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Año 4 197 – 20 de Febrero de 2011

ARTUR FELIPE DE A. FERREIRA
arturfelipeazevedo@msn.com
Goiânia, Goiás (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

Los efectos del ecléctico y de la heterodoxia en el movimiento espírita francés

 El sincretismo, la miscelánea del Espiritismo con otras corrientes espiritualistas, desfigurando por completo la práctica espírita, he ahí la causa de la desaparición del Espiritismo en Francia
 

Como bien sabemos, el Espiritismo surgió en Francia en 1857, con la publicación del Libro de los Espíritus por el profesor Hippolyte León Denizard Rivail, que utilizó el pseudónimo Allan Kardec para que quedara bien marcada la distinción de aquel su trabajo con otros oriundos de su profesión como respetado pedagogo, discípulo de Pestalozzi.

Con el éxito alcanzado por la primera obra de la Codificación Espírita, base de todo el edificio doctrinario, Allan Kardec decidió fundar en París, el 1º de abril de 1858, la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, cuya existencia justificó de la siguiente manera:

"La extensión por así decir universal que toman diariamente las creencias espíritas hacían desear vivamente la creación de un centro regular de observaciones. Esta laguna acaba de ser llenada. La Sociedad cuya formación tenemos el placer de anunciar, compuesta exclusivamente de personas serias, redimen de prevenciones y animadas del sincero deseo de esclarecimiento, contó, desde el inicio, entre sus asociados, con hombres eminentes por su saber y por su posición social. Estamos convencidos de que ella está llamada a prestar incontestables servicios a la constatación de la verdad.  Su ley orgánica le asegura una homogeneidad sin la cual no habrá vitalidad posible; está basada en la experiencia de los hombres y de las cosas y en el conocimiento de las condiciones necesarias a las observaciones que son el objeto de sus investigaciones. Viniendo a París, los extraños que se interesan por la doctrina espírita tendrán un centro al cual poder dirigirse y comunicar sus propias observaciones”.

De acuerdo con el informe de abril de 1862, publicado en la Revista Espírita, la Sociedad experimentó considerable crecimiento en sus primeros años de funcionamiento, con 87 socios efectivos pagadores, contando entre los miembros: científicos, literatos, artistas, médicos, ingenieros, abogados, magistrados, miembros de la nobleza, oficiales del ejército y de la marina, operarios civiles, empresarios, profesores y artesanos. El número de visitantes llegaba a casi 1.500 personas por año, considerable para la época.

El Codificador era riguroso en el cumplimiento de las disposiciones estatales y en la cuestión de la disciplina

Kardec, que desempeñaba el cargo de presidente desde la creación de la entidad, fatigado con el exceso de trabajo y cansado con las querellas administrativas, por varias veces, exteriorizó el deseo de renunciar. Instado, sin embargo, por los Espíritus coordinadores del trabajo, continuó en el ejercicio de la presidencia hasta la fecha de su desencarnación.

Conforme se puede claramente notar en escritos, documentos y testimonios de la época, el Codificador era riguroso en el cumplimiento de las disposiciones estatutarias y en la disciplina en la conducción de las actividades ahí realizadas. Exigía de todos los participantes extrema seriedad y eso contribuyó para dar mucha credibilidad a la institución y a sus pronunciamientos acerca de los asuntos tratados. Era extremadamente prudente y austero en los pareceres registrados y nunca permitió que la Sociedad se hiciera arena de controversias y debates estériles, generalmente fomentados por individuos interesados en desviar el Espiritismo de los rumbos establecidos en las obra de la Codificación.

Con la desencarnación de Allan Kardec en 1869, víctima de un aneurisma, uno de sus colaboradores más directos, Pierre Gaëtan Leymarie, pasó a ejercer las funciones de redactor-jefe y director de la Revue Spirite (1870 a 1901) y gerente de la Librairie Spirite (1870 a 1897). Sin embargo, sin las mismas credenciales del Codificador y por su excesivo espíritu de tolerancia, no fue capaz de obstruir la acción de pseudos adeptos que desvirtuaron la finalidad de la Revista, abriendo sus páginas a la propaganda de filosofías espiritualistas, inclusive a la ideas de Roustaing, que divergen del Espiritismo. Hubo, a la vez, el desvirtuamiento de las finalidades de la Revista Espírita, en que fue ofrecido "terreno libre a luchadores de todas las corrientes con la condición de que defendieran causas espiritualistas o de orden esencialmente humanitaria y moral, exponiéndose así a las críticas acérrimas de unos, a las acusaciones o descontento de otros...", conforme cuenta en la obra Proceso de los Espíritas (ed. FEB, 1977, págs. 22/23 de la 2ª edición).

En Brasil, en la actualidad, lo que podemos claramente verificar es que la historia se repite

En esos "luchadores de todas las corrientes" se incluían adeptos del Orientalismo, como teosofistas, budistas, ocultistas, esotéricos, etc., como consta en la obra Allan Kardec (FEB, vol. III), de Zêus Wantuil y Francisco Thiesen.

Esta es, por lo tanto, la causa de la desaparición del Espiritismo en Francia. El sincretismo, la miscelánea del Espiritismo con otras corrientes espiritualistas, desfigurando por completo la práctica espírita, que hasta hoy es confundida, en Francia y en prácticamente toda Europa, con toda suerte de supersticiones, como la astrología, quiromancia, feticheros, brujería, etc. En Brasil, en la actualidad, lo que podemos claramente verificar es que la historia se repite, siendo que la táctica de los enemigos velados del Espiritismo continúa la misma: la de proponer y forzar a la soterrada entrada de cuestionables prácticas e ideas en el seno del movimiento espírita brasileño.

Por un lado, tuvimos la adopción de las obras de Roustaing por la Federación Espírita Brasileña, teniendo sus miembros apellidado tales como con los títulos "Curso Superior de Espiritismo", "Cuarta Revelación" y "Revelación de la Revelación". Gracias a eso, hasta hoy sentimos el reflejo de esa política febeana, en la medida en que en el movimiento se instauró una mentalidad ridícula, subsirviente e iglecista, erróneamente confundida con una postura caritativa y tolerante, debido a toda una serie de obras, mediúmnicas o no que, aunque no mencionen a Roustaing o sus obras, conseguirán entrar, subrepticiamente, el ideario neodocetista en el seno del Movimiento Espírita brasileño.

Por otro lado, y adoptando ideas diferentes de las del rustenismo, los simpatizantes del orientalismo insisten, con base principalmente en los dictados del Espíritu Ramatis al médium espiritualista Hercílio Maes, en dar al Espiritismo una faceta mística pisada en las religiones orientalistas del pasado y en la Teosofía, juzgadas capaces de enriquecer el Espiritismo. Para tanto, no se privan en llamar a Kardec – y, consecuentemente, las obras de la Codificación Espírita – de desfasados, y la Doctrina necesitada de remiendos, considerando como principal artífice de esa "misión" al propio Espíritu Ramatis y sus confusos dictados, bajo la fachada de "universalismo", término generalmente utilizado para encubrir ideas sincretistas y prácticas fetichistas.  

Kardec afirmó que los peores enemigos del Espiritismo estarían entre sus seguidores

La lista de "innovaciones" propugnada por esos reductos seitistas es extensa: adopción de la astrología, de la apometria, de rituales, de terminologías extrañas al Espiritismo, creencia en profecías de destrucción del planeta, creencia en extra e intraterrenos con misión de salvar al planeta, y toda suerte de divagaciones místicas sin la más pequeña base lógica u objetiva, generalmente induciendo a una alienación místico-religiosa que en nada queda a deber a la religiones dogmáticas tradicionales, sólo que con una faceta diferente, de cuño esencialmente esotérico.

Así pues, mientras encaremos todo eso de brazos cruzados, víctimas por la falsa idea de que estaremos siendo intolerantes y anti fraternos al no esclarecernos y compactarnos con ese intento de desvirtuar la comprensión y de la práctica espírita, dentro y fuera de los centros espíritas y federaciones, todo quedará como está, con tendencia a empeorar, tal cual ocurrió con el propio Cristianismo, hoy una auténtica colcha de retales debido a los mismos factores que amenazan al Espiritismo.

La articulista Vanda Simões, atenta a esa realidad, escribió cierta fecha un interesante artículo titulado "Nuestros Espíritas Imperfectos" que nosotros aquí transcribimos y utilizamos para concluir nuestras consideraciones:

"Allan Kardec afirmó cierta vez que los peores enemigos del Espiritismo estarían entre sus seguidores. Puede parecer declaración demasiado dura y radical, pero vino de él mismo y él sabía de lo que estaba hablando. Hoy, en este mundo de tanta confusión, el Movimiento Espírita se ve envuelto en un enmarañado de necedades que dejan a los espíritas serios preocupados con el destino de la doctrina en el mundo. Cuesta creer que una filosofía tan racional y corajosa pueda haber generado personas con visión tan estrecha y enyesada de la vida.

De dos una: o la Doctrina Espírita es defectuosa o los espíritas no comprendieron su alcance moral. Sabiéndose de la falsedad de la primera hipótesis, nos resta curvar a la realidad de la segunda.

Es tiempo de cambios. El milenio termina y se inicia una nueva fase para el planeta

La prueba de eso está en la forma como la Doctrina es practicada en los centros espíritas del país entero, con réplicas perfectas en el exterior (principalmente en Portugal y en Estados Unidos), ‘formando’ adeptos que de espíritas sólo tienen el nombre. Son los espíritas imperfectos, de que está lleno el movimiento, como por ejemplo, los que vienen a hacer publico afirmar que Kardec está desfasado y que necesita ser reinterpretado, cuando aún ni se conoce a fondo el diez por ciento de su pensamiento. Se consideran doctos en Espiritismo por haber leído las obras básicas, y toda la literatura accesoria, psicografiada o no. Y leer es una cosa. Estudiar, entender y comprender es otra bien diferente.” (...)

“Los espíritas ‘modernos’ parecen desconocer tal cosa. Y, se conocen, no dan la más pequeña importancia, pues defienden ideas esdrújulas y contrarias a los fundamentos kardecista, basados en escritos dictados por Espíritus engañadores y pseudo sabios. Esas ideas se infiltran con facilidad en nuestro medio, porque encuentran el terreno fértil de la ingenuidad y de la falta del estudio que hace que todo se acepte sin examen, sin criterio. Es tiempo de cambios. El milenio termina y se inicia una nueva fase para el planeta. Los centros espíritas necesitan prepararse para amparar al hombre dentro de una filosofía de vida mejor, más justa y más plena de comprensión de las cosas divinas.

“Para eso, necesita de espíritas serios, que comprendan el verdadero sentido del Espiritismo, que puedan traer para dentro de las casas espíritas una nueva orden de prácticas y metas, formando verdaderamente hombres de bien. Que puedan retirar de los centros todo lo que no sirve para la edificación del ser. Finalmente, mostrar a los fariseos modernos la verdadera faz de la Doctrina Espírita como agente modificador de la humanidad y no como instrumento de falsas glorias, de mera promoción personal y fábrica de fantasías."



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita