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Año 4 203 – 3 de Abril de 2011

MARCOS PAULO DE OLIVEIRA SANTOS     
mpoliv@bol.com.br     

Taguatinga, Distrito Federal (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org



Ensayo sobre la Muerte

(Parte 3)
 

En sus investigaciones, Elizabeth Kübler-Ross pudo comprobar también las diversas fases que componen el fenómeno de la muerte, a saber:

1.      Fase uno: “Las personas flotaban para fuera de sus cuerpos.” (Obra cit., pág. 211.) En esa fase las personas tienen conciencia de todo lo que ocurre alrededor. Consiguen describir los comentarios a su respecto y todos los detalles de la transición; tienen una forma etérea; se sienten plenas, o sea, aún aquellas que tienen algún problema físico (ejemplo: paralíticos) consiguen establecerse alegremente. 

2.      Fase dos: “En ese punto, las personas ya habían dejado sus cuerpos para tras y decían que se encontraban en un estado de vida tras la muerte que sólo puede ser definido como espíritu y energía. Se sentían reconfortadas al descubrir que ningún ser humano jamás muere solo.” (Obra cit., pág. 212.) Esa fase se caracteriza por la alegría de la inmortalidad del alma. Por la certeza de que no se muere solo, o sea, siempre tenemos la compañía a que tenemos derecho durante nuestro estadio terrestre. La doctora Ross también afirma en ese pasaje que muchos, al pensar en sus familiares, se veían junto a ellos. Eran transportados con la rapidez del pensamiento, lo que nos insta a pensar con armonía y amor sobre aquellos que parten y, también, vigilando nuestros comentarios.

3.                Fase tres: “Guiados por su ángel de la guardia, mis pacientes pasaban entonces para la tercera fase, entrando en lo que acostumbraba a ser descrito como un túnel, o un portón intermediario, aunque las personas mencionaron una grande variedad de otras imágenes: un puente, un desfiladero en una montaña, un bonito riacho – básicamente lo que era más confortador para cada uno. Creaban esas imágenes con energía psíquica y, en al final, veían una luz brillante.” (Obra cit., pág. 213.) A fuerza de nuestro pensamiento esconde misterios que aún no logramos conocer. En esa fase, la doctora Ross nos muestra la importancia de nuestra casa mental, de anhelar construcciones mentales positivas, edificantes. Lo que nos es confortador es que en sus investigaciones muchos de sus pacientes se vuelven delante de sus mentores o guías espirituales que muchos los amaban, demostrándoles la inmensidad del Infinito y un amor incondicional, que cada uno interpretaba a su manera, conforme la experiencia religiosa que había vivido en la Tierra (unos decían ser ese amor de Buda, otros de Jesucristo, otros de Dios etc.). En esa fase también ocurren las primeras visualizaciones del mundo espiritual, de sus hábitos, costumbres, funcionamiento, en fin, sobradamente descritas en la literatura espírita.

4.      Fase cuatro: “En ese estadio, las personas pasaban por una revisión de sus vidas, un proceso en el cual se veían delante de la totalidad de sus vidas. Repasaban cada acción, palabra y pensamiento. Las razones de cada una de sus decisiones, pensamientos y acciones se volvían comprensibles.” (Obra cit., pág. 214.) En esa fase, ocurre una retrospectiva de nuestras acciones, lo que nos hace reflexionar sobre la relevancia de utilizar bien nuestro libre albedrío. O sea, ¿que contribución podemos dar para el medio en que vivimos? Es un momento de pensar sobre el tiempo de que disponemos aquí en la Tierra, para cuando atravesamos el Infinito hayamos buenos recuerdos de la vida planetaria y no creemos remordimientos... El tribunal divino está en nuestras conciencias. Cuando morimos en el plano terrestre y adentramos el mundo disponemos aquí en la Tierra, para cuando atravesemos el Infinito tengamos buenas recuerdos de la vida planetaria y no creemos remordimientos... El tribunal divino está en nuestras conciencias. Cuando morimos en el plan terrestre y adentramos el mundo espiritual somos invitados por esa misma conciencia, donde yacen las leyes de Dios, para una reflexión sobre el tiempo que pasamos en la Tierra. No es, pues, sin sentido la afirmación: “A cada uno será dado según sus obras”. 

La contribución de Elisabeth Kübler-Ross al mundo académico es innegable. Se trata de experiencias bellísimas en el contacto con sus pacientes y que quedaron legadas en narraciones en sus diversos libros. Sugerimos la lectura atenta de todas las obras de esa mujer extraordinaria, para que el lector tenga una buena noción del magnífico trabajo por ella realizado, que por cuestiones obvias no pudimos proceder de la forma que nos gustaría.

Informes de Raymond Moody

Raymond Moody, renombrado investigador norteamericano, trajo valerosas contribuciones para el pensamiento académico. Sus principales ideas están en los libros “La Vida Después de la Vida” y “La Luz que viene del Más Allá”. El primero se hizo best-seller bastante premiado. Sus investigaciones recaían sobre las personas que estuvieron al borde de la muerte, pero que por varios motivos consiguieron volver a la vida material. Él denominó tal fenómeno de Experiencia de Casi-Muerte. Tal acontecimiento es caracterizado por un conjunto de experiencias por él detectadas junto a los diversos pacientes que atendió u observó.

Una o más características corroboran el fenómeno de Experiencia de Casi-Muerte, o sea, no hay la obligatoriedad de ocurrir en secuencia o que todas ocurran.

Veamos esas sintomatologias constatadas por Raymond:

1. Sensación de estar muerto: “Muchas personas no perciben que la experiencia de casi-muerte que están viviendo está conectada a la muerte. Ellas se ven flotando por encima de su cuerpo, mirando para él a una cierta distancia, y, de repente, sienten miedo y/o confusión.” (Obra citada, pág. 20.) Esa confusión o recelo es fruto del desconocimiento de la existencia espiritual. Aún carecemos de la educación para la inmortalidad de la vida. Lo que el Dr. Raymond detectó en sus investigaciones no son propiamente “descubrimientos”. Él dio un nuevo ropaje para el medio académico, aún bastante rígido. Vale, por lo tanto, considerar que, debido a la sensibilidad mayor o más pequeña de diversas personas, ellas pueden, sí, desdoblarse y verse fuera del cuerpo, e incluso dar detalles de todo lo que pasa en el ambiente.

2. Paz y Ausencia de Dolor: “Mientras el paciente está encarnado, frecuentemente puede haber dolor intenso. Pero cuando los ‘hilos son cortados’ hay una sensación real de paz y ausencia de dolor.” Los hilos energéticos que unen el cuerpo material y el periespíritu no son “cortados”, de lo contrario tendríamos la muerte de hecho. Esos hilos son “aflojados” y el ser que pasa por tal experiencia se siente con mayor lucidez y libertad, porque vive aunque pálidamente las delicias del espíritu.  Una sensación real de paz y ausencia de dolor.” (Obra cit., pág. 22.) Los hilos energéticos que unen el cuerpo material y el periespíritu no son “cortados”, de lo contrario tendríamos la muerte de hecho. Esos hilos son “aflojados” y lo ser que pasa por tal experiencia siéntese con mayor lucidez y libertad, porque vivencia aunque pálidamente las delicias del espíritu. De ese modo, y teniéndose en consideración el equipaje moral de cada uno, se tiene la ausencia de dolor. Porque el dolor ocurre, predominantemente, en la materia. El dolor del Espíritu es moral. 

3. La Experiencia de sentirse fuera del cuerpo: “Frecuentemente, cuando el médico dice ‘Nosotros lo perdemos’, el paciente pasa por un cambio completo de perspectiva. Él se siente levantar y puede ver el propio cuerpo bajo de él.” (Obra cit., pág. 22.) Ya mencionamos en el ítem 1 el por qué de eso. Reforzamos aunque debido a la fuerza de voluntad del paciente es posible desplazarse para cualquier lugar. Así, hay experiencias de personas que deseaban muchísimo ir para la sala de espera, donde estaban los familiares, y eran capaces de describir todo lo que ocurría, con impresionante riqueza de detalles.  

4. La Experiencia del Túnel: “La experiencia del túnel generalmente ocurre tras la separación del cuerpo. (...) las personas pasan por el ‘corte de las amarras’ y por la ‘experiencia de estar fuera del cuerpo’ antes de realmente percibir que todo eso está relacionado a la muerte.” (Obra cit., pág. 23.) Esa experiencia es la más famosa descrita por Raymond Moody. Gran parte de aquellos que pasaron por la EQM afirman experimentar tal sensación, que se configura no sólo como un túnel, sino también de otras formas, como escaleras, puentes etc. 

5. Personas de Luz: “Tras atravesar el túnel, la persona generalmente encuentra Seres de Luz. Esos seres no son hechos de luz común. Ellos brillan con una luminosidad linda e intensa, que parece penetrar todo y llena a la persona de amor.” (Obra cit., pág. 24.) La luz de esas personas, característica de los Espíritus benevolentes, no causa malestar al ser que sufre una EQM y tiene oportunidad de encontrarlos. Al contrario, esa luz es confundida con el amor. Son seres que se preocupan con la armonía interior del individuo y lo infunden de alegría y paz. 

6. El Ser de Luz: “Tras encontrar varios Seres de Luz, la persona que pasa por una EQM encuentra un Ser Supremo de Luz.” (Obra cit., pág. 25.) Dependiendo de la formación religiosa del individuo ese Ser de Luz recibe unas denominaciones, por ejemplo, Jesús, Dios, Buda, Alá etc. El hecho es que ese Ser de Luz transmite una paz y un amor totales. Todos los que tienen la oportunidad de verlo no quieren salir más de su lado. Podríamos decir que ese Ser de Luz es el mentor de la persona, la cual, afín por recónditos lazos de fraternidad y amor, se siente muy querida. Ese mentor es el responsable por dar guía a la vida de esa persona, como, por ejemplo, volver o no al cuerpo físico, realizar una revisión de la experiencia terrestre etc. 

7. La Revisión de la Vida: “Cuando la revisión de la vida ocurre, no hay ninguna ambientación física más. En el lugar, hay una revisión panorámica de la vida en un plano tridimensional, totalmente coloreado, donde la persona puede rever cada una de las cosas que hizo en su vida.” (Obra cit., pág. 25.) Además de esa revisión mental de los hechos de la vida, la persona es capaz de sentir los efectos de sus acciones. Si realizó el bien para alguien, siente la alegría y la paz interior. Si causó el mal por medio de una palabra, de un gesto o actitud, tiene la misma sensación de la persona ofendida. Así, encontramos un juez dentro de nosotros mismos llamado  conciencia. Esos análisis causan significativos cambios en las personas que sufrieron una EQM. 

8. Ascenso Rápido al Cielo: “Debo decir que ni todas las personas que tienen una EQM pasan por la experiencia del túnel. Algunas relatan una sensación de `flotar’ en la cual ellas suben rápidamente a los cielos, viendo el universo de una perspectiva posible sólo para satélites y astronautas.” (Obra cit., pág. 26.) Cada experiencia es “sui generis” y la sensación ascendente rápida al cielo es el resultado natural de las propiedades del periespíritu, que, debido a su textura fluídica, hace ejecutado el vuelo, aunque la persona que pasa por la EQM no sepa decir cómo se procesa tal fenómeno. Muchas veces ella encuentra el soporte de benefactores amigos que la transportan para regiones elevadas, fuera del orbe terrestre. 

9. Reluctancia en Volver: “Para muchas personas, la EQM es tan agradable que ellas no quieren volver. Como consecuencia, acostumbran a quedar muy enfadadas con sus médicos por traerlas de vuelta.” (Obra cit., pág. 27.) Después de conocer, aunque pálidamente, las bellezas del mundo espiritual y la fraternidad que reina entre sus habitantes, las personas no quieren volver más al mundo de dolor, luchas y sufrimientos que es la Tierra. Son, sin embargo, movidas por una extraña energía en el sentido de modificar comportamientos para mejor acertar y conquistar nuevamente ese Eldorado del espacio. 

10. Tiempo y Espacio Diferentes: “... las personas que pasaron por una EQM dicen que el tiempo es altamente comprimido y nada semejante al tiempo que observamos en nuestros relojes. Esas personas lo describen como ‘estar en la eternidad’.” (Obra cit., pág. 28.) Por adentrar en otra dimensión, diferente en diversos aspectos de la nuestra, la cuestión de la temporalidad también es diferente. Cada dimensión espiritual presenta su tiempo específico. 

Por fin, algunas consideraciones finales sobre Raymond Moody.

Él constató que en algunos casos, mucho menos frecuentes, algunas personas que sufrieron EQM pudieron visualizar el futuro. Así, serían capaces de decir todo lo que ocurriría consigo mismas o aún tendrían la sensación de ya haber viviendo determinadas situaciones (déjà vu). Esos casos son bastante raros, pero ya fueron registrados en la literatura de ese investigador y otros que estudian la misma temática.

Otro hecho importante es el cambio profundo que la EQM causa en las personas que la vivieron. Las personas vuelven con valores renovados, buscan amar incondicionalmente todas las manifestaciones de vida y, también, buscan conocer al máximo, o sea, matricularse en cursos, buscan leer ávidamente (aunque no les gustara antes la lectura), en fin.

Afirman que solamente el amor y el conocimiento son lo que verdaderamente llevamos para la otra dimensión. Corroboran, por lo tanto, las afirmaciones del Espíritu de Verdad cuando dijo para amarnos e instruirnos. Así como Emmanuel y otros que afirman que el sentimiento y la razón son dos alas que nos llevarán al Creador.

La contribución de Raymond Moody al mundo académico fue y continúa siendo bastante preciosa. Él fue, juntamente con Kübler-Ross, uno de los responsables por la diseminación de la inmortalidad de la vida en el mundo científico. Gracias a ambos y otros tantos la ciencia comienza a atentar para tales verdades. Quién desee estudiar más acerca de la temática debe leerlo, porque él nos trae enseñanzas valerosas.



 


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