube y desciende de las mareas, y provoca la caída de los cuerpos.

Gradualmente las “fuerzas inmateriales” que producirían el movimiento y la orden del Universo fueron reconocidas como “fuerzas de la gravedad”. Las Leyes divinas que mantienen la regularidad de los fenómenos físicos fueron sustituidas por principios matemáticos. Los “misterios” que sostienen la vida fueron comprendidos como combustión del oxígeno, fermentación de los alimentos o metabolismo celular. Los “espíritus animales” que transitan por el cuerpo humano produciendo sus reflejos y movimientos fueron identificados químicamente como neurotransmisores. La regularidad de los acontecimientos fue violada por el principio de la incertidumbre. El determinismo linear de una causa para cada efecto fue sacudido por la casualidad circular en que el patrón de respuesta determina la intensidad de la causa.

La paradoja: “ciencia como religión” – dogmas, rituales, jerarquía, lo sagrado y lo profano

Históricamente la Religión tiene base en la tradición cultural de sus seguidores. Su contenido, que orienta el comportamiento de los fieles, está redactado en textos sagrados que persisten inalterados por siglos. El lenguaje ahí empleado es casi siempre simbólico, permitiendo interpretaciones conflictivas. De ahí la importancia del sacerdote y del sistema de jerarquía que los clasifica. Entre esos sacerdotes son distribuidos las regalías materiales y el poder divino que los presuponen representantes de Dios en la Tierra.

Por otro lado, la construcción del saber producido por la ciencia es una conquista del esfuerzo individual o de un grupo de investigadores. Sus textos, aunque redactados en lenguaje técnico, buscan ser lo más claro posible para comprensión de los interesados. La verdad es buscada exhaustivamente por la observación o por la experimentación. Textos escritos u opiniones pronunciadas por personalidades jerárquicamente destacadas tienen importancia relativa y, para ser aceptadas, necesitarán someterse las comprobaciones realizadas por experimentadores independientes. El conocimiento científico tiene duración relativamente corta, acostumbran a reunirse en un conjunto de proposiciones teóricas que constituyen un paradigma y, de tiempos en tiempos, los científicos se envuelven en el intento de proponer nuevos y más adecuados paradigmas.

La Ciencia no dejó de ocuparse, también, con dilemas que siempre estuvieron bajo el dominio de las religiones. Ella tiene, a su modo, una propuesta para el origen del Universo y de la vida en la Tierra. Es apropiado para la Ciencia investigar el mecanismo que desencadena los fenómenos, como ellos ocurren, más que intentar explicar por qué ellos ocurren. Ella se ocupa minuciosamente con la causa del dolor y muy poco con el porqué del sufrimiento humano. La opción de la Ciencia es esclarecer, más que consolar.

Ya es aceptado por todos que para hacer ciencia es preciso adoptar el método científico. Clásicamente la investigación necesita estar encuadrada en la liturgia del método. Se usa la deducción o la inducción; la observación o la experimentación. Los fenómenos estudiados suministran los elementos que, aplicados a razones matemáticas, ofrecen el valor de la verdad descubierta.

Algunas proposiciones científicas ya están de tal forma comprobadas y aceptadas que deberán tener la duración eterna de las verdades sagradas de las religiones - la gravedad existe como fuerza de atracción en todo el universo - la energía tiene valor inviolable, ella se transforma, pero, no se crea ni se pierde – el calor tiende a dispersarse, así como toda energía del universo donde la tendencia es el caos - la luz es un fenómeno electromagnético - la materia visible en todo universo es de la misma naturaleza de la materia existente en la Tierra - las moléculas de todas las sustancias están en constante movimiento – la variedad de las especies se debe a la evolución por la selección natural.

La Ciencia Espírita – Fundamentos teóricos, control experimental, filosofía espiritualista y contenido moral.

El texto de la Doctrina Espírita tuvo inicio con las revelaciones transmitidas por Espíritus desencarnados de naturaleza superior, con el propósito de esclarecer y orientar a la humanidad.

Los objetos de estudio de la Doctrina Espírita incluyen el mundo espiritual, los seres que lo habitan, sus relaciones con el mundo material y las consecuencias de esa relación.

Para el Espiritismo, la grandiosidad del Universo y las leyes inteligentes que lo gobiernan son pruebas suficientes para comprobar la existencia de Dios.

Dios es creador de todo lo que existe y su creación es incesante. En la situación evolutiva en que se encuentra la humanidad, aún no tenemos condiciones de comprender el origen del Universo y de la vida en la Tierra. Lo que se tiene cómo correcto es que Dios siempre creó y siempre continuará creando.

Existen dos elementos fundamentales en el Universo, el espiritual y el material. El elemento espiritual tiene inicio como “principio inteligente”. Esa “centella espiritual” transita del mundo espiritual al mundo material, ocupando cuerpos que le permiten evolucionar en la escala de la vida inteligente en la Tierra. El Universo es llenado por un “fluido” de naturaleza sutil, con propiedades que aún escapan a nuestra comprensión. Es de él que se origina toda la materia conocida. Las propiedades de las substancias sólo existen en función de ese fluido, y por su actuación esas propiedades pueden sufrir las más diversas alteraciones. La acidez o la alcalinidad es dada por la presencia de ese fluido y, por su actuación, un vaso de agua puede curar o producir maleficios.

Existe un propósito divino en la creación. Estamos todos destinados a caminar por la extensa filas de las existencias, en la Tierra o en otros mundos, buscando la condición de Espíritus angélicos que un día alcanzaremos.

Dios actúa por medio de Leyes que la inteligencia humana irá gradualmente descubriendo. Estamos todos “buceados en el pensamiento de Dios” y nada de lo que ocurre en el Universo escapa a su consentimiento. Somos libres para actuar y obligados a cargar con las consecuencias de nuestros actos. Cada uno es responsable por su propio destino. Las Leyes morales son presentidas por la conciencia de todos nosotros y, a medida que la humanidad avanza en su evolución, el Hombre será cada vez más consciente de la aplicación de esas Leyes. El mundo espiritual está permanentemente en íntimo contacto con el mundo material.  Uno y otro procesan cambios fluídicos entre sí y ejercen influencia sobre el otro. Esa interferencia recíproca es tan intensa que no hay como permanecer sin su convivencia. Una multitud de Espíritus desencarnados transita con complicidad en todos los ambientes de la Tierra. Ellos nos acompañan y nosotros los atraemos compartiendo con ellos nuestra intimidad. Los pensamientos, que frecuentemente tenemos cómo siendo nuestros, son, muchas veces, el pensamiento de ellos. Dentro de las Leyes divinas está establecido que atraemos para nuestra compañía a aquellos con quien sintonizamos nuestros propósitos. El bien atrae a los buenos y el mal convive con la ignorancia.        

Por envolver el mundo espiritual y los Espíritus que ahí habitan, no tenemos control de la comunicación espiritual, y los métodos de la ciencia humana, su sistema de control y experimentación no se aplican a la ciencia del Espíritu. Sin embargo, algunos hombres tienen en su constitución una disposición especial que les permite entrar en contacto lúcido con los Espíritus desencarnados. Se trata del fenómeno de la mediumnidad, que se registra en todos los pueblos y en todas las épocas de la humanidad. La mediumnidad es el gran campo de experimentación en que la doctrina espírita se apoya para revelación y comprobación de sus postulados. La expectativa futura es que en el transcurrir de los siglos todos los hombres puedan estar conscientes de su intercambio con el mundo espiritual. Los fenómenos mediúmnicos explican una serie de ocurrencias frecuentemente tenidas como sobrenaturales o producidas por una energía desconocida. La transmisión del pensamiento, la visión a distancia, las premoniciones, la xenoglosia, la psicometría, la psicografía y la psicofonía son ejemplos ya bien estudiados y esclarecidos por el Espiritismo.




 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita