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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Ano 4 - N° 189 - 19 de Diciembre del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Juan

Cuarto libro del Nuevo Testamento

Juan (Apóstol de Jesús)

(Parte 6)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Qué contiene la parábola del buen pastor?

2. ¿Cuál es el sentido de esta frase: ¿Habrá un rebaño y un Pastor?

3. Estando el Maestro paseando en el templo, en el saliente de Salomón, los judíos le preguntaron si él era, efectivamente, Cristo. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús?

4. ¿Cómo se dio la resurrección de Lázaro?

5. ¿La resurrección de Lázaro provocó alguna reacción por parte de los sacerdotes? 

Texto para la lectura 

23. ¿Puede el demonio abrir los ojos a los invidentes? - Tras explicar el sentido de la parábola del buen pastor, el Maestro informó: “Aún tengo otras ovejas que no son de este aprisco; también me conviene agregar estas, y ellas oirán mi voz, y habrá un rebaño y un Pastor. Por esto el Padre me ama, porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita de mí, pero yo de mí mismo la doy; tengo poder para darla, y poder para hacerla tomar. Este mandamiento recibí de mí Padre”. A causa de estas palabras nueva división se hizo entre los judíos, y muchos de ellos decían: “Tiene demonio, y está fuera de sí; ¿por qué lo oís?” Decían otros: “Estas palabras no son de endemoniado. Puede, posiblemente, un demonio abrir los ojos a los invidentes?” (Juan, 10:16 a 10:21 .)

24. Yo y el Padre somos uno, aseveró Cristo - Habiendo dicho claramente, a la puerta del templo, ser efectivamente Cristo, el Maestro aseveró, reportándose a las ovejas que el Padre le confió: “Mi Padre, que más dio, es mayor que todos; y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno”. Los judíos, indignados con lo que les parecía una suprema blasfemia, cogieron entonces otra vez piedras para apedrearle. Jesús entonces indagó: “Os he mostrado muchas obras buenas procedentes de mi Padre; ¿por cuál de estas obras me apedreáis?” Los judíos respondieron: “No te apedreamos por alguna obra buena, sino por la blasfemia; porque, siendo tú hombre, te haces Dios a ti mismo”.  Les replicó Jesús: “No está escrito en vuestra ley: Yo dije: ¿Sois dioses? Pues, si la ley llamó dioses a aquellos a quién la palabra de Dios fue dirigida (y la Escritura no puede ser anulada), a aquel a quien el Padre santificó, y envió al mundo, vosotros decís: Blasfemas, porque dije: ¿Soy Hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Pero, si las hago, y no creéis en mí, creed en las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en él”. Aunque oyeran esto, los judíos buscaron prenderlo otra vez, pero él escapó y se retiró más allá del Jordán, para el lugar donde Juan Bautista había de entrada bautizado, y allí quedó. Y muchos iban a estar con él, y decían: “En verdad Juan no hizo señal alguna, pero todo cuánto Juan dijo de este era verdad”. Y muchos allí creyeron en él. (Juan, 10:29 a 10:42.)

25. Si alguien anda de día, no tropieza - Como Jesús hubo decidido, a causa de la enfermedad de Lázaro, volver a Judea, sus discípulos argumentaron: “Rabí, aún ahora los judíos buscaban apedrearte, ¿y vuelves para allá?” Jesús les respondió: “¿No hay doce horas al día? Si alguien anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero, se anda de noche, tropieza, porque en él no hay luz”. Enseguida, reportándose al hermano de Marta y María que estaba enfermo, él les dijo: “Lázaro, nuestro amigo, duerme, pero voy a despertarlo del sueño”. Como los discípulos no entendieron exactamente lo que Jesús habló, él les dijo con toda la claridad: “Lázaro está muerto; y sin despertar, por amor de vosotros, de que yo allá no estuviera, para que creáis; pero vamos a estar con él”. Llegando a Betania, que distaba casi quince estadios de Jerusalén, Jesús supo que Lázaro se encontraba en la sepultura hacía cuatro días y muchos judíos habían ido a consolar a Marta y María, acerca de su hermano. (Juan, 11:17 a 11:19.) 

Respuestas a las preguntas propuestas 

1. ¿Qué contiene la parábola del buen pastor?

Según la parábola, aquel que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, si no sube por otra parte, es ladrón y salteador. Aquel, sin embargo, que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. A este el portero abre, y las ovejas oyen su voz, y llama por el nombre a sus ovejas, y las trae para fuera. Y, cuando coge para fuera a sus ovejas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Pero de modo ninguno seguirán al extraño, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Como los discípulos no entendieran la parábola, Jesús explicó: En verdad, en verdad os digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos cuántos vinieron antes de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no los oyeron. Yo soy la puerta; si alguien entrar por mí, se salvará, y entrará, y saldrá, y hallará pasto. El ladrón no viene sino a robar, a matar, y a destruir; yo vine para que haya vida, y la tengan con abundancia. Yo soy el buen Pastor; el buen Pastor da su vida por las ovejas. Pero el mercenario, y el que no es pastor, de quien no son las ovejas, ve venir el lobo, y deja las ovejas, y huye; y el lobo las arrebata y dispersa las ovejas. Ahora, el mercenario huye, porque es mercenario, y no tiene cuidado de las ovejas. Yo soy el buen Pastor, y conozco mis ovejas, y de mi soy conocido. Así como el Padre me conoce a mí, también yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Aún tengo otras ovejas que no son de este aprisco; también me conviene agregar estas, y ellas oirán mi voz, y habrá un sólo rebaño, un sólo Pastor. (Juan, 10:1 a 1º:16.)

2. ¿Cuál es el sentido de esta frase: ¿Habrá un rebaño y un pastor?

La frase puede ser entendida como un complemento del sermón profético en que Jesús dice que, cuando llegara el fin, el Evangelio del reino será enseñado en todos los lugares. Habrá, entonces, un único rebaño, es decir, un inmenso rebaño formado por personas que pensarán unidas en sintonía de vibraciones y sentimientos, teniendo por guía aquel que Dios nombró como Guía y Modelo de la Humanidad, Jesús de Nazaret. (Juan, 10:14 a 10:16.)

3. Estando el Maestro paseando en el templo, en el tejado saliente de Salomón, los judíos le preguntaron si él era, efectivamente, el Cristo. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús?

Ellos lo rodearon y preguntaron. “Hasta cuando tendrás nuestra alma suspendida? Si tú eres Cristo, dínoslo abiertamente”. Les respondió Jesús: “Ya os lo he dicho, y no lo creéis. Las obras que yo hago, en nombre de mi Padre, esas testifican de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas, como ya os lo he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen; y les doy la vida eterna, y nunca han de perecer, y nadie las arrebatará de mi mano. Mí Padre, que más dio, es el mayor que todos; y nadie puede arrebatarlas de la mano de mí Padre”. (Juan, 10: 22 a 10: 29.)

4. ¿Cómo se dio la resurrección de Lázaro?

Cuando Jesús llegó a Betania, hacía cuatro días que Lázaro estaba en la sepultura, y muchos de los judíos habían ido a consolar a Marta y María, acerca de su hermano. Marta fue a su encuentro y le dijo: “Señor, si tú estuvieras aquí, mi hermano no habría muerto. Pero también ahora sé que todo cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Le dijo Jesús: “Tu hermano ha de resucitar”. Ella replicó: “Yo sé que hay que resucitar en la ressurreição del último día”. Le dijo Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; quién cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y todo aquel que vive, y cree en mí, nunca morirá. ¿Crees tú esto?” Le dijo ella: “Sí, Señor, creo que tú eres Cristo, el Hijo de Dios, que había de venir al mundo”. Vino después María hasta donde Jesús estaba, y viéndolo, se lanzó a sus pies, diciéndole: “Señor, si tú estuvieras aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús, cuando la vio llorar, se perturbó, pero le preguntó: “¿Dónde lo pusisteis?” Le dijeron: “Señor, ven, y ve”. Jesús fue hasta el sepulcro, que era una caverna y tenía una piedra puesta sobre ella. Les dijo Jesús: “Quitad la piedra”. Ellos quitaron, entonces, la piedra donde el difunto yacía. Y Jesús, levantando los ojos para arriba, dijo: “Padre, gracias te doy, por haberme oído. Yo bien sé que siempre me oyes, pero yo digo esto a causa de la multitud que está alrededor, para que crea que tú me enviaste”. Y habiendo dicho esto clamó con gran voz: “Lázaro, sal para fuera”. Y Lázaro salió, teniendo las manos y los pies unidos con gasas, y su rostro envuelto en un pañuelo. Les dijo Jesús: Deslígalo y déjalo ir”: (Juan, 11:1 a 11:6 y 11:17 a 11:44.)

5. ¿La resurrección de Lázaro provocó alguna reacción por parte de los sacerdotes?

Sí. Tras la ressurreição, los principales de los sacerdotes y los fariseos formaron consejo y discutieron que medida debería ser tomada. Dieron, entonces, orden para que, si alguien supiera donde él estaba, lo denunciara, para prenderlo. Quedó, entonces, desde aquel momento, decretada la muerte de Cristo. (Juan, 11:45 a 11: 57.)
 

 

 

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