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Año 4 202 – 27 de Marzo de 2011

MARCOS PAULO DE OLIVEIRA SANTOS     
mpoliv@bol.com.br     

Taguatinga, Distrito Federal (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org



Ensayo sobre la Muerte

(Parte 2)
 

Además de lo que escribió el Espíritu Irmão X, tenemos aún sobre el tema alimentación, la sana recomendación de Emmanuel, que fue mentor del añorado Chico  Xavier, el cual, en la obra “O Consolador”, afirma: “La ingestión de las vísceras de los animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivaron numerosas adicciones de la nutrición humana. Es de lastimar semejante situación, aún porque, si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de los mataderos y frigoríficos”. (Obra citada, cuestión 129.)

Creemos que la afirmación de Emmanuel es bastante clara y objetiva. Los recursos que necesitamos pueden ser encontrados en productos vegetales. El advenimiento científico y tecnológico propicia al ser humano moderno la capacidad de extraer tales recursos de la naturaleza, de donde se sigue que no son más necesarias las terribles muertes a que son sometidos los pobres animales. Por fin, el Espíritu André Luiz, también por la sublime mediumnidad de Chico Xavier, en la obra “Nosso Lar”, nos narra los problemas causados por la alimentación en el mundo espiritual. Nos afirma ese Espíritu que en un determinado periodo de la historia de la colonia “Nosso Lar” los recién-desencarnados “querían mesas llenas, bebidas excitantes, dilatando viejas adicciones terrenas”. (Nuestro Hogar, pág. 55.) Solamente un ministerio, el denominado “Ministerio de la Unión Divina”, se mantuvo incólume a las tentaciones de los vicios que los Espíritus recién liberados de la indumentaria carnal para allá llevaban. En suma, fue necesito un trabajo hercúleo del gobernador de la colonia para organizarla ante el caos. Hubo diversas protestas, intento de invasiones de los hermanos infelices que habitaban el Umbral etc. Hubo, también, la necesidad de la convocación de Espíritus benefactores que enseñan a los Espíritus recalcitrante a alimentarse correctamente y con equilibrio.

Desapegarse de los bienes materiales es una medida también valiosa

Algunos amigos ya tuvieron deseos de decirnos cuando ejemplificamos el caso de “Nuestro Hogar”: “Cuando yo esté del otro lado, yo voy a preocuparme con eso”. Pero es imperioso entendamos que la muerte no trae cambios extraordinarios. Al contrario, continuamos siendo lo que siempre fuimos, sólo que en otra vibración energética.

Por eso, la alerta de esos Espíritus para que tengamos fuerza de voluntad para modificar adicciones lamentables que aún cargamos, de lo contrario tendremos grandes dificultades en la erraticidad. Así, el alcoholismo, el tabaquismo, la ingestión carnívora, la sexo-latría, la drogadicción, los excesos de todo orden constituyen graves obstáculos para el envolvimiento del recién liberado.

Otro apunte relevante de Hermano X es este: “Si usted posee algún dinero o tiene alguna posesión terrestre, no aplace donaciones, si está realmente inclinado a hacerlas. Grandes hombres, que admirábamos en el mundo por la habilidad y poder con que concretaban importantes negocios, aparecen, junto a nosotros, en muchas ocasiones, a la manera de niños desesperados por no conseguir maniobrar los talones de cheque”. (Obra citada, pág. 23.)

Se trata de una alerta importantísima, porque nada llevaremos de material al mundo espiritual. Sólo los conocimientos adquiridos, las amistades o desafectos, los valores morales, finalmente.  Entonces, ¿por qué tanto egoísmo de nuestra parte? Mientras tantos hermanos se debaten con el hambre, la sed, el frío en la noche tenebrosa del mundo, nosotros nos empachamos con nuestros excesos; consumimos cada vez más y más; acumulamos objetos materiales que muchas veces no usamos y que quedan olvidados en nuestros armarios destinados a la destrucción del tiempo o del óxido…

Es un fuerte llamamiento de ese Espíritu para que comencemos a deshacernos de las cosas materiales. Y es preferible igual las donaciones, para aquellos que poseen altas sumas en dinero o bienes materiales, sean hechas aún en vida material, sin conciencia de culpa, con desprendimiento y amor, para que no haya contratiempos desagradables cuando el gran viaje.

Incluso el amor debe ser con moderación. Él nos dice: “... no se apegue demasiado a los lazos consanguíneos. Ame a su esposa, sus hijos y sus parientes con moderación, en la certeza de que, un día, usted estará ausente de ellos y de que, por eso mismo, actuarán casi siempre en desacuerdo con su voluntad, aunque le respeten la memoria”. (Obra citada, pág. 23.)

Esta es una enseñanza de difícil ejecución porque muchas veces nuestro “amor” es rellenado por el egoísmo. Pero debemos comprender que quién ama verdaderamente libera y es capaz de renunciar para la felicidad ajena. De este modo, nuestro amor debe ser comedido, en la seguridad de que un día nos reencontraremos y que también pertenecemos a una familia mucho mayor, bajo la égida del Creador.

Por fin, el Hermano X nos insta a vivir la religión que abrazamos, sea ella cuál sea. La responsabilidad de quien ya conoce el camino del bien es mayor y, del otro lado, la conciencia será la gran jueza de nuestros actos. Además, no podremos alegar falta de conocimiento, porque todas las religiones llevan al Padre, enseñan el amor. Vivirlo en la práctica constante del bien es nuestra función aquí en la Tierra. Debemos practicar el bien sin la presunción de querer agradar a todos, porque ni el maestro Nazareno logró hacerlo. El trabajo edificante borra cualquier amargura, cualquier problema y nos enseña a servir en la obra de la Creación. No fue, pues, sin motivo que el preclaro Codificador estableció que “¡fuera de la caridad no hay salvación!”.

¿Inhumación o Cremación?

Se pierde en las páginas del tiempo de la Humanidad el origen de la cremación. Las antiguas civilizaciones la realizaban respetando sus respectivas costumbres y creencias.

Es una problemática compleja para la sociedad occidental aún caracterizada históricamente por la pusilanimidad y el materialismo.

Discusiones a parte, compete al propio interesado, en vida, realizar su pedido formalmente a la familia y, si es posible, registrarlo en un notario. Sin embargo, si no fuera posible, cabe a la voluntad familiar el destino de los despojos, respetando los principios religiosos, éticos y morales del desencarnado.

En la comprensión espírita, se sabe que se debe dar un tiempo considerable en los casos de cremación. Como mínimo 72 horas. Porque no todos los Espíritus se despojan fácilmente del cuerpo, lo que puede acarrear tormentos en el más allá para el alma aún poco evolucionada, como  se da con la mayoría de nosotros.

Llegará un día en la evolución terrestre que no más ocuparemos espacios gigantescos con cadáveres, bajo pena de sufrir los efectos de tal procedimiento (contaminaciones del suelo y de las mortajas húmedas, ocupación de vasta área que podría ser utilizada para otro fin etc.). Adoraremos el respeto y el cariño a los que partieron, en la intimidad del corazón, enviándoles buenos pensamientos. Y ellos – los desencarnados – en contrapartida se sentirán bastante felices de vernos resignados y compelidos a la caridad, porque donaríamos sus pertenencias a los más necesitados materialmente, despojándonos de los atavismos.

Informes de Elizabeth Kübler-Ross

La notable psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross fue la precursora del tratamiento humanizado a los pacientes terminales. Nació ella en 1926, en Suiza. Y se encaminó en el campo de la Medicina. Fue a partir de ella que se comenzó a pensar sobre la dignidad de los enfermos que atravesarían lo invisible. Su misión fue dar dignidad a los pacientes y, también, cantar la inmortalidad de la vida al medio académico.

En la obra “La Rueda de la Vida” encontramos un curioso pasaje narrado por ella misma. Veamos: (...) “El misterio inmediatamente se esclareció. Mi amiga y su marido, un arquitecto conocido, vivían en una linda casa de estilo español. Así que entré, me abrazaron y demostraron alivio por haber conseguido yo llegar. ¿Había alguna posibilidad de que no consiguiera? Antes que tuviera tiempo de preguntar cual era el problema, me llevaron para la sala y me hicieron sentar en una silla. El marido de mi amiga se sentó delante de mí y balanceó el cuerpo para adelante y para atrás hasta entrar en trance. Lancé una mirada indagadora para mí amiga.

El es médium – dijo.

Al oír eso, tuve seguridad de que la confusión inmediatamente se esclarecería y volví mi atención para el marido de ella. Sus ojos estaban cerrados, tenía una expresión muy seria en el rostro y, cuando el Espíritu tomó cuenta de él, parecía que había envejecido cien años.

Dio cierto traer a usted hasta aquí – dijo, con una voz ahora extraña, de una persona más vieja, y cargada de urgencia. Es fundamental que usted no posponga más. Su trabajo sobre la muerte y el morir está terminado. Ahora, está en la hora de iniciar su segunda tarea. Escuchar pacientes o médiums nunca fueron problema para mí, pero comprender lo que decían a veces llevaba algún tiempo.

¿Qué está queriendo decir, cual es mi segunda tarea? – pregunté.

Está en la hora de decir usted al mundo que la muerte no existe – afirmó.

A pesar de saber que la función de los guías es únicamente ayudarnos a cumplir nuestro destino y las promesas que hicimos a Dios, yo protesté. Necesitaba de más explicaciones. Necesitaba saber por qué me habían escogido. A fin de cuentas, era conocida en todo el mundo como la Mujer de la Muerte y del Morir. ¿De qué modo volvería atrás y diría a todos que la muerte no existe?

¿Por qué yo? – pregunté. ¿Por qué no escogieron a un pastor o alguien así?

El Espíritu demostró señales de impaciencia. Observó que había sido yo misma quien había escogido el trabajo que realizaría en esta vida en la Tierra.

Estoy sólo diciendo a usted que está en la hora – dijo. Y enseguida enumeró una lista enorme de razones por las cuales yo era la persona destinada a realizar aquella tarea: Tendría que ser una persona conectada a la medicina y a la ciencia, no a la teología o a la religión, pues estas no hicieron lo que deberían a pesar de haber tenido oportunidades más  que suficientes en los últimos dos mil años. Tendría que ser una mujer y no un hombre. Y alguien que no tuviera miedo. Y alguien que tuviera acceso a mucha gente y fuera capaz de transmitir la sensación de estar hablando personalmente con cada uno.

Es todo. Está en la hora – concluyó. Usted tiene mucho que asimilar.

Esto era indiscutible. Tras una taza de té, mi amiga, su marido y yo, agotados física y emocionalmente, fuimos para nuestros cuartos. Al quedar sola, vi que había sido llamada allí por aquella razón específica. Nada ocurre por casualidad.” (Obra citada, pp. 233 a 235.)

Los cinco estados del dolor de la muerte

La doctora Kübler-Ross estableció en sus investigaciones un modelo que quedó denominado como Modelo Kübler-Ross o los Cinco Estados del Dolor de la Muerte

1.       Primer estado – Negación o Aislamiento: Es un mecanismo de defensa de la mente delante del dolor de la muerte. Varían de individuo para individuo la duración y la intensidad de ese dolor y, también, como las personas a su alrededor encaran tal situación Es una defensa del ego. Se trata de un momento muy delicado que exige una educación espiritual de todos nosotros, para que aprendamos a aceptar los Designios del Sempiterno.

2.      Segundo estado – Rabia: Es un momento en que el instinto de preservación de la vida nos arma, muchas veces sin saber. Es un reflejo de nuestra educación basal deficiente. Es, pues, la agresión con aquellos que están próximos a nosotros. Es la agresión contra nosotros mismos y contra el Creador. Es la impotencia delante de una situación inexorable. Es el cuestionamiento muchas veces enfermo: “¿Por qué conmigo, si hay tanta gente mala para morir?”. Es un momento que exige bastante paciencia de los familiares y amigos. Y también, varía en su durabilidad de persona a persona.

3.      Tercer estado – Intercambio: Debido a la inseguridad psicológica, la persona que se encuentra a las puertas de la muerte se deja contaminar por el intercambio. Intenta hacer un “intercambio” con el Creador. Delante de la incapacidad de ofrecerle algo mejor, la persona promete dedicarse a la caridad, a los asilos, a la niños necesitados, hospitales, iglesias, templos religiosos, abandonar adicciones etc. La persona implora a Dios para que le de más tiempo sobre la Tierra y en cambio le daría una vida recta en la práctica del bien.

4.      Cuarto estado – Depresión: El desanimo, el desinterés, el llanto y otros son reflejos del cuadro psicológico denominado depresión. Todos nosotros sentimos alguna vez en mayor o más pequeño grado esos síntomas delante de una “pérdida”. La persona que se ve impotente delante de la verdad inequívoca de la muerte pasa por ese estado, que perdura conforme su conducta mental y las enseñanzas que posiblemente haya recibido.

5.      Quinto estado  – Aceptación: Es un momento de serenidad ante la verdad. La Medicina moderna viene destinando su atención a los cuidados de esos pacientes y sus familiares, para que tengan un momento de tranquilidad y paz; sin desesperación. (Continuará en la próxima edición.)




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita