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Año 5 - N° 208 – 8 de Mayo de 2011

NUNO EMANUEL              
emmanunno@gmail.com     
Lisboa (Portugal)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org


Hellen Keller –la victoria del Espíritu sobre la materia

Hellen superó de forma extraordinaria los sentimientos de autocompasión y de infelicidad crónica que caracterizan buena parte de los Espíritus cuando enfrentan sus pruebas
 

Helen Keller (foto) nació saludable en 1880 en Alabama (EUA), pero a los 18 meses quedó súbitamente ciega y sorda muda, debido a una congestión cerebral. Pasó los primeros años de su infancia cerrada en una prisión sensorial que la impedía  comunicarse. A los 6 años era una niña muy nerviosa con su infinita soledad, tenida cómo agresiva, difícil y retrasada mental. Para liberar la hija de la oscuridad y del silencio, sus padres escribieron una carta a Alexander Graham Bell (inventor del teléfono) que daba aulas a sordos y que indicó a Anne Sullivan, una profesora irlandesa de 21 años. Annie (tratamiento familiar de Anne que se quedó a vivir 

en casa de Hellen) estudió en la Escuela Perkins para Invidentes porquesiendo niña había sido ciega, pero recuperó la visión después de nueve operaciones. “El día más importante de mi vida fue el de la llegada de mi profesora Sullivan. Quedó profundamente emocionada, cuando pienso en el contraste inmensurable de las dos vidas que se juntaron. Ella llegó el día 3 de marzo del 1887, tres meses antes de yo cumpliese 7 años”, relata Hellen Keller.

Cuando Anne tocó la primera vez a la niña, ella tuvo un arranque de cólera. La profesora la contuvo con fuerza y, tras calmarla, la abrazó cariñosamente y dijo a los padres preocupados: “la niña necesita de límites”. Anne asumió la tarea de É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem.  enseñar a Hellen las técnicas mecánicas necesarias para hablar. Colocaba 2 dedos (higienizándolos siempre) de la alumna en la boca de la profesora. Decía una palabra, haciéndole sentir el movimiento de la lengua entre los dedos; después colocaba los dedos de la (higienizándolos siempre) de la alumna en la boca de la profesora. Decía una palabra, haciéndola sentir el movimiento de la lengua entre los dedos; después colocaba los dedos de la niña en su propia boca, que se acordaba de los movimientos en la boca de Anne y  los reproducía. Otra técnica: ella colocaba un objeto en la mano de la alumna, en el brazo de ella colocaba sus labios y pronunciaba el nombre del objeto; por las vibraciones la niña era capaz de repetir.       É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem. 

En un testimonio de 1927, Hellen narra el punto culminante de sus experiencias, a partir del cual cambió, para ella, el sentido de la vida. Anne, su incansable y dedicada profesora, andaba con ella hacía sólo un mes y ya le hubo enseñado el nombre de varios objetos. Ella los colocaba en las manos de la niña y deletreaba, en los dedos, la palabra correspondiente. Hellen confiesa, con todo, no tener la mínima idea de lo que hacía. En abril de 1887, Anne colocó la mano de Helen en el agua fría y sobre la otra mano deletreó la palabra “agua”. “De repente – escribe ella – sentí extraña agitación dentro mi de mí, una nebulosa conciencia, sensación de algo de que yo me acordaba. ¡Fue como si yo volviera a la vida tras haber estado muerta! Comprendí que aquello que mi profesora estaba haciendo con mis dedos significaba aquella fría cosa que escurría por mi mano, y que era posible comunicarme con otras personas a través de aquellas señales.”

En una secuencia rápida ella aprendió los
alfabetos Braille y manual

Estas palabras (arriba inclinadas) parecen indicar vagas sensaciones de remota vivencia, antes de la existencia actual, o sea, de otra vida. La experiencia asumió las proporciones de una revelación. “Salí de allí ávida por aprender. Todo tenía un nombre y cada nombre hacía nacer un nuevo pensamiento. En el camino de casa, cada objeto que yo tocaba parecía latir. Era porque yo veía todo con una visión extraña, nueva, que se me hubo revelado. Aquel día aprendí muchas palabras nuevas, que harían el mundo desvelarse para mí. Habría sido difícil hallar una niña más feliz que yo cuando me acosté en mi cama a finales de aquel memorable día..."

En una secuencia rápida aprendió los alfabetos Braille y manual, facilitando así su aprendizaje de la escritura y de la lectura. En 1890 ella pidió a la “Profesora” para aprender a hablar. “Yo tenía diez años cuando Annie me llevó a la 1ª lección de lenguaje hablado en la Escuela de Sordos. Los pocos sonidos que yo entonces producía eran ruidos inexpresivos, casi siempre roncos, por el esfuerzo que empleaba para obtenerlos. Al final de la 11ª lección, hice una sorpresa para Annie, la estiré por el brazo, coloqué la posición de la lengua y dije claramente: ‘¡Ya no soy muda!’.” En un raro vídeo, que el lector puede ver en internet clicando en http://www.youtube.con/watch?v=XdTUSignq7Y, es posible ver y oír a las dos heroínas  hablándonos de su historia.

Bajo la orientación de Anne, Hellen se matriculó en el Instituto para Sordos de Boston y después en la Escuela Oral de Nueva York donde, durante 2 años, recibió lecciones de lenguaje hablado y de lectura por los labios. Hellen, además de aprender a leer, escribir y hablar, demostró también una eficiencia excepcional en el estudio de diversas áreas del conocimiento.

En el libro Mi Vida de Mujer, Hellen habla de su religiosidad: "Nadie puede saber mejor que yo lo que son las amarguras de los defectos físicos. No es verdad que yo nunca esté triste, pero hace mucho decidí no quejarme. He ahí para que sirve la religión: inspirarnos a la lucha hasta el fin, de ánimo fuerte y sonrisa en los labios". "Pero, una ambición tengo yo: la de no dejarme abatir. Para tanto cuento con la bendición del trabajo, el bienestar de la amistad y la fe inalterable en los altos designios de Dios."

¿Cómo conciliar “Carma”  y Misericórdia? El deficiente visual Chico Xavier responde: "Cuando tenemos deuda en el pasado, pero continuamos trabajando al servicio del prójimo, la Misericórdia Divina manda aplazar la ejecución de la sentencia de rescate, hasta que los méritos del deudor puedan ser computados en su beneficio". Más no todo sufrimiento es solamente por débitos propios. Grandes misioneros como Francisco de Asís y Francisco Cândido Xavier traen “sufrimiento-crédito”, enseñándonos a É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem.  sufrir con resignación activa y dando ejemplos de determinación, perseverancia, coraje y paciencia. Lecciones que Hellen Keller también nos enseñó. Siendo así, no debemos rotular a las personas ni hacer juicios sobre sus eventuales pruebas o expiaciones. Se puede tratar de misiones de Espíritus mucho más evolucionados que nosotros.     É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem. 

Hellen decía: “Soy sorda en el cuerpo pero un día volveré a oír”

Un día, al examinar una estatua, Helen tanteó los dobladillos del manto, el cordón que le rodeaba la cintura, las sandalias de los pies. “¡Un monje!”, exclamó ella. Siempre por el tacto, notó que un lobo tenía la cabeza echada en el hombre, que un conejo le descansaba en los brazos y que un pajarito estaba anidando en su capucha. Deslizó los dedos por el rostro del hombre. Estaba erguido para el Cielo. “Él ama a Dios y es amigo de los animales”, dijo ella. “¡Ya sé! ¡Es Francisco de Asís!” Como él, Helen Keller estaba convencida de que el fin del camino para el cual se dirigía tan pacientemente a tientas era sólo el comienzo de un camino más bello.

¿Cuáles eran sus convicciones religiosas? “Yo soy ciega en el cuerpo pero un día saldré de él y volveré a ver. Soy sorda en el cuerpo pero un día volveré a oír. ¡Porque yo creo en la vida después de la muerte! Yo soy swedenborguiana!”

Hellen tomó conocimiento de las ideas de Emmanuel Swedenborg por intermedio de su padre de creación, Mr. John Hitz. Ella los leía en Braille, tanto que sus dedos sangraban. El libro My Religion (1953) es un tributo a los escritos teológicos de Swedenborg, en que ella testifica, de forma marcada, como el mensaje de la obra del “genio” sueco modificó su vida, quitándola de otra especie de tiniebla y trayéndola a la luz de la realidad espiritual.  Para ella, Swedenborg fue "un ojo entre los ciegos, un oído entre los sordos" y "uno de los más nobles que el mundo cristiano jamás conoció". En el libro, ella no bucea hondo en las complexida-

des de la doctrina del sabio sueco; se limita a relatar su experiencia personal con ella. Siempre hubo tenido dificultades con los conceptos tradicionales acerca de Dios y de los misterios de la vida. Hallaba importante la historia personal de Cristo, siempre dedicado a curar a los enfermos, confortar a los afligidos, restituir la luz a ojos ciegos (cómo los suyos...), pero “¿cómo podría yo adorar a tres personas – el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? ¿No era esto aquella especie de falso culto tan severamente castigado en los días del Antiguo Testamento?”  É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem. 

Swedenborg le ofrecía la imagen de un cielo que no era “simple colección de ideas radiantes, sino un mundo práctico, donde se podía vivir”. El gran mensaje encontrado por Hellen Keller en los libros del médium sueco fue la de la supervivencia del ser, o sea, la de que “la muerte no es el fin de la vida, sino sólo una de sus más importantes experiencias”. Esto le bastaba. La vida tenía sentido, era continuidad, más que mera esperanza. Como verdadera swedenborguiana, ella estaba convencida de que, después de la muerte, ella sería verdaderamente capaz de ver. Y así – decía - “con firme determinación, yo lanzo los ojos más allá de donde la vista alcanza, hasta que mi alma se eleve en la luz espiritual y exclame: ¡la vida y la muerte son una única cosa!” Ella confiesa que debe mucho al escritor sueco, pero, en verdad, su credo es una mezcla de todas las religiones: “donde está el amor, ahí está Dios y donde está Dios, ahí está la paz”.

Por el simple contacto, ella podía distinguir el
carácter de las personas

¿Más quién fue Emmanuel Swedenborg? Conocedor de muchas ciencias y espiritualista sueco (1688-1772), su vida tuvo episodios importantes, como el del incendio de Estocolmo, que fue presenciado y descrito, con detalles, por él, que estaba a 300 millas inglesas del lugar… ¡Un fenómeno de clarividencia! Immanuel Kant comprobó la autenticidad de varios hechos narrados por su paranormalidad. Influenció a otras personalidades como Abraham Lincoln y sus escritos fueron estudiados por Goethe, Rousseau y Voltaire. Las obras de Swedenborg tienen gran valor histórico, por las narraciones sobre la vida en el mundo espiritual, como si fuera un precursor de la serie de André Luiz. En Prolegómenos de El Libro de los Espíritus, Swedenborg es uno de los nombres de la Falange Superior que iluminó la Codificación.

Allan Kardec, en la Revista Espírita de noviembre de 1859, le dedica un extenso artículo, reconociendo: “El mérito incontestable de Swedenborg, su profundo saber, su alta reputación de sabiduría tuvieron un gran peso en la propagación de la creencia en la posibilidad de la comunicación con los seres del Más Allá de la Tumba”. “A pesar de sus errores de sistema, Swedenborg no deja de ser una de esas grandes figuras, cuyo recuerdo quedará conectada a la historia del Espiritismo, del cual fue uno de los primeros y de los celosos promotores”. A través de un médium, Kardec dialoga con Swedenborg (Espíritu), que reconoce algunos errores en lo que produjo en vida.

León Denis, en El Problema del Ser, del Destino y del Dolor, dice que Hellen Keller “no posee, en apariencia, sino el sentido del tacto para comunicar con el mundo exterior. Y, sin embargo, puede conversar en tres lenguas con sus visitantes; su bagaje intelectual es considerable; posee un sentimiento estético que le permite gozar de las obras de arte y de las armonías de la Naturaleza”. “Por el simple contacto de las manos, ella distingue el carácter y la disposición de espíritu de las personas que encuentra. Con la punta de los dedos coge la palabra en los labios y lee en los libros palpando los caracteres salientes, especialmente impresos para ella. Se eleva a la concepción de las cosas más abstractas y su conciencia se ilumina con claridades que va a buscar a la profundidades de su alma.” En el capítulo "Las Potencias del Alma", el discípulo de Kardec entiende que "evidentemente, nos encontramos en presencia de un ser evolucionado, retornando a la escena del mundo con toda la adquisición de los siglos recorridos”.

Con inteligencia de superdotada, Hellen escribió
libros notables

“El caso de Hellen – dijo Denis – prueba que, por detrás de los órganos momentáneamente atrofiados, existe una conciencia desde mucho familiarizada con las nociones del mundo exterior. Hay, ahí, a la vez, una demostración de las vidas anteriores del alma y de la existencia de sus propios sentidos, independientes de la materia, dominándola y sobreviviendo a toda desagregación corporal.” La Sra. Maëterlinck, que la visitó, dice que Hellen es un ser superior, que posee profundos conocimientos de Matemática, Astronomía, latín y griego, habla inglés, francés y alemán, y escribe ella misma como filósofa, psicóloga y poetisa.       É possível que seu navegador não suporte a exibição desta imagem.   

Espíritu moralmente evolucionado, Hellen fue activista social en la defensa de los derechos de los deficientes, de las mujeres, de los pobres y en la rehabilitación y reintegración profesional de las víctimas de la 2ª Guerra Mundial, a quien amó y visitó en los hospitales, hogares y fábricas. Con inteligencia de superdotada, escribió libros notables, profirió centenares de conferencias en 35 países, donde fue homenajeada por figuras célebres. Cuando su profesora se casó, Hellen fue a vivir con ella y ayudó siempre en las tareas diarias del hogar. Ella hubo aprendido bien la lección evangélica de que quién es fiel en las cosas pequeñas lo será siempre en las cosas grandes. Y todo hacía con alegría, afirmando: “No pidamos tareas iguales a nuestras fuerzas. Sino fuerzas iguales a nuestras tareas”.

André Luiz, a través  del médium Chico Xavier, nos recuerda que muchos “Mensajeros” descienden a la Tierra con tareas específicas. Prometen vencer pero la mayoría regresan a la Patria Espiritual vencidos, avergonzados por los fracasos, fallida por el mensaje no transmitido. La pequeña Hellen comenzó a desarrollar su mensaje a los 18 meses, cuando las más importantes facultades sensitivas se cerraron en su cuerpo y la cerraron por dentro. ¡El espíritu entonces despertó! La realidad interior venció los obstáculos y Hellen superó de forma extraordinaria los sentimientos de autocompasión y de infelicidad crónica que caracterizan buena parte de los Espíritus cuando enfrentan sus pruebas, comprobando que el poder de la voluntad representa una fuerza casi ilimitada. Así, transmitió íntegramente el mensaje de esperanza, la lección de ánimo, y la confianza en la victoria de la tenacidad, cuando la dirección es el progreso, y la meta es el Bien.

Hellen Adams Keller falleció en Westport, el 1º de junio de 1968.

 



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita