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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 5 205 17 de Abril de 2011

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Actos de los Apóstoles

Quinto libro del Nuevo Testamento

Lucas (Discípulo de Pablo)

(Parte 11)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstoles. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. Pablo pidió al tribuno permiso para hablar a la turba que minutos antes había intentado matarlo. ¿El tribuno lo atendió?

2. En su discurso, ¿cómo se presentó Pablo a la multitud enfurecida?

3. ¿De qué manera, de acuerdo con el testimonio de Pablo, se dio el encuentro de él con Jesús?

4. ¿Quién, según Pablo, lo ayudó a recobrar la visión?

5. ¿Qué fenómeno ocurrió con Pablo, al volver a Jerusalén, tras haber recobrado la visión en Damasco?

Texto para la lectura

39. Pablo va a la presencia de sus acusadores y es agredido - Conocedor de que Pablo era ciudadano romano y queriendo saber la verdad sobre las acusaciones que le hacían los judíos, el comandante convocó a los sacerdotes-jefes y todo el Consejo, llevando a Pablo a la presencia de ellos. Encarando con firmeza al Consejo, Pablo dijo: “¡Hermanos! ¡fue con la mejor de las conciencias que he procedido hasta hoy delante de Dios!” El sumo sacerdote Ananias mandó que sus ayudantes le golpearan en la boca, a lo que Pablo le dijo: “¡Dios te golpeará, pared encalada! Tú te sientas para juzgar con la Ley y contra la Ley mandas golpear en mí”. Los presentes le llamaron la atención, diciendo que él había insultado al sumo sacerdote. Pablo les respondió: “Hermanos, yo no sabía que era el sumo sacerdote. Porque está escrito: No insultarás al jefe de tú pueblo”. (Actos, 22:29 a 23:5.)

40. Los judíos traman la muerte de Pablo y él parte para Cesárea - El tumulto creado con el recurso adoptado por Pablo ante el Consejo creció mucho y el comandante comenzó a recelar que él fuera linchado. Por eso, ordenó a los soldados que lo quitaran de allí y lo llevaran de nuevo para dentro de la fortaleza. En la noche siguiente, el Señor apareció a Pablo y le dijo: “¡Coraje! Así como de este testimonio de mí en Jerusalén, también serás mi testigo en Roma”. Cuando amaneció, los judíos se reunieron y se comprometieron bajo juramento a no comer ni beber hasta matar a Pablo. Eran más de cuarenta los que así juraron. Con esa intención, ellos pidieron entonces a los sacerdotes-jefes y a los ancianos que convencieran al comandante a traer a Pablo a la presencia de ellos, bajo pretexto de examinar su caso con más cuidado. Pero un sobrino de Pablo, informado sobre la emboscada, fue a la fortaleza y lo avisó. De inmediato, Pablo llamó a uno de los oficiales y pidió que llevara el joven al comandante, porque él tenía algo serio para comunicar. El joven fue, relató todo lo que sabía, y el comandante decidió entonces conducir a Pablo al gobernador Félix, en Cesárea. (Actos, 23:10 a 23:24.)

41. En Cesárea, Pablo queda detenido en el palacio de Herodes - Claudio Lísias – así se llamaba el comandante – envió con el preso la siguiente carta al gobernador: “Saludos. Este hombre fue prendido por los judíos y estaba para ser asesinado por ellos, cuando interferí con mi tropa y lo liberé, pues fui informado de que era ciudadano romano. Hice que compareciera ante el Consejo Superior, deseoso de verificar la causa de las acusaciones. Descubrí que él era acusado por cuestiones relativas a su Ley, sin que hubiera realmente acusaciones contra él que merecieran muerte o prisión. Pero yo recibí la denuncia de que se armaba un atentado contra este hombre y traté de enviarlo a ti, avisando a la vez a los acusadores que presentaran queja contra él delante de ti. Adiós”.  Pablo partió durante la noche y, al llegar a Cesárea, fue interrogado por el gobernador Félix, que le preguntó de que provincia era. Informado de que era de Cilícia, él lo avisó de que iría a oírlo cuando allí estuvieran sus acusadores. Pablo quedó entonces detenido en el palacio de Herodes. (Actos, 23:25 a 23:35.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. Paulo pidió al tribuno permiso para hablar a la turba que minutos antes hube intentado matarlo. ¿El tribuno lo atendió?

Sí. Con el permiso del tribuno, Pablo, poniéndose en pie en las escaleras, hizo señal con la mano al pueblo y, hecho gran silencio, le habló en hebreo. (Actos, 21:35 a 21:40.)

2. En su discurso, ¿cómo se presentó Pablo a la multitud enfurecida?

Pablo dijo: - Soy judío, nacido en Tarso de Cilícia, y en esta ciudad criado a los pies de Gamaliel, instruido conforme la verdad de la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como todos vosotros hoy sois. Y perseguí este camino hasta  la muerte, prendiendo, y poniendo en prisiones, tanto hombres como mujeres, como el sumo sacerdote me es testigo y todo el consejo de los ancianos. Y, recibiendo de estas cartas para los hermanos, fui a Damasco, para traer maniatados para Jerusalén a aquellos que allí estuvieran, a fin de que fueran castigados. En la secuencia, él explicó como se dio su encuentro con Jesús y los hechos subsiguientes que lo llevaron a hacerse cristiano. (Actos, 22:1 a 22:5.)

3. ¿De qué manera, de acuerdo con el testimonio de Pablo, se dio el encuentro de él con Jesús?

Él narró así ese encuentro: Yendo yo ya de camino, y llegando cerca de Damasco, casi por el mediodía, de repente me rodeó una gran luz del cielo. Y caí por tierra, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo respondí: ¿Quién eres, Señor? Él me dijo: Yo soy Jesús Nazareno, a quién tú persigues. Los que estaban conmigo vieron, en verdad, la luz, y se atemorizaron mucho, pero no oyeron la voz de aquel que hablaba conmigo. Entonces dije yo: ¿Señor, qué haré? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que te es ordenado hacer. Y, como yo no veía, a causa del esplendor de aquella luz, fui llevado por la mano de los que estaban conmigo, y llegué a Damasco. (Actos, 22:6 a 22:11.)

4. ¿Quién, según Pablo, lo ayudó a recobrar la visión?

Fue Ananias, hombre piadoso, que tenía buen testimonio de todos los judíos que vivían en Damasco. Según Pablo, Ananias lo buscó y, presentándose, le dijo: Saulo, hermano, recobra la vista. Y en aquella misma hora lo vi. Y él dijo: El Dios de nuestros padres de antemano te designó para que conozcas su voluntad, y veas aquel Justo y oigas la voz de su boca. Porque has de ser su testigo para con todos los hombres de lo que has visto y oído. (Actos, 22:11 a 22:16.)

5. ¿Qué fenómeno ocurrió con Pablo, al volver a Jerusalén, después de haber recobrado la visión en Damasco?

Pablo dijo que, volviendo para Jerusalén, cuando oraba en el templo, fue arrebatado para fuera de sí y vio a alguien que le dijo: Date  prisa y sal apresuradamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Pablo le dijo: Señor, ellos bien saben que yo lanzaba en la prisión y azotaba en las sinagogas a los que creían en ti. Y cuando la sangre de Esteban, tu testigo, se derramaba, también yo estaba presente y consentía en su muerte, y guardaba las capas de los que lo mataban. Él, entonces, le dije: Ve, porque he de enviarte a los gentiles de lejos. (Actos, 22:17 a 22:21.)
 


 

 

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