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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 5 219 – 24 de Julio de 2011 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

(Parte 11)

Continuamos con el Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano, que focalizará las cinco principales obras de la Doctrina Espírita, en el orden en que fueron inicialmente publicadas por Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo.

Las respuestas a las preguntas presentadas, fundamentadas en la 76ª edición publicada por la FEB, basadas en la traducción de Guillon Ribeiro, se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. El Espíritu que animó el cuerpo de un hombre ¿puede animar el de una mujer en una futura existencia?

B. La reencarnación ¿fortalece o destruye los lazos de familia?

C. ¿Transmiten los padres a los hijos, además de la semejanza física, una semejanza moral?

D. ¿Cómo entender la existencia de hijos malos?

E. ¿Cómo se explican las facultades extraordinarias que muchas personas tienen de ciertos conocimientos, sin haberlos estudiado en esta existencia?

Texto para la lectura

119.  La sucesión de existencias corporales establece entre los Espíritus vínculos que se remontan a existencias anteriores; es de allí de donde proceden con frecuencia las causas de simpatía entre nosotros y algunos Espíritus que nos parecen extraños. (L.E., 204)

120. La doctrina de la reencarnación no destruye los lazos de familia. Ella los extiende, al mostrarnos que los lazos que unen a los miembros de una misma familia, basados en afectos anteriores, son menos precarios. (L.E., 205)

121.  Los Espíritus son frecuentemente atraídos a tal o cual familia por simpatía o vínculos anteriores. (L.E., 206)

122. El Espíritu del padre tiene la misión de desarrollar el alma de los hijos por medio de la educación: esto es una tarea para él, y si falla será culpable. (L.E., 208)

123. Un Espíritu malo puede pedir padres buenos, con la esperanza de que sus consejos lo conduzcan por una senda mejor, y muchas veces Dios se lo concede. (L.E., 209)

124. Los padres pueden mejorar al Espíritu del niño que engendraron y que les fue confiado; este es su deber. Los hijos malos son una prueba para los padres. (L.E., 210)

125. Con la muerte, el cuerpo es destruido y el nuevo cuerpo no tiene ninguna relación con el antiguo. Sin embargo, el Espíritu encarnado se refleja en el cuerpo, que es modelado por las cualidades del Espíritu, y le imprime cierto carácter, principalmente en el semblante, siendo verdadero decir que los ojos son como el espejo del alma. (L.E., 217)

126. Es así que bajo una envoltura más humilde, puede encontrarse la expresión de la grandeza y la dignidad, mientras que bajo el hábito del gran señor se ve algunas veces la de la bajeza y la ignominia. (L.E., 217)

127.  Con el cambio del cuerpo, algunas facultades intelectuales pueden perderse, si es que se ha deshonrado la facultad haciendo mal uso de ella. Una facultad, por ejemplo el gusto por la música, puede también quedar adormecida durante una existencia, porque el Espíritu quiere ejercitar otra que no se relacione con aquélla. En ese caso, ella permanece en estado latente, para reaparecer más tarde. (L.E., 220)

128. La Doctrina Espírita es tan antigua como el mundo; por eso la encontramos en todas partes, y ésta es una prueba de su veracidad. El Espíritu encarnado, conservando la intuición de su estado de Espíritu, tiene la conciencia instintiva del Mundo Invisible, pero casi siempre ésta es falseada por los prejuicios y la ignorancia. (L.E., 221-a)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. El Espíritu que animó el cuerpo de un hombre ¿puede animar el de una mujer en una futura existencia?

Sí. Son los mismos Espíritus los que animan a los hombres y a las mujeres. Los Espíritus encarnan como hombres o como mujeres, porque no tienen sexo. Como deben progresar en todo, cada sexo, como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes especiales y, con ellos la oportunidad de ganar experiencia. Aquél que siempre encarnase como hombre sólo sabría lo que saben los hombres. (El Libro de los Espíritus, preguntas 201, 200 y 202.)

B. La reencarnación ¿fortalece o destruye los lazos de familia?

Los extiende, no los destruye. Fundándose el parentesco en afectos anteriores, los lazos que existen entre los miembros de una misma familia son menos precarios. Esta Doctrina aumenta los deberes de la fraternidad, dado que en vuestro vecino, o en vuestro servidor, puede encontrarse un Espíritu a quien se estuvo unido por los lazos de la consanguinidad.  (Obra citada, preguntas 205 y 206.)

C. ¿Transmiten los padres a los hijos, además de la semejanza física, una semejanza moral?

No, porque las almas o Espíritus de unos y otros son diferentes. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no procede del Espíritu. Entre los descendientes de las razas sólo existe consanguinidad. Las similitudes morales que suele haber entre padres e hijos derivan del hecho de que unos y otros son Espíritus simpáticos, atraídos recíprocamente por la semejanza de inclinaciones. (Obra citada, preguntas 207, 207-a, 208, 209 y 203.)

D. ¿Cómo entender la existencia de hijos malos?

No es raro que un Espíritu malo pida que le sean dado buenos padres, con la esperanza de que sus consejos lo encaminen por una senda mejor y muchas veces Dios le concede ese deseo. El papel de los padres es mejorar al Espíritu del hijo que engendraron y les ha sido confiado. Los hijos malos son una prueba para los padres. (Obra citada, preguntas 209 y 210.)

E. ¿Cómo se explican las facultades extraordinarias que muchas personas tienen de ciertos conocimientos, sin haberlos estudiado en esta existencia?

Recuerdo del pasado. Progreso anterior del alma, pero del que ella no tiene conciencia. ¿De dónde quieres que procedan tales conocimientos? El cuerpo cambia, pero el Espíritu no cambia, aunque mude de vestimenta. (Obra citada, preguntas 219, 218, 218-a, 218-b y 220.)

 

 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita