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Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 4 197 – 20 de Febrero de 2011

 
                                                            
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

Resolviendo conflictos

 

El padre de Mateos, funcionario de una gran empresa, fue ascendido y sería transferido para otro país, y la familia tendría que mudarse para allá.

Después de meses de preparación, viajaron para el nuevo país. Instalados en la nueva residencia, todo era novedad. A pesar de haber estudiado inglés en Brasil, Mateos  no entendía lo que las personas decían.   

En la escuela, él no conseguía entender ni a los compañeros ni a la profesora. Esa situación lo dejó estresado, y él volvía para casa siempre nervioso e irritado. No bastara eso, aún tenía a un chico que lo ridiculizaba ante toda el grupo, bromeando sobre él. 

Cierto día, Mateos entró en casa triste y no quiso almorzar. Doña Elsa se acercó a él, cariñosa, lo abrazo.

— Hijo mío, yo sé que no está siendo fácil para ti ese cambio de vida. Pero, con paciencia, vamos a resolver todo.   

Abrazado a la madre, Mateo se puso a llorar, desahogándose:

— La adaptación ya no es fácil, pero tengo a un chico que me perturba todo el tiempo, madre. Como Joe sabe que no entiendo bien el inglés, él hace humillándome ante los demás.   

— Hijo mío, yo entiendo lo que tú estás pasando. Sin embargo, siempre que alguien actúa de esa forma es porque también tiene problemas. Ciertamente ese chico no es feliz, puedes creerlo — dijo ella. 

— ¿Tú crees eso, mamá?

— ¡Creo no, tengo seguridad! De cualquier modo, busca actuar diferente con Joe. Sé simpático, muestra cordialidad, sonría. No hay nada que tu bella sonrisa no consiga resolver. Aproxímate a él, busca conversar.    

Más animado con las sugerencias de la madre, al día siguiente Mateos fue para la escuela  más confiado. Siempre que el otro hacía una de sus bromas, Mateos no reaccionaba, mostrándose tranquilo y sonriente. Los días pasaban y el chico no desistía de  ridiculizarlo, pero Mateos continuaba obrando de la misma forma, alegre y simpático, lo que conquistó a los otros compañeros, pero no a Joe.

Cierto día, en el horario del recreo, viendo que Joe estaba solo, Mateos se aproximó a él con una sonrisa. 

— Hola!...

El otro levantó la cabeza, con expresión cerrada. Extrañaba la manera de actuar del

novato. Mateos se sentó al lado de él. Joe lo miraba con el rabillo del ojo, sin entender. De repente, Mateos cogió una barrita de chocolate del bolsillo y la ofreció al compañero. 

Joe andaba con hambre, y la aceptó. Comenzaron a conversar. Mateos hablaba un poco en inglés y un poco por mímica, y el otro lo encontraba gracioso. Por fuerza del hábito, acabó hablando en portugués, que Joe no entendió nada. Ambos cayeron en la risa y un clima diferente se estableció entre los dos chicos.        

Mateos supo que Joe estaba muy triste y rebelde porque sus padres estaban divorciados. Él vivía con la madre, pero sentía mucha falta del padre. Mateos se apenó de la situación de él, pensando que su madre tenía razón, cuando afirmó que el compañero tenía problemas.   

— Joe, yo imagino como tú estás sufriendo. Las parejas se desentienden y se separan. A veces, es mejor separarse que quedarse peleando todo el tiempo. Pero tú siempre vas a tener el amor de ellos, puedes creerlo.   

— Yo lo sé, pero no consigo aceptar esa situación.

Apenado, Mateos pensó un poco y lo invitó para ir hasta su casa después de clase, afirmando que la madre había hecho un bizcocho de chocolate muy bueno.

Joe aceptó con placer. A él no le gustaba volver para casa.

Sonó la sirena y volvieron a la sala de clase. El ambiente ahora, sin embargo, era completamente diferente. Joe avisó a la madre que iba a visitar a un amigo y acompañó a Mateos hasta la casa de él.   

Llegando a la casa, la madre de Mateos quedó muy contenta al ver al hijo con el chico que, hasta entonces, era el mayor problema de él en la escuela. Joe le contó a ella  que los padres estaban divorciados. Que al padre le gustaba beber y, cuando eso ocurría él se ponía violento. A veces él golpeaba a la madre que, no aguantando más, decidió separarse. Sin embargo, él sabía que ella estaba sufriendo, pues por las noches, sola en el cuarto, él la oía llorar.

Llena de compasión, Elsa consideró:

— Joe, cuando una pareja no se entiende más, es preferible la separación para que no ocurra algo peor. ¡Además de eso, todo cambia! La oración opera milagros. Siempre que recuerdes a tu padre, envuélvelo con cariño. Piensa que tú estás dándole un abrazo a  distancia. Haz lo mismo con tu madre.

— Voy a intentarlo. ¿Eso ayuda?

— Mucho. Tus padres necesitan de ayuda. Busca también hablar con tu padre. Háblale a él de la necesidad de parar de beber. Incentívalo a buscar un grupo de apoyo, y ¿quien sabe, la situación mejore? 

El chico quedó todo animado. Sabía que al padre aún le gustaba su madre y que también estaba sufriendo con la separación.

Los chicos se hicieron amigos y se visitaban con frecuencia. Ellos se ayudaban mutuamente con el idioma, cada uno enseñando al otro la propia lengua. 

Algún tiempo después, Dorothy, la madre de Joe, junto con el marido y el hijo  llegaron a la casa de Mateos.   

Recibidos con mucho cariño por los dueños de la casa, Dorothy les contó la novedad:

— Mi marido y yo vamos a hacer un nuevo intento. Él paró de beber y está bien. ¡Entonces, seremos una familia de nuevo! — exclamó, intercambiando con el marido una mirada llena de amor y de esperanza.

Todos estaban felices con la solución del problema. Joe, con los ojos brillando, dijo:

— Debo todo a vosotros, que fueron mi mayor apoyo durante todo ese tiempo. Gracias.  

Elsa sonrió y consideró:

— ¡Agradezcamos a Jesús! Él es quien los amparó y fortaleció para que pudieran resolver sus conflictos.  

Joe sugirió que hicieran una plegaria y todos estuvieron de acuerdo. Y allí, las dos familias reunidas, ahora por lazos de afecto profundo, elevaron los pensamientos a Jesús, llenos de gratitud.   


MEIMEI


(Recebida por Célia X. de Camargo em 31/01/2011.) 



                                                          
                          



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Revista Semanal de Divulgación Espirita