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Año 5 212 5 de Junio de 2011 

JOSÉ PASSINI      
passinijose@yahoo.com.br 
  
Juiz de Fora, MG
(Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 


Lirios de Esperanza

 

Los libros psicografiados por Wanderley Suenes de Oliveira demuestran tener origen común con los de Carlos Antônio Baccelli. En sus obras, el Espíritu que se titula Ermance Dufaux demuestra convivir con otros Espíritus que, como él, buscan, por todos los medios, disminuir el valor del trabajador espírita y del Movimiento Espírita, principalmente la Unificación.

En las páginas de sus obras, aparece el mismo “Dr. Inácio” irreverente, burlón, rudo en sus expresiones. Hay un abuso del nombre de María Modesto Cravo, tanto en esta obra como en aquella titulada “Merezca ser Feliz”, cuyo análisis está, hace tiempo, a la disposición de quién la quiera leer. En esta obra, es afirmado que el director del Hospital Esperanza es Eurípedes Barsanulfo. En sus obras, el “Dr. Inácio” dice que es él mismo el director, y hasta se queja de la tarea: “(...) gran hospital, cuya dirección, en el Más Allá, estaba bajo mi responsabilidad (¡yo no sé cuando es que voy a librarme de ese carma!)” (En la Próxima Dimensión”, pág. 12.) 

En la obra ahora en examen – Lirios de Esperanza, del médium Wanderley S. de Oliveira y autoría espiritual atribuida al Espíritu de Ermance Dufaux – los tramos citados fueron copiados ipsis verbis, en negrita, inclusive con los muchos fallos gramaticales. (1)

Doña Modesta, después de una sentida oración, notificó a todos, por su mediumnidad, que el Equipo Verdad velaba por nuestro encuentro. (32)

¿Que Equipo Verdad sería ese? ¿Aquel que dialogó con Kardec en la elaboración de El Libro de los Espíritus”? ¿Estarían esos Espíritus Superiores y Eurípedes actuando en el mismo círculo donde se procesaban todos los descalabros verbalizados por el “Dr. Inácio”? ¿Y esa “Doña Modesta” sería aquella que atacó ruda y burlonamente a los espíritas en la parte final de la obra “Merezca ser Feliz”? Además de eso, en un ambiente donde trabajara un Espíritu burlón, irreverente, agresivo, fanfarrón, burlón cómo ese que se presenta como “Dr. Ignacio Ferreira”, sería ese ambiente digno de recibir la visita de María, madre de Jesús, conforme es relatado en las págs. 40/41?

– Modesta, usted sabe hace cuanto tiempo espero para llevar al plano físico una información franca y valiente sobre la situación de los espíritas en esta casa. Adoraría asustar a un bocado de gente... (43)

¿Una afirmación de esas sería compatible con la elevación y la seriedad de los Espíritus arriba citados? Es un esfuerzo tremendo ese que las Tinieblas hacen, por la boca de ese y de otros Espíritus, buscando desvalorizar el empeño de los espíritas en el sentido de mejorarse.

Según él, la mayoría de los espíritas llega allá, sufriendo gran perturbación.

Tengo seguridad, Inácio, de que su conexión con el médium uberabense será el camino correcto para los recados más “directos”. Esa será la vertiente a seguir. (46)

Por ahí se ve que “Ermance Dufaux”, “Dr. Inácio Ferreira” y María Modesto Cravo” son los nombres que ese o esos Espíritus fascinadores usan, tanto a través de Carlos Antonio Baccelli, como de Wanderley Soares de Oliveira.

Sin embargo, mi amigo tendrá tiempo bastante para descubrir que el harto material sobre la vida inmortal destinado a los hombres, por André Luiz, representa minúsculo grano de arena en la playa infinita de las verdades espirituales. (60)

Se ve ahí, en un habla atribuida a Cícero Pereira, un intento de disminuir el valor de la obra de André Luiz, insinuando que ellos serían los complementarios.

He ahí la razón de rasgarse el velo y presentar, a nuestros compañeros de causa, el mundo espiritual desnudado de falsedades alimentadas por la obsesión de la ignorancia y del prejuicio que aún cargan. Urge llevarles el mensaje de que las esferas de la vida inmediatas a la muerte no son tan diversas como se imagina, en la cual los efectos de nuestras acciones se prolongan natural y claramente en régimen de continuidad. (62)

Lo dicho arriba fue dirigido a un dirigente espírita desencarnado, que hubo dedicado más de cuarenta años al trabajo espírita en la Tierra, en un intento de mostrarle que aquello que hubo aprendido hasta entonces sobre el mundo espiritual estaba lleno de mentiras. ¿Quién nos reveló el Mundo Espiritual con detalles? Se ve, de nuevo, un intento de minimizar la obra de André Luiz.

Creí que la muerte me libraría de ese mal humor de algunos espíritas de copete. Llego a pensar si no fue una gran ilusión ser espírita. (65)

Un mensaje más de descrédito al Espiritismo.

Amigo, voy a decirle una verdad sobre la Verdad: los espíritas están enfermos de soberbia al imaginar que saben todo sobre la vida espiritual. (85)

 “Dr. Inácio” no dijo de donde retiró ese “cierto”, pero queda el mensaje desmerecedor...

Infelizmente, el movimiento espírita está tomado por una crisis epidémica. (108)

Más una frase de desprecio al Movimiento Espírita.

Sólo hoy visité, por tres veces, la Tierra. No protesto de nada, pero si tuviera mi cigarrillo de vuelta, creo que trabajaría quince horas más sin mal humor... (128)

¿Será que esa es la postura de un Espíritu que dice trabajar con Eurípedes Barsanulfo? ¿En que círculo espiritual trabaja un Espíritu que habla, sin ninguna reserva, de su antiguo hábito de fumar? ¿De su mal humor? ¿Será que todo eso es compatible con la postura que debe tener un director de una clínica espiritual?

– Hubo otro, uno de esos “enciclopedistas espíritas” que leyeron todo sobre la doctrina, que aún se mofó de mí un día de esos. Pasaba por un pasillo ya cansado, con mal humor peor que el habitual, tras casi veinte horas de trabajo, ¿y sabe lo que él me dijo?

– ¿El qué?

– Doctor Inácio, ¿qué cara es esta? ¡¿Hasta parece que el señor está cansado?! ¡Un Espíritu superior no se cansa, ¿oyó?! ¡Aprenda a usar su mente!

- Y usted...

– Yo le di el intercambio merecido. Le dije a él que no estaba cansado, estaba arrepentido de haber muerto. Debía haber quedado en la Tierra unos mil años para no encontrarme más con religiosos. En el sanatorio espírita de Uberaba, por lo menos, esa seguridad tenía yo. ¡No era obligado a luchar con los enredos e insignificancias del movimiento doctrinario!

- ¿Y él?...

- Él aún me preguntó si algo me había incomodado.

- Y usted, naturalmente... - lanzó Doña Modesta.

- ¡Naturalmente, yo me callé, porque si hablase en aquella hora, sería un desastre! (128/129)

A medida que se va leyendo el libro, se va constatando que ese es el mismo “Dr. Inácio” que se presenta por el médium Baccelli. Los despropósitos, los desaciertos y las groserías son iguales. Es sólo comparar. Hasta “Doña Modesta” comparece con su burla...

El ejercicio mediúmnico atraviesa un grave proceso deflagrado hace algunas décadas, que condujo a la rotura con la espontaneidad. A título de incluirse cuidados que se hicieron necesarios – hecho que nadie puede contestar – se crearon normas y patrones muy rígidos. El ejercicio mediúmnico necesita ser recodificado. (149)

¿Qué significa ese proceso deflagrado hace algunas décadas? ¿Por quién? ¿Será que él critica los patrones rígidos fundamentados en “El Libro de los Médiums”, en André Luiz y en otros autores serios? Sería ahora recodificado (sic) por el “Dr. Inácio” y “Doña Modesta”,

- Los pacientes aquí alojados en este sector...

– Son líderes de la unificación. Con raras excepciones, los amigos de la unificación que aquí aportan llegan cansados por el peso de las amarguras. Sus historias, a ejemplo de la mía propia, casi siempre, son agravadas por la angustia, cuando descubren no ser tan esenciales como imaginaban a los oficios de Jesús. (228)    

Ahora ataca, no sólo a los espíritas en general, sino particularmente a aquellos que trabajan por la unificación del Espiritismo.

– ¿De dónde vinimos? ¿Para dónde vamos? ¿Qué hacemos en la Tierra? Célebres preguntas que necesitan ser reconsideradas en sus aspectos. ¡¿Que saben los propios espíritas reencarnados sobre ellas, sino algunas informaciones periféricas?! ¿Cuál compañero de luchas estará suficientemente instruido sobre las raíces espirituales de su retorno a la carne? ¿De dónde partieron? ¿Con qué programa? ¿Cuál era su real condición moral y mental antes del retorno? Que causas anteriores los llevaron a pasar por ese o aquel estado en la erraticidad? (170)

Esas palabras, atribuidas a Cícero Pereira, inducen claramente al lector a investigar su pasado, lo que se contrapone frontalmente a lo que Kardec enseña en “El Evangelio según el Espiritismo”, cap. V, ítem 11: “Habiendo Dios entendido lanzar un velo sobre el pasado, es que en eso hay ventaja.”

¿Qué informes poseen los amigos matriculados en las hileras doctrinarias sobre el futuro que los aguarda en la inmortalidad? ¿Qué imaginaciones o probabilidades pueden levantar sobre su llegada a la vida inmortal? ¿Qué vínculos guardan con el mundo de los espíritus? ¿Quién son sus guías, sus espíritus familiares, sus afinidades y sus adversarios? (170)

Preguntas capciosas, tendentes a confundir al lector, pues quién estudia y sigue las enseñanzas espíritas sabe perfectamente lo que le aguarda en la inmortalidad. Sabe los vínculos que mantiene con el mundo de los espíritus. No necesita saber la identidad de Espíritus protectores. Tiene la seguridad de que, si estuviera en el camino del Bien, nada debe temer, pues la Espiritualidad lo protegerá.

Se nota ahí, claramente, la dirección para el desvío de las actividades mediúmnicas – que es principalmente el de evangelización de desencarnados – para un programa de consultas al pasado y previsiones del futuro, tan a gusto de Espíritus livianos y agitadores, a través de médiums sin compromiso con la Verdad. El resto del capítulo es la misma cantinela de combate a los dirigentes y a los médiums serios.

– Yo aún, cuando desencarné formé parte de un grupo similar en la erraticidad. ¡Añoranza del ambiente de unificación! ¡Del movimiento espírita con todas sus querellas! (229)

– ¡Parece que tenemos una ilusión colectiva en la siembra en relación a los personajes del Espiritismo! No le (sic) suponía en esa condición.

– No tenga dudas de eso, Marcondes. Para su reflexión voy a pasarle lo que aprendí a ese respeto. Los personajes del Espiritismo cuyos servicios merecieron biografías honrosas no siempre estaban al servicio de Cristo. (...)  

Usted constatará, inclusive, que por aquí algunos baluartes inolvidables de la siembra, acreedores de los homenajes y biografías labradas por el movimiento doctrinario en la Tierra, se encuentran en padecimientos atroces en las más conturbadas cavernas de dolor... (230/231)

A lo largo de la obra, siempre el discurso repetitivo, atacando al Movimiento Espírita, la Unificación y a los propios espíritas. Ninguna palabra de aprecio, de incentivo...     

– Kardec hizo el Espiritismo posible a su tiempo. Sin retirarle la condición de misionero de la Nueva Era, el codificador fue un hombre de su tiempo, sujeto a la cultura de su nación. Vea que los propios libros de la codificación contienen larga influencia de la corriente positivista y aún de la iglesia. Si bien haya sido un investigador incomparable, estuvo sumiso, como no podría ser diferente, al “caldo cultural” de su época. Viniendo para Brasil, la doctrina asimiló, a su vez, los trazos religiosos y sociales de nuestro país.

- ¿Qué quiere decir la señora con eso?

– Que el Espiritismo llamado puro es una creación de la cabeza humana, tomada por el prejuicio, y que los espíritas de hoy son un “novelo cultural católico”, un fenómeno social e histórico. Las prácticas y conceptos doctrinarios fueron tallados por el armazón milenario del hombre religioso. (262)

Esa tentativa de minimizar la figura del Codificador no es exclusiva de “Doña Modesta”, pues se encuentra también en la obra “Chico Xavier Responde”, psicografiada por Carlos Antônio Baccelli. Queda patente, para quien analiza las dos obras, que la fuente de la fascinación es la misma.

Es tamaña la liviandad con que ese o esos Espíritus se refieren al Codificador y a la Doctrina, que serían necesarias muchas páginas para analizar sus afirmaciones. Preferimos dejar al lector la tarea de retirar sus propias conclusiones.

El núcleo espiritista debe salir del lugar de templo de creencias y asumir su forma de escuela capaz de virtudes y formación del hombre de bien, independientemente de hacer o no con que sus transeúntes se hagan espíritas y asuman designación religiosa formal. (299)

En la conclusión del libro, hay una repetición, por tercera vez, del tramo arriba, que consta de un pretendido Programa de Bezerra de Menezes, ahora ampliado y colocado en la boca de Cícero Pereira, que merece ser observado, por constituirse en un ataque más a los centros espíritas, pues no es verdad que las casas espíritas sean consideradas templos de creencias y, mucho menos, que en ellas se busque hacer prosélitos.

Hay, en el momento, un justo deseo de homenajear a Chico Xavier. Pero, ¿cual será la mejor forma de demostrarle nuestro aprecio por su trabajo, si no por el estudio de sus obras? Leerlas, estudiarlas será la mejor forma de homenajearlo, al tiempo en que adquirimos conocimientos capaces también de permitirnos análisis justo y lúcido del que se produce en el campo mediúmnico de la actualidad, a fin de que estemos capacitados a rechazar esas agresiones al buen sentido del lector y a la dignidad de la Doctrina Espírita, presentes en esta obra.

 

 (1) Lea también sobre la obra Lirios de Esperanza el análisis publicado por el Equipo de la Federación Espírita de Mato Grosso, bajo la coordinación de Saulo Gouveira Carvalho, que el lector puede acceder clicando en este link - http://www.orientacaoespirita.org/critica_16.htm                                    



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita