WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Año 5 215 – 26 de Junio de 2011 


 

Traducción
Elza F. Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 


El juego del contento y el movimiento espirita


Por iniciativa de Monteiro Lobato, que la tradujo, llegó hasta nosotros, muchas décadas atrás, la conmovente historia de Pollyanna, la joven que buscaba mantenerse siempre contenta desde el momento en que su humilde padre, devoto predicador del Evangelio, le dijo que había encontrado en la Biblia 800  versículos que nos recomiendan alegría, contentamiento, buen ánimo, textos eses presentes no solamente en el Nuevo pero, también en el Antiguo Testamento.  

Después de la descubierta, él dijo a su hija que si Dios tuvo – por intermedio de emisarios diversos – el trabajo de nos recomendar la alegría por ochocientas veces, es porque deseaba que fuésemos siempre alegres. E inventó, en consecuencia de eso, el “juego del contento”, que consiste en buscar en todo, en todas las cosas que nos ocurren, un pretexto para que permanezcamos alegres y contentos. 

La historia de Pollyanna nos vino a la memoria en razón de una carta que recibimos de un lector de esta revista, en la  cual él dice que está muy triste por los rumbos que el movimiento espirita en Brasil ha tomado, donde parece que a veces damos más importancia a la letra que al espíritu, como modernos fariseos reencarnados. 

¡“Amaos”, he aquí  la primera enseñanza! 

La frase arriba es bien conocida de todos nosotros – dirigentes y conferenciantes, escritores, médium, periodistas, coordinadores de grupos o meros participantes de las Casas Espiritas. 

“Instruíos”, he aquí el segundo. 

La lección ora recordada figura en la parte final de un texto que merece igualmente acordarse: 

“Me siento por demás tomado de compasión por vuestras miserias, por vuestra flaqueza inmensa, para dejar de extender mano socorrista a los infelices corrompidos que, viendo el cielo, caen en los abismos del error. Creed, Amad, meditad sobre las cosas que a vosotros son reveladas; no mezclad la cizaña con la buena semilla, las utopías con las verdades. ¡Espiritas! Amaos, esta la primera enseñanza; instruíos, esta la segunda. En el Cristianismo se encuentran todas las verdades; son de origen humano los errores que en él se enraizaron. He aquí que más allá de la tumba, que juzgáis el nada, voces os claman: ¡Hermanos! Nada perece. Jesucristo es el vencedor del mal, sed los vencedores de la impiedad.” (El Espíritu de Verdad, Paris, 1860, cap. VI, ítem 5, d´El Evangelio según el Espiritismo)      

Es obvio que ha habido hechos en el movimiento espirita que realmente nos entristecen, pero ninguno de ellos puede ser pretexto para que ignoremos la necesidad de que el sentimiento del amor, amor verdadero, amor sin mácula, amor desinteresado, sea el ingrediente principal de todo lo que realizamos en el movimiento espirita. 

Actuando así será posible – con toda certeza – que adoptemos el ejemplo de la joven Pollyanna y busquemos destacar en las realizaciones y actividades de que participamos el aspecto positivo, el lado noble, las cosas buenas que nos proporcionen la alegría y el contentamiento prescritos por 800 veces en las Escrituras, restituyendo de ese modo, al movimiento espirita la alegría que le ha faltado. 




 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita